La Guasotrovancia, más allá del río

Prueba de sonido o una presentación necesaria

Juntar la personalidad musical de Azucena (Annalie López), Pedro Antonio Sánchez, Audi Vargas y Yoyi (Jorge Barrett), es la resultante de una fórmula a base de esencias guantanameras y cubanas con flow a mundo. Conga con changüí, kiribá y sones, aires rockeros, funky, bossa, bolero y rumba resultan entre los ingredientes fundamentales del tal coexistencia. Sabrosura con sentimiento, bomba y un swing tremendo son el resultado en escena  de esta cofradía con la que coincidí los primeros días de agosto en la jornada de La Canción Política en Guantánamo.

Foto: Juan Carlos Travieso

Hace algunos años tuve la oportunidad de conocer las canciones que por entonces firmaba Pedro Antonio Sánchez Zapata, Pedrito, cuando era estudiante de Letras en la Universidad de Oriente, y despuntaba junto a otros muchachos muy jóvenes, en una nueva promoción del panorama trovadoresco santiaguero alrededor del  2010  aproximadamente y durante los siguientes años. El tiempo se ha encargado de confirmar la relevancia que tuvo en su formación tras la guitarra, el trasiego entre las ciudades Guantánamo-Santiago con todo el reservorio musical de ambas. Después a la usanza de los bardos de siempre su ruta continúa un periodo por Camagüey, hasta asentarse posteriormente en La Habana.

Con ella, me crucé  allá por el 2016 en las inmediaciones de la Casa del Joven Creador en Guantánamo cierta vez que asistí a un evento de hip hop, entonces era conocida como Annalie López. Luego tuve noticias de Azucena cuando ya su obra mereció varios lauros en el circuito de la música y el audiovisual desde La Habana,  pues la negrita de losotrodía como en epíteto se autodefine en  uno de sus versos, para dicha propia y del panorama actual de la canción cubana logró visibilizar su trabajo en los medios nacionales. La coincidencia en su tierra natal el 2023 y el año en curso permitieron acercarme a su peculiar hacer, lo mismo en conciertos a cielo abierto o teatros, que al estilo de la guitarra y la voz en espacios más íntimos.

A la música de Audis Vargas recién llego, tuve la suerte de conocerle a su vuelta a la tierra natal este agosto, en ocasión de realizar junto a sus cohabitantes de guitarras y canciones más que un concierto, el show de La Guasotrovancia. Después conectamos entre los pasillos y las descargas en el hotel, tan importantes como los mismos programas oficiales de los eventos. Audis es de los trovadores con mayor sentido de la musicalidad que he conocido en tiempos recientes, de los que se disfruta no echar a correr las canciones sino gozarse el tempo natural de estas, un guitarrazo informal en su compañía se transforma en un momento de aprendizaje. Tiene una energía tremenda con o sin guitarra, y verle ofrece la sensación de estar frente a alguien con un vasto canal musical más allá de cualquier etiqueta.

Esa noche  en  concierto escuché a los muchachos invocar teléfono en escena del otro lado del WhatsApp a Yoyi, Jorge Barrett Bayeux. Una videollamada y el momento  nos remitió al rol de la diáspora eterna entre los músicos y artistas de todas latitudes. “Aquí solo falta Yoyi pero está con nosotros”, dijeron. Con él tuve comunicación semanas después gracias otra vez a la telefonía móvil y ante mi iniciativa de una conversación a voces, fue el primero en contestar interrogantes y comentarios.

Desde los primeros minutos intuí que aquella presentación eslabonaba significaciones sociomusicales ancladas a zonas importantes de la música cubana hoy como manifestación plural. Con  zonas no solo me ubico en referentes geográficos sino en resultantes discursivas (lírico-sonoras) que si bien parten de raíces muy distinguibles asidas al oriente cubano, se hibridan además con el concepto trashumante de la canción que a su paso asimila elementos múltiples de toda la insularidad,   hasta maridarse con sonidos de muchas partes del orbe, sobre todo, ciertas músicas de Latinoamérica y el Caribe, pero donde prevalecen de manera arrolladora esos sonidos raigales inherentes al trovasonear primigenio entre sones, nengones, kiribá, changüí y rumbas en lo fundamental.

