Baracoa es un territorio en el nororiente de Cuba lleno de misticismo y de costumbres pretéritas que todavÃa forman parte de su fisonomÃa. Esto se refleja en cada una de sus fiestas populares, en la vitalidad de géneros autóctonos provenientes del son como el nengón y el kiribá, y en las propias jerarquÃas promocionales y de programación cultural locales en las que impera lo tradicional.
Por todo ello resulta sorprendente que en Baracoa, y no en otro lugar al Este del archipiélago, haya surgido hace dos años un festival impulsado por la vanguardia artÃstica joven, concentrada en la célula de la AHS del territorio, dada a defender géneros musicales alternativos al canon imperante.
El rock, el rap, el hall dance, el reggae y la electrónica son algunas de las sonoridades cuyos cultores más orientales han encontrado en el Festival de Música Cubana Alternativa Leche Kortada, un espacio único en este rincón guantanamero para compartir, debatir y ofrecer su arte.
Del 9 al 11 de julio pasado la también conocida como Ciudad Primada acogió la segunda edición de este evento. Se desarrolló en tres jornadas donde se pudo constatar la madurez que van ganando sus impulsores en cuanto a la organización y la programación. Mas aún si conocemos que logró reunir a más de 30 artistas e investigadores defensores de la actual alternatividad musical, en tiempos de presupuestos apretados y en una urbe con baja infraestructura para acoger grandes eventos.
Se destacó también la acertada introducción de un espacio teórico que complementó los conciertos y presentaciones audiovisuales, con debates centrados en el consumo musical cubano asà como en el panorama del género en cuestión en Cuba y el resto del mundo, y las deficiencias en la promoción de quienes apuestan por este tipo de arte, casi siempre más experimental o alejado de los gustos de las grandes masas.
De esos dÃas de intercambio salió una propuesta interesante con carácter de reclamo: la necesidad de crear un estudio de grabación de la AHS (en contacto con una distribuidora) que promueva a sus asociados, principalmente a aquellos que cultivan géneros alejados de los más aceptados oficialmente y que, en consonancia, requieran más entendimiento con las disqueras tradicionales.
Otro acierto fue la creación y presentación del disco recopilatorio Leche Kortada (Volumen 1), un fonograma en el que la disquera independiente BMS recogió de antemano una muestra de las obras de los 15 proyectos y agrupaciones invitadas a esta segunda versión del festival, muchas de ellas carentes de al menos un demo precedente.
No menos significativo por su carácter social fue la presencia de dos campañas que surgieron en paralelo a la primera edición de Leche Kortada en 2013, y que tratan de crear conciencia en relación con la recreación sana en espacios naturales (Green Party) y la prevención de las ITS/VIH/sida (Siempre Conmigo).
El resto de la magia la puso la propia sede principal, el parque Cristóbal Colón del malecón de Baracoa, en la confluencia entre ciudad, historia y naturaleza, un sitio a la medida para este evento que poco a poco va ganando seguidores.
Los organizadores han logrado visibilizar el Festival en Baracoa, ahora falta fortalecer la propuesta en cuanto a alcance territorial, selección de los invitados y divulgación, para que asà logre atraer más público, sobre todo joven.
Este año hubo nuevamente Leche Kortada. En esta ocasión ni la lluvia de las madrugadas ni el calor sofocante de los dÃas lograron matar el espÃritu de un evento ya necesario en el panorama musical alternativo oriental.
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