«No pienso desvincularme nunca del magisterio»

No cualquiera puede llamarse Maestro. Muchos pueden enseñar, pero no todos pueden ser considerados Maestros; no con M mayúscula. En el guitarrista concertista Ramón Carlos Leyva Pérez conocí a un Maestro en todos los aspectos de la palabra. Todo amante del buen rock en Las Tunas y buena parte del país sigue cada concierto de su grupo Olimpo. Todo amante de la música clásica y la guitarra, sigue o debe seguir a su Orquesta de Guitarras “Isaac Nicola” y a él en su actuar como solista concertista. Este Maestro (quién un mes luego de esta entrevista recibiera la medalla por la Distinción por la Cultura Nacional) logra llevar sus carreras en paralelo e incluso alcanza a fusionarlas y siempre con la mejor calidad.

Conversar con él siempre es un lujo, una fuente de conocimiento y las horas se van volando. Por eso, me senté a conversar con él, para entender cómo era posible, y este es el resultado.

25 años de la Orquesta de Guitarras Isaac Nicola, una de las mejores de su tipo según voces autorizadas como el Maestro Leo Brouwer. ¿Qué experiencias has tenido con ella? ¿Por qué armar una orquesta de guitarras, un formato tan complejo, tan complicado? ¿Cuál es el incentivo principal?

El incentivo principal fue la Maestra Amira Moreno, quien fuera subdirectora de música en, aquel entonces, la Escuela Vocacional de Arte, hoy Escuela Profesional de Arte “El Cucalambé”. Ella me sugirió crear una orquesta de guitarras de niños. En esa época solo teníamos el nivel elemental en Las Tunas para tocar, principalmente, en las jornadas cucalambeanas de nuestra provincia. De ella fue la de la idea de creación de la orquesta.

Después tuve el apoyo del Maestro Louis Aguirre, quien fuera mi profesor en el ISA en las materias de armonía, audiciones analíticas, historia de la música. Él fue el director de la Orquesta sinfónica de Camagüey. Me dijo que me parara al frente a dirigirla, porque en esa época solo le montaba las piezas a los niños y ellos las tocaban prácticamente solos. Ya después, con la apertura del nivel medio profesional de guitarras, en el año 2000, se incrementa la matrícula y por tanto el nivel. Así su alcance es mayor. Empezaron a llegar alumnos de diferentes provincias del oriente y centro del país.

Las piezas que abordábamos eran más complejas, que requerían de un director. Por eso Louis Aguirre me dijo “tienes que pararte al frente a dirigir y yo te voy a dar un mínimo técnico, más o menos lo básico de dirección orquestal”.

Y de ahí hasta nuestros días.

Pienso que también tiene que ver con la cantidad de guitarristas que da nuestra provincia. Dice el maestro Jesús Ortega que aquí levantas una piedra y sale un guitarrista. Yo pienso que sí. Desde que estudié en el nivel elemental, por los 80 y después, al continuar con mi labor pedagógica, se dan con mucha facilidad los buenos guitarristas en Las Tunas. Pienso que crear la orquesta de guitarras ha sido una forma de aglutinar a varios intérpretes de este instrumento y, ¿por qué no? así tienen una fuente de empleo; que, quizás, en otro lugar, estarían haciendo cualquier otra cosa. Sin embargo, ahí los aglutinas y tienen, cada uno, un ingreso económico.

El trabajo, de por sí, a todos. Nos gusta ver el resultado final; el concierto como tal, después de varios ensayos y montaje de diferentes repertorios. También de arreglos que han enriquecido a nuestra orquesta. Porque, es bien sabido que los grandes compositores de la música universal, no escribieron para este tipo de formato. Es un formato novedoso. Los formatos para los que siempre se escribieron fueron de música de cámara, para instrumentos de cuerdas frotadas (violín, viola, cello, contrabajo), o la orquesta sinfónica o para solistas, para pianistas, conciertos para piano, etc.