Foto: Juan Carlos Travieso

La Guasotrovancia además, tiene puntos de contacto con otros proyectos que en decenios recientes han sentado pauta para generaciones de músicos y públicos, en los que las formaciones se sostienen a partir de una estructura semiabierta, donde sus miembros fluctúan entre la creación colectiva y el desarrollo de sus carreras individuales, a la par que acontecen evidentes confluencias de una a otra.  Creo que en este sentido los referentes apuntan a casos como Habana Abierta, Interactivo o La Trovuntivitis, salvando los conceptos musicales que les distinguen y diferencian a unos de otros, los contextos e historias inherentes al nacimiento y desarrollo de cada caso en particular. Lo que sí está claro es el afán aglutinador que manifiestan estas agrupaciones y a la vez ese don por dejar volar lo individual.

En realidad vale anotar que este hecho o cofradía entre indiviualidades de la música es tan longevo como nuestros más representativos momentos en la historia musical cubana. El fin de aglutinarse varios hacedores de canciones siempre fue, además de lo lúdico, un mecanismo de preservación  y apoyo gremial. Recordemos a los grandes y casi primigenios trovadores a inicios de la anterior centuria coexistiendo entre el trovar según canónico modelo de voz y guitarra, en paralela mutación hacia los primeros tríos, cuartetos, sextetos y septetos soneros en los que, evidentemente hubo mucho más que sones. Sindo Garay, Manuel Corona, Alberto Villalón también incursionaron con éxito en la guaracha. María Teresa Vera integró el Sexteto Occidente, por solo citar trovadores icónicos que supieron muy bien bailarse el son. Desde entonces las aperturas son múltiples y coincidentes.

De vuelta a los muchachos del Guaso, a ese hecho aglutinador debo reconocerle también otro nexo común con la Canción Cubana Contemporánea, término aportado por Joaquín Borges-Triana para englobar a esa zona de la canción de autor  que desde los 90´ a la actualidad ve la emergencia de piezas asociadas a un estilo que permiten ser escuchada-bailadas o viceversa, y que acoge creaciones disímiles, desde lo más lírico a lo más gozoso, sin deslindarse de los más raigales códigos texto-musicales distintivos en la canción trovadoresca cubana.  Audis Vargas invitaba en algún momento de la presentación al ¨meneo inteligente¨  en clara referencia a la dualidad comentada.

Foto: Juan Carlos Travieso

¡Se destapó  La Guasotrovancia!

Lo que sería la reseña a un concierto, se trasmutó en diálogo vía virtual con sus integrantes para dar lugar además de mis percepciones, al testimonio de los guasotroveros. Azucena, Yoyi y Pedrito obraron de voceros a través de un chat del que los cuatro integrantes estuvieron pendientes. Mientras se armaba el diálogo por partes, Audis y yo hemos ido tejiendo hilos hacia el futuro cercano. Aquí vamos a voces, coros, guitarras, percusión y todas las músicas que a la vez sean descubiertas por el lector.

-¿Cuándo y dónde surge La Guasotrovancia? ¿Ustedes remontan los orígenes al contexto guantanamero y los pasos iniciales de cada uno?

Yoyi. Formo parte de la Guasotrovancia desde sus inicios, todo comenzó con Barra Abierta, un proyecto de jóvenes que iniciaban en la AHS de Guantánamo, una banda que vistió las canciones que componíamos y tocábamos, claro, estábamos en crecimiento.  Las jornadas de La Canción Política fueron un espacio para lograr que nos desarrolláramos como movimiento, en la edición 40 hicimos el tema del aniversario titulado Guasotrovero; hay un video colgado en Youtube que muestra los rostros de Barra abierta.

En ese momento ya se reconocía a La Guasotrovancia,  fue como destapar el pomo, jóvenes haciendo música cubana, la trova mezclada con ritmos de nuestra región. Considero que desde antes éramos guasotroveros porque en los eventos de la AHS que se hacían en el país participábamos Audis Vargas, Pedro Antonio Sánchez, Annalie López Caballero y un servidor, como somos de Guantánamo, conocido como El Guaso por el río, las otras provincias nos identifican como guasotroveros.

