En mi afán constante de intentar conocer, acceder a la obra de esos autores más emergentes de otras provincias que, por lo general, no encontramos fácilmente en las librerías de nuestra ciudad, es que me encuentro—en la pasada Feria Internacional del Libro de La Habana— con el cuaderno «Como mienten los boleros» (Áncoras Ediciones, 2014), de la joven autora Ailín García González (Isla de la Juventud, 1989).
Luego de sumergirme en las historias de este libro, se me hizo necesario conocer un poco más acerca de su autora, de sus inquietudes escriturales, de sus personajes capaces de incitar a la reflexión, a la búsqueda interior del propio lector, de sus proyectos y propuestas estéticas dentro de las voces que intentan ganar espacio en la treta de escritores jóvenes de la Isla. Es por ello, que le propongo esta entrevista —la cual aceptó con ganas— que lleva en sí misma la vibra y complicidad de un buen bolero.
Eres una escritora que ha recibido varios premios y reconocimientos por tu obra poética, sin embargo, «Como mienten los boleros» es tu primer libro de narrativa. ¿Qué representó para ti como autora la publicación de este cuaderno? ¿Cuáles cuestiones emocionales y/o escriturales te condujeron a la publicación del mismo?
La poesía fue lo que primero golpeó a mi puerta aunque, sin saberlo, al dejarla entrar traía en su maleta unos versos más largos que se transformaron en cuentos, el género que más disfruto escribir y, sobre todo, leer. Creo que mi poesía aún permanecerá un tiempo agazapada antes de intentar publicarla. Escribo poco, y cuando lo hago es la narrativa quien se impone.
Publicar siempre conlleva la alegría de un primer hijo literario que estás entregando para que todos manoseen y descubran —eso, si tienes suerte de ser leído. En sí es un acto egoísta en el que pretendemos hacernos oír entre los cientos de voces que luchan también por lo mismo. Es un exorcismo necesario siempre y cuando la literatura sea tu modo de expresión. Después, vienen las dudas y tu «yo escritor» se cuestiona cada palabra impresa, expuesta a los ojos de muchos. Un primer libro es necesario, quizás te defina por siempre o solo abra las puertas para otros.
Los argumentos que sostienen este libro nacen del absurdo, la fantasía y a través de ellos —con un sarcasmo evidente— haces gala de un buen oficio como narradora, pero, ¿por qué apostar por estas plataformas para tu primera obra de cuentos? ¿Consideras que esto ha facilitado su publicación o se trata acaso de meras satisfacciones personales?
Las primeras historias que tracé fueron absurdas. Nacieron en un período en el que Kafka, Arreola y Virgilio me acompañaban; son mi humilde homenaje a sus magníficos cuentos. Quizás fue también una vía de escape a la realidad circundante, una especie de bumerang que me devuelve a lo que veo a diario. Concebir un libro temáticamente solo para facilitar la publicación me parece deshonesto.
Con este libro te inicias en la treta de narradores de la Isla y esto supone siempre algunos retos y expectativas para cualquier autor. En tu caso personal, ¿cuáles emociones positivas, cuáles negativas te ha dejado? ¿Ha sido «Como mienten los boleros» lo que esperabas?
He aprendido a no ilusionarme. El tiempo pondrá en los libreros mis cuadernos o los convertirá en la materia prima necesaria para que otros publiquen. Este libro me trajo la alegría de experimentar paso a paso el proceso editorial. Puse en manos de mis padres un «bolero» mío y, aun temiendo desafinar, me atreví a cantar. Cerré un ciclo temático en mis cuentos lo cual me ayuda a intentarlo ahora con otros molinos.
Hace algún tiempo te desempeñas como diseñadora de Áncoras Ediciones, la cual realiza un trabajo —a mi parecer— encomiable. ¿Podrías comentar qué importancia tiene la labor que profesas para la salud de la editorial? ¿Consideras, en el caso de Áncoras, que el trabajo que realizan los más jóvenes allí le ha otorgado perspectivas y estéticas que la distinguen del resto de las casas editoriales del país?
Ediciones Áncoras es el proyecto literario más ambicioso y abarcador de mi vida. Me resulta difícil hablar en primera persona, pues es un sueño de varios. Es una editorial joven en la cual la mayoría de los que trabajamos somos jóvenes, aunque nos nutrimos a diario de la experiencia de escritores y amigos que desde hace años transitan por el trabajo editorial. Son ya tres años, pero aún quedan muchos retos y monstruos por derrotar. Así es como veo mi labor de diseñadora en Áncoras, un monstruo que día a día me propongo vencer: cada cubierta, cada artículo promocional (llaveros, carteles, calendarios) son desafíos para mis elementales conocimientos en el diseño. Es cometer errores y aprender de ellos, embestir un muro hasta romperlo. Es un trabajo que me resta mucho tiempo y energía para escribir. Incluso así, me reconforta y satisface cada libro terminado como si fuera mío.
Desde tu mirada de joven creadora, ¿cómo calificarías la narrativa cubana actual? ¿Qué autores dentro de la urdimbre de narradores emergentes han llamado tu atención?