Todo esto se lleva gracias a transcripciones para este tipo de formato de orquesta de guitarra, en su gran mayoría del Maestro Jesús Ortega. Yo también he incursionado con transcripciones desde la música universal. También la Maestra Elvira Skourtis con muchos arreglos, sobre todo, de la nueva trova llevados a la música de concierto y en específico, a la orquesta de guitarras.

Comenzó todo como una orquesta de estudiantes y ahora es una orquesta profesionalizada de primer nivel integrada por Maestros de guitarra, pero aún mantienes a estudiantes en ella. ¿por qué sigue esta vocación pedagógica?

Como te dije, comenzamos antes del 2000 con estudiantes de nivel elemental porque era lo único que teníamos. Con la apertura del nivel medio con las líneas de guitarra y tres. Ahí empieza a crecer la orquesta. Ya cuando estaba próxima la primera graduación del nivel medio profesional, en el año 2004, con seis estudiantes de guitarra.

Por aquella ocasión tuvimos la visita, en una asamblea de balance de la dirección provincial de cultura, del viceministro de cultura y presidente del Instituto Cubano de la Música, Abel Acosta. Allí la orquesta estuvo invitada y tocó. Luego de terminada la actividad, Abel Acosta preguntó (a los integrantes, no a mí) “¿qué piensan hacer ustedes cuando se gradúen?”.

 

Ricardo Mateo fue el que respondió “profesionalizar la orquesta”. Al poco tiempo, Abel Acosta envió una carta del instituto a la empresa de la música diciendo que tenían que comenzar a pagar a Ramón como director de la orquesta y, a medida que se fueran graduando los muchachos de guitarra, ir conformando la plantilla de la orquesta de guitarras.

Y así empezó. Mantuve la orquesta desde que eran estudiantes de nivel medio, tocando muchísimo. En el 2003 tuvimos la visita, en la jornada cucalambeana de ese año, del Maestro Leo Brouwer. Tuvimos la dicha, la suerte de dar un concierto completo para él, donde abordamos obras escritas por Leo Brouwer precisamente para este formato de orquesta de guitarras, como la obra Acerca del cielo, el aire y la sonrisa; una obra escrita para este formato. Lo interpretamos delante del compositor: nada más y nada menos que Leo Brouwer. Ahí está el video. El gesto que hace Leo al final, no necesita palabras.

En esa visita de Leo, estuvo la presencia de un gran amigo y periodista, Pastor Batista, que recogió, en síntesis, todo lo que Leo dijo “…es lo mejor que he escuchado en mucho tiempo. Algo realmente fantástico…” “…he visto guitarristas con instrumentos de diez mil dólares y ustedes, con esos instrumentos de menor calidad, logran un sonido superior…” Así salió publicado en el Periódico 26.

Fue un incentivo. Fue un antes y un después de la visita de Leo. Luego tuve la suerte de conocer personalmente al Maestro Jesús Ortega, por mediación del ya fallecido, excelente luthier Dioscórides Borges, que sí tenía una relación de amistad de años y le dijo que en Las Tunas había una orquesta de guitarras. Entonces, el Maestro Jesús Ortega le dijo “dile a Ramón que me llame”. Así comenzamos una amistad que devino luego en los festivales de orquestas de guitarras que se hicieron aquí; desgraciadamente, ya desaparecidos. Pero, bueno, se hicieron cuatro en los años 2007, 2009, 2011 y 2015. Fueron festivales que reunieron a todas las orquestas de guitarras del país: desde Guantánamo hasta Pinar del Río.

Mencionaste que la orquesta de guitarras Isaac Nicola comenzó tocando en la jornada Cucalambeana ¿Desde cuándo no los invitan a las jornadas Cucalambeanas?

Hace muchísimos años que no nos invitan y no sé por qué.

La orquesta estuvo en varios festivales nacionales de guitarras en Las Tunas, que, desgraciadamente ya no se hacen desde el 2015. ¿Cómo afecta este hecho a la guitarrística de la provincia o del país, ya sea como solista o como orquesta?

