Cuando los foráneos llegan a la ciudad de Santiago de Cuba, uno de los sitios de obligada visita es la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, donde sobresale una imponente escultura ecuestre del héroe mambí. Su autor, Alberto Lescay Merencio, quiso reflejarlo llamando a la lucha ideológica mediante el gesto del brazo extendido, representación novedosa en el tratamiento de la figura histórica.
Lescay es escultor, pintor y dibujante. Constituye una de las principales personalidades de las artes visuales en Cuba. Estuvo entre los fundadores de la Columna Juvenil de Escritores y Artistas de Oriente y la Brigada Hermanos Saíz. Realizó más de una treintena de exposiciones personales y colectivas, así como múltiples monumentos en Cuba y el extranjero. En 2014 recibió la distinción Maestro de Juventudes que otorga la Asociación Hermanos Saíz.
«Lo más importante es estudiar, prepararse, conocerse a sí mismo y tratar de ser lo más útil posible a la sociedad. Hay que ser coherente con las necesidades sociales y las necesidades internas, y eso se dice fácil y de verdad que es difícil, sobre todo conocerse a sí mismo para ser feliz haciendo feliz a la sociedad, al medio en el que se ha tenido la suerte de compartir.
»Esa es la máxima que deberíamos plantearnos todos, todavía mantengo esa posición, porque me considero ante todo un aprendiz. Lo de maestro trataré de aceptar que me lo digan, pero mi actitud de aprendiz no va a cambiar, porque creo que siempre será así».
Dianelis Hernández: ¿Cree usted que es un Maestro de Juventudes?
No. Le decía a uno de mis hijos que el hecho de haber vivido muchos años hace a uno saber un poquito más de ciertas cosas: hay personas analfabetas que por haber vivido 80 años son sabios, pero si además del tiempo eres capaz de dotarte de conocimientos de información, de haber sido una persona entregada a todas las convocatorias que te hace el mundo, la sociedad y todo lo anterior a ti, entonces serás mucho más útil todavía esa persona. Por lo tanto, quizás por ahí esté la clave de esa relación.
DH: ¿Qué retos debe tener la AHS?
Primero quiero decir que el hecho de que ustedes hayan pensado en mí para este premio me crea un compromiso mucho mayor de los que me he propuesto siempre. Que venga de los jóvenes, muy exigentes para escoger los paradigmas, significa mucho para mí. Con modestia digo: he recibido condecoraciones importantes en mi vida, pero una de las que más me ha conmovido es esta.
Tuve la suerte de formar parte de la Columna Juvenil de Escritores y Artistas de Oriente que antecedió a la brigada Hermanos Saíz y a lo que es hoy la asociación. Aquella era una institución con sus estatutos, su revista, programa de actividades con exposiciones y conciertos que también abarcaba a los literatos, a los músicos y los jóvenes del teatro y armábamos unos “líos” lindísimos desde Santiago de Cuba hasta Las Tunas: nos íbamos a las montañas a los hospitales… buscando poner el arte, el conocimiento, la literatura y la sabiduría en contacto con la sociedad. Ese ejercicio que se hace menos ahora creo, me parece que ayuda mucho a cumplir el objetivo fundamental que debe tener un artista. Que es estar a tono con su sociedad, pero dándole, además, información, productos nuevos, ideas renovadoras, ideas positivas para hacerla crecer, porque esa debe ser la meta y el súper objetivo de cualquier joven y mucho más si es un artista, un intelectual, un escritor, un poeta.
En el mundo no creo que exista otra organización estructurada para promover, desarrollar y organizar a los jóvenes creadores, y eso habla de la voluntad general, la credibilidad y la confianza de esta sociedad en los jóvenes. Les aconsejo que aprovechen esa posibilidad que es maravillosa, tener una institución como esta, tener el espacio en todas las provincias para trabajar, para probarse a sí mismo y comunicarse con otros colegas de distintas generaciones, es muy importante, muy valioso y es algo excepcional. A veces no valoramos todo lo que tenemos ya que lo tenemos tan cercano que no nos damos cuenta, pero los invito a que aprovechen el tiempo, porque un minuto perdido lo vas a sufrir cuando tengas mi edad.
DH: ¿Qué consejos da Lescay a los jóvenes cubanos?
La condición de ser humanos, de ser buenas personas, de ser honestos, de tener como un precepto fundamental la ética en todo sentido y en todos los momentos. Y defender a esta Cuba y a esta Revolución que es un tesoro que tiene que ser cuidado, mimado, adorado, y sobre todo, repito, cuidado. Cuidarlo puede ser en primer lugar asumir la actitud de incluirse en los proyectos de nuestra sociedad, de nuestro proyecto socialista, que es un Socialismo que tenemos que reordenar para corregir —como se está haciendo o intentando hacer— un grupo de errores, o quizás cosas que se hicieron que tienen que cambiar, y la responsabilidad de ustedes es muy grande. Me siento convencido, a pesar de la complejidad, de que ustedes pueden.
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