Por estos días, en Pinar, el río es de palabras; lo asegura el nombre del Festival Internacional de Narración Oral Escénica que aconteció hasta este 7 de julio, fundamentalmente en el escenario virtual.
“Río de palabras” inunda las redes sociales (Facebook, Instagram, Telegram, WhatsApp) con videos y audiocuentos protagonizados por narradores de casi todas las provincias del país y de varias naciones latinoamericanas. El programa del evento incluye también talleres sobre dramaturgia en la oralidad, impartidos por la invitada de honor Elvia Pérez Nápoles.
A propósito del suceso cultural, el Portal del Arte Joven Cubano conversó con la joven narradora oral pinareña Yune Martínez, quien encuentra en la reacción del público una fuente de emociones.
“Recientemente trabajamos en uno de los centros vacunatorios, durante la intervención sanitaria con Abdala a trabajadores de la salud y ver cómo el público se pone de pie, interviene en el cuento, ríe y aplaude con nosotros, me emociona muchísimo. Antes de la pandemia, me encantaba llegar a una comunidad y ver cómo la familia se suma a los niños, cómo se llenan las plazas, los parques, los teatros donde nos presentamos”.
Cuba cuenta con un significativo movimiento de narradores orales escénicos, fruto de la labor de figuras como Haydeé Arteaga, directora de una escuela de narradores orales existente en la década del 60 del siglo pasado, y Francisco Garzón Céspedes, narrador y pedagogo que renovó en su momento el antiguo arte de contar. Mayra Navarro, Elvia Pérez Nápoles, Silvia Tellería, Osvaldo Manuel, entre otros, también son nombres imprescindibles en la tradición oral de la narración en el país.
“En Cuba existe un movimiento enorme que ni yo misma me imaginaba cuando comencé. En provincias como Holguín, Camagüey, Matanzas, Guantánamo, Villa Clara, La Habana… hay grupos de narración oral que se han mantenido muy activos, incluso en estos tiempos de pandemia con espectáculos virtuales y cuentos, no solo infantiles, sino también para adultos”, afirma nuestra entrevistada.
Yune comparte la narración oral con su trabajo como actriz del grupo de Teatro Rumbo, uno de los más emblemáticos de la escena en Vueltabajo. Así ha ocurrido por alrededor de 10 años. Ante su constancia y la pasión con la que habla del trabajo del narrador, sorprende saber que lo de contar cuentos surgió por azar del destino.
“Eso fue una suerte. Yo estaba en el Consejo Provincial de las Artes Escénicas preparando mis papeles para comenzar como actriz de Rumbo y Silvia Domínguez viene hacia mí y me dice: ¿Alguna vez has hecho cuentos? Yo la conocía sobre todo por su trabajo en el grupo Caballito Blanco, cuando yo era una niña y me puse tan nerviosa que le dije que sí; yo jamás en mi vida había hecho un cuento, soy egresada de la Escuela de Instructores de Arte y creo que la narración comenzó como asignatura del programa de estudios después de yo haberme graduado.
Me dijo: Bueno, vamos a hacerte una audición. ¿Para cuándo puedes estar lista? Para cuando usted quiera, le respondí. Quedamos dentro de solo dos días, yo preparé mis cuentos, recuerdo que en la audición también estaban Luisa Marina Pérez y Noel Gorgoy, que junto a Silvia creo que son tres figuras de los mejor de las artes escénicas pinareñas. Me aceptaron y así comencé en el grupo Arte Cuento. A los dos meses ya yo estaba en una yutong camino a mi primer Festival Internacional de Narración en Las Tunas y regresé con un premio. Estoy muy satisfecha porque descubrí un mundo maravilloso, que antes desconocía por completo”.
Precisamente, de Silvia Domínguez viene la idea del “Río de palabras” que ahora tiene lugar en la provincia. Es la primera vez que la cita no es organizada por esa destacada narradora y promotora cultural desaparecida físicamente a finales de 2019. A ella y al aniversario 60 de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba está dedicada la presente edición.
“La idea que viene desde Silvia es maravillosa, y ahora nos toca a nosotros, los otros narradores seguir adelante con su legado, Pinar del Río necesita de ese empuje y merece convertirse en una plaza fuerte de la narración oral como otras provincias del país. Eso es todo un reto y lo primero que tenemos que hacer es unirnos, no distinguir entre narradores orales profesionales y aficionados, tenemos que unirnos todos y todo el que tenga un proyecto, llevarlo adelante con el apoyo de las instituciones. “Río de palabras” es un paso importante pero no debe quedarse ahí”.
En tiempos en que Cuba refuerza las medidas de aislamiento social ante el alza en el número de enfermos de la COVID 19, “Río de palabras” ofrece, en redes sociales y en radio bases comunitarias, una alternativa para sobrellevar la tensión del momento. En cada espectador ocasional que sonría o medite al escuchar una historia está la recompensa de narradores orales escénicos como la joven Yune Martínez, defensores de la gratitud del público como satisfacción mayor.
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