Cuando los representantes de la organización que agrupa la joven vanguardia de los escritores y artistas de Cuba llegaron a San Juan y MartÃnez para abrazar a Esther Montes de Oca por su 105 cumpleaños, la madre de Luis y Sergio no tardó ni un segundo en reconocerlos. «Ustedes son mis hijos, parte de mi ser; sin ustedes no hubiera podido vivir», les dijo.
Ocurrió este viernes después de que miembros de la Asociación Hermanos SaÃz (AHS), encabezados por su presidente, Rubiel GarcÃa, junto a Yuniasky Crespo Baquero, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, y Niurka Llanvia Cala, primera secretaria del Comité Municipal del Partido en San Juan y MartÃnez, colmaran a Esther de flores en nombre de todos los cubanos, pero en especial de las nuevas generaciones.
«Sean siempre buenos, dignos herederos…». Y en ese momento, por las trastadas que suele jugarle a la memoria un siglo de existencia, no consiguió culminar la frase, aunque su pueblo que llenó la casa museo ubicada en la calle MartÃ, del municipio pinareño, entendió perfectamente.
«Que todos estén contentos me hace feliz. SÃ, es difÃcil poder llegar…», admitió unos minutos más tarde, cuando fue conociendo cada uno de los muchos mensajes que les enviaron en la mañana de ayer. «Para Esther: Con todo cariño y admiración. ¡Feliz cumpleaños! Besos», firmaba el suyo Miguel DÃaz-Canel, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros. En tanto, Teresa Amarelle Boué, secretaria general del Comité Nacional de la FMC, organización que el 23 de agosto próximo arriba a su aniversario 55, le reafirmaba que eternamente será inspiración para las féminas de la Isla.
Con fuerza inusitada para su edad, Esther sopló la vela de esa torta gigante que reparte entre los vecinos de San Juan y MartÃnez que la veneran, porque dio a luz a dos jóvenes con estirpe de héroes que la tiranÃa batistiana le arrebató a la Revolución, al asesinarlos vilmente el 13 de agosto de 1957, y porque ella nunca ha dejado de ser la ejemplar maestra.
Este viernes Esther festejó su onomástico apegada a la poesÃa, a esos versos, a esas canciones que recita con frecuencia y que jamás olvida. Invariablemente tienen que ver con el más puro de los sentimientos. Por eso los presentes la comprenden en cuanto dice: «Todo está bien cuando se da cariño, cuando se da amor… Cuiden la Patria. Hay que luchar por ella, vivir por ella. Eso honra…».
Tomado de Juventud Rebelde
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