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Jonal Coscuñuela. La joven realización cinematográfica

Egresado en el 2010 del Instituto Superior de Arte en la especialidad de Dirección de Cine, Radio y Televisión, mi invitado de hoy posee una producción audiovisual, por la que ha sido reconocido y en la que ha laborado como editor, musicalizador y creador de spots televisivos. Pero sin dudas, su más reciente producción audiovisual: Esteban, lo ha consagrado como un director de cine con muchas perspectivas. La bienvenida a Paréntesis para Jonal Coscuñuela.

¿Cuándo y motivado por qué escogiste el mundo de la realización audiovisual como profesión?

Fue en el año 1998 que ingresé en el ICRT como goodman en una serie que se llamaba El Conde de Montecristo. Ahí me picó el bichito del audiovisual y del mundo del arte, y más nunca me soltó. Me encantó estar en él y como se movía las cosas. Ahí decidí que quería pasar por todas las especialidades y esa fue una de las cosas que me propuse como un objetivo bien claro.

Tanto es así que te graduaste de la FAMCA en el ISA. ¿Cuánto contribuyó a perfilar, ese bichito que picó —como bien decías anteriormente—, al profesional que eres hoy, esos años de aprendizaje en el ISA?

La FAMCA es como la casa a la que uno siempre regresa. De hecho, estoy otra vez allí haciendo una maestría en Realización Audiovisual; con los profesores de los que recibí clases en la carrera, y de otros nuevos; pero ahí estoy, porque es como la casita que uno nunca abandona, me siento muy agradecido de ella y de la formación que obtuve. Hice el curso por trabajadores y la verdad es que me aportó muchísimo en mi carrera. Gracias a la FAMCA tuve el empujoncito para hacerme director. Porque yo entré en la especialidad de edición.

En tercer año asumiste la especialidad de Dirección. ¿Por qué este cambio?

Fue un proceso natural. En el año en que yo entré a estudiar, lo hicimos por especialidades. Generalmente, se conformaban grupos de cinco para hacer proyectos. En el aula de nosotros había pocos directores de escena. En ese año entraron pocos directores, nosotros queríamos hacer un corto y no teníamos ninguno; entonces, de manera natural quedé como director del equipo. Dirigí este corto, me gustó muchísimo, hablé con el Decano y se lo mostré. Pedí el cambio a la especialidad de Dirección y así fue que lo logré.

¿Cuándo fue que realizaste el primer trabajo audiovisual y en qué consistió? Echando un poco atrás en el tiempo.

El primer trabajo audiovisual como director fue ese. Un corto que se llama Asdrúbal, tiene 10 minutos, y lo disfrutamos muchísimo. Lo hicimos en cuatro fines de semana. Rodamos con un equipo súper reducido todo. Éramos cinco del aula; y lo que sí teníamos muy claro es que queríamos hacer algo que nos divirtiera. Un corto que se televisó en muchas ocasiones. Nos dio mucha satisfacción.

Tienes un amplio trabajo como co-director de telenovelas, también en series y en el noticiero. Recuerdo el del Aquelarre. Cuéntame sobre esta dinámica y la experiencia de trabajar en televisión, que es un medio tan complejo, demandante y exigente.

A mí me gusta moverme en todos lados. Hacer noticias, editar. Lo hago todo el tiempo. Estuve editando mucho tiempo, edité alrededor de diez años. A la mesa del editor te llega todo el proceso. Ahí se selecciona cuál es la toma que está mejor fotografiada, cuál está mejor actuada. Tienes la posibilidad de conocer de todas las especialidades. Además de hacer casi todos los cursos: pasé por cámaras, por sonido; edición fue la especialidad que más me atrapó, en la que estuve más tiempo, porque recibía todos los materiales ahí. Si mi objetivo final era aprender a dirigir, pues por ahí pasaba todo. Conocí a muchos directores, muchos fotógrafos. Tenía muchos materiales y eso te va formando. Lo mismo pienso que con la realización hay que pasar por todos los géneros. Hacer noticiero es algo bien complejo, fue algo que experimenté con el noticiero Aquelarre. Hacer documentales es complicadísimo es una de las cosas más difíciles que hay, al igual que un video clip. Yo creo que tengo muy poco poder de síntesis y puedo hacer una película de 90 minutos; pero ya hacer un video clip de 3 minutos me es complicadísimo. Me gusta pasar por todas las posibilidades que tenga como realizador.

Hablabas de una película que es Esteban, pero antes de eso quisiera hablar de otros trabajos que has realizado anteriormente de manera muy breve… Ricitos de oro, en el año 2008.

Con Ricitos de oro tengo una deuda de gratitud muy grande con Iraida Malberti, con Jose, con Tim, la Colmenita que es otra familia que tengo, a la que pertenezco, porque en realidad todavía estaba en un estado como muy verdecito, y ahí se me dio la oportunidad de switchear por primera vez. De trabajar en un camión con varias cámaras, y ahí Iraida y Jose me dieron la oportunidad de realizarme como un director switcher, que es una cosa bien compleja. Es algo bastante difícil que me sirvió muchísimo en la carrera, porque cuando hice Adrenalina; con Paco Anca: Vacaciones en el mar, tuve que switchear, y ya llegué ahí con este entrenamiento, que agradezco muchísimo.

