En los días que abarcaron el Festival Internacional de Poesía de La Habana, la joven creadora Zurisaday Gómez Torres, dio a conocer su exposición fotográfica Luces Atrave(r)sadas, por la cual la Asociación Hermanos Saíz (AHS) le concedió una de las becas de creación El reino de este mundo.
Ofrecida al público en los ámbitos de La Casa de la Poesía en La Habana Vieja, dicha exhibición resultó un muestrario donde la autora logró congregar retratos —a mi entender de una manera muy sugerente— de varias jóvenes poetisas cubanas, imágenes acompañadas con textos de las propias escritoras, quizás con la intención de ir un poco más allá, de brindar a los posibles espectadores esencias, características personológicas, psicológicas, escriturales; aunar esa belleza de afuera con la interior.
Esta exposición ya se ha retirado del sitio que la acogiera por primera vez, pero ha emprendido viaje a la provincia de Santiago de Cuba en donde seguramente continuará dando de qué hablar. Precisamente, por esto y para conocer las motivaciones primigenias de su autora, sus criterios y enfoques en cuanto a la fotografía y literatura joven cubana, es que le procuro esta entrevista —intentando abordar su mundo creativo— a la persona que hace resplandecer esas Luces Atrave(r)sadas.
¿Cómo surge la idea de Luces Atrave(r)sadas, cuáles fueron las inquietudes emocionales y/o artísticas que movilizaron tus conductas para materializarlo?
Luces Atrave(r)sadas surgió hace 3 años ante la motivación de crear arte con lo que hacía para sostener la economía familiar. Por otra parte, la fotografía surge combinándola con la poesía que ya formaba parte de mí. Pensé que muchas otras jóvenes poetisas como yo deseaban protagonizar corporalmente las intenciones encerradas en su obra, estableciendo un doble lenguaje, verbal y físico. En sus inicios sería una revista impresa, luego digital. Comenté la idea a varios amigos y todos quedaron enamorados, pero concretar tal pretensión fue muy difícil. Sin embargo, por razones que tiene la vida, esas que nos sorprenden en el camino de la creación, cuando reconocemos que Dios, el Gran Creador, está al pendiente, encontré a alguien que apostó por mi sueño y con las herramientas que tenía me ofreció la posibilidadde lograrlo. Luego de arduas jornadas, con la disposición incondicional de cada una de las poetas, quedó concluido el trabajo fotográfico. Fue tan bueno ver el resultado en la pantalla, que se hizo necesario palpar lo que había logrado el lente. De esa manera, llegamos a la beca de creación El reino de este mundo, que otorga la Asociación Hermanos Saíz y el proyecto inicial entonces logró convertirse en un nuevo reto que superó mis primeras intenciones.
En el caso de este proyecto ofreces un muestrario de varias poetisas cubanas jóvenes y también de sus obras. ¿Cómo llegaste a un consenso de selección entre tantas escritoras que tienen voz en la urdimbre poética de la isla? ¿Por qué todas féminas? ¿Habrá una segunda propuesta para poetas masculinos?
Siempre estuve segura de que serían poetisas las que iniciarían este proyecto, pues creo que es necesario que el mundo reconozca el valor poético de las mujeres jóvenes y cubanas, sobre todo, mostrar la belleza de un lenguaje corporal capaz de expresar en imágenes la intencionalidad de su estética.
Realmente conocía a varias, de hecho, algunas con las que contaba al inicio no pudieron estar, pero con la ayuda de Yanelys Encinosa y Elaine Vilar conformamos este conjunto de diez poetisas, algunas con una trayectoria literaria más extensa y otras que empiezan este sendero. Pretendo continuar. Hay muchas poetisas —no solamente jóvenes— que han mirado este proyecto como una manera diferente de entregarse a la poesía en su propia imagen.
Me encantaría hacer este proyecto con poetas masculinos, ellos están esperando, dispuestos a intercambiar con el lente y mostrarse a través de su escritura. Es posible una propuesta futura para ellos. Realmente, Luces Atrave(r)sadas es un proyecto decodificador del arte que puede extenderse a todo el país y al mundo, a mujeres y a hombres, a jóvenes y no tan jóvenes, el objetivo es llevar luz a través del verso.
En el año 2001 obtuviste el premio de poesía Félix Pita Rodríguez con tu cuaderno No soy poeta, soy simplemente, una mujer que ama, mediante el cual te inicias en la escritura poética, pero, ¿cómo llegas a la fotografía? ¿Es un arte que te ha cautivado siempre o es sólo una nueva vertiente en tu creación?
