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AHS en Ciego de Ávila: la voz de una minoría

Todas las voces dijeron: ¡Gracias a la AHS!

Se levantaron como una sola, inmensa, grandilocuente, y en su caudal aunaron aplausos y ovaciones. Los jóvenes de la vanguardia artística avileña son apasionados e impetuosos, pero también, justos y agradecidos.

De las 14 intervenciones del patio no se escuchó una que le diera la espalda a la cultura, la nación, y la educación artística.

Fueron duras y bastante certeras. Disímiles y con algo en común: la pasión.

Pasión que iba descabritada hacia la cima de no haber sido rencauzada a tiempo, por una mente lúcida y fresca, autorizada.

Como flechas llegaron al corazón de muchos al llevar en su sino el sabor de la verdad.

Todos teníamos muchas cosas en común, pero nos unía el conocimiento de que estábamos ejerciendo el ejercicio libre de la democracia, como quería José Martí. Estábamos en un espacio junto a las principales figuras del partido y el gobierno de la provincia y de la organización, codo a codo con el Ministerio de Cultura y la UJC.

Y junto a nosotros mismos. En alma y cuerpo.

Nadie estaba allí obligado ni presionado mentalmente. Ni había miedo de decir o pensar. Ese era uno de las tantas oportunidades que los artistas tenemos para decir lo que pensamos en pos del mejoramiento institucional, porque si funciona bien el aparato institucional nos sentiremos mucho mejor nosotros mismos.

Cada una de las 14 intervenciones sirvieron para mostrar la otra cara que no se mostraba en el hermoso informe que vimos en el audiovisual antes de comenzar la discusión y aprobación del mismo.

Para nadie es un secreto que Ciego de Ávila adolece de maestros de música, en su Escuela Vocacional de Arte Ñola Sahíg Sahíz, porque los recién graduados prefieren emigrar hacia cualquier otra parte, como expresara Adalys Díaz Mendoza, violinista y profesora de dicho centro.

Que el claustro de profesores existente se ha quedado en una orilla en calma. Y no se arriesga ni a exigir que se cumpla el viejo proyecto de crear una orquesta de cámara infanto-juvenil, o de otros formatos.

Igual de compleja parece la situación de los artistas subvencionados y los no contratados aún, como referían los teatristas Mercedes Mesa Paz e Isaac Miguel Mendez. Ciego de Ávila necesita que sus jóvenes talentos en todas las manifestaciones tengan la posibilidad de ganarse la vida con el buen arte, y no desvirtuándolo.

La voz representativa de los 14 miembros activos de Morón se hizo escuchar a través de José Ángel Guevara Tamarit y Adrián Jaime, actor en la compañía D‘Morón Teatro, quienes abogaron porque los jóvenes tengan más oportunidades en las emisoras locales de radio y televisión. Y porque prime la comunicación entre las instituciones culturales y los artistas.

Pareciera que en esto último se encuentre el centro de la problemática, porque cuando habló el director provincial de cultura, Rodolfo Mederos, se dio a conocer algunas respuestas para la reparación de los teatros avileños, actualmente en crisis, poderoso reclamo de miembros y artistas en otros espacios discursivos.

Respuestas que ya estaban dadas, a otros niveles, y lejos del conocimiento público.

Ciego de Ávila, como provincia al cierre de 2020, tenía una población de 433 817 habitantes. La membresía de la AHS no rebasa los 87 miembros. La pregunta es, ¿podrán estos jóvenes creadores movilizar el enramado político y social en pos del buen desempeño de las instituciones culturales de la provincia?

Todo es posible, como bien decía en su intervención el Presidente de la AHS nacional Rafael González Muñoz:

Hay que saber decir para que el otro entienda y comprenda. Tiene que haber unión en el trabajo del sistema de la cultura, porque no sería entonces un sistema.

Hace falta entusiasmo con responsabilidad. No puede reinar el pesimismo.

Si hay algún funcionario de la cultura que no ha entendido que aquí puede haber un problema cultural, pues los funcionarios políticos sí que lo han entendido y muy bien.

Fernando Rojas, viceministro de Cultura y sempiterno acompañante de la Asociación, aclaró muchas de las inquietudes allí reflejadas:

  • Hay mecanismos para tramitar los problemas culturales de un territorio.
  • La política cultural es una sola y defiende la libertad creativa y al artista.
  • El país ha empleado su presupuesto para que los 50 mil artistas que tenemos en Cuba no dejen de recibir su salario hayan o no trabajado en estos años de pandemia.

Fernando supo proponer, desde la cautela y el respeto que lo caracteriza, algunas directrices de trabajo que bien pueden formar parte de las tantas soluciones al deterioro que padece el panorama cultural avileño.

El que tenga oídos y buena voluntad, que anote y hágase el verbo.

Siempre sus palabras parecen dar en el clavo. Ojalá y, como bien nos dice, para la próxima asamblea no vengamos a escuchar los mismos problemas.

Ya en los finales de la cita llegó el momento de las elecciones y los reconocimientos.

Quedó ratificada como Presidenta, Santa Massiel Rueda, y como vicepresidentes, Cleilys Aurora Benítez y Alejandro Quiñones fueron los elegidos.

La ocasión fue propicia para darle baja natural, por edad, a los creadores: Oristela Pérez Betanzos y Youmel Sánchez Martínez, de la sección de Música; Liudmila Fonseca Milanés, de Audiovisuales, y Liubin Lima Manzano, de Artes Escénicas.

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