-Azucena. En mi caso, comencé haciendo coros en Barra Abierta, por ahí fue donde conocí a Yoyi, a Pedro y Audis, quien me dio entrada en la agrupación. Tiempo más tarde inicio mi proyecto independiente, sin embargo, el que no estuviera ya en la nómina no quiere decir que no trabajara con ellos. Barra Abierta nos daba un espacio como trovadores de la Asociación, aun no existía como definición La Guasotrovancia pero recuerdo que las primeras canciones que yo hacía en serio, corresponden a ese momento y ya nosotros nos reuníamos. O sea, que inconscientemente no era un proyecto como tal pero teníamos la oportunidad de hacerle coros a Barra Abierta, por ejemplo Yoyi, Pedro y yo le hacíamos coro a Audis, y después él a nosotros, y así sucesivamente. También coreábamos los temas de la agrupación, que tenía montadas canciones de Audis.  La Guasotrovancia fue un proyecto que nació de ahí sin darnos cuenta.

Hubo un tiempo más tarde, en Santa Clara, recuerdo que presentamos unos pitching  del proyecto y a partir de ahí tomó fuerza el reconocer en sí La Guasotrovancia. Pienso que los integrantes iniciales y actuales somos  nosotros cuatro,  los de nuestra generación.  La Guasotrovancia, se acuñó  como tal en Santa Clara con la presentación mencionada. Pedro y yo nos conocemos hace mucho tiempo, guantanameros los dos, aunque él se fue para Santiago a estudiar, fue el primero que salió de Guantánamo a otra provincia, lo veíamos poco pero a veces me aparecía con Barra Abierta en la Universidad de Oriente.

Pedrito. Cuando se decidió nombrarle como Guasotrovancia, ya en ese momento yo no vivía en Guantánamo, me había ido a estudiar a Santiago. De hecho no estuve en la grabación de la canción fundacional ni en el video de Guasotrovero, que no era en lo absoluto la primera canción pero sí la que promovía un concierto importante como parte de la 40 edición de La Canción Política. De todos modos creo que La Guasotrovancia no surge ahí, la génesis estuvo en el momento en que nosotros nos unimos y empezamos a tocar juntos. Recuerdo que Yoyi y yo nos conocíamos porque estudiamos juntos en la primaria y en la secundaria.  Los dos estábamos aprendiendo a tocar guitarra y luego fuimos al pre, Yoyi estudió en un politécnico de electricidad, y empezó a hacer canciones; en mi caso entré a la Vocacional. Esa inquietud de componer todavía no la tenía y empezó porque él me animó.

Ahí empecé a escribir las primeras canciones, luego coincidimos con Yuri García que era un trovador contemporáneo con Audis, y le preguntamos cómo era aquello de ser trovador, nos remitió al reparto Caribe con alguien que resultó ser el propio Audis Vargas, y fuimos hasta su casa. Le hicimos la misma pregunta, qué hacía falta para ser trovador. Teníamos una onda muy inocente. Audis nos preguntó si teníamos temas propios, y le cantamos los nuestros, tres o cuatro, seguramente malos (risas).  Cuando escuchó dijo: bueno, ya ustedes son trovadores.  Fue una especie de ¨Yo, Audis Vargas, los nombro trovadores y tal¨ y salimos de allí con una alegría e ímpetu tremendos.

Luego comenzamos a asistir a la AHS a las peñas de trova, y movidos por el ambiente nos aprendíamos las canciones uno del otro, nos hacíamos coros en ocasiones. Audis tuvo un dúo que se llamaba Ébano, con Aliosky Ramírez Kindelán, cantautor de Guantánamo que actualmente reside en La Habana. Más tarde nació el proyecto llamado Barra Abierta que ya te han comentado Annalie y Yoyi. Al principio funcionaba con un concepto de complemento, porque no teníamos guitarrista ni bajista o percusionista sino que rotábamos  en los temas de cada uno para acompañarnos, después empiezan a entrar músicos, que tomaron esa función. Hasho, Hasiel Mesa Peregrín era el rapero, especie de director no musical, porque en materia de arreglos casi siempre Alioski y yo hacíamos los intentos, pero Hasho era como especie de teólogo de la parte conceptual, esa era su dirección. 

Audis y Hasho eran los mayores. El segundo había estudiado informática en la universidad de Moa, y venía con toda una cultura general muy rica. Con todo eso surgió Barra Abierta. En un primer momento a nivel de cantautor, Audis era la figura referente, luego cuando partió a La Habana, Barra Abierta siguió acompañándonos a todos indistintamente.