El premio Félix Pita Rodríguez tuvo un impacto importante en mi vida, constituyó una motivación y me artilló para enfrentar un mundo, que amaba desde el silencio de una adolescente que escribía a escondidas, pero muy difícil. Siempre recuerdo esa opinión de Ángela de Mela, quien fue jurado de este premio y testigo de aquel momento cuando dijo: «[…] pareció a algunas personas incómodo, la razón o más bien las razones eran: la juventud, la raigal mirada poética fuera de otros compromisos y el hecho de ser mujer. Mujer, joven y poetisa, nada más vulnerable, nada más libélula premiosa para aquellos hacedores de cenizas, que hoy, por suerte han pasado a ser sólo eso, cenizas, pues nuestra Zury se ha encargado de demostrarnos la altura de su vuelo, su fuerza, su entrañable mordedura en la imagen de las palabras y en las palabras de la imagen […]»
Esta premisa en mi esencia artística, en lugar de derrotarme me impulsó a la búsqueda de opciones para explorar mi posicionamiento estético ante la vida. Luego apareció la fotografía que, preñada de arte, es capaz de mostrar el momento de una intención, de un sentimiento, a veces imperceptibles en la cotidianidad. Podría ser una vertiente, pero me gustaría llamarlo: arte.
Bien es sabido que ambos géneros —entiéndase poesía y fotografía— son rostros, capilares del arte y que, por ende, se hallan interconectadas. Sin embargo, ¿podrías comentar acerca de cuáles son esas conexiones que desde tu visión les encuentras? ¿Por qué vincular específicamente estos dos géneros?
Ambas manifestaciones conforman una expresividad de la creación humana, consideradas como dos de las tres formas —incluyendo la música— en las que el hombre ha canalizado sus inquietudes artísticas. Esta perspectiva establece una conexión ineludible en las tipologías y, desde mi visión, se complementan. Incluso, si se aprecia la esencia de la música encontramos ritmo en el verso. Existe una musicalidad acompasada en las palabras que se hace funcional mediante la expresión corporal de cada fotografía. Sin pretensiones de especialista en estas materias he plasmado la impronta de ambas en el proyecto. No hay un por qué, no hay un propósito rebuscado en este trabajo, simplemente hay una inquietud, una emotividad, un camino que se abre.
¿Alguno de estos paradigmas —desde tus prioridades artísticas— tienen mayor importancia como medio de expresión o procuras establecer una armonía entre ambos?
Abogo por el equilibrio, creo que la vida consiste en hallarlo para alcanzar el éxito, el triunfo sobre los retos. Literatura y fotografía, es un binomio que me acompañarán y que estaré dispuesta a visualizar desde nuevos horizontes. Ahora recuerdo las palabras de Oscar Morriña Rodríguez cuando expresó: «De ahí la riqueza de intereses que el arte puede satisfacer. Cada creación es un universo de diferentes valores.»
¿Qué opinión te merece el trabajo que realizan los jóvenes cubanos en relación a la fotografía como ardid dentro del arte?
En los tiempos que corren la fotografía tiene muchas aristas, por eso la encontramos como medio para satisfacer necesidades económicas, artísticas, sociales y merece ser reconocida por su intencionalidad, por la valentía con que se expone —sobre todo— ante la mirada de los críticos. Pero la fotografía hecha por jóvenes tiene doble carga emotiva: nace de la inmadurez profesional, pero con el empuje de una edad dispuesta a superarse y a revelar los más recónditos parajes de este arte desde su propia plataforma. El trabajo de los jóvenes requiere, primeramente, del adiestramiento de los profesionales más capaces en esta área, de recursos para expandir su cosmovisión, y de un espacio factible para promocionarse y llegar a ser el relevo.
¿Cuáles nombres de jóvenes fotógrafos cubanos hallan sitio en tus preferencias? ¿Cuánto de particular encuentras en sus voces, sus obras?
Las mismas condiciones que impiden la promoción de la creación fotográfica de jóvenes cubanos y mi nueva y reciente incursión en este campo han imposibilitado el acceso al cúmulo de nombres que es muy posible exista, pudiera pecar por desconocimiento, o pudiera buscar ahora mismo una lista en Internet, pero siendo sincera, no me he detenido en este estudio apreciativo de sus voces y su obra. Has establecido un nuevo reto para mí, creo que es una tarea que me dejas. Gracias.
Luego de varias semanas de exposición, recibiendo la crítica —quizás la más severa— del público, ¿qué cambiarías de Luces Atrave(r)sadas?
Cambiaría el tiempo, lo disfrutaría con más calma, más detenimiento en el juicio de la impresión, en la lectura del diálogo establecido entre la poesía y la imagen. Cambiaría el espacio, sumaría otras diez jóvenes más y diez más y diez más, te aseguro que las encontraría.
