No pueden ser irreflexivos, poco tolerantes, o desconcentrados, quienes se acerquen a la obra de la artista de la plástica Lilliam Cedeño Cedeño. Diversos contenidos y técnicas reciben su firma desde hace casi quince años. En la actualidad, seis piezas, integradas a otras instalaciones y lienzos de la expo Fun, muestran sus más recientes preocupaciones.
Lily, graduada del Instituto Superior de Arte ¿!muy superior?! ratifica el bien «elevado» calificativo de esta academia cubana, tras su participación, con apenas treinta años, en igual número de exposiciones colectivas y más de una decena personal.
Desde Matanzas, se inspira, y provoca el diálogo sobre la incomunicación, la demagogia, fundamentos políticos y sociales dela Constitución de la República, su inconformidad con los que aparentan y no hacen; refleja las inquietudes de su generación y destaca por lo profundo de sus análisis.
En tiempos en que los duendes creativos no descansan siempre a gusto en los jóvenes creadores, en la Galería Taller El Almacén, donde labora Lily, habita uno que no perdona el descanso, la monotonía, y a veces tampoco la ausencia de sobriedad.
Hasta presidenta de la AHS devino en 2015 la premiada matancera, anteriormente directora de la Galería de la Ciudad de los Puentes. Ahora, toma las riendas de una nueva sede, pone los puntos sobre las íes, exige disciplina, jerarquía, eventos, y dice NO a la mediocridad.
Así, entre una fuerza interior inmensa y con sencillez (no tiene el egocentrismo de algunos del team de las artes plásticas), transcurre su postura «filosófica»: creer siempre que en colores e imágenes se puede narrar la verdad de Cuba—su versión—; contar anécdotas, polemizar, apostar por lo mejor de las personas. Alza su voz o pincel y firma un SÍ por el Arte autóctono.
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