Después es cuando voy para Santiago, ciudad que cambió mi vida, entre la universidad y conocer a Reinier, Ruslán y a Noelito, que en mi opinión, tanto como Audis, Annalie y Yoyi, son las influencias más importantes que tiene mi música.  En Santiago creamos la Chagotrovansia que ahora mismo no recuerdo si fue antes o después que la Guaso, porque la primera fue un nombre que se le ocurrió a la poeta Anisley Díaz Boloy. Empezamos a hacer conciertos en Santiago y yo iba menos a Guantánamo, me reunía con los muchachos pero no estaba tan activo dentro de la Guasotrovancia como sí estuve con parte santiaguera.

Ya digo, la proyección estaba desde muchos antes, cantautores que se acompañan entre ellos, con conceptos de música popular bailable, de música tradicional. Los que iniciamos a cantar y hacer esa música juntos fuimos Audis, Annalie, Alioski, Hacho y yo, digamos que como cantautores.  De instrumentista estaba Randi Jorge Malet, tuvimos a un baterista llamado Adrián, Luis Ernesto, Robert, y algún otro que haya pasado.

-¿Dónde residen los elementos musicales y extramusicales que dotan de autenticidad a La Guasotrovancia?

Azucena. La Guasotrovancia se nutre de nosotros mismos. En mi caso por ejemplo tengo la influencia de mis padres, me remonto a mi niñez en que mi papá escuchaba en casa desde tango con canciones de Gardel y Le Pera, Roberto Carlos hasta Sabina, Serrat, que en la radio ponían a Ana Gabriel, Juan Gabriel, Braulio. Luego más tarde, en el grupo Barra Abierta empecé a conocer la trova. Había escuchado mucho a Drexler, a Serrat no tanto, también Pablo es una de mis influencias, a mi papá, ¡que tiene unas canciones! y el impulso que me ha dado en la música ha sido casi todo, mi madre también pero más él.

Al conocer a estos trovadores, algo nuevo para mí, comencé a armarme de valor para tocar aún más la guitarra; me leía un libro y hacía canciones sin ni siquiera haberle escuchado la música. Tenía los referentes que te mencioné pero del entorno nacional no conocía a más nadie, entonces a partir de los eventos fui viendo a otros trovadores y relacionándome. Empecé a escuchar otras músicas pero siempre me ha interesado parecerme a mí misma, aunque siempre existirán influencias nunca intenté parecerme a nadie. Pienso que de donde soy, cuando uno es arraigado es celoso con esa cuestión, por ejemplo, siempre me llamó la atención el changüí, mucho la rumba, que no es oriunda de Guantánamo pero me interesaba todo lo que tuviera que ver con clave e instrumentos de percusión como el cajón, las cosas que tuvieran bomba, siempre me sentí atraída y si no escuchaba eso en un tema, y Yoyi lo puede decir, sentía que no podía tocar (risas). Eso ya no me sucede pero fue así. En cuanto a mi influencia, pienso que en la clave, está la clave de todo.

Al nosotros mezclarnos se dio un engranaje perfecto pues somos amigos, socios, cada uno se sabe las canciones de los otros. Las influencias foráneas siempre han estado, a mí me gusta el blues, el funky, el soul, el rap, trova, reggae, el raggamuffin, el bossa nova, siempre hemos estado abiertos, y me tomo la atribución de hablar por todos, y a la vez el changüí, nengón,  la conga, todos esos géneros siempre tendrán influencias en nosotros de alguna manera, no quiere decir que mañana no hagamos otros.

Pedrito. Voy a dar mi criterio sin la pretensión de intrusismo y pasar por musicólogo, creo que hay un sonido digamos de iniciación que tiene que ver con diversas fuentes como Habana Abierta, José Oliva, también con una zona de música pop que estaba en boga cuando éramos adolescentes; todo eso junto a Silvio, Pablo, y un poco de rap que se ponía mucho en la AHS en esos años, pero sobre todo hay mucho referente de la música de Kelvis, Vanito, Josué Oliva, Vivanco.

Luego cada uno tomó caminos distintos. Yoyi y Audis se fueron a México, primero Audis estuvo en La Habana; en mi caso como se ha mencionado me moví a Santiago, Annalie se quedó un tiempo en Guantánamo y después pasó un tiempo en México, regresó y se ubicó en La Habana; y un grupo de influencias inesperadas llegaron a nuestras vidas.

