Pedro Sánchez Zapata es un joven lleno de arte y poesÃa que desde su natal Guantánamo desanda los caminos y crea nuevos trechos que lo conducen al género más universal de los cubanos. Una persona común, para quien la trova es la génesis de sus creaciones, es su piel y sombra, una actitud ante la vida, la mejor compañÃa para componer y cantarle al hombre, a su entorno y sentimientos.
Resguardado por una guitarra como cómplice y ritmos que heredó de sus ocho años en Santiago de Cuba, cuna de la nueva trova, Pedro ha llegado a Camagüey con esos temas profundos que lo sumergen en las agitadas aguas del amor; con su elocuencia perspicaz y esa unión casi inmediata con una ciudad de cantautores y hogar de ese “último bohemio†que fuera Miguel Escalona.
Aunque estudió la carrera de filologÃa en la Universidad Oriental de Santiago de Cuba, para él la música: “es el motor impulsor de mi energÃa y es un reflejo de mi vida, un rescate de los inicios de mi realidad marginal y hoy es la forma de lidiar con el mundo y mis demonios. Hay gente que llora, hay gente que bebe, que se droga y es violenta, yo hago canciones para todo, para procesar los problemas, las alegrÃas, los extremos sentimentales, para mà eso es la música, la mejor forma de existir.â€
¿Cómo mantener un estilo musical que esté a tono con las nuevas sonoridades sin perder la lÃrica que heredaste de la trova tradicional?
Mi conexión con la trova fue una cuestión de espÃritu y de apego a ese ejercicio poético que me llamaba la atención. Recuerdo a mi padre poniéndome a escuchar los discos de Silvio RodrÃguez, del trÃo Matamoros y los Zafiros. Hoy la trova es el estilo desde el cual yo asumo la canción de una forma eclética, que no tiene que ver con los géneros musicales porque lo mismo transito por el son, la descarga de energÃa de una conga, el soul de un buen blues, un funky, la timba y la música brasileña, pero sin perder nunca la belleza y el sentido de la trova tradicional. Â
Creo que si no sabes de dónde vienes, no sabes hacia dónde vas. La trova tradicional tiene todo el mérito actual y contemporáneo de la música cubana. A pesar de los años existe en ella una estética que a muchos le pudiera parecer novedosa, gracias al aporte indisoluble de músicos como Antonio Gumersindo Garay (Sindo Garay) y Benito Antonio Fernández Ortiz (Ñico Saquito). Hay que agradecerle a esa etapa de la música, que era muy desprejuiciada, experimental y ajena en cierta medida del mercado musical y de lo que se vende y es consumido hoy por el público; era una manera diferente de contar historias que se alejaba de los patrones a los cuales estamos habituados, desapegada completamente de las reglas y de lo que estaba establecido. Y es eso precisamente lo que intento rescatar.
Desde tu perspectiva de joven que se inicia en la música, ¿cuáles son los problemas que afronta el movimiento trovadoresco actual?
Un músico se establece en su panorama cultural a través de la validación de su obra y ella se consolida grabando, lo cual es como el “Caballo de Troya†para los jóvenes que intentan hacer carrera fuera de la capital habanera donde se encuentran los principales estudios. A pesar de que existan estos espacios en algunas provincias, son los de la Habana los que escogen los materiales para producir.
 Es muy difÃcil llegar a grabar con las condiciones requeridas y los recursos económicos para que tu material final tenga la misma calidad que los fonogramas de música popular que hoy va desde el reggaetón hasta la salsa. La gestión de las disqueras no está en enfrascada, a mi entender, en promover un producto cultural estético más allá de su función mercantil.
También está la preparación de los músicos, sobre todo porque en la trova es mayoritariamente autodidacta. Antes existÃa un mayor referente al quehacer artÃstico que se formaba en el Centro de Superación de la Música, pues les facilitaba a las personas que no pasaban por las Academias, el espacio para intercambiar con las diferentes instituciones culturales y adquirir las herramientas técnicas. Esto es algo que todavÃa es necesario y que hoy es carente. Existe un espÃritu que se heredó de generaciones anteriores de que el trovador es como un juglar, pero más allá del talento con que se nace, el aprendizaje es fundamental, no importa si haces jazz o trova.
