Desde el pequeño escenario de la Pérgola –a ritmo de son– Alberto Arias cuenta que en un arranque de valor se decidió a darle la serenata a la muchacha que tanto le gustaba. Improvisando, dice que llamó a sus amigos –los mismos que lo acompañan sobre el escenario– y comenzó su descarga de media noche al pie del balcón de la cortejada.
Al terminar la primera canción levantó la vista con la esperanza de ver a la joven, sonriente y complacida, escuchándolo sobre la baranda. Pero en el balcón no habÃa nadie y las puertas estaban cerradas.
–Quizá está dormida y no nos escucha. Vamos a tocar otra.
Al cabo de la tercera canción, cuando la susodicha aún no aparecÃa, sus amigos comenzaron a temer las consecuencias de tan insistente romanticismo.
–Alberto, vámonos – le dijeron– a lo mejor no está.
–Que sÃ, tiene que estar.
–Pues si está, vámonos antes de que nos tire un cubo de agua.
Ya de era de madrugada cuando, después de lanzar varias piedrecitas a la ventana y el balcón de la muchacha sin respuesta, Alberto decidió probar un último recurso. Sacó su celular y marcó el número. Escuchó el timbre desde dentro de la habitación y supo que no se equivocaba. Ella estaba allÃ.
Desde el otro lado de la lÃnea, escuchó la voz deseada, pero el saludo fue tajante:
–Alberto, ya te he dicho que esa música que tú haces a mà no me gusta. Lo mÃo es el reggaetón.
–Pero niña, si le meto al reggaetón, ¿quién defiende el son? – siguió el estribillo…
Fieles defensores de la música cubana
Alberto Arias Urquiola es el director, voz lÃder y guitarrista de Señales, un grupo compuesto por seis jóvenes tuneros con intereses similares en cuanto a la música. Geisel Acosta Iglesias (percusión), José Gabriel Rojas Borrego (percusión menor), Ridel Meriño Rivero (guitarra eléctrica), Davis Pérez Hernández (piano), Joel Carralero Cárdenas (bajo) completan la agrupación.
«Nos conocemos hace bastante tiempo –cuenta Alberto–, algunos estudiamos juntos desde primer grado, excepto Ridel, que fue nuestro profesor en la escuela de arte. Todos tenÃamos interés en hacer un tipo de música que respondiera a nuestras inquietudes. Nos unimos y nació esto que se llama Señales.
»Aunque al terminar la escuela escogimos caminos diferentes, tenemos una formación similar. Incluso, algunos de los integrantes estudiaron carreras no están vinculadas a la música, pero al final confluimos en el mismo camino después de graduados».
El grupo ha creado una propuesta musical que defiende los ritmos cubanos y aunque en su repertorio predomina el son, también incluyen otros como el chachachá y el mambo.
«Todo el repertorio es de nosotros. En el proceso de creación cada uno aporta con sus arreglos, aunque la composición queda a mi cargo, a excepción de un par de covers que hemos hecho a temas de Buena Fe y Descemer Bueno.
»Hemos formado una familia muy bonita entre los miembros del grupo y ahora la hemos ampliado con las personas que nos siguen, que reconocen nuestro trabajo y tan felices nos hacen cuando cantan nuestras canciones, y las promueven al compartirla entre ellos y con otras personas».
Revolucionar y evolucionar es uno de los objetivos que persigue Señales. Según Alberto, su trabajo busca transgredir las fronteras de la creación musical en su natal Las Tunas.
«Es muy complicado hacer eso desde la música en un paÃs donde hay tantas cosas buenas que nos preceden, pero lo que pretendemos es entregar lo mejor de nosotros mismos y mejorar cada dÃa.
»Estamos luchando muy duro para que los sueños y las aspiraciones de Señales se materialicen».
En su primera etapa, Señales era un poco más alternativo. Fusionaban las sonoridades y ritmos tradicionales con varios géneros como el funky, el reggae y otros. Actualmente, se enfocan en la música cubana.
«El cambio tuvo defensores y detractores, porque habÃa personas que preferÃan la estética de nuestra primera etapa.
»No todo lo que tocamos es son, pero el que hacemos lo vamos a seguir haciendo con la calidad que merece y lo vamos a defender con toda la fuerza del mundo, no porque tengamos un único interés de lucrar con este tipo de música, sino porque nos fascina. Nos encanta como nos queda el son; suena a nosotros».
La AHS es nuestro cuartel
Desde sus inicios, Señales ha tenido que recorrer un camino difÃcil donde la Asociación Hermanos SaÃz (AHS) ha sido muy importante, teniendo en cuenta las vicisitudes propias de un grupo de jóvenes de provincia, donde usualmente es difÃcil producir un disco.
«Para el que vive en Oriente la organización es muy importante, pues allà es más complicado hacer música, al menos en formato de grupo, pues no siempre existen las condiciones y la disposición de quienes poseen los medios para producirla. Hemos recibido su ayuda invaluable para la producción de nuestros dos discos».
Como voz del grupo, Alberto asegura sentirse orgulloso de pertenecer a una organización que lucha tanto por ganar sus propios espacios, por hacer más de lo que ya hace, por tener más de lo que hoy tiene para apoyar la creación artÃstica de los jóvenes cubanos.
«TodavÃa nos queda mucho junto con la AHS. Si no hubiéramos tenido ese apoyo, Señales no pudiera hacer lo que hoy hace».
Fotos de la autora.
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