Aún cuando el teatro surge en espacios abiertos, vinculado a las fiestas de la vendimia[1] en la antigua Grecia, el edificio cobrarÃa una gran importancia en su desarrollo y en la concreción de las caracterÃsticas que identifican al drama griego en particular y luego al arte escénico en sus distintas etapas. Para ser más claros, la palabra teatro proviene del término Teatron (de theáomai, “veoâ€), que significa “el lugar desde el cual se miraâ€, y asà fue designado primero el graderÃo del edificio donde acontecÃa la representación y después este arte en particular. Asà hoy se reconocen como teatro, tanto las estructuras diseñadas para albergar el espectáculo y el público que a este asiste, como a la representación en sà misma.
Lamentablemente la historia de la arquitectura teatral no suele ser estudiada en las escuelas de arte dramático como una disciplina independiente, sino como parte de la historia del teatro universal. O sea, este fenómeno en particular solo logramos entreverlo en el meollo de la generalidad del estudio de los textos dramáticos que llegan hasta hoy provenientes de perÃodos otros, asà como en el estudio de las nociones de las convenciones escénicas, de representación y actuación.
A lo largo de los siglos —en el mundo occidental—, el edificio teatral ha modificado su estructura, lo cual ha operado paralelamente a las particularidades de las convenciones del tipo de espectáculos que en este ha acontecido. Si volvemos al referente de Grecia notamos que, en el momento de su evolución total, se trató de un macro-espacio de piedra, sin techo, que contaba con un escenario circular, alrededor del cual se ubicaba el público. Esto probablemente determinó la necesidad de agigantar la figura del actor mediante el uso de un vestuario caracterÃstico —que incluirÃa coturnos[2] para que pudiera este ser presenciado incluso por los espectadores situados más lejos. Además condicionó la necesidad de que las máscaras caracterÃsticas contaran con un megáfono que ayudara a la proyección de la voz en el lugar abierto.
Ya en Roma el edificio llevarÃa el nombre de anfiteatro. Se trataba de una galerÃa basada en arcos para sostener las gradas, que poseÃa una orquesta circular para el público que rodeaba el escenario y llegarÃa a tener colosales proporciones. Tal vez por tal razón este serÃa el marco ideal para combates de gladiadores, peleas de fieras y otros espectáculos públicos.
Durante la Edad Media serÃan la iglesia y luego la plaza los espacios de representación de obras de tema religioso aprobados por las instituciones de la época. Asà este tipo de drama desarrollado en la calle tuvo a su vera la posibilidad de lograr una espectacularidad grandilocuente capaz de convertir a la ciudad donde tuviera lugar en macroescenario. Las carretas móviles utilizadas para la escenificación de los autos sacramentales[3] llegarÃan con el tiempo a transformarse en plataformas que cerraban por tres partes el espacio escénico destinado a los actores dejando un espacio para el público frente al escenario. Ya en el renacimiento llegarÃan a construirse los primeros edificios destinados a la representación teatral.
Durante el auge del Teatro Español de los Siglos de Oro el espacio destinado a las representaciones fue el patio o corral de las casas. El escenario consistió en un tablado colocado en dicho patio, alrededor del cual se situaban sillas inicialmente y luego gradas que contribuirÃan a levantar al público facilitándole la visión. En medio tan popular, surgirÃa un drama a medio camino entre la tragedia y la comedia, no solo culto sino cercano al pueblo. Finalmente estos corrales evolucionarÃan hasta convertirse en teatros, al cubrirse el escenario con un tejado y el patio con una lona o toldo.
Hacia 1640 ya se habÃan construido cuatro teatros en Londres. Su forma circular era parecida a la de los patios donde se desarrollaban luchas entre animales. SerÃa Italia no obstante la primera nación en sentar pautas para un tipo de escenario, lo que se conocerÃa como Teatro a la Italiana. El teatro OlÃmpico de Vicenza (1580) diseñado por Scamozzi, siguiendo el ideal renacentista de Andrea Palladio —con decorados múltiples para el escenario—, fue el primer edificio permanente. En este teatro el espacio destinado a los espectadores fue dispuesto en forma de elipse parcial muy inclinada frente a un escenario amplio y bajo. Esto provocarÃa cambios también a nivel de convenciones escénicas. Asà por ejemplo se aplicó el arte de la perspectiva al escenario con el fin de incrementar visualmente la altura de los intérpretes. También se desarrolla la iluminación con el empleo de lámparas de aceite coloreado y con la refracción de la luz capaz de crear efectos sobre el espacio.
SerÃa Francia la primera en romper con las fórmulas instauradas por los italianos. En 1689 abre un teatro destinado a la Comédie-Française con dos filas de palco que delimitarÃan un patio cuadrangular y un escenario de corbata[4]. El público se ubicó en bancos paralelos dispuestos en descenso hacia el escenario debido a que fue necesario colocar a los espectadores en condiciones de apreciar los cambios a nivel escenográfico y de maquinaria.
Ya en el siglo XIX se disponen hileras de forma tal que la mayor parte del público quede frente al escenario. En el XX los teatros evolucionan simultáneamente a la tecnologÃa. Se hacen filas de asientos más largas y el propósito es que todo el público tenga la misma visibilidad del hecho escénico. A nivel mundial, a partir de los años 80, se ponen de moda pequeños espacios alternativos capaces de albergar igualmente obras de teatro, pasarelas, exposiciones y conciertos. En esta alternatividad de los espacios se desarrolla también un tipo de espectáculo más a tono con tendencias postmodernistas, happenings y performance, que forman parte de la diversidad del teatro más contemporáneo.
Notas.
[1] Fiesta de la recolección tras la cosecha de la uva que en Grecia estuvo está vinculada al nacimiento del teatro.
[2] Tipo de zapato o calzado de plataforma con dimensiones elevadas que contribuÃa a sobredimensionar la figura del actor en las representaciones de teatro griego.
[3] Representación dramática de carácter religioso.
[4] Un escenario de corbata —conocido también como de tres cuartos—, está conformado por una plataforma rodeada de público por tres de sus partes.
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