El jazz de Harold, en riesgo total

No importó el calor de la tarde veraniega, ni el ir y venir del público que habitualmente colma el Pabellón Cuba durante la feria Arte en La Rampa: la magia se hizo y los afortunados que asistieron saborearon casi dos horas de auténtico jazz cubano a cargo del pianista Harold López-Nussa, acompañado de su padre, Ruy, entre otros reconocidos músicos de la Isla. Con su natural sencillez, Harold accedió a conversar sobre algunos temas relacionados con su ascendente carrera.

¿Cómo se siente el tocar para un público, en su mayoría, joven?

Es como la cuarta o quinta vez que me presento aquí, con proyectos míos o de otros amigos, y siempre ha sido una experiencia súper gratificante. Cuando uno sale a tocar en las giras, normalmente el público que va a los conciertos, prácticamente en el mundo entero, es un público envejecido, son personas de cierta edad… A los jóvenes no les interesa mucho este tipo de música. Pero sí reconozco que en Cuba, y eso me da mucha alegría, hay público joven en los conciertos.

Es una oportunidad para que, si no han escuchado nuestra música, la escuchen por primera vez, pues nosotros también nos consideramos jóvenes. Pienso que el arte se puede educar, se puede llegar a amar un arte a raíz de conocerlo.

¿Crees que influye el hecho de que algunos espacios no sean tan asequibles para los jóvenes espectadores?

Claro, cuando tocamos en clubes, el público joven, universitario, que pudiera tener interés en el jazz, no puede pagar la entrada. La mayoría de las personas que van son extranjeras. Aunque siempre nos quejamos de que pudiera haber más promoción, creo que hay espacios en Cuba que se pueden aprovechar más, porque sí hay interés en esta música.

Has triunfado al interpretar música clásica, sin embargo, te ha robado mayor atención el jazz…

Tuve una formación clásica bastante buena y mucha suerte de tener maravillosos maestros. En la escuela me dedicaba a los concursos de música clásica. Cuando sentí el bichito por hacer jazz, me costó trabajo porque no estaba todo escrito, me daba mucho temor improvisar y no saber qué iba a pasar, cómo se termina, cómo se empieza…Superar ese miedo me costó: se lo debo a amigos, músicos, y a mis intentos, es la única manera… Ahora lo que más me gusta es el jazz, precisamente porque siempre estoy en riesgo total: puede quedar bien, o puede quedar mal. Cuando queda bien, es maravilloso; cuando no, pues…la próxima quedará mejor.

Es cierto que me roba mucho tiempo; trabajo con mi proyecto de jazz casi todo el tiempo, a veces en un trío, un cuarteto, indistintamente…Hacer música clásica requiere tiempo para estudiar, preparación…

¿Cómo ha sido este año para tu carrera?

He hecho música clásica mucho más que los años anteriores, eso para mí es trascendental, volver a mis raíces. Lancé también un disco en el verano, en Europa, Habana-París-Dakar, con un músico de Zenegal que vive en París, Alune Wade.

Son canciones populares africanas, arregladas y grabadas en Cuba y en París: música africana, cubana y jazz. Se trata de un proyecto que seguiremos girando el año próximo.

Grabé además un disco nuevo que saldrá el próximo año, se llama El Viaje. Si todo sale bien, tendremos una gira en octubre en Estados Unidos. Esta sería la tercera gira que hago por ese país.

¿Por qué El viaje?

Siento que cada vez que tocamos una canción, de alguna forma estamos viajando. Siempre tengo imágenes, sentimientos, y desde que era estudiante, recuerdo que mis profesores me transportaban a la época de cada pieza, en fin…la mente siempre viajaba con la música, y yo creo que eso es lo que seguimos haciendo. Es extraordinario poder abstraerse así, perderse completamente, no saber en qué tiempo estás, en qué espacio, en qué país. Es lo maravilloso de la música, que se puede entender en cualquier parte. El Viaje es además el título de uno de los temas del disco.

¿Qué distinguirá este fonograma?

Básicamente, sigo con el trío; lo diferente es que Alune Wade también está en el disco, tocando bajo y cantando, algo bastante inusual en mis discos: que haya una voz. Aparte de eso, además de mis composiciones, tendré temas de músicos cubanos contemporáneos, de mi tío Hernán, Miguelito Núñez, Aldo López…Músicos que, de alguna manera, forman parte de mi formación, he crecido con ellos y su música, así que me pareció lindo tenerlos en un disco mío.

Te han calificado como uno de los más grandes pianistas de jazz de tu generación…

Siempre he tenido esa necesidad de tratar de hacer las cosas mejor, nunca quedo del todo conforme, lo cual es a veces muy estresante; soy lapidario conmigo mismo. Pero creo que eso es lo que me ha hecho superarme cada día más, y es importante también saber dónde uno tiene lagunas, que no puedes hacer, y qué haces mejor. En lo personal, me interesa eso, superar esas limitaciones que todos tenemos, en la vida, en la profesión…Ha sido la constante en mi carrera, y en eso sigo.

Foto: Tomada de Cubacontemporanea

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