Hasta siempre, Diana querida

A veces uno piensa que ya es suficiente, o demasiado. Pero no. Y llega esa noticia que demuestra que todavía puede ser peor.
Hay muertos que son lejanos, y aún así se nos mueren dentro. Y están los muertos cercanos, esos que nos duelen por todo el cuerpo, en las piernas, en el corazón y hasta afuera, en el paisaje que nuestros ojos miran y que esos ojos queridos miraron también.
Hoy se me ha muerto, se nos ha muerto, a mi tribu del Caimán Barbudo, a todos los colegas de la Editora Abril, un ser especial, muy íntimo, amiga, jefa, compañera de todos, alguien que duele hoy y todavía mañana seguirá doliendo.
Con agradecimiento infinito, por la vida que diste, querida Diana. Las condolencias a familiares y amigos. 2020 nos había quitado mucho. Y ahora nos quita lo mejor…

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