Puede que cuando se piense en la pelÃcula Fresa y Chocolate (1994) –único filme cubano nominado al Oscar– primero recordemos a ese genio de la cinematografÃa cubana que fue Tomás Gutiérrez Alea. Sin embargo, en los créditos de esta obra aparece como codirector otro cineasta que mucho ha aportado al séptimo arte en Cuba y Latinoamérica: Juan Carlos TabÃo.
Guionista, documentalista y director, TabÃo ha sido el artÃfice de Plaff (1988), Se permuta (1983), Dolly Back (1986) y Lista de espera (2000), pelÃculas que lo han convertido en una autoridad del celuloide en nuestro paÃs. Entre las distinciones que ostenta por su trayectoria artÃstica resalta el Premio Nacional de Cine 2014.
Ha transmitido sus conocimientos a las nuevas generaciones, como profesor en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y el Instituto Superior de Arte (ISA). Además, ha impartido talleres por varios paÃses latinoamericanos, razones por la cual la Asociación Hermanos SaÃz no perdió la oportunidad de homenajearlo con la condición Maestro de Juventudes.
Dianelis Hernández: ¿Es importante que exista la Asociación Hermanos SaÃz?
«Los jóvenes siempre han significado un impulso de creación. Cada generación nos ha traÃdo una nueva visión, nuevas fuerzas e intereses que se ponen en juego. La AHS apoya esta necesidad de crear, esa fuerza, y realmente ha sido un sostén para el esfuerzo de los más jóvenes».
DH: ¿Qué retos tienen los jóvenes cubanos por delante?
«Siempre han sido los mismos desafÃos: la renovación de la vida, la lucha por conceptos nuevos y visiones nuevas de la realidad, ya que surgen otros intereses. La vida es un decursar y la punta de lanza es la juventud. En la medida que la Asociación Hermanos SaÃz pueda apoyar y canalizar esta necesidad de expresión y de creación, pues por supuesto que será una ayuda fundamental para la juventud».
DH: Si usted tuviera que darles un consejo qué les dirÃa
[Risas] «Yo serÃa incapaz de aconsejar a los jóvenes. En primer lugar no creo que me hagan caso, y tienen mucha razón en no hacerlo. Lo determinante en la juventud no es romper con la tradición, en caso de que yo pueda considerarme parte de la tradición, pero sà es elaborar sus propias iniciativas e intereses, su propio discurso con una mirada nueva, pero no creo que nadie de generación en generación pueda aconsejar a nadie porque, repito, no creo que me hagan caso».
DH: ¿Si volviera a ser joven harÃa lo mismo?
«Por supuesto que no, porque el mundo serÃa distinto, y uno, aunque piense que no, es parte de su tiempo. Lógicamente que harÃa cosas distintas porque el mundo actual es muy distinto a hace 50 años».
DH: Entonces ¿qué significa que lo hayan elegido Maestro de Juventudes?
«Sin dudas, es un reconocimiento que me satisface plenamente. En los años que fui profesor y tutor en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y en el ISA me relacioné con muchos jóvenes y les mostré cómo yo he hecho las cosas. Por supuesto, lo hice para que después ellos eligieran su propio camino».
Foto de portada: tomada de havana-cultura.com
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