Sueños para componer

El joven compositor José Víctor Gavilondo Peón obtuvo recientemente la Beca de Creación Musical Conmutaciones que otorga la Asociación Hermanos Saíz (AHS). Gavilondo recibió el Estímulo a la Composición de Música de Concierto por su proyecto Sueños.

Proviene de una familia de artistas. Su madre, Clotilde Peón, fue primera solista del Ballet Nacional de Cuba y en estos momentos es maître de la destacada institución danzaria. Su padre, Jorge Gavilondo, es científico de profesión y a la vez, un fotógrafo laureado y reconocido por sus logros en la fotografía digital. Su hermano es diseñador e ilustrador. En fin, convive en un núcleo de creadores, al que solo le faltaba la música, que llegó a la vida de José Víctor como un interés de su abuelo, pero luego se convirtió en su razón de ser.

Comencemos por tu formación…

Estudié la especialidad de piano en el conservatorio Manuel Saumell, en el Vedado. Estudié entre comillas, porque era muy testarudo, aunque lo toqué mucho. Esto hizo que cuando llegara al nivel medio optara por la carrera Asignaturas Teóricas, que es Teoría Musical, en el Conservatorio Amadeo Roldán. En realidad, y lo discuto mucho con mi familia, cuando miro retrospectivamente creo que es lo mejor que me hubiese podido pasar. Ya tenía los rudimentos de la técnica del piano, entonces me adentré en la parte teórica que es muy importante. Desarrollé entonces muchas habilidades de investigación, de lectura, de búsqueda de información que quizás, si hubiese seguido como pianista, no hubiese desarrollado.

En el segundo año del nivel medio comencé a interesarme por la composición, contacté a Juan Piñera, uno de los mejores compositores cubanos en la actualidad y además, el jefe del Departamento de Composición de la Facultad de Música del Instituto Superior de Arte (ISA). Empezamos a estudiar y en el 2008 comencé a cursar esa carrera en el ISA. El curso anterior me gradué y después, me quedé en la universidad impartiendo clases de Composición y Orquestación.

El proyecto ganador de la Beca, ¿en qué consiste?

Presenté un conjunto de obras que agrupé bajo el nombre de Sueños. En él están incluidas obras que he compuesto desde el 2007 hasta el 2014. Las piezas varían en formato: piano; flauta; chelo y piano; un formato más inusual que es piano, batería, flauta y violín. En sentido general es música de cámara, pero son obras muy distintas con influencias japonesas, del rock, el jazz mezcladas con la música de concierto. Por otra parte, también se pueden apreciar influencias de mis compositores favoritos como el impresionista Claude Debussy, Ígor Stravinski, el húngaro Béla Bartók y el francés Olivier Messiaen.

En estos momentos ya todas las obras están compuestas y tengo confirmada la participación de la mayoría de los intérpretes que necesito. Sin embargo, quiero que el concierto sea para finales de año pues todavía tengo que repensar el concierto. Tengo nuevas ideas y me gustaría combinar la música con otras manifestaciones artísticas como la danza, el videoarte, la pintura en vivo, el teatro. Ese es el proceso más difícil, el de poner a dialogar todo armónicamente.

¿Por qué Sueños como nombre?

El sueño como fenómeno para mí ha sido interesante. Desde pequeño siempre he sido muy fantasioso. Cuando uno escucha los títulos de mis obras y mi música se percata de que mi propuesta es descriptiva, desbordante de surrealismo. Todo esto responde al hecho de que siempre estoy muy consciente de mi inconsciente, o sea, siempre estoy pendiente de mis sueños y de ese mundo del cual no nos percatamos mientras soñamos. Eso tiene un gran atractivo para mí. Por otra parte, entiendo también el sueño como metáfora de lo que se quiere, lo que se anhela lograr, creo que tiene mucho que ver con eso.

La música de concierto va dirigida a un público específico, en el cual la cifra de jóvenes es ínfima. ¿Por qué te inclinas, a tu corta edad, hacia este tipo de composición?

Ese es un tema muy candente. Yo también soy profesor en el Instituto Superior de Arte (ISA), y por ello tengo un fuerte basamento académico. Muchos estudiantes de música, los que no deciden entrar al ISA, se desvían un poco de la música de concierto. Cuando se gradúan de nivel medio se inclinan hacia lo popular por diversas razones: no hay un mercado de la música de concierto, financieramente es más ventajoso el sector popular, en él hay más trabajo y más público. La música de concierto, en el mundo entero, pero particularmente aquí, sufre de una profunda crisis en cuanto a público, promoción, recepción y percepción. Me refiero a cualquier música de concierto: barroco, clásico, romántico y del siglo XX. Sin embargo, la contemporánea es la que está sufriendo más, la que está en una crisis mayor.