Afecta y mucho. Es duro decirlo, pero hay que decirlo así y el Maestro Ortega está claro de eso (y pienso que en las demás ocurra lo mismo). En esta provincia, alojamiento hay. Ahora con el hotel ferroviario y otros alojamientos, se puede resolver. Un evento de esta magnitud que lleva a la provincia a la mayor cantidad de guitarristas y orquestas de guitarras del país, se requería del apoyo gubernamental: del Partido y el Gobierno.

 

Si el Partido y el Gobierno no se involucraba en eso, era imposible. Porque uno, sí, uno puede organizar los conciertos en el Teatro Tunas, recién reparado. Ahí se podrían hacer todos los conciertos por la noche. Pero detrás de eso lleva todo un mecanismo de logística, como por ejemplo, el hospedaje y alimentación de tantas personas. Anteriormente se hacía con el apoyo del gobierno y el Partido: se alojaban en el Motel del Partido y en el Motel del Gobierno, por aquel entonces (que ahora pasó a la empresa de alojamiento, lo que ahora es el Club Familiar).

Además, por la lejanía, se requería de transporte y de combustible. Todos sabemos el problema que hay con el déficit de combustible en estos momentos, pero se puede lograr.

Pienso que lo que mayormente, para realizar el festival, lo que hace falta es voluntad política, de los máximos dirigentes de la provincia: que no la tienen. Por aquel entonces, en el 2007, estaba Jorge Cuevas, el primer secretario del partido aquí, que sí le interesaba la cultura. Por eso, aquel primer encuentro de orquesta de guitarra fluyó de maravillas. Mis maestros en el ISA, que eran directores de orquestas de guitarras de Camagüey, me dijeron “Ramón, te has mandado un evento de primera”.

Y todo era por el primer secretario del partido. Recuerdo las reuniones que hacíamos, el Maestro Jesús Ortega y yo, con cultura, para la organización del evento; se hacían en el Partido y la presidía Jorge Cuevas Ramos. El Maestro Ortega en una ocasión estaba preocupado por el hospedaje, el primer secretario le dijo “Maestro, lo suyo son los conciertos, el resto, los problemas de transporte, alimentación y hospedaje, déjemelo a mí”.

Entonces, cuando tienes a un dirigente que le interese la cultura, que apueste por la cultura, todo fluye. Porque ya de lo otro, el camino estaba recorrido: montar el repertorio, que las orquestas estuvieran bien, que hicieran un excelente papel y que le dieran un espectáculo de lujo al público tunero. Como de hecho lo fue: magistral.

Estuvimos hablando de Ramón como director de orquesta de guitarras, ahora hablemos de Ramón “Maestro”. ¿Qué tiempo llevas enseñando?

28 años en la enseñanza, desde el 1995.

¿Cuántas graduaciones has realizado?

Graduaciones, como tal, de profesionales, son desde el año 2004. Recuerda que desde el 1995 hasta el 2000 era solo nivel elemental. Es decir, el niño terminaba el estudio en el noveno grado y tenían que ingresar en el nivel medio profesional, que lo hacían en Camagüey y Holguín. Entonces, al graduarme del ISA en el año 2000, le dije a la directora de la escuela, Nuris Cantallops, que si no abría el nivel medio en Las Tunas, me iba de la provincia, porque era el único graduado del ISA en la especialidad de guitarra.

 

Éramos solo cuatro graduados de la universidad de las artes en ese momento: el profesor Dartmaud, de Amancio (graduado de flauta) pero él casi que residía en Camagüey; Perla, una profesora de solfeo en la escuela de superación; Lisandra Rodríguez, una guantanamera que vivía aquí (graduada de piano) y solo yo en la guitarra. Como se abre el nivel medio en el 2000, la primera graduación fue en el 2004; son 19 graduaciones hasta el momento.

Fundaste el nivel medio profesional en la EPA El Cucalambé

Conmigo abrimos el nivel medio profesional con la cátedra de guitarra y tres, con una matrícula de diez estudiantes: seis estudiantes de guitarra (tres de las Tunas, otro de Granma, uno de Holguín y uno de Ciego de Ávila) y cuatro de tres. Después el nivel medio se fue incrementando con otras líneas como piano, en algún momento hubo percusión (que ahora no hay), cello, violín, pero el nivel medio profesional comenzó con guitarra y tres.