Otro de los problemas radica en el trabajo. Para poder subsistir de tu música necesitas profesionalizarte a través de audiciones que realiza el Centro Provincial de la Música, un proceso que en ocasiones es engorroso e inaccesible. La única manera para estar en el catálogo de esta institución, si no eres graduado de una Academia de Música, es a través de la Asociación Hermanos SaÃz y existen muchos jóvenes que no son miembros de la organización y que poseen una obra de valor estético pero que hoy no cuentan con la opción de audisionarse.
La contratación es un mecanismo complicado, puedes hacerlo a través de un empresa sin posibilidad de autogestión o de hacer uso de tus propios medios, lo cual genera una serie de burocracia y de intermediarios, que es apremiante agilizar y regular; y lograr que sea más transparente, más expédito y directo.
¿Cómo ha sido tu vÃnculo con la AHS y cuánto ha influido en tu desarrollo como artista?
Mi relación con la AHS data ya de 10 años, ha sido de mucho amor y de muchas locuras. Después de tantos festivales, eventos, peñas y grabaciones colectivas, es que estoy comenzando finalmente mi membresÃa en una organización que me ha dado tanto y que me acogió con todo el respeto y la disposición de ayudarme en mi carrera como artista.
Debo agradecer a muchos presidentes de la AHS en todos esos años por llevarme de la mano y acercarme al arte en momentos que estaba alejado de él. No puedo dejar de mencionar a Eldys Baratute Benavides, un campeón de la promoción cultural de la filial guantanamera de la AHS siempre a favor de la trova, a Ihordan Torres, presidente actual de la AHS de Camagüey, quien me dio todas las posibilidades de superación y facilitó mi camino para llegar al estudio de la EGREM en Camagüey y grabar mi primer fonograma “Caminando†en colaboración con Rumbatá, aún en proceso de mezcla y masterización.
La filial camagüeyana es privilegiada, por el vÃnculo estrecho y la sinergia que existe con las instituciones culturales del territorio como la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el Centro Provincial de la Música, las Casas de Cultura, el Centro Provincial del Libro y la Literatura (CPLL), el Centro Provincial de Artes Plásticas (CPAP) y las Academias de Arte. No todas las filiales del paÃs tienen esa fuerza y es algo que se agradece muchÃsimo y que se debe también a la labor titánica de Yunielkis Naranjo Guerra, antiguo presidente de la AHS en la provincia.
 La AHS ha sido importante, pues a través de ella he conocido sobre lo que hace mi generación, no sólo de cantautores, sino también de poetas, actores, de artistas plásticos y de otros músicos, vinculándome asà al panorama cultural cubano. Me ha brindado los espacios, en los cuales puedo ofrecer un espectáculo con mi música y las vÃas para promocionarla.
Caminando…
Los inicios de Caminando estuvieron vinculados en gran medida a mi ciudad natal. Surgió de una presentación online desde Camagüey realizada para la 44 Jornada de la Canción PolÃtica en Guantánamo, un evento donde crecà como trovador. Se grabaron los temas que se usarÃan en el video online en el recién inaugurado estudio Caonao de la EGREM en la capital agramontina. Ese proyecto se convirtió finalmente en un DVD bajo la producción artÃstica de Wilmer Ferrán, lÃder de Rumbatá y de Daniel MartÃnez como director de audiovisual e imagen. Además contamos con el apoyo y edición de la Casa Productora de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey.
 El material, que consta de seis canciones, videos, un maeking-off y sesiones de fotos, incluyó la colaboración de DarÃo Valdés Pino en el bajo, a Julio Pablo Santora en las percusiones y a esa gran agrupación camagüeyana que es Rumbatá, con la cual compartimos cuatro de los temas del disco.
La experiencia fue completamente contundente y con ella crecà como profesional; aprendà cómo enfrentarme a un proceso de grabación y a las distintas prestaciones que ofrece un Estudio para crear un material discográfico que es resultado de un lenguaje musical y estético. En ese sentido Caminando me guió hacia la dirección que quiero darle a mi carrera y a mi música.
…
En estos momentos estoy inmerso en el proceso creativo de un nuevo fonograma, que será producido por Luis Alberto BarberÃa, integrante del proyecto Habana Abierta, con quien también estamos preparando, con el auspicio de la AHS, una serie de conferencias para los asociados sobre las pautas de grabación y la impartición de talleres sobre composición. El objetivo es integrar a los jóvenes de las Academias con los músicos que son miembros de la AHS para que intercambien con importantes y consagrados músicos de Cuba y aprendan de ellos. Pero sobre todo para seguir haciendo buena música.
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