La octava edición del Festival Nacional de música electrónica Beat 32, que organiza la filial camagüeyana de la Asociación Hermanos SaÃz, volvió a convertir a la ciudad por cuatro dÃas en un escenario ideal para los amantes de las sonoridades electroacústicas.
A ritmo de house, techno, drumb and bass, dubstep, riddim, y otros subgéneros, el público agramontino disfrutó de los conciertos y sesiones de Boiler Room en la Casa del Joven Creador, que además acogió en la GalerÃa Mira, a tatuadores y perforadores para la popular Carpa Tattoo.
«A pesar de algunos imprevistos con invitados que no pudieron llegar, creo que ha sido un buen evento. Ya no hay esa afluencia de público masiva como en ediciones anteriores, pero la gente que viene sabe que va disfrutar de buen arte, y eso es lo que han encontrado. Los visitantes también están muy contentos, y con deseos de regresar», declaró a Adelante Alexander Machado (DJ Chapax3mo), organizador.
Uno de los que participó por primera vez es el villaclareño Carlos ValentÃn (DJ Bumblebee), quien lo define como una experiencia maravillosa para conocer otros artistas y hacer amistades.
«La nueva generación consume mucha música comercial, por eso estos festivales son importantes, para mostrar este género como otra opción. A través de internet, tecnologÃas y softwares, los muchachos pueden crear su propia música y utilizarla en contenidos para redes sociales, algo que resulta atractivo en estos tiempos, y los motiva a acercarse al género».
También considera que es necesaria una expansión en pos de alcanzar nuevos públicos: «En cada provincia suele existir un lugar con peñas habituales para la música electrónica, acá es la sede de la AHS, en Santa Clara está el Mejunje, pero pienso que serÃa provechoso salirse en ocasiones de esos espacios para llegar a más personas».
Desde sus inicios, Beat 32 tuvo la intención de que el público pudiera disfrutar y conocer de los diferentes subgéneros, por eso los organizadores buscan siempre artistas que se especialicen en distintas sonoridades.
En defensa del afrohouse llegó desde HolguÃn Roxana Acosta (Axennar), para debutar como DJ, pues ya habÃa asistido como espectadora en 2020, acompañando a su pareja.
«Al verme rodeada de tanta gente que le gusta y se dedica al mundo de la música electrónica, también comenzó a fascinarme, y decidà tomarlo como un hobby hace tres años, pero al presentarme por primera vez ante un público, supe que querÃa dedicarme a esto».
Su novio Dagner Parra (DJ Whisper), vicepresidente de la AHS en HolguÃn, e integrante del proyecto Electrozona, es uno de los invitados habituales: «Me alegra que el festival se ha logrado proteger y conservar, porque es importante la existencia de este tipo de eventos a lo largo del paÃs, no solo en la capital, para fortalecer y promover el género».
«A nivel nacional goza de buena salud, incluso dirÃa que es uno de los mejores momentos en las últimas décadas. Luego de la pandemia muchas personas trataron de llevar otro ritmo de vida, y la música electrónica les ha servido para transportarse de los problemas de la vida cotidiana a un espacio más tranquilo, sin preocupaciones, y de disfrute».
Dagner considera que como organización que agrupa la vanguardia artÃstica, la AHS debe impulsar a la figura del DJ productor. «Nos toca la tarea de proteger la polÃtica cultural que defendemos, y este género tiene un concepto y significado muy sano para el público, y que enriquece el panorama musical cubano».
Según Alexander Machado, dentro de la electrónica, existe la técnica de que cada 32 beats (golpes), debe ocurrir un cambio en la música, sea añadir o quitar un instrumento, voz, o cualquier recurso que el artista considere, de ahà el nombre del festival.
El evento a lo largo de sus ocho ediciones precisamente ha cumplido con ese espÃritu innovador, en la fusión de sonoridades tradicionales con otras más modernas, y en la búsqueda de ritmos novedosos y atractivos.
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