Locos por el arte están algunos jóvenes de Media Luna, en Granma, que en mayo de 2009 crearon, con recursos y esfuerzos propios, el proyecto Vísperas. Sus actividades cobran fuerza inusitada y consisten en pintar muros y llevar alegría y entretenimiento a las comunidades de ese costero territorio.
Conscientes de que las paredes vacías no dicen nada, aprovechan los espacios en blanco para plasmar su arte y embellecer el municipio. Un poco de dedicación, otro de pintura y varias horas al sol, les bastan.
Hacen trabajos comunitarios con niños y adultos y realizan pasacalles, talleres literarios, peñas de trova, rap y rock.
Se trasladan hacia zonas rurales con sus propios esfuerzos y organizan fiestas, coros musicales, juegos y festivales de pintura, canto y baile en cuestión de segundos.
Pasan la noche en cualquier lugar y no reciben ningún pago material por su quehacer, porque, según su parecer, «el valor de transmitir felicidad y conocimientos es incalculable».
Entre ellos, hay escritores, músicos, actores, declamadores, cantantes y bailarines, lo que les permite desarrollar diversas manifestaciones artísticas.
Quienes caminan cotidianamente por el costero municipio de Media Luna, e incluso los visitantes, advierten el talento de estos aficionados, pues lugares como el complejo de piscina y los barrios de El Carmen y La Guanábana muestran una mejor imagen gracias a ellos.
Nacimiento de Vísperas
«En una reunión de amigos surgió la idea. Fue como un bichito que nos picó y se metió dentro para no salir jamás. Al principio, tuvimos que enfrentar algunas incomprensiones, pero con empeño y dedicación hemos vencido los obstáculos», afirman los integrantes del proyecto.
Los “vispereños” no andan por ahí con un pomo de pintura, un pincel y dos guitarras, valiéndose de la oscuridad para pintar y formar guateques, como pudieran pensar algunos. Son tranquilos, estudian o trabajan y «hacen arte para soñar». Reciben apoyo de otros intelectuales del territorio, entre ellos el poeta Andrés Conde.
Ahora realizan un trabajo arte-educativo con niños. Usan herramientas artísticas-pedagógicas para construir saberes y articular valores en lo infantes. Las actividades se realizan en círculos, pues «profesores y alumnos aprenden de forma mutua».
Según Reinier Rodríguez Guevara, coordinador del Proyecto, los príncipes enanos desarrollan capacidades expresivas y reflejan sus criterios mediante pinturas, canciones, bailes… Desde la individualidad forman opiniones colectivas y las socializan a través de obras de teatro en la comunidad.
Los pequeñines muestran alegría y hablan con entusiasmo de sus actividades como nacientes artistas.
Soñar en grande
«Anhelamos extender el Proyecto a los demás territorios de la provincia y que otros creadores se unan a nosotros. También deseamos presentar, en algún festival de jóvenes realizadores, una serie documental sobre las vivencias y resultados alcanzados, para divulgar nuestras experiencias.
»Los deseos de trabajar crecen cada día. Sabemos que Vísperas puede ser el antecedente de algo grande», dice emocionado Reinier.
Los “vispereños” promocionan sus obras, contribuyen a la instrucción cultural del pueblo y crean una memoria gráfica que seguramente formará parte del patrimonio cultural de la tierra de Celia Sánchez Manduley.
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