En su esencia más obvia, Cleilys Aurora Benítez Castro es un ser que ilumina por donde gravita. Su sonrisa es la antesala de un modus operandi colaborativo y empático. De carácter sanguíneo, es difícil verla apagada o en semipenumbras. Siempre afable, con una respuesta feliz en los labios, no pareciera tener un rostro gris.
Aunque es preferible no buscarle las cosquillas.
Como músico, domina varios instrumentos. Si su pasión es otra, no lo sabríamos nunca. Todo en ella es musical. Y todo tiene líneas y figuras rítmicas. Su cara es también el proemio de la mejor cantata de Bach, aunque sus manos acaricien el cuero de los bongoes como si hubiese nacido en las mismas islas Hawái al son de un ritual.
Verla en las actuaciones con Motivos personales es una visión que se agradece y complementa las otras espectaculares muchachas del grupo. Junto a Santa Massiel Rueda, se ha ganado un lugar en la historia de la música avileña.
Es intrépida. Parece no tenerle miedo a muchas cosas. Por eso coordinar con ella cualquier evento artístico es un anticipo del éxito. Casi nunca dice que “no” a lo que lleva un “Sí” como respuesta. Porque le gusta que el mundo sea movible.
Antes de ser publicada esta entrevista, la vi partir con sus compañeros de guerrilla hacia las Romerías de mayo, en Holguín. Allá será mucho lo que tendrá que aportar. Y aprender.
Desde que la conocí, mucho antes de soñarse ella misma como parte de la presidencia provincial de la AHS, jamás imaginé deberle tantos favores y demasiadas alegrías.
No me arrepiento. Y estar en deuda con ella es una de mis dichas.
Como mismo lo es que esta recién ratificada presidencia cuenta con su presencia para seguir adelante. Esta es una señal inequívoca de que la membresía avileña aprecia sus dones y admira su tenacidad, su compromiso.
¿Qué han significado estos años de vicepresidencia para ti?
Han sido de suma importancia. He aprendido a fondo de que va el trabajo en equipo, he crecido como persona, he visto y admirado cuán creativo podemos ser incluso en circunstancias adversas; y, lo más importante, que no deja de ser difícil, pero es bello, he aprendido cómo se dirige una organización tan hermosa como esta.
¿Crees que los miembros han sabido responder a todas las propuestas culturales y las convocatorias que desde la AHS han lanzado para ellos?
No voy a generalizar, pero sí te diré que en Ciego de Ávila pocos miembros hemos sabido aprovechar las convocatorias que la organización pone a nuestro alcance y me refiero, por ejemplo, a las becas y premios que otorga la AHS en cualquier manifestación; y ese beneficio que es como decimos en el vocabulario del buen cubano, “oro molido”, no lo estamos aprovechando como debiéramos. Muchas veces por morosidad, desconocimiento o por el simple hecho de escribir un proyecto y presentarlo para optar por alguna de ellas, lo estamos dejando pasar.
¿Eres música de escuela? ¿Qué vínculos te unen a la trova, a la buena música?
Soy Instructora de Arte de la especialidad de música. A la trova me une su manera de decir, desde niña, aún sin entender qué era lo que en realidad me hacía interesarme por ella, quizás fue porque siempre tuve claro lo que quería ser (músico). Siempre me ha gustado esa psicología del arte que se interesa por el cómo se hace, desde la canción de autor hasta su armonía; me gusta lo que representa; me identifico con ella y bueno, cómo no decirlo, me unen a ella también los amigos. Es un género que admiro, respeto y defenderé siempre.
¿Eres como otros directivos de la AHS que no consiguen desligarse en casa de la labor de la presidencia?
Si, soy así. Es increíble cómo me cuesta desligarme, siempre estoy pensando en el cómo hacer o cómo resolver, a veces todos en casa duermen y aún converso por chat con mis compañeros sobre la AHS. Incluso contigo, sobre esta entrevista. Es que la Asociación Hermanos Saíz es mi casa también, y mis colegas, mi familia.
¿Cómo has logrado llevar la maternidad y todas tus otras responsabilidades en la AHS?
Es difícil, más no imposible. He tratado de llevar las dos cosas a la par, sin descuidar ninguna de las dos. Soy de las que piensa, y doy por hecho, que un hijo no es impedimento para realizar tus tareas, sueños o profesión, solo doblegar tu esfuerzo y, de alguna manera, creo que lo estoy logrando.
¿Qué crees del sentido de pertenencia?
Bueno, el sentido de pertenencia se inicia desde la familia que es el primer grupo al que uno como sujeto pertenece. Poco a poco, vas aprendiendo a serle fiel y con el tiempo esa fidelidad se va fortaleciendo, haciéndote sentir más seguro, aumentando tus sentimientos hacia ese grupo, en este caso, la familia. Y es lo que me pasa con la AHS, que es la organización con la que me identifico. Es como mi familia; creo. Creo no, estoy segura que el sentido de pertenencia es lo que nos hace estar dispuestos a continuar.
¿Consideras que la AHS avileña ha sabido mantener un espíritu revolucionario en todo su significado?
Sí, ha sabido mantenerlo, es solo volcarse y mirar cómo el trabajo realizado ha ido en ascenso y siempre que reúna a jóvenes comprometidos y entregados al arte, será algo revolucionario.
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