¿Por qué enseñar?

Siempre me ha gustado enseñar. Me gusta transmitir el conocimiento y el ambiente que se crea en la Escuela Profesional de Arte El Cucalambé. Me siento bien ahí. Vivía y vivo para enseñar. Me pasaba hasta los domingos por la escuela, ya sea a dar clases o a ensayar con la orquesta de guitarras: ¡hasta los domingos! Nunca me desvinculado del magisterio. Siempre he estado ahí, ininterrumpidamente, desde 1995, cuando terminé del servicio militar y entré a la escuela como profesor. A su vez, estuve estudiando en el ISA por dirigido.

 

He tenido resultados que me llenan de satisfacción. Varios de mis alumnos han ganado concursos. El tope, para mí, fue Josué Rodríguez, ese alumno que llevé a un concurso de guitarras en La Habana y obtuvo el primer premio. Fue por una beca para España y reside por allá. He tenido otros alumnos brillantes que han hecho carrera en varios países; otros andan diseminados por todo el país; otros permanecen conmigo en la orquesta, en el grupo de rock también. Es decir, que ya he formado a unos cuántos.

Dicen que los maestros viven a través de sus alumnos, ¿crees eso también?

Pienso que sí. Ver que tú le coloques una guitarra en las manos, por primera vez, a un niño, verlo desarrollarse, poco a poco; ver como logran interpretar diferentes estilos, diferentes obras, llegar a verlos ser grandes concertistas y ganar concursos, es algo impresionante, la verdad.

Hablemos de Olimpo, de Ramón director de un grupo de rock. ¿Qué tiempo lleva Olimpo? ¿por qué el rock? ¿Por qué esta dualidad de música clásica, por un lado y el rock por el otro? Estos dos géneros tan aparentemente diferentes, opuestos y que quizás no lo sea.

Olimpo lleva 28 años, desde que salí del ejército en el 95, empezando a dar clases en la escuela, comencé con el grupo. Ya venía con intenciones de formarlo, pero por el servicio me fue imposible. El rock, porque, mira, la guitarra es primordial en un grupo de rock. Como pudiera decirte, los trompetistas, por ejemplo, ellos se gradúan tocando música clásica, pero tienen una tendencia a tocar el son cubano, la salsa, (estos formatos lo llevan) y el jazz.

Y tú ves que ellos se van por ahí, también por esa línea, esa variante que es válida, claro. A mí siempre me gustó la guitarra eléctrica desde pequeñito. Lo que pasa es que en la escuela de arte se estudia la guitarra clásica, que me vino muy bien, por supuesto. Siempre tuve la inquietud aquella de hacer rock, porque también hay grandes exponentes de la guitarra eléctrica que han hecho transcripciones de la música de concierto para este instrumento. Por eso estoy, quizás, llevando ahora las dos: aparte de tocar la guitarra eléctrica en el grupo de rock, también toco con ella la música de concierto.

 

Me divierto mucho. Siempre me gustó el grupo. Pasamos mucho trabajo, porque había que imponerse aquí. En los años noventa, con el boom de la salsa todos nos decían “eso no va a caminar aquí en Cuba”. Es cierto que es un género que viene de otro país, pero aquí, siempre que uno lo haga con seriedad y calidad, lo bueno se impone. Entonces, con mucha constancia hemos estado estos 28 años.

Al principio uno comienza con guitarras malas, con pedales criollos. Y poco a poco uno va mejorando, cambiando las guitarra, comprándose un pedal mejor, para que el acabado final del producto, de la música como tal, salga lo mejor posible. Estuvimos varios años en la ciudad de Trinidad, trabajando en el bar Yesterday hasta que llegó la pandemia. Por desgracia todo cerró y tuvimos que regresar a nuestra provincia.

Desde entonces hemos estado aquí. Felizmente tenemos una peña en nuestra sede de la UNEAC todos los meses. Y si aparece otro trabajo, estamos en la mejor disposición de hacerlo.

