No temas a estas bestias

Cuando leí Bestias Interiores, era un libro todavía inédito. El cuaderno de cuentos recién había sido enviado a una editorial extranjera cuyo dictamen tardaba 3 meses en concretarse. En varias charlas con su autora, colega, amiga consagrada y narradora de indiscutible talento, expresó sus dudas respecto al volumen, en específico la temática que abordaban los relatos y si su manera de tratarlos era la correcta. Exigiendo una crítica demoledora, pero sincera, capaz de acudir en auxilio de su libro, Lisbeth Lima me envió el manuscrito, en formato digital.

Lo leí en mi celular y empecé con la intención de echar un vistazo a por lo menos diez páginas. Casi una hora después, mis ojos no parecían en lo absoluto maltratados por el asedio de la pantalla del móvil; todo lo contrario, exigían más. Contacté a Lisbeth y mi respuesta fue breve: “Ya terminé tu libro y no entiendo de dónde salieron las dudas”. Al cuaderno le sobraban las herramientas suficientes para defenderse solo. Era imposible de salvar porque no necesitaba salvación ninguna. Salvación necesitaría quien se atreviera a hurgar en sus páginas, pues no lograría despegarse de ellas hasta terminarlo.

Y al parecer, mis sospechas no estuvieron tan lejos de la realidad, pues transcurrieron los 3 meses exigidos por la editorial para la evaluación del libro y llegó el dictamen. En junio de 2022, Iliada Ediciones desataba las Bestias Interiores de Lisbeth Lima Hechavarría al mundo.

Éste es el tercer libro publicado de la joven autora santiaguera, quien además de escribir, emprende una exitosa carrera como bióloga, es Vicepresidenta de la AHS en su provincia y tiene en sus venas sangre de poeta. Aunque ha publicado mayormente en el extranjero, pronto tendremos varios libros suyos en Cuba, uno de ellos galardonado en el 2021 con el Premio Casatintas. Pero, si por alguna casualidad, ya has leído los dos anteriores volúmenes de cuentos de la autora, seguro anticiparás en éste una mezcla del erotismo dominante en Rostros con un retrato aún más detallado del alma humana que distingue a Matices de vida. Pues no y he aquí uno de los mayores aciertos de Bestias interiores: el completo desprendimiento de su autora, tanto de las temáticas como del estilo en general, al extremo que se nos hace difícil reconocerla y al mismo tiempo celebramos su osadía al romper sus propios esquemas narrativos y salir airosa al entregarnos una obra ingeniosa, entretenida, sin que ello atente contra la profundidad de los relatos.

Si es la primera vez que te tropiezas a Lisbeth Lima, sus páginas (siempre escasas cuando la historia desborda excelencia) te conducirán a los anteriores cuadernos de la narradora. Y en todas estas lecturas que espero emprendas, notarás una de las mayores virtudes de la escritora: su pericia en crear y destruir personajes, situaciones y escenarios que van desde lo más tierno a lo feroz. El afán de experimentación, la renuencia a permanecer quieta y el éxito de Lisbeth en seducirnos con cada cambio de piel, encuentra su cúspide en estos relatos. Entonces, sigue conmigo y no le temas a estas bestias.

Foto de la autora (Cortesía de la autora)

Bestias Interiores es un libro raro. Encierra en sus páginas una temática que para muchos se antojaría oscura, pero otro de los triunfos del libro radica precisamente en el efecto de comodidad que nos trae visitar sus páginas. Entramos y enseguida estamos a gusto, atrapados por una narración directa, sencilla y muy coloquial. El volumen no admite otro tono y Lisbeth demuestra su dominio de las técnicas narrativas al desprenderse de todo adorno y lanzarnos en pleno rostro una serie de cuentos con una protagonista de sobra conocida: la muerte. Secundarios y también a la vanguardia, asoman los patólogos, los familiares de difuntos y otras tantas “bestias” encarnando toda una variada e interesante tropa de personajes.

El libro transcurre en el mundo de quienes deben batallar contra la muerte ya concretada en la carne humana. Un mundo común y con cierto tinte de tabú por sus desagradables facetas. En Bestias Interiores descubrirás morbo, tragedia, absurdo y unas recurrentes y muy necesarias dosis de humor negro. Todo lo entrega, con desenfadado y naturalidad, una narradora personaje bien dispuesta por Lisbeth en cada historia. Esta joven académica da sus primeros pasos en un sitio nuevo y gracias a su guía, empatizamos y hasta reímos con las impresionantes situaciones que aguardan en cada cuento. Ya desde el primer relato, “La cajita de fósforos”, se vuelve inevitable devorar este cuaderno de una sentada.

Bestias Interiores es un libro que pide a gritos andar desnudo. Los adornos, los disfraces solo lograrían estorbar, distraer a un lector ya capturado desde las primeras líneas de cada relato. Lisbeth lo comprendió desde el principio y lo entrega todo sin escatimar en detalles. Real, directa, ineludible. ¿Acaso la muerte no es así? ¿Acaso no debemos llorar ante su presencia? ¿Contraer el rostro ante su hedor? ¿Sufrir cuando nos arrebata a quienes amamos?

Con este cuaderno de cuentos, su autora no pone reparos en dejar bien claro lo que todos en el fondo sabemos muy bien: que a la muerte debemos temerle, pero también es posible mirarla al rostro y hasta reírnos de ella.

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