¿En el ámbito creativo?

En todos: en el creativo, en el de recepción, etc. En nuestro país existen pocos eventos de gran magnitud dedicados a esta música, entre ellos el Festival de Música Contemporánea de La Habana, un espacio que no solo reúne a importantes compositores cubanos y extranjeros, sino que también les ofrece oportunidad a los jóvenes compositores para exponer sus obras. También podemos señalar en este sentido el Festival Leo Brower de Música de Cámara que lamentablemente, ya no se realizará más. Pero sus seis ediciones fueron maravillosas. Todo lo que se tocó, lo que sonó, los intérpretes que participaron, constituyó un sinfín de experiencias inolvidables; pero ya se acabó. Entonces, me pregunto: ¿qué pasará con la música de concierto contemporánea en Cuba? En el ISA hay muchas ganas de hacer, mucho potencial, pero siempre se encuentran barreras que impiden avanzar.

¿Eres docente universitario y a la vez, músico?

Yo te hablaba del fenómeno de que todos explotamos más el campo de la música popular porque no hay muchas opciones de no hacerlo, no solo por el hecho financiero y de trabajo, sino también porque es muy importante ese ámbito.

Mientras estudiaba en el ISA comencé a trabajar con trovadores, como arreglista, tecladista, director musical. De ese modo, me fui introduciendo, poco a poco, en la vertiente de la música popular, no por la corriente del jazz, porque nunca se me dio muy bien como pianista, aunque me encanta el género y lo escucho bastante. En la trova descubrí un potencial increíble y lo desarrollé mucho. Trabajé con Heidi Igualada, toqué con Marta Campos, Inti Santana, Charly Salgado, Eric Méndez. El mundo de la trova tuvo y tiene mucha importancia para mí.

En esa época comencé a crear mis propias canciones instrumentales de carácter popular, pero con mucha influencia de la música de concierto. Lo más importante que me ocurrió en ese sentido fue haberme incorporado a Síntesis. Siento un gran honor y privilegio por estar en este grupo antológico de la música cubana, donde cada artista es una escuela y te enseña algo nuevo todos los días. Eso da ganas de buscar superación, y realmente no quedan opciones: debo ser mejor todos los días porque los músicos con quienes comparto son muy talentosos. Actualmente, soy tecladista de la agrupación.

Toco también con el trovador Ariel Díaz, tenemos un proyecto de dúo. Hacemos conciertos de vez en cuando, y presentamos trova fusionada con música contemporánea, arreglos muy peculiares que hacemos juntos. El concierto más reciente que tuvimos fue en la Casa de las Américas y quedó muy lindo.

¿Y la música de concierto?

Tengo un proyecto nuevo que ha echado a andar a una gran velocidad y promete mucho, se llama Ensemble Interactivo de La Habana. Somos un grupo de estudiantes de composición e instrumentistas del ISA, dirigidos por mí, que hacemos música contemporánea de corte muy vanguardista y le incorporamos videos, teatro, performance, happening. Para nosotros lo principal es el predominio de la exploración del sonido. Tuvimos el debut en el último Festival de Música Contemporánea de la Habana, bajo la dirección de un pianista y compositor catalán que se llama Josep María Balanyá. Después de ese momento inicial con él, seguimos el proyecto nosotros mismos. Es algo espectacular, pura improvisación, no hay partituras, ni composiciones, es creación in situ, al azar, y lo estamos disfrutando mucho.

¿Cuando obtuviste la Beca Conmutaciones no eras miembro de la AHS?

No. Siempre vi eso como una de las cosas más espectaculares de la beca, el hecho de que fuera abierta; no solamente para los miembros de la AHS, sino para todos los jóvenes creadores del país. Ahora que ya pertenezco a las filas, me siento muy bien por formar parte de una organización que apoya el arte joven.

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  • Tengo el honor de conocer a esta gran persona en vivo y haber trabajado con él…SUEÑOS es un titulo que le viene como anillo a dedo.
    Yo diría que es 1 entre tantos que se atreve a soñar de la manera única que lo hace…MUCHAS FELICIDADES…TE DESEO LO MEJOR DEL MUNDO..y q sepa q llevo a donde quiera se voy sus enseñanzas…abrazos

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