Haute couture made in Cuba

Palabras del catálogo de la exposición Haute couture, abierta de forma online como parte del evento Babel de las XXVIII Romerías de Mayo, y que expone la obra de creadores miembros de la AHS de varias provincias del país con una reconocida trayectoria, como Leandro Emilio Mompié, Antonio López Vega, Jorge Pedro Martín Ochoa, Eduardo de la Cruz Guerra, Luis Alberto Saldaña Soto, Hennyer Delgado, Luis Enrique Rivero Leyva, Ramón Jesús, Julio César Cisneros Fuentes, Yovanis González Elizalde, Juan José Ricardo y Alejandro Ortiz.

Telas, agujas, hilos, alfileres, tijeras, bordados, dedales, patrones, pespuntes… Haute couture: prendas exclusivas a petición del cliente, en dependencia de sus medidas y posturas. Y además: tiempo, complejas y viejas técnicas, la mano guiando todo el proceso de la mente, cuidando cada mínimo detalle. Entonces, ¿arte exclusivo a la medida del cliente?

Imaginemos el arte nacional –el arte joven en este caso– como un gran taller de confección donde todo converge y bifurca: múltiples departamentos, modistos y costureras empeñados en sus labores, maestros y aprendices, glamour, ausencia de insumos, alternativas, recortería, autodidactismo, remiendos, sucedáneos… Y en esa especie de complejo gobelino que se ha ido tejiendo –llamémosle tradición– encontramos escuelas de corte y confección, ciertas raras avis (cachemira), técnicas muy costosas y hoy casi desaparecidas (muselina) y piezas distintivas como la guayabera (¿Compay Segundo o Made in Yucatán?). Taller Experimental de la Moda (años 70). Confecciones Textiles (Contex). Telarte. La Maison. Y la moda, esa “la isla que se repite†(Antonio Benítez Rojo). Lo mismo España y Estados Unidos que la URSS, Polonia, República Checa o China, que Panamá y de vuelta Moscú, Ecuador, Guyana, Haití, y siempre a flote, modelos estandarizados, juegos en serie made in Miami o China (la obra de arte y la costura en la época de su reproductibilidad técnica). Actually, I´m in Havana. Natural Cuba. Extraña metáfora, es cierto, pero todo es cuestión de haute couture.

O cuestión –dirían los franceses– de prêt-à-porter o listo para llevar, lo contrario a haute couture: esos patrones que se repiten en función de la demanda y con diferentes calidades y precios, y que se ofertan en disímiles establecimientos, al por mayor y sin mirar firmas. Lo que vemos en la calle a diario (pastiche, colorido, ensamblajes, la isla repitiéndose una y otra vez, expo-ventas, contrabando, Walmart, rebajas, productos ociosos). Nadie es perfecto y la haute couture –como todo– necesita también de un cliente, un comprador ideal.

Pero la alta costura es un arte en sí, insisten los franceses. Lo mejor y más representativo, lo de más calidad. Las casas de moda y los diseñadores exclusivos (Chanel, Versace, Valentino, Dior, Givenchy, Gaultier). El estudio como atelier. París, Londres, Milán, Nueva York y Tokio como ejes referenciales, aunque otras ciudades encandilen la mirada del creador. Ferias, marchantes. La exposición como un desfile de modas. La galería como el escenario ideal, la vitrina. Un Karl Lagerfeld octogenario modelando los trajes de Chanel por un pulido Prado habanero.

En este espacio “abierto y expandido†que es la virtualidad, con nuevos “pactos de lectura y consumoâ€, la condición digital difunde en múltiples direcciones el discurso de la exposición. Por lo que esta constituye un proceso de interacción basado en la conexión multisecuencial de ítems de información (visuales, textuales, sonoros) en un entorno de intensa potencialidad gráfica y visual que, lejos de presentarse como sustituto de la interacción natural entre el sujeto y el objeto, es susceptible de propiciar nuevas experiencias basadas en las propias posibilidades de lo digital. Lo que nos hace partícipes de los “cortes y las puntadas†de esta exposición de jóvenes creadores miembros de la AHS en Cuba, ansiado proyecto de Babel y de Romerías de Mayo que se concreta de esta forma, como si entráramos –con aprensión, pero con curiosidad y entusiasmo– a una boutique de haute couture.

Holguín, mayo 1 y 2 de 2021.

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