No pienso desvincularme nunca del magisterio: Entrevista al Maestro Ramón Carlos Leyva Pérez, distinción por la cultura nacional 2024 aquí en Alta Literatura., el blog de la literatura y la cultura cubana.

Viajaste a México recientemente. ¿Cuál fue el motivo?

Fui a participar en el 3er ciclo internacional de guitarra. Es un ciclo que lleva poco tiempo de creación, comenzó en septiembre del año pasado. Son dos ciclos al año. En el 2023 se hizo en marzo y en septiembre, que fue cuando participé. Principalmente, fui a eso. Con la ventaja de tener una visa por tres meses, ellos decidieron que permaneciera allá ese tiempo para organizar una orquesta de guitarras en aquella ciudad, en Hermosillo.

¿Primer cubano en esos ciclos internacional de guitarra?

No. Fui el segundo cubano. El primero fue Eliecer Travieso.

¿Dónde te presentaste allá en México?

Lo primero que hice fue un concierto, solo mío, en el 3er ciclo internacional de guitarras de Hermosillo. Creo que fue el 23 de septiembre. Fue mitad a guitarra clásica y mitad con la eléctrica, pero tocando música clásica llevados a la guitarra eléctrica. También toqué el 1ro de noviembre por las festividades del Día de los Muertos en la Secretaría de Educación y Cultura, que es como decir aquí el Ministerio de Educación, solo que allá están fusionado ambos.

 

Allí también di un concierto completo. Además de tocar en la radio de la Universidad de Sonora y en Radio Sonora. En ambas toqué en vivo. Allá se estila hacer entrevistas y que uno toque en vivo. También toqué en peñas de trovadores, como Jorge Trewuartha, un trovador muy importante en la ciudad de Hermosillo. Me invitaron y toqué en su espacio.

También interactué con tres grupos de rock de la ciudad en los diferentes bares que tocan. Donde quiera que llegaba me presentaban y me decían “suba para que toque con nosotros” y así lo hice, ya dentro del rock.

También fui invitado a la Universidad a participar en unos exámenes de guitarra que se estaban realizando.

Háblame del Día de los Muertos. Este es una celebración puramente mexicano, de su cultura. Ellos que apoyan y defienden tanto a su cultura y de repente aparece un cubano tocando música clásica en el Día de los Muertos. ¿Cómo fue la aceptación de tu actuación allá? ¿Cuáles fueron las impresiones al ver tocar, a un cubano, música clásica con una guitarra eléctrica? ¿Había alguien que hiciera lo mismo que tú?

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El Maestro Ramón en el Día de los Muertos, México 2023

No. Allí no vi ni escuché a nadie hacer lo mismo que yo; por lo menos, no con la guitarra eléctrica. La gente en México apoya muchísimo a su cultura. Uno causa una sensación, sin dudas. Quieren mucho al cubano como tal y a la cultura cubana, indiscutiblemente. Conocen más de la cultura cubana, incluso más que muchos de los cubanos. Pero es increíble también como defienden su cultura.

 

Y estoy hablando de todas las generaciones, no de aquella generación de más de cuarenta años. Los jóvenes, sí, pueden ir a una discoteca con música electrónica, pero también defienden su cultura.

Entonces, el Día de los Muertos es una celebración característica de allí. Aquel día, antes de tocar me entrevistaron, el presentador me preguntó si aquí en Cuba se celebraba ese día y le dije que no, claro. Era un escenario impresionante, gigantesco y todo el mundo con las caras pintadas con las famosas Catrinas. También habían exposiciones, en todo el recinto, con altares de diferentes familias que adoraban a sus muertos.

No pienso desvincularme nunca del magisterio: Entrevista al Maestro Ramón Carlos Leyva Pérez, distinción por la cultura nacional 2024 aquí en Alta Literatura, el blog de la literatura y la cultura cubana.

Aquellos que han visto la película Coco, es eso mismo, pero eran exposiciones de diferentes familias, que tenían los retratos de la persona fallecida y todo alumbrado. Y eso era un concurso, porque al final donde yo toqué, en el escenario, hicieron una premiación al mejor altar. Pero eso estaba lleno. Es impresionante lo grande que era. En el escenario central, donde yo toqué, había un piso, adelante, grandísimo, decorado en forma de calavera hecha con panes, con pan de muerto.

