¿Cómo ensamblar un Volkswagen?

“Estrenos galácticos” de José Víctor Gavilondo en el Lyceum

Enigmas, deseos, mundos prehistóricos e imaginarios. Ideas que se cruzan en el nuevo rumbo musical propuesto por la Orquesta Sinfónica del ISA adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana para su próxima presentación. El punto de giro será marcado por la obra de José Víctor Gavilondo, la cual desde ya nos convida a construir una poética de recepción abierta y muy diferente a la que nos tienen habituados el Oratorio San Felipe de Neri y la Orquesta.

Gavilondo 1Gavilondo, joven compositor egresado de la Universidad de las Artes en el 2014, tuvo el privilegio de formar parte de la clase de composición del Maestro Juan Piñera:

«Mi formación con el Maestro Piñera comenzó mucho antes de mi entrada al ISA. Ya teníamos 4 años de trabajo previo durante casi todo el Nivel Medio cuando ingresé al Departamento de Composición bajo su tutela, así que la preparación a priori fue extensa y profunda. Además, mi tesis de graduación de Asignaturas Teóricas fue sobre su obra pianística, lo cual me trajo aún más cerca de su obra y sus aspectos creativos internos.

Piñera no solo es (y será) uno de mis más preciados mentores y maestros (ojo, no uno de esos “enseñadores automáticos” que hemos tenido por ahí; no, no: Piñera es un maestro martiano, un educador de carrera y de vida). Juan Piñera también es la figura más inspiradora que tengo en mi vida actualmente como compositor y músico holístico. Es asombroso todo lo que hace (educador a fondo, director y jefe de departamento, conductor y escritor de programas de radio, investigador, productor, etc.), ¡pero para colmo es el compositor vivo más prolífero que tiene el país! Su catálogo crece más y más cada año.

Mi concierto Sueños, proyecto ganador de la beca Conmutaciones 2014, fue dedicado a él, y creo que los homenajes que se le hacen son todavía muy pocos. Piñera no solo es un estandarte de la composición y música cubana contemporánea, sino también una persona de esas que se extinguen cada vez más rápido: una persona hermosa, honrada, humilde, creativa y maravillosa.»

Los jóvenes compositores cubanos enfrentan continuamente el desafío de difundir sus resultados creativos. Sobre esta problemática Gavilondo comentó sobre sus experiencias al respecto:

«En el mundo actual la figura del compositor de música contemporánea representa lucha, transgresión, persistencia y, como no, también frustración. Si la educación de un pueblo no propicia una mente abierta a todo tipo de música, la música contemporánea, que ya de por sí es la “oveja negra” de la familia de la música clásica o de concierto, sufre lo peor. En Cuba todo esto se exaspera, se infla más allá de estas proporciones o paradigmas universales. Ni los mismos estudiantes de música forman parte del público reducido que consume este estilo musical.

Es muy difícil (si no imposible) para el estudiante y futuro licenciado de composición cubano, vivir de lo que ha estudiado por cinco o más años. La música contemporánea en Cuba no tiene público ni mercado, ni existe una infraestructura socio-económica y cultural que propicie un desarrollo conciso.

Entonces, ¿qué tenemos?

Por suerte, a nuestros amigos. Nuestros amigos solistas, directores, musicólogos y músicos de conjuntos de cámara, ensambles y orquestas, que siempre están a nuestra disposición, sin importar dinero, horarios y otras dificultades. Lo otro lo constituye el único evento que ayuda a difundir nuestra obra, que es el Festival de La Habana de Música Contemporánea, auspiciado por la Asociación de Músicos de la UNEAC y dirigido por el Maestro Guido López-Gavilán. Al Festival yo y mis amigos compositores le tenemos mucho que agradecer, y por eso todos los años, junto a Guido, Piñera, Valera y los trabajadores de la Asociación, trato de ayudar lo más que puedo en su programación y coordinación. ¡El Festival incluso te paga por poner tus obras, mira tú! Pero, fíjate como está la cosa, que este año no ha habido casi propuestas de los alumnos de primer y segundo años del Departamento de Composición, porque la difusión no es la mejor, pero además, porque no poder interpretar tus obras en ningún lugar se ha convertido más que una dificultad, en un reflejo, una especie de condicionamiento mental que tenemos los jóvenes compositores.

