El distanciamiento social al que forzó la COVID-19 a nivel mundial resultó ser una de las medidas más importantes para hacer frente y prevenir el contagio de una enfermedad que puso en jaque al mundo y en tela de juicio nuestra propia condición existencial. Esta situación afectó en todos los niveles la dinámica social y personal de la Humanidad. Desde lo individual, lo colectivo, lo social, lo económico, lo cultural, los artistas del mundo tuvieron que reconducir su quehacer en función de estimular la creatividad, la generación de nuevos proyectos y reformular visualidades diversas para nada alejadas de la realidad propia, interpretada y construida de acuerdo a los horizontes de cada uno.
Desde los predios de la fotografía, creo que no ha quedado un artista del lente que, de un modo u otro, no haya registrado la crisis que trajo consigo esta enfermedad. Para algunos, los balcones y las ventanas se convirtieron en los espacios de trabajo más demandados. Para otros, fueron directamente los hospitales o centros sanitarios los espacios desde donde documentar esta situación. Y para muchos otros la motivación ha partido desde el espacio privado, desde el ambiente social de la vecindad. Incluso, la motivación en ellos ha transcendido los límites de lo personal y hasta de lo geográfico, y artistas de diversas partes del mundo se han congregado en diferentes proyectos artísticos colectivos.
Aun en medio de un ciclo obligatorio de distanciamiento social, la narrativa visual de la fotografía y las potencialidades y alcance de las tecnologías, han permitido que los fotógrafos narren, desde sus experiencias, las circunstancias que la COVID-19 ha generado, así como el impasse que domina hoy la realidad de la Humanidad. Desde el momento mismo en que esta pandemia forzó a un cambio radical en la vida de todos, innumerables imágenes han circulado por la plataforma virtual, en tanto espacio de socialización por excelencia ante tal realidad, como muestra de los comportamientos, de la situación de cada región y de estados de ánimo que fluctúan entre lo esperanzador y lo fatídico: historias que comportan una carga visual y discursiva en las que se conjugan lo social y lo humanitario.
En tanto manifestación que se vale de la instantaneidad de su ejercicio, de la veracidad de su registro y de la facilidad para su circulación, la fotografía ha estado ahí, en la línea de fuego, reflejando a través de las diversas miradas de sus creadores no solo lo que sucede al interior del confinamiento, en la intimidad familiar, en ese complejo ambiente de convivencia al que todos hemos tenido que recurrir sin siquiera tener más opción. También, la fotografía ha registrado lo que sucede al exterior del confinamiento, evidenciando las huellas de un enemigo invisible que se mueve a la velocidad de la luz, y que deja a su paso una catástrofe mundial.
De diversas maneras posibles, los fotógrafos cubanos se han sensibilizado y comprometido con la situación sanitaria que desde un principio provocó esta enfermedad. Y es que, cuando se genera una suerte de ansiedad en el interior del artista es el momento en que surge la fiebre de la creatividad, esa necesidad de decir a través de imágenes lo que siente. Respetando las singularidades de cada creador, es la condición humana, su drama actual, la inseguridad y la voluntad de sobrevivencia los temas que unifican, curatorialmente si se quiere, todo ese enjambre de fotografías que circulan hoy sobre nuestra realidad.
El joven fotógrafo cubano Manuel Almenares (La Habana, 1992) ha venido desarrollando, desde el momento justo en que la COVID-19 impusiera un nuevo ritmo de vida y angustias en nuestro país, el ensayo fotográfico La enfermedad sobre la enfermedad, donde resume en blanco y negro, no por gratuidad sino por el matiz dramático y refinado que le ofrece a la imagen, escenarios reveladores del impacto de la enfermedad en su ciudad natal. La fuerza potente que encierra este ensayo le permitió a su creador ser galardonado con el Gran Premio de la Fototeca de Cuba y la Beca de Creación Alfredo Sarabia in Memoriam, en su edición de 2020.
Las imágenes que conforman este ensayo resultan una minuciosa crónica social y visual sobre el paso, evolución e impacto del coronavirus en los barrios de Centro Habana y Habana Vieja, así como sobre las consecuencias que facturó para el decursar cotidiano de su gente. Y me refiero a una crónica social no con el interés de anclar su discurso en el compromiso abnegado de un artista para con el momento que vive, sino desde la mirada de un joven fotógrafo que se debate a través de imágenes urbanas los modos de representación de la ciudad que habita. Son sus obras testimonios de una realidad que lejos de olvidarse, quedará perpetua en la memoria y en el pensamiento de todos aquellos que nos ha tocado experimentarla y, con buen tino, sobrevivirla.
El acierto de Manuel Almenares con su ensayo La enfermedad sobre la enfermedad radica, en mi opinión, en cómo el creador logra transgredir los límites del registro documental hacia un ejercicio de reflexión sobre una realidad que afecta a todos. Logra así que la mirada del espectador se detenga, que indague en esos ambientes urbanos, los cuales, aun cuando parecieran ángulos harto conocidos de la ciudad, se nos presentan desde una nueva sensibilidad coyuntural. Precisamente, ese anclaje circunstancial viene denotado por la presencia constante en el ensayo de la mascarilla o nasobuco, accesorio de primera necesidad y obligación que adherimos a nuestra cotidianidad producto de la pandemia, a lo que se le suman las expresiones de incertidumbre, angustia y desolación de los individuos captados por el lente de Almenares.