 

Este es un pan que se hace en México, yo lo probé, es muy rico, y se llama así, “pan de muerto”. Al final de esa fiesta, ese pan se repartió entre todas las personas que estaban allá.

Después que te fuiste, vi que te despidieron por Facebook y otras redes sociales, una despedida hermosa. ¿Quiénes fueron esos que te despidieron?

Básicamente, fueron las personas que me invitaron allá y que también formaron parte del proyecto de la orquesta de guitarras que comenzamos a armar. El caso de David Alcántara, que es todo un promotor de la música para guitarra allá en Hermosillo; de Benjamín, que es un gran conocedor de varias aristas de la música, como es el rock y el flamenco y que también se integró a la orquesta; y quien fuera mi alumno, Alejandro Ochoa de Miguel.

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Ensayo con la Orquesta de Guitarras de Hermosillo

Por la asociación que ellos tienen, fueron los que me invitaron. Me sorprendió ver en facebook la carta que hicieron al irme, de agradecimiento por el trabajo que hice, modesto, en transmitir mis conocimientos en el poco tiempo que estuve.

A nombre de Multicultural Sonora / Estudio Margarita, Guitarras David Alcántara, el programa radiofónico Guitarra y Cultura de Radio Universidad, la Orquesta de Guitarras de Hermosillo y el Ciclo Internacional de Guitarra Hermosillo agradecemos la visita del maestro Ramon Carlos Leyva Perez, quien vino desde Las Tunas, Cuba a compartir su arte y transmitir sus enseñanzas en un intercambio cultural que nos ha enriquecido a todos nosotros.

Fue un honor, un orgullo y un placer para todos nosotros contar con su grata presencia y esperamos que esta sea apenas el primero de muchos proyectos por realizar.

Le deseamos un feliz viaje de regreso a su bello país de Cuba.

¡Hasta pronto!

Por la difusión del arte guitarrístico.”

(fragmento del mensaje enviado en facebook)

Porque, a ver, formar una orquesta en dos meses y medio es bien difícil. Además, está la variedad entre los integrantes. Hay quienes ya están tocando la guitarra bien, estudian música en la universidad; y están los que ni siquiera sabían leer música. A esos que no sabían leer, tuve que darles clases extras, enseñarlos a leer las primeras lecciones en la guitarra y se pusieran a la par de los demás y armar ese proyecto. Espero que continúen. Piensan continuar ahora en enero y seguir trabajando. Así montamos varias obras.

¿Obras cubanas o universales?

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Hay dos obras cubanas y dos universales. Las dos cubanas son la canción de cuna Drume negrita, de Eliseo Grenet, con arreglo de Leo Brouwer; y un arreglo de ese arreglo de un integrante de la orquesta, porque el de Leo es para una sola guitarra. Este muchacho, Carlos, guitarrista que estudia en la universidad de Sonora me lo pidió y le dije que sí, por hazlo. Él lo hizo, yo le hice algunos señalamientos, pero quedó perfecto. También montamos una pieza de Eduardo Martín, deLa suite Habana, Lugares comunes. Otra de folklore brasileño y la icónica canción de Eric Clapton Tears in heaven.

 

Por ahí lo dejé. Pienso seguir asesorándolos por whatsapp y quizás mandarle alguna otra pieza. La intención es seguir con la orquesta y presentarla en el próximo ciclo en marzo del 2024.

¿Cuáles son los planes y sueños futuros, cuál es la meta para Ramón: como Maestro, como solista concertista, director del grupo de rock y director de orquesta?

Con el grupo, seguir trabajando, traje mucho material, ideas nuevas para implementar aquí, como incluir teclados, incluirlos como máquinas y tocar encima de eso. Eso se estila mucho en México y allá pude ver cómo lo hacen y queda genial. Quiero seguir trabajando con Olimpo y si aparecen cosas buenas, bienvenidas sean.

