La Asociación Hermanos SaÃz en Santiago de Cuba esquiva los obstáculos gracias a ese golpe en el que se mezcla juventud y arte. Esa mixtura desequilibra cualquier inercia y pone la creación en un vuelo infinito hasta llegar al público. A veces el ciclo no termina, o se estanca, o simplemente se pospone en el tiempo, pero existe y deja sus huellas. Quizás en los entresijos de la vida, la sección de música navegó con buenos resultados. Leandro González Revilla es su jefe y analiza estos meses.
«Empezamos el año 2020 con buena vibra. La programación de la Casona Azul estuvo muy activa con conciertos, peñas. Febrero nos reservó el primer evento del año con el Jazznamá que ha sido quizás la mejor edición desde su creación. Luego vino la pandemia que obligó a cambiar muchas cosas. El Festival Palabras se suspendió, el Playarte solo se hizo muy poco de manera online. Eso llevó a hacer muchas cosas virtuales. En el verano, Una salva de porvenir llegó a varios municipios respetándose las medidas sanitarias. Aquà se reunieron todas las manifestaciones. También se posibilitó que artistas de los municipios se integraran con nosotros. Fue una bonita experiencia porque se logró hacer algo que era muy difÃcil en aquellos momentos y la gente de los territorios lo agradeció. Pudimos divertir, educar, y mostrar mucha de las cosas buenas de la asociación y se vio el resultado. Hicimos talleres, a cada artista le tocaba su horario y fue muy exitoso.»
El proyecto La Casona Azul tuvo mucho impacto. ¿Qué puedes comentarme al respecto?
«Lo tenÃamos previsto para finales de agosto pero se pospuso para septiembre. Impartimos el taller de música relacionado con el hip hop. El proyecto es dirigido a realizar talleres de diferentes manifestaciones que representan a la asociación. Se realizó uno de teatro, de música fusión, de hip hop, literatura, entre otros. Hubo una convocatoria, y a partir de eso vinieron los talleres con gran participación. En mi caso la experiencia fue grandiosa. Quedé sorprendido con el resultado. Te pongo un ejemplo, los siete muchachos que estuvieron en mi taller salÃan de allà e iban para mi casa y querÃan seguir con el taller de hip hop fuera del horario planificado. Y te puedo decir que ellos terminaron siendo raperos, DJs, y graffitteros, que era la idea. Nuestro objetivo era al final crear una canción compuesta por los muchachos y un video clip donde bailaran y aplicaran todo lo aprendido en el curso.
«Este video está en producción con los recursos que tenemos en mi estudio de grabación y cámaras. Pero lo mejor de todo es que el proyecto generó la creación de un proyecto socio-cultural con el nombre de Hiphopeando. Desde hace un tiempo lo venÃamos pensando hasta ahora que lo materializamos.
«Es en el poblado Caney y pretendemos darle una dimensión provincial o nacional, veremos qué pasa. Los estudiantes oscilaban entre 13 y 18 años. Después de esto mi casa se llenó de muchachos, de 11 en adelante que querÃan formar parte del proyecto. Y eso me obliga a hacer nuevos talleres para darle atención a esos alumnos que desean vivir la experiencia nacida en la Casona Azul.»
En todas las secciones se realiza un análisis para valorar la pertinencia de los asociados. Quiénes hacen, cómo lo hacen y si merecen seguir en la joven vanguardia artÃstica cubana es una premisa necesaria para conquistar admiradores. Con la mayor cantidad de asociados, la sección de música toca puertas al entendimiento y la sensibilidad.
Bajo difÃciles condiciones, los creadores inscriben el arte en ese tamiz singular de lo hermoso. Pero la constancia y la responsabilidad es lo que permite la consagración de un músico, sin obviar el talento y la disciplina. Para el 2021 los jóvenes de la AHS deben bautizar cada espacio con dosis placenteras del buen arte que emana de ellos. Sin panfletos y con dedicación, una amalgama de hermosas melodÃas puede asaltar el futuro.
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social.