Los premios son un buen momento para hablar de los creadores que no han logrado un reconocimiento social, cultural. Es de la manera en que podemos descubrir los nuevos rostros de la creación, tras la neblina del oropel acostumbrado. Pero las conversaciones con ellos también son el medio para exponer sus motivaciones, las claves de su escritura, las interioridades del autor. Julián Marcel Baldemira acaba de ganar el XVII Premio Celestino de Cuento, nos concede un tiempo en su agenda y tomamos un té.
Sé que puede convertirse en recurrente la pregunta de ¿Cuándo comenzaste a tomar en serio la escritura? Pero pienso viene como anillo al dedo, desde el momento en que recibes el Premio Celestino 2016 con un cuaderno que debe ser publicado bajo el sello de Ediciones La Luz. Así que abandono las suposiciones y pregunto.
Primero quiero decirte que todavía estoy aturdido por la noticia, no me lo puedo creer, ¡el Celestino!
Siempre me gustó escribir, aunque no fue hasta el 2013, justo antes de pasar el Taller para escritores del Centro Onelio Jorge Cardoso, que decidí realmente hacerlo. Solo por diversión había escrito con anterioridad algunos poemas y cuentos, pero nunca pensé que podía dedicarme a la escritura. Todo comenzó con una llamada telefónica de mi prima Nathaly, diciéndome que estaba abierta la convocatoria del taller del Onelio y que solo tenía que escribir tres cuentos y mandarlos. Así, me puse y escribí el primero; a mi madre, María Liliana Celorrio, le gustó mucho y me alentó para que escribiera otros y pudiera enviarlos junto con el que ya tenía. Cuando nos aceptaron para formar parte del taller nacional (mi prima también fue escogida) no lo podía creer. Fue una experiencia genial.
¿Cuáles son tus principales temáticas? ¿Tienes alguna preferencia por algún tipo de narración, alguna forma ideal en tu obra?
Las temáticas de mis cuentos varían mucho, me baso en las experiencias que puedo llegar a tener en mis sueños, en acontecimientos que quizás me marcaron cuando era niño, en historias que escucho de pasada, en imágenes que asocio a lo irreal. Todo depende de lo que sienta en el momento de escribir, si estoy recordando a mi padre o a mi perro, me salen historias grises que buscan en los rincones apartados de la memoria elementos que traen de vuelta. Creo también en la búsqueda, casi todos los personajes de mis cuentos andan detrás de algo.
En realidad, no tengo preferencia por ningún tipo de narración, me interesa contar y leer historias por placer, es una manera más que tengo de fugarme de la realidad.
El mundo de la literatura está en constante cambio y diálogo con el resto de los fenómenos culturales que la asedian. ¿Puede ser igualmente influenciable la creación de Julián Marcel? ¿Por qué?
Mi creación puede, de cierta forma, ser influenciada por lo que esté leyendo en el momento en que escribo. Por tanto, si lo que estoy leyendo en ese momento es algo electrizante y lleno de energía, entonces mis cuentos salen con ese aire.
¿Cómo ubicas este cuaderno dentro de tu obra? ¿Consideras ha llegado a cerrar un ciclo que pone en evidencia la madurez alcanzada luego de algunas búsquedas de investigación?
Es mi primer cuaderno de cuentos y para mí tiene una gran importancia, sí, como dices, cierra un ciclo de experimentaciones. He estado escribiendo durante dos años, soltando lo que pienso de situaciones y eventos nimios que pueden ser cambiados al solo verlos desde otra perspectiva, y ese es el resultado.
Julián Marcel Baldemira es ahora profesor del Instituto Superior de Arte. ¿Cómo valoras la influencia de esta profesión, de las clases con tus alumnos, de los estudios que realizas, para el desarrollo de tu obra creativa?
No creo que el trabajo influya mucho en el proceso creativo, aunque sirve como un lugar en el que puedes observar a fondo las relaciones humanas y los comportamientos. Quizás el ambiente bucólico del ISA, las ruinas y su gente, puedan llegar a estar como trasfondo de algún que otro cuento.
¿Tienes en preparación algún proyecto? Nos comentas algo…
Trabajo en otro libro de cuentos y en uno de poesía. Estoy tratando de ponerme horarios fijos para escribir y depurar porque a veces el tiempo no llega a alcanzarme para todo lo que quiero hacer. Quisiera escribir una novela también, no sé, ya veremos qué sucede…
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