El loco mayor del Ensamble Interactivo de La Habana

José Víctor Gavilondo Peón estaba destinado a ser artista. No podía ser de otro modo. «Es mucho arte alrededor de mí y eso me ha ayudado a potenciar el lado de la creación», dice mientras ríe. Pepe, como todos lo conocen es hijo de la bailarina, primera solista del Ballet Nacional de Cuba y hoy maître de Acosta Danza, Clotilde Peón y del reconocido fotógrafo Jorge Gavilondo. A eso se suma que su hermano es el diseñador e ilustrador de libros Jorge Gustavo Gavilondo.

El niño que conocí en la enseñanza primaria cuando era alumno de mi mamá, me acaba de confesar que en realidad se sentía atraído por las artes plásticas pero su abuela Marta Sánchez lo llevó a inclinarse hacia la música.  

Con solo 26 años este joven pianista y compositor, egresado en 2014 de la Universidad de las Artes (ISA), tiene mucho que contar. Su talento fue reconocido recientemente con uno de los premios que otorga la Asociación Hermanos Saíz (AHS). Es que en su corta carrera musical, Pepe se ha desempeñado en disímiles funciones. Una de ellas es la dirección musical de importantes proyectos.

«Todo se inició en el 2010. Sin tener ningún background previo comencé a trabajar con el grupo Trébol de ciudad, de Heidi Igualada, como tecladista y director musical. Ahí se inició uno de mis tantos caminos que es de colaborar con dos de los mejores trovadores que existen en el país: Heidi y Ariel Díaz. Con Ariel he desarrollado una relación profesional y personal muy linda que nos ha dado muy buenos frutos artísticos a los dos.

«A partir del 2014 parece que los dioses me ayudaron. Tuve la suerte de ir una audición y llegué a Síntesis, esa banda legendaria que uno escucha en los conciertos y cuando ve de lejos a esos músicos que son Carlos Alfonso, Ele, X, los admira pero nunca piensa que va estar al lado de todos ellos. Desde ese año estoy trabajando en Síntesis como tecladista. He hecho también algunos arreglos musicales. Esa banda es una escuela porque lleva muchos años haciendo una música compleja, con tantas influencias de la llamada world music. Estaré con ellos hasta que me boten.

»Mi pertenencia a Síntesis, de cierta manera, potenció mi llegada a Fábrica de Arte Cubano (F.A.C). Creo que el primer concierto oficial después de la apertura lo hizo Síntesis y pude formar parte de él. Este lugar ocupa un espacio muy lindo en mi corazón. Lo he visto nacer y desarrollarse.

»Al año de haberse inaugurado F.A.C, Daiana García, quien es una joven directora orquestal, me pidió que asumiera el cargo de Jefe de Música Clásica de F.A.C. y desde el 2015 me he desempeñado como productor y jefe de escena de los conciertos de música clásica. Eso también me encanta porque tengo mi veta de productor y me ha dado la posibilidad de conocer a muchos músicos».

Y así llegaste al proyecto de El Bolero de Ravel

Empecé a colaborar con Sandra Ramy que es la Jefa de Danza en F.A.C. y ella me propuso como director musical de El Bolero de Ravel. Una cosa llevó a otra y terminé componiendo una parte para esa obra original que uno nunca quisiera modificar porque es muy famosa. Para mí fue un reto verlo desde esa perspectiva y me gustan los retos. Disfruté mucho formar parte de ese espectáculo tan experimental.

¿Qué significó para ti haber obtenido una beca de la Asociación Hermanos Saíz?

Los compositores que egresamos del ISA intentamos no dejar de lado la música de concierto. Eso fue para lo que nos entrenaron y enseñaron. El hecho de que la AHS otorgue estos premios y becas es una oportunidad fantástica porque hoy la música de concierto está un poco en crisis. La música contemporánea afronta una crisis mayor y la que hacemos nosotros los jóvenes, ni hablar.

Me presenté durante cuatro años a la Beca Conmutaciones y no me aceptaron. Fui madurando el proyecto hasta que obtuve el premio y hace poco tuve la oportunidad de presentarlo. Se llama Sueños y fue un concierto de música de cámara.

Tuve el placer de contar con estelares interpretes jóvenes como Alejandro Martínez, uno de los mejores chelistas jóvenes de Cuba; el flautista Alberto Rosas, Ailyn Pin, una violinista fantástica; las pianistas Lianne Vega y Brenda Lorenzo, con una técnica y un despliegue de virtuosismo envidiables. También pude presentar el Ensamble Interactivo de La Habana (EIH).

Ese es otro capítulo de tu vida que diriges y donde participas como músico

Ensamble Interactivo de La Habana es un grupo integrado por siete músicos jóvenes todos graduados del ISA. Es como una orquesta de improvisación donde potenciamos la música experimental y la interacción entre distintas artes como la plástica, los audiovisuales, el teatro, el performance. Todos estamos locos. Yo soy el más locos de todos. Nos sentamos en mi cuarto, con tremendo calor, y nos ponemos a inventar música en un proceso de creación colectiva. Eso es algo espectacular.

Hemos realizado muchos conciertos. Tocamos a veces en las calles de La Habana Vieja. No somos nada conocidos pero lo que queremos es hacer este tipo de música novedosa en Cuba. Me ha traído una inmensa alegría el haber podido formar ese piquete loco de músicos y continuar con nuestra  labor.

 

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