Por supuesto, que las Becas de Creación de la AHS y los concursos de Composición UNEAC y Caturla son como un regalo caído del cielo, después hablaré de eso… El Departamento y la Facultad de Música del ISA organizan conciertos de la cátedra en el mismo Instituto y esto también ayuda a la relación compositor-intérprete, pero ¿de qué sirve esto si el creador y el intérprete son los únicos consumidores? Es como un fenómeno tipo paradoja que se convierte en un loop: un closed circuit de gran sarcasmo. Por esta razón la mitad de los compositores egresados del ISA buscan desarrollar la música contemporánea en el exterior (donde hay más oportunidades y mercado), y la otra mitad, la que se queda, trabaja en muchas otras cosas, pero no vive de la composición. La composición (su oficio) pues, se convierte para el compositor en una especie de hobby abstracto, en acto de autocomplacencia. Es muy triste y raro.

Pero el joven compositor, como decimos, hecha pa’ lante siempre. Como todo buen cubano, se las inventa y logra poner su obra en otros espacios. Eso sí que es admirable. La dialéctica te obliga a reaccionar y tumbar muros. Yo sigo componiendo todo lo que puedo y todo lo que mis otros trabajos me dejan. Nunca al ritmo de Piñera, eso sí.

Mi más grande reacción a esta problemática se llama Ensemble Interactivo de La Habana (EIH), un conjunto de cámara donde seis músicos del ISA hacemos e improvisamos nuestra propia música. El EIH es técnicamente una orquesta de improvisación donde el intérprete es el creador y donde muchas músicas y otras artes interactúan creando discursos artísticos muy contemporáneos y singulares. Con el Ensemble he tratado de defender lo más vanguardista y actual de la música contemporánea, pero como esta música es la cana blanca de la oveja negra de la familia de la música clásica, es más difícil todavía. Somos seis náufragos en un mar abierto, con pocas cosas que nos ayudan a mantenernos a flote. Pero amo este proyecto y amo componer en vivo e improvisar junto a los demás músicos, quienes tienen voces particulares y me enseñan nuevas formas de apreciar y sentir la música. Ahí nos divertimos cantidad. Tenemos mucho que aprender todavía, pero creo que lo que hacemos debería inspirar a otros para que defiendan a toda costa eso que décadas atrás formaba parte fundamental de las creaciones de genios compositores como Brouwer, Blanco, Fariñas, Gramatges y otros, y que demostraba orgullosamente la participación y actualización de Cuba en las esferas más vanguardistas de la música contemporánea.»

¿Cómo llega esta oportunidad de interpretar tus obras junto a la Orquesta del ISA?

Este proyecto se llama Voces del Subconsciente y es como una extensión del proyecto con que gané la Beca Conmutaciones 2014, que como dije se llama Sueños. Lo que pasa es que Sueños está compuesto por obras de música de cámara, así que cuando Colibrí se ofreció a grabar todos los proyectos ganadores de la Beca desde el 2011 traté, junto a mi fiel y asombrosa productora Carmen Souto, de meter en mi CD tres obras de formato sinfónico, porque estas son las más difíciles (o imposibles) de grabar aquí en Cuba. Nada, un gran Carpe Diem.

Ahí es donde otro rayo de sol aparece: la Orquesta Sinfónica del ISA, adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana. Es una verdadera suerte y un gran privilegio el contar con esta orquesta, en mi opinión, la mejor del país, y con su talentoso director de quien estoy aprendiendo desde primer año, literalmente, José Antonio Méndez.

Resulta un reto para los jóvenes músicos de la Orquesta que se han especializado principalmente en la ejecución de música tonal del siglo XVIII emprender una obra con un lenguaje vanguardista, con nuevas técnicas de ejecución. ¿Cómo ha sido el proceso de montaje junto a la Orquesta y a su director José Antonio Méndez?

Pues sí, esta música no solamente es difícil sino que un poco desconocida para los músicos de la Orquesta. Esto, como decía antes, es parte de todo el proceso paradójico que rige la música contemporánea y su enseñanza en Cuba. Si no se les enseña a tocar más música del siglo xx, sobre todo los estilos y tendencias más vanguardistas, su educación como intérpretes sufre a la larga.

Mis obras no son monstruos orquestales pero tampoco son fáciles de interpretar, ni siquiera por mí, y digo esto porque yo soy el que toca el piano en ellas en este CD, y ¡mi piano está dificilísimo! La métrica es muy irregular y hay mucha sincronización de efectos tímbricos y rítmicos dentro de texturas complejas y de muchas capas sonoras. Hay mucha percusión, lo cual no es tan común en los compositores jóvenes de hoy en día, y por eso los percusionistas tienen más trabajo de lo usual. Todo esto es un reto tanto para el director como para los músicos. Pero ahí estamos, luchando todos juntos. Yo nunca había tocado en una orquesta sinfónica antes, así que también estoy súper feliz de poder tocar en una finalmente. Al final, esta música es para divertirse, no es para sufrir. Es para pasarla bien, para imaginarse muchas cosas locas y raras y para bailar y gritar con libertad.

