Para construir el Socialismo debe haber democracia

«Necesitamos muchas ideas bien claras, y muchas preguntas dirigidas a ustedes (se refiere a los estudiantes), que son los responsables de cómo se puede preservar o se preservará en el futuro el socialismo». Así expresó el comandante de la Revolución cubana Fidel Castro en un discurso dirigido a los estudiantes universitarios el 17 de noviembre del 2005, en ocasión de celebrar el aniversario 60 de su ingreso a la Universidad de La Habana.

A 15 años de aquellas palabras, el espacio Dialogar, dialogar… invitó el pasado viernes a tres analistas para debatir sobre algunas ideas de Fidel compartidas con los estudiantes en aquella ocasión.

«Fue una alocución que tuvo trascendencia nacional e internacional y que produjo en muchas personas sentimientos de incomprensión y lamento y a la vez, de racionalidad y satisfacción», precisó Emilio Duharte, doctor en Ciencias Filosóficas.

Comentó que la incomprensión y el lamento estuvieron dados porque hubo que esperar ese momento para aceptar la realidad cubana de entonces; y los segundos porque fue una oportunidad de reflexión acerca de la interrogante propuesta por Fidel: «¿Es que los hombre se pueden hacer que las revoluciones se derrumben?», o la afirmación de que «este país puede autodestruirse por sí mismo; esta revolución puede destruirse, nosotros podemos destruirla y sería culpa nuestra».

El encuentro Dialogar, dialogar… propició el diálogo sobre la preservación del Socialismo en Cuba. «Creo que la vía de asegurarla es superar los dogmas, los doctrinalismo, las deficiencias y los errores, y emprender las trasformaciones necesarias que conduzcan al perfeccionamiento del Socialismo consistente», aseguró el también profesor de Teoría Política de la Universidad de La Habana.

Emilio Duharte acotó que dentro de este conjunto de cambio legitimadores están las posibles reformas políticas que deben instaurase en Cuba. «Aquí se ha perfilado un gran problema: la actualización del modelo económico debe ir acompañado de la actualización del modelo político, social, cultural e ideológico, que garantice la integridad de los procesos de trasformación revolucionaria de nuestra sociedad».

Por otra parte, Darío Machado, doctor en Ciencias Filosóficas remarcó que el discurso de Fidel tenía contenidos y directivas para el pensamiento. «Hay un análisis de la situación actual, cómo está el mundo de hoy, la crisis energética y económica. Fue un discurso profético en aquel momento, hace diez años atrás».

En las palabras a los estudiantes universitarios, Fidel habló de la corrupción, el robo, el despilfarro. Y enfatizó en la idea de que a veces no somos lo consciente que debemos ser con los recursos que tenemos.

También, Fidel hace referencia a la crítica. Y dijo que debíamos hacer la crítica y la autocrítica en el aula, en el núcleo, en el municipio, y en el país. «Para que la crítica se ejerza en el país, tienen que existir en el mundo simbólico la presencia de esa crítica, y me refiero fundamentalmente a los medios nacionales de comunicación social, lamentablemente parcos en ayudar a enriquecer la subjetividad de la sociedad cubana», sentenció Darío Machado.

Comentó que el propio Comandante en su discurso nos dice que ya había otras ideas. Y que nosotros no sabemos todo lo que no necesitamos saber del Socialismo. «Quiere decir que todavía nadie ha podido construir el Socialismo de un modo acabado y reversible. No podemos creernos que pueda haber Socialismo sin propiedad social, sin papel del Estado, ni conducción política, sin democracia y sin consenso. ¿Ahora cómo se mete todo eso en la olla y se cocina el ajiaco? Se pregunta Machado.

Y se responde: «Se trabaja en esa dirección. Pero de lo que sí estamos claros es que el peor momento del Socialismo en Cuba es mejor que el mejor momento de Capitalismo dependiente que hubo en el pasado. Y esa idea es un motor impulsor que nos inspira a cuidar lo que hemos alcanzado. Y tenemos, sobre esa base, que hacer mucho más».

Fidel acotó en aquel entonces que la teoría sí es necesaria. Darío Machado precisa que el futuro de la revolución no deben construirla los jóvenes, solamente. «Nosotros tenemos que guiarlos, que acompañarlos, porque nosotros tenemos la experiencia. Tenemos que poner responsabilidades en al juventud pero hay que empujarlos».

Entre las ideas centrales del análisis que se hace sobre el discurso de Fidel aquel 17 de noviembre del año 2005, el profesor Darío Machado trae a colación en el espacio Dialogar, dialogar… una de las ideas muy significativas por su relación con el futuro que se avecina en Cuba. «Para construir el Socialismo lo que tiene que haber es democracia, más participación, más diálogo, más consenso, evitar los verticalismo y enriquecernos mutuamente».

Otro de los invitados a los debates fue Enrique Ubieta, periodista de la revista La Calle del Medio.

A Ubieta le preocupa que en Cuba empieza a notarse un espíritu positivizante. «Y es muy peligroso. Los económicos no lo ven todo, los sociólogos no lo ven todo. Pero hace falta tener la posibilidad de formular las cosas de una manera que no esté tan apegada a los datos».

Reconoce que en la revolución no siempre dos más dos son cuatro. «Hay un quinto elemento que es el pueblo, y la capacidad de ellos que hay que movilizar y sacar. Y eso es lo que ha hecho que la revolución triunfe».

Fidel en este discurso se refirió al tema de la cultura y no habló de la cultura artística literaria, aunque la incluye. Decía que lo que hemos tratado de construir es una cultura alternativa a la cultura del Capitalismo, una cultura de resistencia alternativa que tiene relación con Martí, y eso es lo que ha ido dando consistencia a la nación cubana.

«Y perder esa batalla es perder el socialismo en Cuba», aclara Enrique Ubieta.

Diez años han pasado de aquel discurso que hoy centra el debate de muchos estudiosos cubanos, como una forma, otra, de encontrar el futuro de Cuba y los cubanos, en estos tiempos de cambios, incertidumbres, dudas y mucho pensar.

Foto: del autor

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