Yonnier Torres entre círculos de cal

Con el proyecto de novela Círculos de cal, Yonnier Torres Rodríguez (Placetas, 1981) obtuvo la beca Fronesis de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en 2014. En el texto, cuenta Yonnier, se entrecruzan una calle cubierta de polvo, un instituto de enseñanza politécnica, un encuentro generacional y un trago de Cubalibre; una Maestría en Estudios Históricos en una universidad mexicana y el tema de menor competencia para optar por una beca: la contribución de la Unión Soviética a la carrera del hombre en el Cosmos; una historia donde donde Julio Belladona, el protagonista, «descubre cosas que, tal vez, nunca debieron haber sido develadas…» Entre la amplia obra de Yonnier Torres, avalada por premios como el Luis Rogelio Nogueras de Ciencia Ficción (2010); los de narrativa Calendario (2010), Félix Pita Rodríguez (2010) y Eliseo Diego (2011); los de novela Fernandina de Jagua (2011) y el Segundo Premio Internacional Casteldeffels (2014), entre otros, lo convierten en una de las voces más interesantes de la literatura cubana escrita por jóvenes.

yonnier_torresEntre sus libros destacan títulos recientes como La oscura superficie (Editorial Ávila, 2012), El juego perfecto (Editorial Sed de belleza, 2013), la novela Clavar los ojos al cielo (Ediciones Mecenas, 2012) y Azul pálido (Editorial Marlex, 2014). Sobre Círculos de cal y otros temas relacionados con la literatura, conversa el Portal del Arte Joven con Yonnier Torres.

Círculos de cal obtuvo la beca Fronesis con un jurado realmente reconocido y exigente, compuesto por Alberto Garrandés, Ana Lidia Vega Serova y Jesús David Curbelo. ¿Qué opinas del desarrollo de la actual narrativa cubana, en la que también se incluye tu obra?

«Aunque algunos opinen lo contrario, yo sostengo la idea de que la narrativa cubana actual es diversa, tanto temática, como estéticamente. Muchas veces he oído, sin llegar a insultarme, porque no es para tanto, que los escritores jóvenes somos como un rebaño de ovejas: nuestros cuadernos parecen clonados, nuestras historias son las mismas y como en una corte necrófila nos fusilamos los unos a los otros. No creo que haya nada más alejado de la realidad. Si bien es cierto que compartimos referentes comunes, agarra a un puñado de narradores que no rebasen los cuarenta años, pregúntales cuáles son sus autores de cabecera y todos confluirán en media docena de nombres; nuestras maneras, no solo de contar, sino de afrontar la literatura, son distintas.

Compartimos solo las características comunes que un grupo de escritores jóvenes de una nación debe compartir. Es increíble, siempre me sorprende la cantidad de personas que escriben a lo largo y ancho de la Isla, y lo que me sorprende más, es la cantidad de personas que lo hacen bien, a la salvaguarda de algo muy difícil de encontrar, que es la autenticidad. A pesar de que en Cuba se escribe mucho y se publica poco (y no siempre lo mejor dentro de la madeja de una editorial) creo que la narrativa cubana goza de salud, fuerza y rabia. Quizás sean estos los tres elementos que impulsan la literatura de una nación.» 

La beca Fronesis es bastante cotizada entre los jóvenes narradores cubanos por la posibilidad de terminar el proyecto… ¿qué significó en tu carrera literaria obtener esta beca?

«Sobre todas las cosas, un impulso, un impulso enorme para terminar la novela, pues no solo contempla el entusiasmo y la alegría de haber obtenido la beca, sino también un compromiso. Es como si alguien hubiera confiado en ti, hubiera apostado por ti y ahora debes retribuirle de cierto modo, hacerle ver que la apuesta no fue en vano y que el resultado no entraña peligros sobre la confianza depositada. De cualquier manera, un reconocimiento siempre es una advertencia, una señal que ilumina tenuemente el camino.» 

¿Cuál es la tesis, la idea cardinal de Círculos de cal?

«Cuando concebí Círculos de cal, en ese marasmo de la creación continua que se dibuja a medida que las páginas se multiplican, quise verla como una novela de personajes, donde sus formas de ser, hacer y pensar, manejaban los hilos, la trama y eran los pilares fundamentales de toda la historia. Quise crear personajes atractivos, disímiles, con características propias, voces auténticas, y un poco insoportables, gente resentida, de un modo o de otro. La novela se sirve de una calle cubierta de polvo, un instituto de enseñanza politécnica, un encuentro generacional, un almuerzo en la casa de Arnaldo Tamayo, una fiesta en la playa, una beca para cursar estudios en México, una sala de lecturas, un evento literario, una película donde Nicole Kidman es engañada por un niño muy hijo de puta; y de a poco se va convirtiendo en una novela de tesis.

El personaje protagónico descubre, durante una fiesta generacional, que su novia de la adolescencia se ha ido del país (como tanta gente), que reside en México, imparte clases de Historia en una universidad, y puede formar parte de su boleto de salida, puede convertirse en una vía de escape, en una perfecta liberación. Después de un par de correos la chica lo exhorta a que aplique a una beca para la Maestría en Estudios Históricos (que ofrece su universidad) y que seleccione de todos los temas, el de menor competencia: la contribución de la Unión Soviética a la carrera del hombre en el Cosmos.
Círculos de cal es la persecución de un sueño, cuando ya creemos que no se nos está permitido soñar.» 