También hay mucho de la gente de nuestra generación, creo que en muchos sentidos le debemos a otros cantautores contemporáneos, hablo de Ramón David, de Frank Martínez, Reinier Fernández, Ruslán Fernández, Jorge Noel Batista, Manuel Leandro Sánchez, Charly Aliaga de Bayamo, del Gato, Enrique Téllez, Daulin Aldana, hablo de Amauris Gonzáles Muro, Santa Massiel, Yuris Giralt, Pedrito Velis, Carlitos Abreu. Todo ese sonido de gente de nuestra generación era muy cercano para cada uno y siempre que alguien te enseñaba una nueva canción te llenabas de eso, era muy común en esa época que nos veíamos en todos los festivales.

 Había un grupo de voces que en aquel momento tal vez no lo entendíamos, pero estábamos haciendo algo distinto a lo anterior, a La Trovuntivitis, Habana Abierta, Interactivo, todo lo que fue con aciertos y desaciertos, y que ha dado por resultado lo que somos. Nos define el hacer música con una propuesta textual que reflexione o que divierta, que vaya a extremos sentimentales, pero con una base rítmica, sin la grandilocuencia de la canción trovadoresca. También hay elementos de la timba, de la música popular bailable, de la música urbana, de toda esa proyección de guarachar que ya estaba en todo lo que nos influenció, en el son, en el changüí, kiribá, en la conga, la rumba, lo africano con todo lo que se mezcló está ahí.

-¿Se propusieron mantener alguna premisa o conceptos estéticos en particular?

Yoyi. Yo creo que la máxima ha sido apoyarnos para engrandecer nuestro trabajo en el escenario, no era una ruleta musical, desde los comienzos cada uno aportaba algo al juego de vivir y disfrutar las canciones que hacíamos, coros, tocábamos la percusión y nos acompañábamos las canciones desde el alma, algo que era también importante, las hacíamos nuestras.

Somos diferentes dentro de la actuación, cada uno tiene una manera, forma de proyectarse y también diversas maneras de componer. Cuando coincidimos, la conducción  musical es decisión de todos y eso nos hace crear una atmósfera bien rica y diversa tanto en las presentaciones individuales y como grupo.

Pedrito. Respecto a las premisas, yo creo que éramos muy inocentes, teníamos claros algunos detalles, como por ejemplo nosotros no queríamos tocar guitarra sentados, queríamos estar de pie, nos parecía que eso era importante, y eso tiene que ver con la proyección de otros géneros como el rock and roll, y el  performance  de la misma timba. Ahora me parece que era una idea inocente respecto a todo lo que significaba, queríamos ser profundamente originales, cosa normal en todos los artistas, teníamos la pretensión de hacer canciones que cambiaran a la gente, al mundo, era una época en la que no nos preocupaba grabar, no teníamos afán de trascendencia ninguno, no teníamos grandes pretensiones. Eso vino después.

Azucena. En cuanto a la estética de La Guasotrovancia surge a partir del sello que cada cual tiene, ninguno de los cuatro nos parecemos, y eso es lo que me parece genial, pues tenemos una estética diferente y por ahí va. Nada es planificado del todo, como ves estamos geográficamente distantes pero mantenemos un grupo por whatsapp muy fluido, si Pedro hace un guaguancó lo acompañamos como te mencioné,  o si Yoyi toca un changüí o Audis un bembé, si yo vengo y toco una balada, una rumba, un funky. Nosotros estamos abiertos a los géneros, hacemos más del oriente del país pero también nos paseamos por toda Cuba en cuanto a musicalidad. En el caso de Audis, tiene una influencia del funky muy abierta y eso nos cuadra. Cada uno de nosotros nos diferenciamos y a la par funciona nuestra confluencia porque nos gusta y admiramos lo que hace el otro.

-¿Quiénes fueron los iniciadores?

Yoyi.  Los iniciadores creo que no se contabilizan porque éramos parte de un compendio de artistas que estábamos en una ciudad como Guantánamo. Cada uno continuó su camino musical y solo nos fortalecimos los que teníamos la convicción de estar comprometidos con nuestra canción.

-Cuéntenme de la distribución de roles y liderazgos entre los miembros actuales.

