Historias de baobabs, contadas por Marcos David Alba Rodríguez

Esta historia no comenzó en un asteroide, pero sí es un cuento de árboles, hombres y lecciones de identidad. En Cuba, un concepto que no puede ser sentido e interpretado sin la circunstancia de la ínsula. Al final, cada quien cuenta a su manera, y en este caso, Marcos David Alba Rodríguez lo hace desde azules, verdes, ocres y el hechizo que aún emana del claroscuro.

Aunque incursiona en el uso de óleo y acrílico, Marcos David es sobre todo un dibujante. Lo híbrido se convierte en la solución formal más socorrida en sus piezas. De ahí que los hombres se transfiguren en árboles, pájaros o seres mecánicos. La mutación es dinámica y en varias piezas se observa la continuidad en el proceso.

Es la suya una filosofía de la transformación, captada y contenida en sus dibujos y pinturas. El tiempo se incorpora como variable fundamental para discursar sobre lo que es imperecedero para la memoria del hombre. Un tiempo histórico que Marcos David se obsesiona en captar junto a los cambios permanentes de función y significado, que enriquecen el recuerdo, la voluntad e intención de los sujetos que representa.

Fragmento del mundo de los vientos es una pieza donde el carácter escénico de su trabajo se hace evidente. Se aprecia su habilidad para trabajar las áreas de color y los diferentes planos de la composición. Técnicamente se constata un equilibrio entre el dibujo y la pintura, demostrando la importancia que para él contienen el claroscuro y el color. Las figuras, casi siempre, adquieren rasgos escultóricos, y aquí y allá se develan influencias del arte mexicano, sobre todo en las escenas más sangrientas de figuras sedentes.

En esta cuerda, su discurso se abre a múltiples temas: escenas bíblicas, y diferentes estados emocionales. Un mundo onírico se presenta al espectador en toda su vastedad y colmado de elementos naturales que alcanzan un alto protagonismo. Palmas y hojas asumen cada una de las partes del cuerpo humano y los seres, como atlantes, enfrentan el futuro con escepticismo.

Supongo que en todo vaticinio siempre reside un gran riesgo, pero me atrevo a afirmar que en breve nuestro circuito sabrá más de este joven guantanamero. Estos apuntes sobre su proyección sobre un asunto tan serio como la insularidad, son la antesala. Los boababs no eran solo parte de un cuento de Antoine de Saint- Exupéry, constituyen la metáfora de la resistencia por sus fuertes raíces, y la alerta ante el peligro que acecha. Veremos a donde nos conducen en el presente inmediato.ç

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