Pudieran ser otros y pudieran ser muchos más, nos queda claro. Una lista de artistas o bandas que hayan surgido en Cuba en los últimos ¿cinco? años –que valga la pena una quemadura en los dedos porque olvidaste que tenÃas un cigarro encendido en la mano mientras los escuchabas–, es necesariamente excluyente y arriesgada. Y pasa por el gusto de quien la escribe y nunca estará completa y nunca será complaciente. Pero aquà les va.
Estos son los siete que deberÃas estar escuchando ya.
YISSY & BANDANCHA
Sabemos que Yissy GarcÃa viene calentando los drums desde hace tiempo. Incluso hay quien asegura que nació con ellos incorporados, como herencia musical. Luego de moverse en la escena cubana junto a Bobby Carcassés, Yasek Manzano y Kelvis Ochoa, entre muchÃsimos otros, Yissy se hizo acompañar de Jorge Aragón (al piano), Julio Rigal (trompeta), Julio César González (bajo) y Dj Jigüe para cambiar el sonido del jazz cubano. El debut de Bandancha tendrÃa lugar el 21 de agosto de 2012.
Latin jazz, funk y sonidos electrónicos en vivo. Un primer álbum logrado a base de crowdfunding y una beca de la Asociación Hermanos SaÃz y que lleva por tÃtulo Última noticia. Que se sale del jazz y juguetea con la rumba, con ritmos abakuás, y con una mezcla increÃble desde las máquinas de Isnay RodrÃguez (Dj Jigüe). Por si fuera poco, YISSY & Bandancha es, en vivo, un espectáculo a decenas de megabytes por segundo.
GOLPE SEKO
Es cierto, Golpe Seko lleva un montón de años haciendo hip hop desde Santiago de Cuba. Pero por increÃble que parezca, este dúo que conforman Yissi Klibre y Darwin Borrach estrena por estos dÃas su primer disco: Golpe seko brothers. Y con este material se estrena Guámpara Music, una productora independiente de música urbana que promueve la mezcla de diferentes sonoridades –incluido el argot popular o los ruidos del barrio–, que distingan al hip hop cubano hecho en Oriente. Un nuevo nacimiento, si se quiere, para estos raperos. Asà llegan a esta lista.
Catorce tracks e invitados de lujo como Yissy GarcÃa, Julio Rigal, Rubén Leliebre y Vilma RamÃrez, entre otros, componen un disco diverso, donde se fusionan ritmos caribeños, sonoridades africanas, música cubana tradicional y jazz; fusión que distingue también al rap que se hace por aquellos lares. Hip hop a lo Guámpara Music, que no pretende esconder o camuflar la herencia geográfica o la influencia de las raÃces.
DAYMÉ AROCENA
Hay que ver un video llamado Madres, donde Daymé Arocena, de apenas 22 años en ese entonces, canta a Oshún y a Yemayá. Y la voz surge de la tierra, sube por las piernas y por las ropas blancas — impecablemente blancas sobre su piel negra — , y no se detiene hasta abandonar el cuerpo y volverse canción a las deidades. La voz, que a ratos suena joven, misteriosa, y unos segundos después te destroza de tan certera y te pone los pelos de punta y te dibuja esa sonrisa de “esto es una barbaridadâ€, al escucharla.
Una mezcla espléndida, eso sÃ, de jazz y soul o neo soul y cantos yorubas es Daymé Arocena y su disco Nueva era (Brownswood Recordings). La “gran revelación cubanaâ€, le han llamado, “the next big starâ€, y Daymé pareciera escuchar a discreción, desde su natal Diez de Octubre, desde hermosas ciudades del mundo, sin detener la voz, que no deja de hacerse canto.
ZULE GUERRA
Sobre el escenario, Zule Guerra explora. Aunque en un principio siempre fue el jazz –estudios de piano, la bioquÃmica y el jazz–, encima del escenario Zule Guerra pasea por los llanos suaves del blues, los ritmos brasileños o el funk. Blues D´Habana se llama la agrupación que la acompaña y cuyo concierto debut fue el 15 de octubre de 2014 en el Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes.
Debemos decir que Zule Guerra seduce. Y lo sabe. A pesar del buen trecho que tiene por delante aún, Zule Guerra entona cualquiera de los temas de su Blues Habana (Egrem) y cautiva por su apropiación e interpretación del nujazz, mucho más cuando viene seguida por sus improvisaciones. Mucho más cuando es Rolando Luna quien la acompaña al piano.
IBEYI
Si las voces de Lisa-Kainde y Naomi no fuesen tan tibias y sensuales, uno podrÃa hacer como que no escucha. Quizás si no fuesen tan condenadamente hermosas uno podrÃa incluso cerrar los ojos, voltear la cabeza. Y a otra cosa.
Como misteriosos seres que surgen del agua o de la profundidad de los bosques, salieron un dÃa las Ibeyi a la luz. Luego se mezclaron con la gente. Y luego comenzaron a cantar. Cubanas. Franco-cubanas. En sus escasos veinte.
Cantando en inglés. Cantando a los orishas en su lengua. Haciendo hermosÃsimas composiciones –contenidas en su homónimo álbum debut lanzado con la poderosa compañÃa XL Recordings– con ritmos electrónicos y soul y tambores batá. Interpretando a dúo con la voz de una sola, y una misma alma, como dicen que hacen los gemelos.
POLAROID
Justo cuando muchos pensábamos que en terrenos de trova cubana poco o nada podÃa surgir que moviera el suelo de la música alternativa en esta isla, un buen dÃa chocamos con un grupo llamado Polaroid y un disco: Ãgora.
Inexplicablemente en los lÃmites del anonimato –una nominación al Cubadisco no significa demasiado en términos de difusión, ya lo sabemos– y sin poder negar la influencia que sobre sus letras se cierne la canción latinoamericana, Polaroid (liderados por Juan Carlos Suárez y Miguel DÃaz) ha sido capaz de crear un sonido distintivo desde temas comunes al quehacer trovadoresco de por acá. Ãgora pareciera un disco concebido desde la lejanÃa, desde la nostalgia y el dolor de la separación, pero a la vez, los temas que defiende el grupo suponen un oasis, un resquicio por donde entra la buena música, la poesÃa.
HIJOS DE LA VILLA
Hubo un concierto, a lo Gastón Joya presenta, que ubicó a los Hijos de la Villa dentro del cuadro. Importa, por supuesto, qué hicieron antes, por separado, pero mucho más lo que han hecho después. Ese concierto, el 20 de diciembre de 2015 en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional, situó en el mismo lugar e instante a un puñado de músicos excepcionales y los puso a tocar como si tuvieran la certeza de que al dÃa siguiente se extinguirÃa el jazz en el mundo.
Gastón Joya, Rodney Barreto y Rolando Luna –¿por qué Rolando Luna no tiene un lugar propio en esta lista?–, junto a algunos invitados, reinventaron la energÃa que se desprende de las cuerdas, las teclas y los drums, mientras versionaban composiciones de Ernesto Lecuona, Rita Montaner y Bola de Nieve. A pesar de que cada uno de sus integrantes tiene una intensa y destacada carrera por su propia cuenta, cuando actúan como Hijos de la Villa saltan raÃces y tradición fusionadas con un jazz elegantÃsimo que nadie querrÃa que le cuenten.
(Tomado de Cubadebate)
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