Hay momentos en la vida en que el amor es la fuente de inspiración para componer, dedicar e interpretar canciones, por otra parte, su opuesto, el desamor, es también una forma de expresión para aquellos que lo han sufrido.
Melodías con historias que cuentan este rechazo son miles, pero hubo una en particular, dedicada a alguien en particular, a la que se debe agradecer hoy, después de casi veinte años, por ser la inspiradora e impulsora de la carrera artística de un muchacho que, sin pensarlo dos veces, se convirtió en músico autodidacta y un amigo.
Jesús Puentes Montano, más conocido como Piq, nos cuenta cómo fue su inserción en la música, cuando tan solo cursaba el octavo grado, y compuso su primera canción.
«Hubo un desamor, y ese fue mi punto para escribir mi primera canción, a la que llamé Vete que no te necesito, actualmente Toques del Río, el grupo al que pertenezco, la tiene en su repertorio y se llama Falsa. Claro, con muchos arreglos y una melodía diferente, pero la esencia y el mensaje siguen siendo el mismo. Después de todo, hay que agradecer al desamor —con una cara un tanto picaresca nos dice—, hoy en día esa persona a quien le compuse ese tema es una gran amiga, pero le tengo que agradecer que con tan solo unos pocos años, nuestra historia me permitiera mi primer trabajo».
«Un sábado, al que recuerdo perfectamente porque estaba lluvioso, y tenía la compañía de mi abuela; la musa, una muchacha por la que casi moría de amor, me hizo tomar un papel y escribir todo lo que sentía, por supuesto, que cuando pasaron los años y volví a leer ese papel, me di cuenta de que aquello no tenía ni pies ni cabeza —ríe—, pero era la alegría de tener en mis manos mi primera canción. En ese preciso momento me di cuenta de que la improvisación y yo hacíamos buena química, y fue cuando empecé a guardar todo lo que se me ocurría, lo primero que me venía a la cabeza lo guardaba en una hoja. A medida que me iba enamorando, y me iban diciendo que no, yo, amante de esta vida, como diría la canción de Álvaro Torres, iba escribiendo más y más canciones, aprovechaba el dolor y lo iba canalizando por ahí».
¿Antes de que esto te sucediera, ya tenías alguna inclinación por la música?
Desde niño tuve el don de la música, cada vez que me sentaba a la mesa a comer empezaba a tocar como si fuera un tambor, y mi abuela Justa terminaba regañándome.
Una vez fui al antiguo Pista Rita, cuando se hacían los Festivales de Rap, y entonces aquello me emocionó, vi a esas personas cantando y haciendo freestyle y eso me envolvió, captó mi atención y me pregunté ¿podré hacerlo yo?, entonces puse la boca en una posición determinada, y así, de la nada, me salió, y estuve haciendo estos sonidos toda la noche, fue cuando me di cuenta de que era fácil organizar y crear palabras en el rap.
¿Cómo te fuiste perfeccionando y aprendiendo?
Mientras fui un estudiante del Politécnico Primero de Mayo creé el grupo C4, y a medida que me fui enfrentando al público, entonces aprendía de lo que estaba haciendo mal, choqué en muchas ocasiones con una pared, pero siempre he agradecido que esto me sucediera, porque gracias a esto he aprendido.
En el rap, el género donde más he incursionado, tuve influencias de Anónimo Consejo, Ogguere y de todos los raperos cubanos, poco a poco me fui nutriendo de sus melodías y sus letras, de cambios de fusión, de cualquier cosa que tuviera que ver con la música.
¨Después de esto empiezo a trabajar con Junior, y entonces creamos Los Muchachitos, pero algo curioso me pasaba, y era que yo hacía las canciones, pero fuera del escenario no sentía ganas de cantarlas, por un momentico me gustaban y luego ya no quería hacerlo, pero claro, pasó el tiempo y logré que esas cosas que yo escribía me gustaran a mí, y así las empecé a cantar yo.
En ese momento yo trabajaba en el torno de la terminal de ferrocarriles, y el grupo iba ascendiendo, nos presentamos en la Capital de la Moña, y ahí obtuvimos el segundo lugar, y claro, aquello fue algo muy grande, el jurado nos decía que nos merecíamos otro premio, pero imagínate, éramos dos pinareños novatos metidos con los grandes del momento, eso no le gustó a muchos.
¿Sobre qué compones? ¿Tuviste alguna ayuda, alguien que te indicara lo que debías hacer?
Las crónicas sociales, la canción protesta, el hip hop revolución, el underground. No es que ahora no exista, lo hay, y conozco muchos que lo hacen, pero en ese momento era mucho más fuerte el movimiento, ahora no tanto.
Participé en el taller de poesía Mario Benedetti, yo nunca en mi vida había escrito poesía y la que había leído no era suficiente, pero esto me enseñó mucho. Ahí aprendí a entender, a escribir, a criticar, y aprendí a ser criticado, a decir las cosas con un sentido y una entonación en dependencia del tema, me perfeccioné para tener un mejor desenlace.
Mi objetivo lo cumplí, aprendí a escribir canciones y que las entendieran, ya no eran mis años de niño aprendiz, y me gusta que sea así. Que una persona este caminando en la calle y vaya tarareando la canción, una mujer planchando en su casa la cante, que esa melodía y ritmo se peguen, y ese taller fue un paso importante en mi vida.
¿Además del rap y la música fusión, que más has hecho?
Incursioné en el jazz, y ahí si tengo que agradecer a Joseph, un amigo y gran músico que dio esta provincia, que me enseñó a escucharlo, a entenderlo, porque para mí no era más que melodías con poco sentido.
También tengo que agradecer a Inter-Nos, ese grupo de amigos que disfrutan la música y que me dieron la oportunidad de integrarme a ellos y aprender.
¿Tienes alguna canción sobre lo que has sentido por llegar hasta dónde estás?
No, nunca he logrado escribir una canción que demuestre cómo se puede sentir una artista cuando está trabajando, como mucho he logrado escribir sobre cuando cargué por primera vez a mi niña en brazos, es un sentimiento tan fuerte que no sé cómo expresarlo, no encuentro las palabras para decirlo, no sé qué tiempo duró eso, si fueron segundos o minutos, pero eso me cambió la vida.
Toques del Río es una nueva etapa en la música pinareña, y claro está, para ti también, ¿qué significa este grupo?
Este grupo ha sido mi vida, para él he compuesto Un pedacito de tu tiempo, El maní, El tilo y El mambo, y todos los he compuesto con la mayor alegría y satisfacción del mundo.
La estancia en este grupo ha sido magnífica, he sufrido desilusiones, por desacuerdos en una nota, en una palabra, en un texto, o porque se haya suspendido un concierto, pero ha sido una gran experiencia.
Toques del Río tiene una perspectiva de trabajo muy buena, ojala y no sea como los demás grupos que han pasado por Pinar, que suenan un tiempo y ahí se quedan, pero lo que sí queremos es sobresalir dentro de la música cubana, y más que nada dentro de la pinareña.
No somos de los que tienen una difusión por todos los medios, no tenemos un presupuesto para al menos hacer un video clip, pero nuestro trabajo ha estado evolucionando y hemos ganado seguidores, hay personas que nos piden la música
Este grupo está rompiendo muchos esquemas en la música cubana, pero más difícil aún en la música y cultura pinareña.
En tu trabajo debes tener momentos buenos y malos, ¿cómo los enfrentas?
Hay momentos donde uno tiene ganas de llorar, se le aprieta el pecho, se molesta, pero esos son los momenticos que no hacen trabajar más y demostrar que si sabemos hacer buenas cosas.
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