¿Qué buscas y qué piensas encontrar con Círculos de cal? ¿Cuál crees que es la utilidad de la literatura, si es que crees que tiene alguna?

«La lectura es una fuente de placer, un instrumento para el ocio; por tanto, en mi opinión, la primera función de la literatura es la de entretener. Lo de reflexionar, analizar, crear tesis y divagar existencialmente, llega después. Gramsci decía que el arte para educar, tiene que ser primero Arte, y aunque yo no soporto a Gramsci, algo sí me queda claro: y es que la literatura de ficción debe ser atractiva, de lo contrario no lograría cumplir con el resto de las funciones que el autor le ha parapetado encima. Círculos de cal se disfraza de novela divertida, y va sembrando algunas cuestiones e interrogantes filosóficas e históricas, que Gramsci y sus vecinos me han ayudado a construir.» 

Eres un escritor joven que ha recibido varios premios literarios (muchos de carácter nacional) y publicado además en editoriales nacionales y provinciales, pues muchos de estos premios han conllevado a la publicación de los libros ganadores: ¿cómo ves el proceso editorial en Cuba? ¿Crees que existen oportunidades para que los jóvenes accedan a la publicación de sus textos?

«Siempre he visto dos rutas muy claras para publicar en Cuba, y lo he mencionado en varias entrevistas, la más peligrosa y rápida es la de ganar un concurso que conlleve la publicación de la obra ganadora, y la más sana, pero a la vez lenta, es la de colocar un libro en la larga fila de una editorial. Yo he apostado, durante varios años, por la primera, y aunque parezca una falta de sinceridad: no la recomiendo. Y es que estar a la espera de veredictos no es solo una situación incómoda, sino desesperante, desequilibrante y malsana (tanto física como psíquicamente), o quizás es que yo me tomo todo esto demasiado a pecho. El asunto es que uno nunca se acostumbra a perder. Es cierto, a veces ganas en algún que otro certamen, e incluso, en la nota de prensa escriben tu nombre y tus dos apellidos sin faltas de ortografía, y cuando llega el cheque puedes invitar a tu novia a cenar y pagar la cuenta del teléfono; pero todo bajo el triste paraguas de haber perdido en los otros concursos a los que enviaste tu obra.

Otra estrategia, y no es que esté develando secretos ni nada que se le parezca, es tantear el buen o mal trabajo de las editoriales en Cuba. He apostado por Sed de Belleza, Capiro, Áncoras… un poco que me he encaminado en la segunda ruta. A fin de cuentas, soportar el peso del paraguas de la tristeza, a la vez que te hace fuerte, puede crear esos nudos en los brazos, que ningún escritor puede darse el lujo de poseer.» 

Veo que has apostado por editoriales «jóvenes» en el contexto cubano, muchas de ellas pertenecientes a la Asociación Hermanos Saíz (AHS), incluso tienes publicado Los cuatro puntos cardinales en la colección Analekta, de Ediciones La Luz (2011)… ¿qué encuentras en estas editoriales que te ha hecho enviar a su plan editorial?

«El tema de las editoriales en Cuba es escabroso, sobre todo para alguien que no trabaja dentro (como yo), sino que se sirve de ellas, disfruta y sufre sus cambios de carácter. Enviar un manuscrito a una editorial es como entrar a un túnel con una linterna sin baterías. En mi opinión, las editoriales de la AHS, durante los últimos años, han dado un salto enorme en muchos sentidos: desde el diseño del libro, hasta la amplitud de su catálogo editorial. He tenido la suerte de publicar no solo en la colección Analekta, sino también en Sed de Belleza, estoy a la espera de un libro de cuentos por la Editorial Áncoras y me gustaría publicar con La Luz, Aldabón o con Reina del Mar. Hay quienes prefieren apostar por las editoriales nacionales, que tienen una tirada mayor, o quizás una mejor estrategia de distribución. Ya te digo, de esos artilugios, mucho no sé. A la editorial que publique mi libro solo le exijo dos cosas: un buen diseño (sobre todo de cubierta, porque el libro, como la comida, entra por los ojos) y una adecuada distribución. No resisto la imagen de un paquete de libros acumulando polvo en un almacén olvidado por la mano de Dios.» 

Una pregunta casi obligada para muchos de los escritores jóvenes cubanos: ¿cuánto y cómo contribuyó en tu formación como escritor el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso?

«Yo siempre quise cursar el Taller del Onelio, era como una deuda que tenía pendiente, y cuando lo logré, me sentí realmente feliz. Tanto así, que cuando terminaron mis clases de los sábados, no sabía qué hacer con tanto fin de semana insulso. La salida fue inscribirme en otro taller: este, los domingos, y estrictamente de Fantasía y Ciencia Ficción, pero eso ya es otra historia. Creo que el Onelio cumple una función fundamental, no solo en el desarrollo de la narrativa cubana, sino en el crecimiento cultural de todos los que pasamos por allí.» 

Además de concluir Círculos de cal, ¿en qué otros proyectos estás inmerso?

«De momento me tomo las cosas con calma. Enciendo la computadora, a ratos surge un cuento, un poema, algunos apuntes, o una metáfora básica y cursi, una metáfora perfecta para enamorar a una chiquita. En el laberinto de mi disco duro tengo mucho material inédito, media docena de novelas, tres libros de cuentos, un cuaderno de poemas… todos a la espera de la buena ventura, de que lleguen los vientos, de los caprichos de una editorial. Quizás esta entrevista consiga que alguno de esos juguetes salga del armario.» 

 

Foto de portada: Tomada de Milled.com

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