Olvidar a los hombres que construyeron la Historia es andar a tientas en el presente. Por desdicha, muchos han sufrido la desmemoria; entre ellos el villaclareño de Sagua la Grande, Jorge Mañach Robato (1898 – 1961).
Pensar en este profesional me remite a la idea carpenteriana de que el periodista debe ser, ante todo, un «cronista de su tiempo». Eso intentó ser este crÃtico agudo, avizor y polémico, que asumió la agonÃa colectiva dentro de su propia angustia, en una neocolonia ahogada en vicios, corrupciones y desigualdades. Y, posteriormente, se adaptó a las circunstancias de un perÃodo postrevolucionario de democratización de la cultura y conformación de una sólida identidad nacional.
Exiliado varias veces, autoexiliado en otras, Jorge Mañach realizó grandes aportaciones al destino polÃtico y cultural de la isla. El primer catedrático de Historia de la FilosofÃa en la Universidad de La Habana fungió como promotor y director permanente del programa radial la Universidad del Aire, concebido como un espacio para impartir nociones introductorias y generales sobre cultura nacional, que sirvieran para abrir una vÃa a la curiosidad de los receptores, más que para desarrollar conocimientos profundos de difÃcil comprensión. De este modo, nos legó el programa pionero en Hispanoamérica en el uso de los medios de comunicación de masas para la difusión de la cultura.
Por otra parte, en la Revista de Avance Mañach desplegó su pensamiento en tres ámbitos ideológicos inseparables: el del intelectual defensor de la cultura nacional; el del periodista agudo, y el del hombre que participó, a su modo, en el proceso pre y pos revolucionario cubano.
Sin estar excepto de involuciones ideológicas, escaramuzas literarias y controversias con varios intelectuales de su tiempo (entre ellos Cintio Vitier, Lezama Lima y Virgilio Piñera), Mañach nos dejó una amplia obra literaria.
Entre sus trabajos más conocidos se encuentran, además, El estilo en Cuba y su sentido histórico; la conferencia dictada en 1925: Crisis de la Alta Cultura en Cuba; Indagación del Choteo (1928) y la biografÃa MartÃ, el apóstol, publicada en España en 1933 y considerada aún hoy como una de las mejores realizadas a este intelectual.
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social.