Room for rent, en el año 2010.

Room for rent fue la tesis de graduación de la FAMCA. Quería hacer un teleplay, y yo soy de los que como Esteban nunca abandonan un sueño; se me atravesó entre ceja y ceja que quería hacerlo. Marisa Acevae me hizo el guion y salimos a buscar apoyo de la Institución, el ICRT en este caso, estaba Waldo Ramírez de vicepresidente, Rubén de director de la sesión de infantiles, me apoyaron muchísimo y me ayudaron a que ese sueño se cumpliera.

Y Sonido para ver, en el 2003.

Sonido para ver, es una serie de documentales de tres capítulos por los 90 años de la Radio Cubana. Otra cosa que disfruté muchísimo, pero que le tengo terror. Yo le tengo pánico al documental, yo soy más dado a la ficción, el documental es como una empresa bastante compleja, pero creo que nos salió bien. Lo disfrutamos mucho, le hicimos mucha ficción al documental y eso fue una de las cosas que me complació.

Durante tres años trabajaste en un proyecto de grabación que titulaste Esteban. Y por supuesto, una buena parte del público cubano lo pudo disfrutar en este 2016. Háblame sobre Esteban, la película.

Esteban es un proyecto, un guion que me trae Amilkar Salate y que desde que lo leí quedé impresionado y conectado directamente con la historia de este niño. Este guion es uno —lo he dicho en otras ocasiones— que de manera fortuita vio la luz como película, porque estaba preparándose para un teleplay de televisión. Y cayó en las manos de Vilma Montesinos, en la casa productora, por accidente, trastocado ahí en un file y ella me estaba esperando al otro día para hablar de una serie y me dijo: «te estoy esperando con esto en la mano, y con esto tienes que hacer una película.» Y ahí comenzó el camino de Esteban. Iba a ser un teleplay pero por Vilma Montesinos y su visión se convirtió en una película.

Ya hablaste de cómo te conectaste con el guion de la película, ahora bien, como acabó finalmente reflejado eso en el resultado final de la película.

Al principio el guion estaba pensado para televisión y sufrió muchos cambios. Sobre todo por el tema de que los códigos son diferentes. No son tan diferentes, un medio ha asumido mucho del otro, pero sí necesitamos hacer algunas adecuaciones a algunos personajes. Sobre todo teníamos muy claro que no queríamos que el contexto cobrara un protagonismo muy grande y no se trabara la historia. Entonces, trabajamos muchísimo con la caracterización de los personajes y con que la historia se comunicara de manera muy fácil, sin muchas pretensiones. Queríamos que fuera una historia que se contara de arriba abajo, sencilla, atrapara al público y llegara de manera fácil.

Asumiste el reto de contar una historia del presente sin obviar las complejidades de la vida cubana actual, pero con cierta dosis de humor. ¿Te resultó difícil llegar a ese resultado final?

Eso fue uno de los retos más fuertes. Queríamos lograr un equilibrio, tratamos de abordar un género bastante peligroso porque el melodrama es como una cuerda floja, un paso mal dado y se vuelve aquello muy meloso, entonces buscamos con un personaje un equilibrio, un poquito de humor y tratamos de que no se trabara la historia, que es a lo que más le temíamos.

En Esteban logras reunir a consagrados de la escena cubana con nuevos talentos. Háblame entonces de los actores. ¿Satisfecho con el resultado?

Sí, muy satisfecho y con una deuda de gratitud muy grande sobre todo con Yuliet y Porto, que trabajaron de manera directa con Reynaldo Guanche, el niño; que no poseía formación como actor, ni como músico, o tenía una formación muy elemental; tenía que centrarme muchísimo en este personaje, porque llevaba un entrenamiento de piano y uno de actuación, además tenía que asistir a la escuela. Entonces, yo necesitaba que el resto del elenco fueran actores de primera línea; el resultado es gracias a ellos porque me apoyaron muchísimo.

Háblame un poco más del resultado de ese trabajo y de toda la labor con el niño que interpreta el personaje de Esteban.

Complicadísimo. Un niño que tenía nueve años cuando comenzó con nosotros. Yo quería que él viera en mí a un niño igual que él y que dialogara conmigo como su mejor amigo; creo que fue esto lo que me abrió el camino y me dio muchas posibilidades para seguir trabajando. También tuve este apoyo de Yuliet y de Porto, que sí tienen una experiencia mucho mayor. Logramos un ambiente en el que el niño se sentía que estaba jugando todo el tiempo.

Tanto en la premier del filme como en otras entrevistas has hablado y agradecido el apoyo que tuviste de instituciones y de creadores, pero quisiera que te refirieras al de ese grande de la música cubana que es Chucho Valdés.

