Varias figuras de barro invaden desde hace unos años las Romerías de Mayo. En cada edición se apoderan de calles y parques para transmitir emociones y contar historias sin necesidad de articular palabras. Sus propuestas escénicas reconfiguran la versión clásica del teatro y aportan a la pluralidad del mayor evento organizado por la Asociación Hermanos Saíz en Cuba.
“Asistimos por primera vez en la sexta edición con el espectáculo Cuenta zanqueando y al otro año representamos Medea, una leyenda de barro que marcó un punto de partida en nuestra estética, la cual hemos mantenido en obras como Cecilia, Troya, la Calle de Federico y Gente de barro. Desde esa época comenzamos a participar en el desfile inaugural”, rememora Orlando Concepción González, director de la compañía D´ Morón Teatro.
Así también lo recuerda Liuba Roja, una de las actrices más experimentadas del grupo que ha participado varias veces con papeles protagónicos en la fiesta del arte joven.
“Es un evento para disfrutar y compartir lo que me gusta hacer en un ambiente familiar, festivo, lleno de color y de alegrías, para reencontrarme con amigos, aprender y ver qué se está realizando en el mundo artístico. Es uno de los recuerdos imprescindibles en mi vida profesional al poder decir que he estado allí, que he podido ver y hacer en uno de los eventos más importantes del país”, afirma.
En tanto, Adrián Jaime, con siete años como actor, considera que “asistir siempre aporta a la formación y visión de un artista en el plano personal y profesional. Poder defender la estética del colectivo al que perteneces, en este caso la del teatro callejero a partir del barro, es una experiencia gratificante, además de que ves nuevas formas de hacer, muchas de ellas muy adelantadas a su tiempo”.
Para otros como Yudelmis Llibre, egresada de la Escuela de Instructores de Arte y una de las artistas más jóvenes del elenco, estrenarse en el Festival marcó un antes y un después en su vida.
“Recuerdo que era la primera vez que acudía a un evento de tanta magnitud con la compañía y me tocó hacerlo con el personaje de Afrodita, que era un poco complejo por la imagen que debía proyectar. Yo era supuestamente una estatua, pero durante toda la obra las piernas me temblaron. Después de eso cada edición me ha permitido crecer y aprender al compartir y relacionarme con artistas de diferentes manifestaciones artísticas de Cuba y otros países y, sobre todo, me ha posibilitado tener una retroalimentación plural para mejorar lo que hago”, acota.
Liuba refiere que en los pocos ratos libres siempre aprovecha para conocer la ciudad, subir la Loma de la Cruz, visitar instituciones culturales y disfrutar los conciertos, mientras que Adrián, tras concluir las funciones del colectivo, prefiere ver las presentaciones de teatro de otras agrupaciones, caminar por la ciudad y sentarse en la Casa de Iberoamérica o en los parques “que dotan a esta urbe de un ambiente bohemio”.
La compañía teatral, que el próximo 28 de mayo cumplirá 34 años de creada, no asiste esta vez físicamente a la fiesta holguinera debido a las medidas adoptadas en el país para evitar la propagación de la Covid-19, pero sí participa activamente desde las redes sociales.
Orlando asegura que “las Romerías es el evento más completo que tiene la cultura cubana, porque tiene un espacio para que confluyan todas las artes: plástica, música, literatura, cine, teatro, danza. Además, implica el trabajo teórico de la cultura y sus manifestaciones, y constituye un medidor al asistir grupos de otros países. En esta vigésimo octava edición lo importante es que no muera el espíritu y, por supuesto, cuidarse mucho para que el año que viene sea más fecundo cuando nos encontremos para celebrar una vez más el arte joven”, expresa.
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