Como parte del auge —auténtico o no— de la fotografía en Caibarién, y en un marco culturalmente propicio como lo fue el recientemente concluido Festival de la Trova Longina, quedó inaugurada en la Casa Municipal de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) la exposición More than words.
Tres fotógrafos —dos de ellos, talentosos jóvenes— confluyeron en una muestra diversa en cuanto a estilos, lenguajes y ejes temáticos, pero que deja ver pronunciados puntos de contacto en la producción de los autores, en lo referido a sus preocupaciones por la realidad; que pueden verse en la ternura de “Michu”, en el erotismo de la serie Estaciones —guiño implícito a Las Cuatro Estaciones de Vivaldi—, en la cruda dualidad monetaria intrínseca a “Para el barquero” o en una surrealista “Ventana al mundo” que no deja ver más que acumulación de escombros.
Mantener el concepto artístico en el trucaje digital de las imágenes supone transitar sobre —o entre— límites apenas perceptibles con la manipulación. José Armando Ocampo, Kenny Ocampo y Danny Castillo, no solo concluyen inmaculados el proceso: ellos consiguen una exquisita combinación de luces, una textura que traspasa lo lineal —“Reminiscencia”— y una calidez propia de la “Villa Blanca”, a pesar de la prevalencia de los tonos fríos.
Como la balada del mismo nombre, popularizada en los noventa por la banda estadounidense Extreme, la exposición invita a transgredir los límites de las palabras para optar por una estética fotográfica que busca, según Danny Castillo, «rescatar espacios, geografías, sentimientos», porque, finalmente, los tres viven «en el mismo entorno», y los tres sufren «lo que se va perdiendo».
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