¡El Portazo te trae la últimaaa!

“No puedo tengo ensayo: Una comedia de enredos”, es la última obra de Teatro El Portazo dirigida por Pedro Franco. Cuenta la despedida de soltera de una joven llamada Susana, en la que ella y sus dos amigas intentan recordar lo que ocurrió la noche anterior, después de haber celebrado por todo lo alto. Contiene baile, música en vivo, comerciales y gags humorísticos. La puesta en escena está dirigida a un público joven, pues en esta se manifiestan vivencias de la cotidianeidad de la juventud hoy en día, su forma de pensar, de disfrutar y de vivir.

“Este espectáculo hasta su estreno necesitó un año y medio de exigentes ensayos. Hay que decir que la complejidad de la obra lo requiere. Además, lo que sucede dentro de ese edificio teatral, el Biscuit, es un derroche de rigor y talentos disímiles. Hacerlo ver fácil es otra de sus virtudes. Por otra parte, incluso sumergidos en la crisis pandémica, el trabajo no se detuvo, pues el equipo creativo nos reuníamos en el grupo de WhatsApp. Los actores supieron mantener los deseos y la dirección hizo un análisis de las nuevas condiciones sanitarias para que la obra sobreviviera”. Explica Manuel Hurtado López, asistente de dirección de El Portazo.

Alejandro Castellón Valdés (Pipo), actor del elenco matancero, afirma: “La comedia tuvo un proceso súper largo. A medida que pasaba el tiempo, se enriquecía cada vez más. Eso pasa mucho en El Portazo. La covid influyó muchísimo en el proceso de creación. Durante el reposo se generaron nuevas ideas. En lo personal ha sido muy enriquecedor como actor. Me ha permitido explorar el humor en zonas que nunca lo había hecho”.

La estrategia de vincular a No puedo tengo ensayos: una comedia de enredos elementos de las redes sociales como tiktok, Facebook, Instagram hace que los jóvenes se sientan familiarizados con el montaje del espectáculo y toda la campaña promocional que gira alrededor de la misma.

“La comedia musical debe encontrar nuevos lenguajes. Hacer reír es un ejercicio de tremenda responsabilidad; lograrlo y abordar temáticas como la homofobia, el racismo, la xenofobia, el machismo y el consumo de estupefacientes es una cuerda floja eterna”, explicó Manuel.

Para aumentar aún más la calidad de la obra, la dirección de El Portazo decide abrirse hacer la obra con varios elencos. En esta decisión intervienen disimiles factores: los calendarios de trabajo, el desgaste físico y la de mantener el proceso creativo. Por ello se incorporan artistas de La Habana que enriquecen, al volverlo más variado, más lleno de matices, porque ningún artista interpreta un personaje igual que otro.

Por otra parte, la aptitud de cada uno de los actores, la manera en que se dirigen a los espectadores hace que estos se sientan en casa. La excelente decoración, el maquillaje y el deslumbrante vestuario muestra el empeño de crear un producto fascinante que asume el hecho cultural de una manera holística.  

El quehacer del grupo en su pluralidad de facetas (en lo musical, lo dramatúrgico, en la gestión de una identidad visual) me parece muy singular, al igual que la genialidad de cada uno de sus actores.

Anímese a vivir esta historia con cada uno de los personajes que aparecen en ella. Y recuerden, ¡En esta obra no se habla de política, cariño!

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