Como concertista, seguir tocando donde sea que me programen y que me llamen. Pienso regresar a México. Estoy pensando en nuevo repertorio para montar; para tocar tanto aquí como allá, si vuelvo a ir al próximo ciclo internacional de allá, de Hermosillo.

Como profesor, seguir cosechando éxitos, que mis alumnos salgan adelante, que brillen todos sin excepción. Yo pienso seguir dando clases hasta que las fuerzas me den. Nunca pienso retirarme del magisterio. Con la orquesta, seguir montando repertorio. Tengo en planes, porque lo conversé con Giraldo García, (hermano mío. Estudiamos juntos desde el nivel elemental y que hoy por hoy es uno de los mejores ingenieros de sonido de este país; que ha trabajado con Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, el mismo Leo Brouwer) y él mismo me propuso hacer un disco con la orquesta. Espero que esto fructifique. Él me va a ayudar con el disco.

¿De quién depende ese sueño de hacer el disco?

De las instituciones nacionales: Centro nacional de música de concierto, el Instituto Cubano de la Música, el Ministerio de Cultura. Voy a hacer el proyecto. Este año cumplimos 25 años de haber fundado la orquesta y por eso él (Giraldo García) me habló de hacer el disco. Y, ojalá las condiciones económicas del país lo permita, poder realizar otra gira nacional, como la que hicimos en el 2013. Ojalá y podamos hacer esas dos cosas: el disco y la gira nacional. Por eso vamos a luchar.

¿Quiénes son Carlos, Diego y Verónica?

Son la razón de mi vida: los tres. Son mis hijos. Por suerte los tres estudian música. Los varones estudian guitarra y Verónica estudia piano. Estoy muy contento porque tienen condiciones. No porque el papá sea músico o sea profesor de la escuela, ellos están ahí. Ellos tienen muchas condiciones.

Yo me regocijo inmensamente cuando veo que Verónica ya toca piano, cuando se aprenden las cosas. Tienen gran facilidad. Buen, de hecho, los jóvenes tienen esa facilidad, ya nosotros vamos perdiendo facultades. Pero ellos, en corto tiempo montan un repertorio. Es lindo ver el progreso que van llevando. Es lindo ver, como el caso de Carlos la forma en que está tocando (que es el mayor de los tres, va para el pase de nivel, está en noveno grado, último año de nivel elemental).

 

Yo estaba en México cuando Carlos y Diego hicieron el examen de guitarra en este curso y pude verlos por videollamada cómo realizaban el examen y las lágrimas se me salían al verlos como han logrado llegar hasta ahí; y espero que sigan avanzando. Verónica también salió muy bien, con felicitaciones en su examen de piano.

No pienso desvincularme nunca del magisterio: Entrevista al Maestro Ramón Carlos Leyva Pérez, distinción por la cultura nacional 2024 aquí en Alta Literatura, el blog de la literatura y la cultura cubana.
Carlos Leyva Skourtis, hijo y alumno del Maestro Ramón

Pienso que van a llegar lejos si siguen estudiando. Porque esta es una carrera de sacrificio (como todas las carreras, pienso). Hay que sacrificarse. Son muchas horas de estudio para lograr llegar a ser un gran músico, un gran guitarrista, un gran pianista. Hay que estudiar mucho, eso sí. Si uno tiene la buena guía de un Maestro (que espero aportarle todo lo que sé…) espero que puedan aprovechar esa oportunidad. Nada, mi deseo es que lleguen a ser grandes músicos.

De este modo es Ramón, el Maestro. Ramón Carlos Leyva Pérez es más que el miembro de la UNEAC, que el guitarrista de rock, el concertista o director de orquesta: es todo eso y más. Al igual que la orquesta de guitarras “Isaac Nicola” aglutina a los mejores guitarristas de la provincia, en él se aglutina todo en un aspecto en particular: él es el Maestro. Su frase, su convicción al decirme Nunca pienso retirarme del magisterio me lo dejó todo claro. El magisterio se encuentra en cada aspecto de su vida y sus acciones lo demuestran.

El Maestro, merecedor de la Distinción por la Cultura Nacional, que ha representado a Cuba y ha puesto a la cultura cubana por todo lo alto.

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