Hay retos y dificultades. No todo es perfecto. Yo soy un poco impaciente y muy exigente con algunas cosas que lamentablemente en este país no funcionan como yo creo que deberían. Pero ahí es donde tus maestros, familiares y amigos te ayudan a calmar tus nervios y pensar con detenimiento. Además, cuento con los mejores músicos sinfónicos del país y con uno de los mejores directores de orquesta de todos los tiempos. ¿Qué más puedo pedir?

Cómo ensamblar un Volkswagen, Cazando Mamuts, Iku y Cannabis son algunos de los títulos que presentarás el 22 de septiembre. Estos resultan muy sugerentes, «desmontadores» y podemos decir hasta con un cierto sentido burlesco. ¿Cuáles son los referentes estéticos, musicales que abordas en estas obras?

Mi música siempre ha sido muy programática y descriptiva. Los títulos sí que son sugerentes y un poco extraños a veces, porque la música habla de lo fantástico, lo surreal, lo invisible y lo ignoto. Y sí, también hay mucha comedia, sátira y vaya, para decirlo como es, «chucho».

Lo que grabaremos en Voces del Subconsciente son tres obras de cámara, que son: Cazando Mamuts, interpretada por el cellista Alejandro Martínez, Iku, interpretada por el flautista Alberto Rosas y Estrellas, para piano, interpretada por Lianne Vega. Además, haremos una obra creada e interpretada por el Ensemble Interactivo de La Habana, la cual titula al CD y sirve como una especie de introducción.

Por último, haremos las tres obras grandes, con la Orquesta Sinfónica del ISA adjunta al Lyceum Morzartiano de La Habana, dirigida por José Antonio Méndez. Estas obras son: Cómo ensamblar un Volkswagen, para ensemble de cámara, y Cannabis y Perle, para orquesta sinfónica «a tope», como digo yo. De estas tres, Cannabis es la única que ha sido estrenada, interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección de José Antonio Méndez en el Festival de La Habana del año 2015. Las otras dos son estreno galáctico, como dicen en la UNEAC.

Como podrán imaginarse, el CD constituye un súper resumen de mi creación, teniendo obras de pequeño, medio y gran formato que viajan por las más disímiles y variadas influencias. Las obras también han sido compuestas entre 2010 y 2016, así que son seis años de evolución musical. En la música de Voces del Subconsciente se oye a Piñera, a Ginastera, a Debussy, a Cage, a Bartók, a Stravinsky y a Messiaen. Ellos son algunos de mis ídolos, mis héroes, mis fuentes de inspiración y enseñanza.

Como dije, cada pieza es muy distinta a la anterior. Cazando Mamuts es muy atonal y salvaje, una especie de matrimonio entre Stravinsky y Schönberg. Iku es un claro homenaje a la música japonesa y a Toru Takemitsu. Estrellas es puro Debussy, muy impresionista y fantasiosa.

Cómo ensamblar un Volkswagen, o como le digo yo, el «Bocho», está muy influenciada por la obra de los minimalistas norteamericanos como Adams, Reich y Glass. Es una especie de fábrica de sonidos-ruidos que se montan y desmontan de un loop continuo. Cannabis es una descripción de los efectos de la marihuana en nuestras mentes. Es rara, loca, impredecible, abstracta, salvaje y cómica a la misma vez. Es la más seria de todas.

Perle estuvo en mi mente por años, desde que regresé del pequeño servicio militar que tuve en el 2008. Mis experiencias ahí fueron muy contradictorias y paradójicas. Todo era cómico y terrible a la vez. Decidí hacer una especie de ballet que satirizara el régimen y conducta militares a través de mis impresiones emocionales. Perle es el resultado de esto. Es ingenuo, enérgico, muy, muy burlesco y serio a la misma vez. Es mi homenaje personal a Dimitri Shostakovich, otro de mis compositores favoritos.

Voces del Subconsciente suena a EIH. No hay otra manera de explicarla. He tratado de que le demos un toque de Stravinsky por ahí, pero es en general una obra pura, libre, sin ataduras ni pretensiones. Tenemos instrumentos coreanos, de Oceanía y Colombia, y otros universales sonando a la vez. ¡Todavía la estamos construyendo! La obra es la introducción al CD y al concepto de este: las voces en mi cabeza que se cargan de lo subjetivo, lo ignoto, lo no real, lo subconsciente, traducidas en música.

Estas nuevas propuestas sonoras podrán ser descubiertas el próximo jueves 22 de septiembre a las 7:00 pm en el Oratorio de San Felipe Neri. Una cita con jóvenes compositores e intérpretes que dinamizan el actual universo concertante cubano.

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