No me considero una voz autorizada para emitir criterios sobre la narrativa cubana actual, me faltan kilómetros escriturales aún. Voy a utilizar un comodín de las entrevistas: «sin comentarios».
Eres egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, lo cual es ya un mérito para cualquier joven que pretende ser escritor al menos en el ámbito nacional. ¿Cuánto hay del Centro Onelio en Ailín García, cuánto en su obra narrativa?
El Centro Onelio es una casa que abre las puertas y a la que siempre me siento invitada a regresar. Los desafíos de la ficción —el único libro que no presto— es una fuente infinita que atesoro en mi librero. La experiencia única de escuchar una conferencia de Heras. Hay un «después» del Onelio, tanto al escribir como al leer; antes, solo fue caos y confusión. Además de los conocimientos se conoce una familia, en mi caso, de distintos sitios del país. Algunos ya no viven en Cuba ni se dedican a la literatura; pero estoy segura que, como a mí, la experiencia del Centro les queda vívida.
¿Qué nuevos proyectos, qué libros estás preparando?
Estoy a la espera del segundo libro de cuentos «Otra canción para Magda»; mi ingenua mirada a la sexualidad femenina. Por otro lado, la literatura para niños ha llamado mi atención y trabajo en un proyecto de poesía relacionado con esta temática. Soy muy lenta escribiendo. Quizás pasen algunos años antes de que vuelva a publicar.
¿Existe algún perfil, algún tema de la literatura cubana que te provoque rechazo?
No tengo prejuicios. Rechazo la literatura que no me provoque; cualquier reacción, pero debe provocarme algo.
¿Qué piensas de la etiqueta «autor joven»?
Intentamos etiquetarlo todo y la literatura no escapa. Es un término ambiguo: ¿se es autor joven por la edad o por el tiempo que llevamos escribiendo? Puede provocar escepticismo pues se suele promediar la aptitud con la juventud, son conceptos que asumimos y no pueden ir juntos. Resulta difícil cargar con etiquetas que aparejadas traen (pre)juicios de inexperiencia, inmadurez o aprendizaje.
Podría decirse que tu andar dentro del arte de la escritura es incipiente aún; sin embargo, apelando a tus empresas y aspiraciones escriturales, ¿a dónde no quisieras nunca que este transitar te condujera?
Escribo por un impulso expresivo, convencida que —lamentablemente— no me ofrece el sustento. Me satisface que sea solo el acto de comunicación. El acto es puro cuando no se espera beneficios lucrativos de él; cuando es solo tu modo de expresión. Por supuesto, que es estupendo ganar algún premio en metálico, o publicar y recibir un pago de derecho de autor. Pero parafraseando a Picasso: «el escritor debe vender lo que escribe, no escribir para vender». No quisiera llegar a ese segundo enfoque.
Si tu esencia como mujer, como sujeto portador de emociones, tribulaciones, sueños, asumiera otra forma dentro de los universos fantásticos y absurdos que creas, ¿cuál sería?
No he pensado en eso. ¡Me agarras desarmada!
Creo que soy y estoy en cada uno de los personajes que he inventado o robado de algún recuerdo. Ojalá los lectores me perciban pues, así, notarían que estoy siendo sincera y podrían anudar cada forma, sensación, personaje, hasta descubrirme plenamente.
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Me ha encantado la entrevista. Ahora mismo, Áncoras es una de las mejores editoriales jóvenes del país. Y no se puede negar que el trabajo serio de Ailín y Daniel es parte de la clave del éxito.
Como mienten los boleros es un cuaderno que desborda creatividad y buen gusto a la hora de narrar, la autora realizó muy buen trabajo para resumir en cuentos cortos toda una madeja de historias y nos incita a reflexionar en diferentes aspectos de la vida de una forma muy sutil. Soy fiel seguidor de la narrativa cubana, máxime de las autoras y autores jóvenes de nuestra isla y en mi modesta opinión es merecedora tanto la autora como su obra este reconocimiento que le hace a ambas el entrevistador de una forma muy personal. Felicitar a Milho por su encomiable labor de hacernos llegar en cada una de sus entrevistas a la persona detrás de las letras del libro, sus tribulaciones, anhelos y opiniones. A la entrevistada por dejarnos un poco de su melodioso bolero y a la AHS por permitirnos dialogar con ellos y siempre apoyar el arte y la creación de los jóvenes.
Un merecido reconocimiento también a la editora que a mi modesta opinión realizan una obra de arte con cada uno de trabajos puestos a disposición del público lector.
Saludos
Sigo en una eterna conexion con cada una de tus entrevistas, me encantan. Felicidades a ambos por su carrera, les deseo muchos exitos !
Muy buena esta entrevista. Es bueno conocer que existen jóvenes como Ailín con mucho talento y cultura literaria.
Gracias a Ailin Garcia por permirme este acercamiento a su obra, a ella misma como ser humano. Gracias tambien a todas las personas que comentaron y a la AHS por recibir siempre cada uno de mis trabajos. Ha sido un placer…
Milho