La crÃtica de arte es también una forma artÃstica y por tanto emana de las imágenes conscientes e inconscientes del propio crÃtico. Se sabe que cada obra, con independencia de las sensaciones y las emociones que la pulsan, tiene una parte objetiva y concreta que puede verse, palparse u oÃrse; y esa parte es la que evalúa el crÃtico a través de su filtro subjetivo, valiéndose de herramientas académicas.
En los últimos tiempos, en que el mercado parece obviar el ejercicio del criterio especializado, cuando compra y vende la obra de los artistas a su antojo, o cuando los creadores se autopromueven en las redes sociales ante una masa numerosa y explican su obra sin intermediarios, ¿cuán necesaria es la crÃtica de arte para los artistas? ¿Pueden los creadores prescindir de ella?
La función de la crÃtica no es precisamente “despedazar†y “matar†la creación. Existen juicios a favor de la obra de arte que la prestigian, explicando sus valores. Incluso, cuando el ejercicio crÃtico niega esos valores y reprueba la obra, pretende generar un gusto estético y estimular el ingenio de los artistas en la búsqueda de originales formas de expresión.
La doctora Graziella Pogolotti dijo al respecto: “La crÃtica tiene entre nosotros un sentido negativo… Esa opinión bastante difundida, oculta el verdadero sentido de la labor que corresponde a un crÃtico, limita su actividad y no tiene en cuenta el papel que le toca, situado entre el autor, la obra creada y el público, el de hoy y el de mañanaâ€.
La crÃtica debe entenderse también como un proceso comunicativo en el que intervienen emisor, contenido, canal, receptor y efecto.
El emisor es el especialista: el teórico, investigador…; el contenido es el mensaje, el criterio en sÃ. El canal serÃa el medio donde se transmite el mensaje, entiéndase prensa plana, digital, radio, televisión o revista especializada. El receptor claramente es la audiencia que leerá, verá o escuchará el juicio experto, y el efecto se asocia a la sugestión que el mensaje sobre la obra transmitió o no.
No existe un manual reducido para el oficio crÃtico, y sà criterios encontrados sobre cómo debe ser el discurso especializado en función del canal (el medio comunicativo que promueve esas disertaciones).
La profesora, investigadora y crÃtico, Adelaida de Juan, estimaba la interpretación y el juicio de valor según el destinatario y los soportes en los cuales serÃa publicado. Un texto escrito para el periódico debÃa ser más claro y conciso en su lenguaje, para que los lectores no entrenados pudiesen comprenderlo. Un texto publicado en una revista especializada podÃa permitirse un lenguaje más técnico y enriquecido en tropos.
En cambio, el periodista, investigador y curador Israel Castellanos León, en una de sus reseñas concluyó que la esencia de la crÃtica se resume a un estilo especializado y asequible al mismo tiempo, al margen del soporte en el que aparezca: ya sea un catálogo, un periódico o la revista más elitista.
A estos criterios sumo otro, atinadÃsimo, que hallé revisando distintos libros y ensayos. Fue el razonamiento del historiador, crÃtico de arte y poeta, Orlando Hernández, que vio la luz en una edición de la revista La Gaceta de Cuba de 2004. Han trascurrido cerca de 17 años y todavÃa está vigente:
“Me molesta la jerga tecnicista y el bizantinismo en que tan a menudo se enfrasca la crÃtica de arte, su exceso de conceptualización, de teorización, de generalidades y su poca confianza en la sencillez de expresión y en el sentido común, que oculta a menudo un vergonzoso vacÃo de criterios propios, de inteligencia, de sensibilidad real. Este lenguaje de capilla, retórico, falsamente teórico y escasamente sensible, constituye por su ilegibilidad un obstáculo para el acercamiento del público al fenómeno artÃstico y para la comprensión de sus mensajesâ€.
Los artistas necesitan la crÃtica; no la halagadora que acomoda el hacer cotidiano. Necesitan una que demarque los terrenos estilÃsticos con análisis serios y plausibles, que arroje luz y de “tamaño de bola†sobre la actualidad de la creación, los discursos, los públicos. Esa que “peñizque†al artista cuando se atrofie en caminos autocomplacientes.
La crÃtica impulsa y promociona los procesos artÃsticos. Y el arte, como es sabido, tiene una función social. Digo más, el crÃtico puede contribuir a educar el gusto de las personas y a acercar el arte a los públicos, porque también es un promotor.
La crÃtica llena vacÃos teóricos y contribuye a la historiografÃa. ¿Ello no significa también contribuir al patrimonio cultural de una nación? Cuando el experto reseña, deja testimonio histórico de un suceso artÃstico y sus protagonistas. El crÃtico hace futuro desde sus palabras; y no solo porque guÃa procesos culturales (eso queda claro) sino porque los valora y atestigua.
No seré absoluta. El artista contemporáneo no precisa (forzosamente) intermediarios para explicar su obra, es autosuficiente y puede hacerlo él mismo. Conoce sobre edición, fotografÃa, diseño, marketing y otras materias que le permiten gestionar su promoción en Internet. No ocurre con todos, pero sà en la mayorÃa. Apunto: vivimos un arte cada vez más conceptual, que obliga a sus creadores a mostrar no solo sus piezas sino los argumentos que las rigen.  Â
“Esclarecer, promover y testimoniar son tres posibles atributos de la crÃtica que bien vale considerar para poder reconocer su importancia en un mundo en que la información deviene hecho imprescindible de supervivencia y conocimientoâ€, subrayó el ensayista, profesor, bailarÃn y coreógrafo habanero Ramiro Guerra.
No obstante, pese a esa autonomÃa del artista, apoyada en las tecnologÃas y la accesibilidad de información, la crÃtica resulta imprescindible si está en constante diálogo con el creador, si lo dota de lenguaje, si llama la atención sobre estilos y conceptos que ni él habÃa percibido en su trabajo. La crÃtica siempre convidará a degustar la obra de arte, haciéndola atractiva a los sentidos de la audiencia.
Sirva ella, no como dictador sino como redentora: argumentación de base para reflexiones propias, traductora del arte para la sociedad, promotora de la experimentación y el talento.
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