El artista “testimonia dinámicas de convivencias vecinales, pasillos sombríos y vetustos, interiores que abruman, solares que guardan todo tipo de historias, verjas que limitan el contacto mas no el saludo, exteriores de una ciudad que intenta sobreponerse a la enfermedad, zonas de fe autoconstruidas como escudo para soportar al emisario de la muerte. Es un testimonio enfocado en sujetos anónimos, héroes de su cotidianidad, superhéroes de sus familias, supervivientes de carne y hueso que intentan no flaquear ante lo espinoso, que encuentran una alternativa para deslizarse tangencialmente por el infortunio, para batear alegremente toda clase de bolas malas.”[i]
En líneas anteriores me refería al dramatismo y la elegancia que comportan las imágenes de Almenares, potenciado por el empleo del blanco y negro como recurso técnico y visual para su ensayo. Esa aclaración me permite introducir ahora un discurso más prolongado sobre la exquisitez de la técnica de este joven fotógrafo. Se advierte aquí una cuidadosa elaboración de la imagen, no en el sentido de una posproducción digital o en la preparación de una escenografía determinada. Ninguna de ellas tiene cabida en la praxis que revela este ensayo. Manuel Almenares traduce en arte fotográfico lo que se le presenta en la realidad inmediata; escoge meticulosamente las escenas, cuyo resultado visual pareciera como si estas estuvieran ahí, esperando por él para ser capturadas por su lente. Además, manifiesta un gusto por el enrarecimiento del ángulo a fotografiar, por complejizar la visualidad de la escena, en consonancia con cada situación reflejada. Así, le otorga a su trabajo un halo expresionista, dramático y hermoso al unísono, que remueve algo en el interior del que se acerca a observar.
Me atrevo a afirmar que para el proyecto South Florida Latin American Photography Forum (SoFLaFoto) y su fundador, el fotógrafo cubano radicado en Estados Unidos desde 1995, William Riera, el ensayo La enfermedad sobre la enfermedad comporta un potencial loable y necesario de visualización, motivo suficiente para compartir con la comunidad artística fotográfica que promueve SoFLaFoto.
Esta es una plataforma que nació a raíz del confinamiento que trajo consigo la pandemia, cuyo esbozo del proyecto fue desengavetado por su creador con la pretensión de crear un espacio que potenciara “la visualización y promoción de la fotografía latinoamericana y de aquellos trabajos de artes visuales basados en la fotografía que reflejan la vida de la comunidad latina (…) teniendo en cuenta la ausencia de espacios aglutinadores y de promoción e investigación del arte fotográfico en un área tan cambiante como el sur de la Florida. De esta forma, el proyecto SoFLaFoto surge como una plataforma que asume el desafío de localizar, recopilar, organizar y compartir la información relacionada con las obras de los fotógrafos que han documentado la vida de la comunidad latina, el decursar de la región latinoamericana (Hispanoamérica, Brasil y Haití), además de la variedad de temas que son relevantes para la sociedad como la memoria, la historia, la diáspora, la inmigración, la identidad, la familia, la religión, las cuestiones de género, el racismo, la adicción, la desigualdad, los derechos LGBTQ: todo esto dentro del ámbito de la fotografía latinoamericana, documental y callejera.”[ii]
SoFLaFoto, como proyecto de promoción y visualización de la fotografía contemporánea, acertó en auspiciar el ensayo fotográfico La enfermedad sobre la enfermedad como ejercicio expositivo disponible en la plataforma virtual The Exhibit. De esta manera, se traduce del lenguaje ensayístico que ofrece Manuel Almenares con su trabajo al lenguaje de la curaduría digital, herramienta actual en vigor en tanto dinámica de circulación y movilización de las prácticas artísticas contemporáneas en tiempos de pandemia.
Véase en este ensayo el nervio social de una ciudad que atraviesa la enfermedad sobre la enfermedad: una, de índole social, de una cotidianidad tensa que intenta sobrevivir ante los obstáculos que sobrevienen; otra, de matiz sanitario, que sobrepasa toda voluntad humana y se impone con voz cantante en el decursar del planeta.
Biografía del artista:
Manuel Almenares Estrada (22 de enero de 1992. La Habana. Cuba)
Email: almenaresmanuel@gmail.com
IG: @manuelalmenares_visual
FB: manuel.almenaresestrada
Teléf.: (+53) 58417385
Fotoperiodista de la Revista Opus Habana, de la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana (OHC) (2017-2019) y fotorreportero de Carnival Corporation, Fathom (línea de cruceros) (2016). Ha expuesto sus obras tanto en muestras personales como colectivas en países como España, Ucrania, México, Estados Unidos y Cuba. Ha participado en diversos eventos de arte, entre ellos la Bienal de La Habana, la Muestra Joven del ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos), la Bienal de Fotografía Alfredo Sarabia in Memoriam, Fotofest International & Foundation for Culture and Society y PhotoESPAÑA 2019. Entre los reconocimientos obtenidos se encuentran el Gran Premio de la Fototeca de Cuba y la Beca de Creación Alfredo Sarabia al ensayo La enfermedad sobre la enfermedad; el Premio Jóvenes en el Lente (4ta edición); el Premio del Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño de La Habana 2016; y la Mención de la Fototeca de Cuba en la Beca de Creación Raúl Corrales al proyecto Vida interior. Es además miembro del colectivo internacional de fotógrafos Jibaro Photos.
Notas:
[i]Fragmento del texto curatorial de la exposición virtual La enfermedad sobre la enfermedad en La Habana, del fotógrafo cubano Manuel Almenares, en la plataforma online de exposiciones The Exhibit. Abierta al público desde el 15 de enero hasta el 28 de febrero de 2021. Muestra auspiciada por el South Florida Latin American Photography Forum (SoFLaFoto). Link de la exposición: https://theexhibit.io/exhibition/hold-still-pandemic-in-havana
[ii] Fragmento del statement del proyecto SoFLaFoto, fundado en 2020. En Facebook e Instagram: @soflafoto.
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