Pedrito. Los miembros actuales somos Audis, Annalie, Yoyi y yo, creo que por una cuestión de afectividad, de respeto por la música que hace la otra persona, porque sí; creo que no hemos sacado a nadie del proyecto, fíjate que yo no estuve al principio y me incluyeron de forma natural. Después en el grupo por whatsapp empezamos a soñar, crear y armar ideas, que se han ido materializando en la medida de lo posible.

Líder como tal no tenemos, Audis dice algo que me parece muy importante, y es que cada miembro de la Guasotrovancia tiene sus poderes, sus dones, y sabemos cada cuál cuales son y en función de eso, dejamos que la persona más eficiente en determinada actividad lidere en ese momento. Ya sea en gestiones o en escribir proyectos, o realizar arreglos, o en mantenernos unidos, algo que parece sencillo pero no, y debo reconocerle ese don a Annalie, que siempre escribe en el grupo y se ocupa de aglutinarnos porque la vida es complicada. No hay un líder pero cada uno tiene un liderazgo.

-Cada integrante encauza una carrera en lo individual que evidencia frutos, ¿cómo coexisten esas diversas personalidades en la música en un solo proyecto?

Azucena. Nosotros somos los líderes, los iniciadores, el todo del grupo, todo el mundo tiene la misma palabra, no hay descuerdo entre nosotros, pienso que por eso se ha prolongado el proyecto, y seguimos haciendo una obra individual y colectiva porque cada cual puede dar su criterio. Somos parte del proyecto y tenemos nuestra carrera individual, cuando nos juntamos es una fuerza mayor, porque cuatro lenguas pueden más que una, y pienso que eso fortalece al grupo y al trabajo de cada uno.

Pedrito. La coexistencia es natural, creo que en principio no teníamos claro la importancia de lo que hacíamos juntos, con una fuerza y un poder para ser efectivo para ser un hito de la canción y a la vez, para ser efectivo a nivel comercial, para ser exitoso. En los años más recientes hemos llegado a la conclusión de que tenemos una oportunidad como proyecto, algo distinto a nuestras carreras individuales, y que vale la pena intentarlo, ver qué pasa, darlo todo en ese sentido. Es sumamente concretar cosas porque estamos lejos, porque todo lo económico es complicado, no tenemos manager ni productor, ni apoyo institucional que se evidencie a nivel monetario, es difícil pero ahí vamos. Hicimos un primer concierto en el que creo firmemente que participamos los cuatro aunque Yoyi no estuviera presencialmente, y eso significa que se puede. También hay otros proyectos en camino.

Yoyi. Siento que la esencia de La Guasotrovancia es que los cuatro tenemos un trabajo individual. Eso se pone en evidencia por la idiosincrasia de cada uno, la manera en que nos hemos desarrollado en el crecimiento musical, la composición. En esas particularidades se fortalece nuestro trabajo y en la amistad. El arte nos une aunque estemos fuera de nuestro circuito, nos fortalece, y reitero la palabra porque es lo más importante para todos.

-Todos los miembros actualmente no residen en Cuba, cómo se aglutinan para el trabajo colectivo con Azucena y Pedri en La Habana, y Audis y Yoyi en México.

Azucena. Nosotros todos no vivimos en Cuba pero como ya mencioné tenemos un grupo por Whatsapp muy positivo (le da una entonación prolongada), eso es fuego a diario, nos comunicamos a diario, tan siquiera para enviarnos mínimo un stiker, reímos, intercambiar lo que estemos haciendo en cuestión musical y así nos mantenemos al tanto en lo que tratamos de coincidir  cada cierto tiempo.

-¿Proyectos de Fonogramas?

Yoyi. Hemos tenido varios proyectos de fonogramas, sería bueno agrupar canciones de nuestro trabajo. Hay videos y canciones en las redes sociales que dan fe de ello. Respecto al trabajo a distancia que hacemos  deseamos proyectarnos juntos en algo más grande de estudio, ya hace falta un disco de La Guasotrovancia y materiales tenemos.

Pedrito. Nosotros tenemos una idea que la venimos manejando hace tiempo que es hacer un EP, con arreglos y producción de Daulin Aldana, una canción cada uno, o sea cuatro temas. Empezamos a trabajar en la canción de Annalie, en la mía, y eso está a medio camino digamos,  espero lo podamos realizar, creo que es una propuesta necesaria; y además de eso tenemos fonogramas individuales. En mi caso tengo el proyecto discográfico al oído, con arreglos y producción de Luis Barbería, ya se terminó el proceso de pos producción y  estamos ultimando detalles para hacer el lanzamiento. Annalie se ganó la beca El reino de este mundo y  tiene en inicios su disco, lo va a arreglar y producir Daulin Aldana, excelentísimo cantautor, multi instrumentista,  arreglista y productor camagüeyano. Yoyi tiene varias grabaciones, él ha sido muy centrado en eso y siempre estamos al tanto de las cosas que va grabando. Audis se encuentra también en ese proceso ahora creo que a través de Topete.

