Las principales arterias de la añeja villa del Yayabo sintieron de cerca la algarabía y derroche del talento joven. Y es que, como en cada diciembre, las Lunas de Invierno alumbraron a quienes se dejaron seducir por las propuestas.
“Como es habitual, trabajamos en la calle fundamentalmente, aunque también nos encontramos en espacios cerrados, todos públicos”, reconoció Lil Laura Castillo, presidenta de la filial espirituana de la Asociación Hermanos Saíz, gestora por excelencia del evento que coloca a la provincia en el epicentro del arte callejero del país.
Música, danza, teatro, artes plásticas y hasta el análisis teórico se dieron cita aquí no solo con protagonistas espirituanos, sino con invitados de Villa Clara, Santiago de Cuba y Cienfuegos.
“No contamos con las mismas condiciones que en aquellas ediciones del evento donde la economía permitía traer a un mayor número de artistas. No obstante, tuvimos la presencia de dos proyectos danzarios: Perro Callejero, de Santa Clara, y AD. LIVITUM, de Santiago, que, además, protagonizó un taller de creación”.
Siempre ese tipo de propuesta se lleva las mayores palmas por la ausencia aquí de un movimiento de esa manifestación artística. No obstante, el resto también contó con seguidores ávidos de encontrarse con el arte.
“El grupo Alánimo, de Santa Clara, con una propuesta para el público infantil, y Teatro La Trinidad, desde la tercera villa, con estatuas vivientes, amenizaron también los días”.
El programa —que honró el centenario de la radio cubana— incluyó los siempre seguidos conciertos de rock, de trova a cargo de Yeni Turiño y otros invitados, así como muestra de artes visuales.
También distinguió a estas Lunas de Invierno la realización del espacio teórico convocado por la comunidad científica de jóvenes creadores.
“Hay que usar las tecnologías de la información y comunicación con responsabilidad y ética —acotó Damián Valdés Santiago, profesor de la Universidad de La Habana y protagonista del taller—. Por ahí, estuvieron los temas que debatimos, a partir de la importancia que tiene ese uso en el campo de la investigación cultural”.
El evento de arte callejero siempre resulta bienvenido en cada diciembre. Las Lunas alumbran para bien, aunque, sin dudas, se extrañan aquellas ediciones en que florecía una propuesta tras otra.
“Siempre estaremos inconformes porque nada es perfecto, pero nuestro propósito fue que las personas nos acompañaran y disfrutaran del arte joven”, concluyó la máxima representante de la AHS en Sancti Spíritus.
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