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Encuentro con los hermanos Saíz, en primera persona

Cuando en 2016, Esther Montes de Oca viajaba hacia la eternidad, algo más que su presencia se escapaba de la vivienda que habitó hasta el final de sus días. Entonces, también marchaba la principal impulsora de la casa museo en que se convirtió el hogar.

Desde 1982, el matrimonio Saíz Montes de Oca había donado el inmueble al Estado cubano con el fin de acondicionar allí una institución que preservara la memoria de sus hijos, Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, cuya historia ya había superado las fronteras del pueblo natal para darse a conocer en toda Cuba.

Los hermanos, activos integrantes del Movimiento 26 de Julio y poseedores de una obra literaria admirable, fueron asesinados por su accionar político en tiempos de la dictadura batistiana, cuando solo contaban 19 y 17 años de edad, respectivamente.

A los padres tocó el inmenso dolor de sobrevivir a sus hijos y en honor a ellos, tuvieron el coraje de hacer pública la intimidad del hogar, los recuerdos familiares, su vida misma… 

Fotos Januar Valdés Barrios.

Los cimientos

Ubicada en una céntrica calle de San Juan y Martínez, Pinar del Río, la casa fue construida en el año 1948 y habitada desde esa fecha por la familia Saíz Montes de Oca: el doctor Luis Rodolfo Saíz Delgado, juez municipal del pueblo; su esposa, Esther Montes de Oca Domínguez, maestra de instrucción primaria, y sus dos únicos hijos Luis y Sergio.

El inmueble fue testigo del quehacer revolucionario de los muchachos, incluso sirvió de lugar de reuniones con otros jóvenes que compartían sus mismos ideales; también allí ocurrieron las honras funerarias, luego del crimen del 13 de agosto de 1957.

Cuando el inmueble se convirtió oficialmente en casa-museo, ya había recibido miles de visitantes, interesados en conocer de cerca la historia de los jóvenes mártires. Así consta en libros habilitados por el doctor Saíz, según publica el sitio web del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, en Pinar del Río.

En 1996, la construcción fue declarada Monumento Nacional y en fechas recientes, recibió un detallado proceso de restauración.  

Puntales

La Casa Museo Hermanos Saíz Montes de Oca figuraba entre los monumentos amenazados por su situación constructiva en la provincia de Pinar del Río. El reclamo de la Asociación Hermanos Saíz en el territorio, así como la voluntad de autoridades del Partido y el Gobierno posibilitaron el remozamiento del lugar.

“Se trató de una restauración de todos los valores de la casa museo, además de la labor constructiva se hizo un trabajo exhaustivo con el patrimonio documental”, explica Robert Michel Dávila, director del Centro Provincial de Patrimonio, institución participante en el proceso, junto al Fondo Cubano de Bienes Culturales.

En el orden constructivo destacan la reposición de toda la cubierta ligera y la carpintería dañada, así como la rehabilitación de redes hidráulicas y sanitarias. En tanto, la restauración incluyó más de 600 piezas, entre bienes muebles y patrimonio documental.

Manuel Virgilio Valdés, especialista en restauración, cuenta que “se trabajó, por ejemplo, en la restauración de los decorados de paisajes chinos en los muebles del cuarto, que habían sido mandados a hacer por la propia Esther y que habían quedado ocultos por manos inexpertas; también trabajamos en fotos, objetos usados por los muchachos y en la restauración del cuarto de Esther”.

Al decir de Yasser Hernández, quien estuvo a cargo de la reposición de la carpintería deteriorada, “fue bastante emotivo trabajar en la casa, sentir la presión esa de tanta historia acumulada alrededor tuyo”.

Fotos Januar Valdés Barrios.

El interior

Un anhelo siempre tuvo Esther: preservar la casa, tal y como la dejaron sus hijos el día que fueron asesinados. Sin descuidar ese deseo, la institución cuenta hoy con un nuevo guion museográfico.

“Se respeta siempre la disposición de los objetos en la casa, como los conservara Esther por más de 60 años”, asegura la museóloga Yuliet Osorio Díaz, quien resalta además que mantuvieron los colores originales del inmueble e incluyeron nuevos elementos de pared.

“Ahora también contamos con piezas que antes conservara la Universidad de Pinar del Río, como las camisas ensangrentadas que llevaban los muchachos el día que fueron asesinados, camisas que se muestran en la saleta de la casa, donde se efectuaron los funerales de estos dos jóvenes revolucionarios”, explica.

Con el nuevo montaje museográfico, el encuentro del visitante no es solo con la historia de los hermanos Saíz, sino también con la de sus padres, figuras determinantes en la formación y el actuar de aquellos.

“Abre al público el despacho del juez Luis Rodolfo Saíz Delgado, padre de los mártires, habitación que antes no se concebía en las visitas. Por su parte, la habitación matrimonial está dedicada a resaltar la figura de Esther y el comedor de la casa es otra de las salas que en el nuevo montaje se abre al público donde se muestran imágenes de visitas distinguidas que han sido recibidas en la casa”, detalló Osorio Díaz.

Fotos Januar Valdés Barrios.

La trascendencia

Recorrer las habitaciones de la Casa Museo Hermanos Saíz Montes de Oca es remontarse a la época en que los jóvenes vivieron, pero sobre todo entender su obra revolucionaria y literaria. Las prendas que usaron, los objetos familiares, los libros que leyeron… todo forma parte de un ambiente de reflexión que nos lleva a conocerlos en primera persona.

A juicio de la escritora y crítico de arte, Yanetsy Ariste, “es un lugar para descubrirlos, para saber cómo pensaban y por qué murieron, es el lugar para acercarnos a sus muchos apuntes en los libros que leían, para leerlos también, para admirar sus bocetos, sus instrumentos musicales, el busto de Martí en la mesita en noche entre sus camas.

“Yo siempre tengo la percepción de que eran niños, aunque en realidad tenían un pensamiento más objetivo y maduro que muchos jóvenes de nuestra edad. Cómo no admirarlos, cómo no quererlos, cómo no sentirnos orgullosos de llevar su nombre, bajo su ímpetu y su romanticismo revolucionario”, reflexiona la también vicepresidenta de la Asociación Hermanos Saíz en Pinar del Río.

“Así como subimos al Pico Turquino cada año, asociados de todo el país deberían pactar también una visita obligada a la cuna de los hermanos, al menos una vez en su vida dentro de la organización”, enfatiza la joven creadora.

Recientemente, la Casa Museo Hermanos Saíz mereció una mención en el Premio de Restauración 2023 así como sendos reconocimientos de la Unión de Historiadores de Cuba y del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.

Allí, en el municipio pinareño de San Juan y Martínez, está la casa con sus puertas abiertas al visitante y la historia viva en su interior.

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