¿Qué estás gestando en materia de creación?
Siempre los creadores tenemos muchos planes, ideas para llevar a cabo, nuevos caminos por recorrer, pero cuando se es creador, mujer y madre, éstos se ensanchan. Lo primero es lograr que mi hijo sea un hombre socialmente humano y útil —él es mi mejor creación—,
desde que llegó a mi vientre le pedí a Dios sabiduría para formarlo como un sujeto capaz de llegar mucho más allá de lo que yo pudiera conquistar, creo que alcanzar esa meta y apoyarlo, tal como mi madre ha hecho conmigo, me convertiría en la mujer más plena del mundo.
LucesAtrave(r)sadas le ha dado un giro de 360 grados a mi vida. Es increíble como las fuerzas se multiplican y una se vuelve más segura de agarrar las oportunidades y creer que sí es posible, que el mar se abre cuando se tiene fe. Pretendo que mi proyecto recorra el camino que merece, porque es un trabajo pensado para observar y no sólo para leer poesía, porque existimos muchas mujeres jóvenes alzando banderas desde nuestras voces creadoras. Sin embargo, aún no es suficiente, se necesitan más plataformas, espacios y voces.
Estamos concretando un sitio web para que Luces Atrave(r)sadas llegue a cada rincón del mundo, me encuentro inmersa en la escritura de un libro de poesía, a partir de nuevas necesidades, vivencias y estilos poéticos. Tenemos de forma casi inmediata una colaboración con Radio Metropolitana para promocionar la obra de jóvenes escritores, en el que tendré la oportunidad de llevar la locución y coordinación, siendo las poetisas que forman parte del muestrario las primeras invitadas. Además, he iniciado el curso de fotografía en la Escuela de Fotografía Creativa de La Habana, pues defiendo la superación como vía fundamental del crecimiento artístico y profesional, incluso ante el talento empírico. Esta escuela la considero tribuna importante de promoción y una oportunidad para progresar en el área fotográfica, pues me ha propuesto colaborar con su revista bimensual Revista Negra, complementado sus páginas con la literatura, no solamente propia, sino de otros jóvenes también. Y, sin establecer un orden o querer dar prioridad ante alguno de mis planes, ni explicar la vida de manera sentimental, afilo la punta de mi lápiz para escribir una nueva historia que me equilibre y acompañe hacia el futuro. Hoy me miro al espejo y pienso en los planes, el futuro, la creación y no busco a la mujer que fui, más bien encuentro a la mujer que soy, feliz por el camino transitado. Así que para responder a tu pregunta, gesto siempre crear, sobre todo, abrazos frente los retos.
Te despliegas con destreza entre estos dos cauces y desde ellos te proclamas al mundo. Apelando a tus aprendizajes, ¿cuáles esencias de la poesía no puede atrapar el lente de la cámara? ¿Qué matices de una imagen no logran alcanzar los artificios poéticos?
En mi modesta opinión, cuando un poeta está creando, en su obra se produce un choque de emociones, sentimientos, pasiones, introspecciones; cuya carga subjetiva es pocas veces replicada, aun cuando despierte actitudes semejantes en su lectura posterior o en la decodificación de su expresividad estética. Utilizar un lente para que aprese esa instantánea es casi imposible, porque el poeta lo esconde en su intimidad y no acostumbra a revelar lo que ocurre cuando la inspiración lo empodera y lo enajena, por lo que considero que no se podría atrapar en una imagen el instante de la inspiración. Pero, precisamente la mezcla de lecturas y los diversos matices de la expresión plástica, que a su vez están condicionados por el autor y la destreza apreciativa del espectador, hacen posible obtener, después, un espectro amplio y apreciable que permite diversificar en una imagen los artificios poéticos, incluso los que escapan al lente o la palabra.
Tu proyecto es ahora un fenómeno cultural, un sueño consumado —dígase fuente de emociones, de felicidad. Si tuvieras que definir todo lo que ha sido y es para ti esta propuesta, ¿de qué te valdrías para precisar esa definición: poesía o fotografía?
Vida, no sería otra la definición. Enredadas, combinadas, fusionadas, conectadas, poesía y fotografía en mí. Es vida.
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Como no desear que proyectos como estos sigan promocionando el arte joven, desde la impetuosidad de esta edad y con perfiles semejantes se puede medir la necesidad de potenciar a los jóvenes creadores, creer en ellos, apoyarlos e impulsar sus sueños. A los padres y madres cuyos hijos incursiones en el mundo del arte, en cualquiera de sus aristas, les sugiero encasusar sus aspiraciones, compartir sus sueños, convertirse en aliados y facilitadores de su crecimiento.