Azucena. Nosotros hemos grabado varias canciones sueltas, por ejemplo, en Azucenas, Yoyi me hace coros; también tenemos la canción Guasotrovero que fue idea de él, ahí está la voz de Audis que ya entonces andabag por México; Pedro por Santiago y no le pudo poner voz, aparecemos los otros tres. También hubo un tiempo que grabamos unas canciones agrupadas como  De Trova y Tal y quedaron en la radio de Guantánamo.  Audis registró entonces una canción titulada Ciudad libélula, dedicada a Guantánamo; no recuerdo cuál hizo Yoyi; yo grabé Portal de sueños, una de las primeras cuatro canciones que hice. Ese proyecto debe estar guardado en la radio, teníamos muy jóvenes las voces pero sí existe.

Hay otras canciones, las individuales las unimos como proyecto, y también nos visibilizamos así. La Guasotrovancia no solo es lo que podamos hacer los cuatro juntos en un estudio sino también lo que hace cada uno como proyecto, como trovador, y cómo podemos brindar las canciones que hacemos. Tampoco contamos con un financiamiento para hacerlo posible.

Ah mira sí, la Guasotrovancia en algún momento tuvo otro integrante, Jorge Serpa de la Hoz, un habanero que vivió  promedio de tres años en Guantánamo, fue breve su paso con nosotros, y recuerdo que estuvo en un proyecto en los estudios Areíto de la EGREM, Santiago, en el que dentro de otra pretensión podíamos grabar como la Guasotrovancia. Recuerdo que entramos a estudio con unas canciones y lo que nos entregaron fue algo de muy mala calidad. Era una beca y las personas no entregaron lo que debían, fue algo muy decepcionante.

De nosotros entrar en un estudio y grabar las canciones en conjunto sería genial lo que no hay es presupuesto. Pero tenemos la suerte como proyecto de presentar lo que tenemos cada uno. Ahora Pedro grabó su disco que todavía no ha salido; yo firmé con la EGREM recientemente, todavía no tengo mi disco pero ya firmé con una disquera. Y todos tenemos grabaciones sueltas, Audis, Yoyi, Pedro, yo también.

-Sitios de aquí y allá donde la gente pueda guasotrovar.

Pedrito. Ahora mismo sitios de presentación en el que estemos todos no es posible, Annalie y yo coincidimos en La Habana; Yoyi y Audis en México pero en estados diferentes, Yoyi en Veracruz y Audis en el DF. No hay un sitio en que nos estemos presentando los cuatro, pero estoy seguro que habrá alguno.

Como Guasotrovancia creo que solo he estado en este concierto reciente en La Canción Política. Hemos hecho presentaciones juntos pero no como esta de ahora.  Hay una mezcla de La Guaso con la Chagotrovancia a nivel afectivo y hubo un concierto importante que debo mencionar, en el que estuvimos Yoyi y Yo junto a Ruslán y Reinier que lo hicimos en la Sala Dolores, se llamó La cocina mágica.

Azucena. Mi actual trabajo con Pedro claramente es producto de la Guasotrovancia, porque estamos en La Habana y surgimos de ahí. Eso parte de la amistad que tenemos y la unión previa a la misma Guasotrovancia. Claramente nosotros estamos aquí y nos toca mantener ese espacio.

De momento no estamos juntos en la proximidad física, pero a Pedro y a mí en La Habana nos pueden encontrar bastante a menudo, y eso forma parte de lo que somos como grupo. Ahora recién estuvimos reunidos en Guantánamo en La Canción Política, y pensamos muy pronto hacerlo en el DF y ver cómo fluye La Guasotrovancia fuera de Cuba. Yoyi ha estado fuera mucho tiempo; Audis entra más frecuente y nos unimos pero igual, aunque no estemos los cuatro siempre en el mismo espacio físico, siempre todos vamos a ser un pedacito de ella.

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