La exquisita ortografía de los cuerpos de Yahiron

Justamente la jornada estival del inicio del verano en Cuba no se limita al sol, las playas… otras miles de actividades desplazan la monotonía y multiplican la diversidad de opciones veraniegas, para la familia cubana.

Dentro de ese gran saco de iniciativas destacan aquellas que nacen del pensamiento creador de la vanguardia artística cubana, las cuales merecen una mirada profunda, por la forma que llegan al amplio público cubano, el cual las espera con ansias y agrado.

Una de esas propuestas ha sido la exposición itinerante del destacado novel tunero; Yahiron Villalobo, quien sin tabúes en sus representaciones no se conforma con la simple, mecánica y casi inherente al ser humano, observación.

El tunero inquieto por naturaleza en sus casi 10 cuadros fotográficos, expuestos en la galería Gestus, de la Casa del Joven Creador de Camagüey -única de su tipo de referencia en Cuba- desmiente por completo este precepto humano y explora nuevas perspectivas y conceptos que pueden transformar esa visibilidad estática, el lenguaje de la imagen y hasta sus revelaciones.

La exposición personal: La ortografía de los cuerpos -exhibida con anterioridad en las provincias de Mayabeque y Las Tunas- es esa dosis de arte genuino que regala el joven Yahirón, ahora a cientos de agramontinos, quienes esperaron en la Asociación Hermanos Saíz, de esta ciudad, el inicio del verano, Sumando Alegrías.

foto3No se equivocó el joven artista -ganador del Primer Premio del Salón Nacional; de la Fundación Nicolás Guillén; 2013-,  en su muestra, porque la sutileza que emana de sus fotografías; de sus cuerpos, es móvil de su pensamiento artístico y creador.

La ortografía de los cuerpos se presenta como una disección supra sensorial de la anatomía humana y niega rotundamente la toma mecánica y estática de porciones de esos cuerpos humanos; los elegidos, los cuales se pierden y se diluyen en un dueño único, para convertir en protagonistas a los cuerpos de quien desee serlo, observarlos y desnudarlos.

No es casual que el poeta Junior Fernández Guerra en sus palabras de reflexión sobre el autor refiriera que: «el artista ha decidido iniciarse en el complejo mundo de las lentes y las perspectiva con una mirada aguda y una exposición lírica del desnudo».

Y es precisamente esta cualidad su esencia creadora, pues logra lírica innata en un terreno resbaladizo, al estar preñado de imágenes y símbolos eróticos y hasta pornográficos, en otros contextos y miradas no tan lejanas.

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Yahirón prefiere otros caminos tal vez más complejos; menos explícitos y sí más poético para atrapar y ahondar en el sofisma de los cuerpos y sus lenguajes.

Los casi místicos cuadros del joven tunero logran la contemplación y admiración del público por esa remarcada visualidad que descubren sus imágenes, a través de un espontáneo a la vez que meditado aforismo de la vida y de la carne, ambas unidas indisolublemente en el transcurso de la existencia humana.

Mas los cuerpos alucinantes del autor prometen la contemplación pacífica, amiga y casi necesaria del curioso público por sus cuerpos, los de Yahirón, pero sin sobresaltos ni agresiones y sí con una premura por desnudarlos, redescubrirlos y hasta sentirlos.

Él escapa del facilismo contemporáneo que abruma al cuerpo humano y los engrandece con sutil fuerza dialogadora, entorno a sus miles de gestualidades, muchas de ellas también imaginadas por el espectador.

La ortografía de los cuerpos es un paso meditado y certero -sumó el poeta Fernández Guerra-, y es además un espacio para discursar en torno a lo habitual y lo maravilloso de las formas, recalcó.

El autor, Yahiron, expresó su agradecimiento a la AHS por sus esfuerzos para presentar su obra en varias provincias del país, la cual dedicó al 30 aniversario de su creación. «Sin la AHS este proyecto combinado con música trovadoresca, defendida por Daniel Velázquez, El Gato, no sería posible», expresó Yahiron.

Explicó que esta concertada acción artística ha permitido la inserción de El Gato, quien viene dando de qué hablar en el escenario musical de esta geografía cubana. «Su sello es precisamente una música de pensamiento que convida a disfrutarla tal cual las imágenes de mi ortografía de los cuerpos», acentuó.

Al respecto El Gato –muy seguido en Camagüey- sumó que, gracias al proyecto de Yahiron, él ha ofrecido su primer concierto en la Uneac, en su ciudad natal, y que sus canciones –«Árboles», «Eras Tú», «Bailando en la tela araña», «Certeza», y el poema «Declaración», de Rubén Martínez Villena -genialmente musicalizado- son del agrado de muchos en Camagüey, Las Tunas y otras ciudades vecinas.

Así en dupla perfecta los jóvenes agramontinos disfrutan de una exposición que dejó el sabor de trova, también armonizada por noveles agramontinos como Harold Díaz, Reynaldo Rodríguez y el adolescente; Juan Pablo.  

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