Con Chucho impresionante. Lo de Chucho fue tremendo. Yo tenía mucho temor enfrentarme a él a la hora de sentarme a conversar, porque yo malamente atropello Señora Santana en el piano y me decía: ¿cómo voy a hablar con este hombre? Y pensaba, yo no sé nada de música, cómo le pido lo que yo quiero. Pero encontramos ese espacio común en el que hablábamos de emociones, veíamos la escena, la conversábamos, la discutíamos, y enseguida que él se sentaba hacía la música. Entonces, la escuchábamos y nos poníamos de acuerdo. Queríamos que sintiera el público lo que sentíamos nosotros cuando estábamos en la escena, y él apoyaba esas escenas también. Teníamos muy claro desde el principio que aunque fuera Chucho Valdés, entre menos música tuviera la película, más efectiva iba a ser la poca que tuviera. Creo que eso fue una estrategia que nos salió bien.

¿Cómo fue la acogida del público? ¿Satisfecho tú?

Increíble. Satisfecho, contento, y sobre todo, muy agradecido con las instituciones que nos apoyaron. Porque puedo decirte que un 90 por ciento del equipo por primera vez nos enfrentamos a un largometraje de ficción. Aunque confiar en nosotros era muy arriesgado, había que tener confianza en nosotros. No nos esperamos que la película fuera a tener la acogida que ha tenido. Ahora muy preocupado porque tenemos la vara muy alta.

Y, por supuesto, nos hemos dado cuenta que ustedes hicieron una amplia campaña de publicidad para preparar al público para su premier y su puesta en escena posteriormente. Háblanos de esta campaña de promoción.

Decidimos hacerla de una manera diferente. Nos planteamos que fuera una estrategia distinta, gracias al director de la campaña que estuvo al mando y la compartió desde el principio. En principio queríamos una campaña que no tuviera mucho que ver con la película, solo las imágenes y nunca se decía en ningún lugar de los spots: esto es una película. Se decía: «persigue tu sueño» y se ponía una escena de la película. Hicimos tres spots de treinta segundos y lanzamos la campaña. Luego hicimos un tráiler en el que usamos estas escenas que fueron parte de la campaña y sí ya decía: esto es una película y se va ver próximamente en los cines de estreno. Luego, la gente asociaba estos tres materiales, más el video clip, que realizamos como parte de la campaña pero que no tenía imágenes de la película. Tenía el espíritu de la película, el protagonista, a Chucho, una bailarina, el estilo de la película, pero sin imágenes y esto vino a complementar lo que era la campaña publicitaria.

Como todo director de cine considero que pienses que hay otros públicos que quieren disfrutar también de Esteban. ¿Qué planes tienes entonces con la circulación del filme?

Bueno, la distribución internacional está a cargo de MEDIAPRO, que es una empresa española que fue quien llegó a poner lo que faltaba finalmente para terminar la película. Se hizo con instituciones cubanas. El Instituto Cubano de la Música, la Asociación Hermanos Saíz, RTV Comercial; y MEDIAPRO entra en la última etapa, en el proceso de CPI y masterización del sonido, y se encarga de la distribución de la película a nivel internacional. Por lo que me enviaron ellos que iban a hacer nan trazado un buen recorrido, ojalá se pueda cumplir. Yo creo que sí, que va a llegar a muchas partes del mundo y que ojalá tenga la acogida que tuvo aquí en Cuba, tanto de la crítica como del público.

Mucho se habla del cine que se hace en nuestro país. Ahora bien, a partir de tu experiencia y según tus criterios. ¿Es posible para un joven hacer cine hoy en Cuba?

Sí, soy la muestra de que es posible. Provengo de la televisión, formado aquí y se me ocurrió hacerle caso a Vilma Montesinos: pues bien vamos a hacer una película, vamos a luchar. Es complicada la primera etapa de buscar fondos, presupuestos, sensibilizar a personas. Pero si el proyecto tiene lo que Esteban, que desde que lo miraban y lo leían se sensibilizaban; los que están frente a las instituciones se sensibilizan y te apoyan. Yo creo que es un momento importantísimo para el audiovisual en este país porque los realizadores tienen inquietudes estéticas muy novedosas; sobre todo, por las temáticas sociales y creo que lo que está sucediendo ahora mismo es muy importante.

¿Cuál es el estado de salud? —según tu experiencia personal—, ¿por qué caminos transita la realización audiovisual hoy en nuestro país?

Yo creo que hay mucha variedad en las propuestas estéticas que están haciendo los realizadores; lo que se está haciendo institucional y al margen de la institución, va funcionando a las mil maravillas, sobre todo porque se está abriendo el abanico de audiovisuales, y cuando uno se sienta a ver y tiene posibilidades de escoger, aumenta la calidad.

Después del éxito que ha tenido, y seguirá teniendo la película, me imagino que estés pensando en comenzar a filmar. ¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?

Ahora mismo estamos trabajando en dos proyectos: uno se llama «El sobre amarillo», pero está en fase de guion; el otro, con el que más fuerte estamos trabajando porque ya casi está terminado, se llama «Vínculos»; son siete historias que hablan de las diferentes maneras que tiene el ser humano de aferrarse a lo que ama, y estas siete historias se cruzan unas con otras. Tenemos también el interés de que la Cuba actual, el contexto, no se lleve la historia, tratamos los personajes y las historias de ellos mismos.

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