A la Entrevista, género periodístico considerado menor por algunos profesionales de la comunicación, estuvo dedicada el taller que inició este 10 de marzo la edición de 2021 del Taller y Concurso de Periodismo Cultural “Rubén Martínez Villena”. Convocado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS), el evento en esta ocasión transcurre de manera virtual, debido a la pandemia de la COVID-19.
José Luis Estrada, jefe de la página cultural del diario Juventud Rebelde y Miembro de Honor de la AHS, provocó el debate en el grupo de WhatsApp creado con motivo de la cita.
Primeramente, Estrada compartió algunas apreciaciones del periodista y escritor Eduardo Heras acerca del género, plasmadas en el prólogo realizado para El mundo danza en La Habana, su segundo libro:
“¿Qué tiene un entrevistador en sus manos cuando realiza una entrevista? Apenas un interlocutor generalmente desconocido con el cual necesita establecer una comunicación que le permita acceder a zonas de su vida casi siempre vedadas a la opinión pública.
“Posee además una grabadora que debe estar semioculta a los ojos del entrevistado, porque muchas veces se convierte en un obstáculo que dificulta la comunicación; un papel y un lápiz donde anotará algún detalle descriptivo o de ambiente, un gesto caracterizador, un leve movimiento de manos, alguna mirada, que luego facilite reproducir la atmósfera del lugar y la personalidad del entrevistado.
“¿Con qué conocimientos previos debe contar? ¿Qué preguntas hacer y cómo insertarlas dentro de la conversación, de manera que resulten totalmente fluidas, naturales, como si fueran parte esencial del diálogo? Y luego, terminada la entrevista, ¿cómo exponerla de manera que el lector reciba de la forma más completa las revelaciones que pudo obtener? ¿Y cómo elegir los momentos precisos en que la escena que se está narrando debe ser interrumpida por párrafos de resumen que sintetizan en pocas líneas un volumen de información que, revelada por boca del entrevistado, haría interminable la entrevista?
“El dominio de estos elementos esenciales es lo que convierte el género en un verdadero arte, y al periodista que lo logra en un maestro de ese arte”.
De su propia cosecha, Estrada apuntó que el secreto de la entrevista está en disfrutar del placer de una buena conversación, basada en el respeto y en un genuino interés por escuchar lo que cuenta el entrevistado.
“Solo así compartirán, a corazón abierto, lo que sienten o piensan, y se establecerá esa esencial empatía cuando estén convencidos de que eres alguien seguro, ético, cuando estén convencidos de que lo cuidarás, de que te transformarás en “tumba” si fuese necesario.
“Si algo he tenido muy claro es que en las entrevistas que hago no soy yo el protagonista y mucho menos me interesa que el lector perciba un supuesto elevado nivel intelectual ni que note cuán vasta puede ser mi cultura. Para mí lo más importante es tener la humildad de mostrarme como un propiciador de la abundante virtud de los otros. Que sean ellos quienes tejan la historia, con sus satisfacciones, sus frustraciones, sus ansias”.
Los participantes en el taller concordaron con la periodista y crítica cultural Paquita de Armas en que es esencial una buena preparación previa, “saber de la A a la Z de la persona que se tiene delante”, y en función de eso elaborar un cuestionario interesante.
Ser simples sin caer en los lugares comunes, no autocensurarse ante la posibilidad de una pregunta incómoda y tener conciencia de que un producto comunicativo puede ser polémico sin convertirse –per se– en destructivo, constituyeron otros de los puntos abordados en el debate.
“Cada persona tiene algo que contar. Lo esencial es saber cómo llevarlos a ello, y eso lo propicia el estudio, la manera en que podamos crear un ambiente cómodo. La capacidad para hilvanar el criterio del entrevistado con la próxima pregunta sin que haya un salto brusco…”, destacó Leandris Noa, del telecentro guantanamero Primada Visión.
Mientras, su colega Christian Knight, del canal territorial Solvisión, añadió: “La entrevista es un acto de confesión común. Ese momento donde recibimos de la otra persona mucho más que una respuesta. Recibimos su sentir a través de expresiones corporales; de emociones a veces, más que del propio discurso. Solo hay que estar atentos y siempre prestos para aprender”.
¿Son necesarias las interrogantes incómodas? Ante esta reflexión, José Luis Estrada acotó que deben ser parte esencial del cuestionario, si es que hay problemas con los que meterse.
En ese sentido, Patricia Hernández, estudiante de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y colaboradora habitual de la revista Alma Mater, consideró que en Cuba se debe explorar un poco más este tipo de entrevistas retadoras, que obligan a los entrevistados a dar respuestas sin retóricas innecesarias.
Varios de los participantes concordaron en que en un diálogo franco y profesional caben todas la interrogantes, y que la Ética constituye la brújula moral para alejar al trabajo del sensacionalismo y el amarillismo.
Este jueves 11 de marzo la agenda del evento depara un taller con la periodista espirituana Lisandra Gómez, quien ahondará en las alternativas y desafíos ofrecidos por las redes sociales para la producción contenidos radiales, en la realidad epidemiológica actual.
Mientras, el próximo domingo 14 de marzo, Día de la Prensa Cubana, se darán a conocer los ganadores de la presente edición del Concurso Nacional de Periodismo Cultural “Rubén Martínez Villena”.
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