Nadie podrÃa quitarle razón a Albert Einstein cuando dijo que “es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategiasâ€. Y de eso bien saben los artistas y creadores cubanos que no han descansado ni un momento de buscar la manera de que el público se ponga en contacto con sus obras, de que reconozca en ellas el momento que vivimos.
El pasado 27 de julio salió al aire por vez primera el programa Onda Juvenil, una propuesta de Radio Cadena Habana, la emisora de la música cubana. Era parte de la estrategia para abordar el tema de la pandemia desde una programación especial que tendrÃa extensos programas de tipo revistas o discotecas. A propósito, comenta al Portal del Arte Joven Cubano Carlos Fornés, reconocido promotor de la buena música y realizador radial, timón de este programa:Â
“Se me pidió que tuviera la estructura de una discoteca y que integrara las redes sociales para tratar de atraer a la mayor cantidad de jóvenes. El equipo del programa estuvo conformado en sus inicios por Will Roque en la realización sonora, Vivian Loyola, locutora; y yo como director, que también generaba muchos de los contenidos.
“El objetivo era crear una discoteca que llegara a los jóvenes, que pusiera música que les interesara, también reflejar la música que ellos están haciendo y, de alguna manera, mediante las redes sociales, motivar su incorporación a la audiencia del programaâ€.
Y justo aquà está la caracterÃstica más importante de esta singular iniciativa, la retroalimentación entre radio y redes sociales, dos caras de una misma moneda, Onda Juvenil. Carlos Fornés logró que cada músico que integra el grupo de WhatsApp formara parte del programa radial. Mensajes de voz, estreno de temas musicales, promoción de conciertos on line y efemérides del mundo musical, son algunos de los contenidos que se comparten e informan en este espacio de confluencias.
Sobre la relación jóvenes-radio pesan algunos estigmas, que no siempre resultan halagüeños, pero veamos qué nos cuenta nuestro entrevistado sobre su experiencia en estos temas: “Hay jóvenes que escuchan radio, pero no suelen ser muy participativos, prefieren hacerlo a través de Internet. Yo sà he tenido muy buena retroalimentación de mis programas a través de Facebook y de otras redes sociales. Ocurre un fenómeno bien interesante: a muchos jóvenes les gustarÃa escuchar más radio, pero no pueden comprar un aparato receptor en la tienda, es muy difÃcil adquirirlo, entonces muchos oÃan el radio usando datos móviles, con la parte gratuita de la red nacional que incluyen los paquetes o gastaban los datos de sus teléfonos sintonizando Radio Cadena Habana. Pero los que no podÃan hacer esto, no escuchaban la emisora, y ahà se me quedaba un segmento importante que yo sé que les interesaba pero solo tenÃan referencias indirectas a través de la información que se generaba en las redes socialesâ€.
En la historia de la radio cubana serÃa un pecado no hablar de los jóvenes, de su relación e incluso su transformación en programas que marcaron no solo una época sino también el gusto de todos.
“Yo he vivido el cambio generacional en la radio. En la década del 80 muchos jóvenes oÃan una radio que reflejaba el pensamiento de ellos y el quehacer de los artistas jóvenes. Era una radio de vanguardia, sobre todo Radio Ciudad de La Habana, con propuestas muy interesantes. Y después vivà la década de los 90 con el programa SabaRock, que promediaba en 58 minutos 48 llamadas telefónicas. TodavÃa hoy algunos me paran por la calle y me preguntan si yo era el que lo hacÃa. Era un programa de altÃsima audiencia juvenil. Algunos músicos me confesaban que eran alumnos de la Escuela Nacional de Arte y el lunes se discutÃa lo que pasaba en SabaRock el sábado anterior.
“Pero de pronto, SabaRock también comenzó a perder audiencia, y eso estuvo asociado a que la gente se le fue haciendo difÃcil escuchar radio, además de que llegaron las redes sociales y otras alternativas de acceso a la música. Por eso, cuando trabajas para una audiencia juvenil, tienes que ser muy competitivo y tratar de darle algo que no va a encontrar en su celular o en las redes ni en la esquina del barrio. Tienes que estar delante siempre de tu audiencia, que es muy rápida porque tiene una serie de medios y de intercomunicación que te hace muy difÃcil que puedas sorprenderla. Pero tienes que lograrlo.
“Ese es siempre el propósito de mis programas: capturar audiencias jóvenes, tratando de ir por delante de ellos, de sorprenderlos y de ofrecerles un producto que no va a encontrar en otro lugar.â€
Y para logar estar junto o delante de los jóvenes, hay que buscar sus propios modos, sus propias herramientas, de ahà la idea del grupo de WhatsApp, un espacio donde no solo interactúan jóvenes músicos, sino también creadores antológicos y otros personajes importantes de ese hechizante mundo.
“La idea funcionó a las mil maravillas, yo mismo quedé sorprendido. Creé el grupo el mismo dÃa que salió la primera emisión de Onda Juvenil. Yo estoy acostumbrado a hacer programas especializados de música en los que el contenido es muy importante. Creo que el contenido es una de las cosas que les ofrezco a las audiencias juveniles, que no van a poder encontrar en Internet.
“Entonces me dije: si tengo que generar información para una discoteca de cuatro horas, muy extensa, no voy a ponerme a repetir lo mismo que todo el mundo en la radio, ni voy solo a decirle a la gente que tiene que ponerse correctamente el nasobuco. Tengo que generar más informaciones. Y por otro lado, yo no soy médico, asà es que no puedo hacer análisis profundos de la Covid 19. Entonces se me ocurrió crear ese grupo de WhatsApp integrado por músicos, más de 100 entraron, y fue muy bonito, porque desde que los estaba incorporando, no me daba ni tiempo de explicar sobre qué era el grupo, porque enseguida los músicos se fueron encontrando y reconociendo.
“Muchos no sabÃan que ese grupo de una red social estaba en función de un programa de radio y que habÃa sido creado para interactuar con él. Luego comenzaron a concebir proyectos dentro del grupo, colaboraciones entre ellos, a intercambiar ideas sobre determinadas canciones. Y todas esas ideas yo las procesaba y me servÃan de contenido para el programa. Los músicos colocaban noticias sobre proyectos que estaban realizando y la locutora leÃa esos mensajes al aire.
“Asà entonces las redes sociales aportaban una parte importante del contenido del programa y, a su vez, el programa se reflejaba en el grupo de WhatsApp.â€
Desgraciadamente, las condiciones de la pandemia en la capital se agravaron y Radio Cadena Habana cesó sus trasmisiones, de ahà que Onda Juvenil salió del aire. “El grupo de WhatsApp sà se mantiene activo, muchos músicos me han pedido que lo mantenga abierto para continuar comunicándose entre sà en este momento tan difÃcil y sobre todo para los artistas porque dependen mucho del contacto con su público y de los escenarios. Y están en sus casas creando, pero solo pueden proyectarse a través de los medios y de las redes sociales.
“La recepción del programa Onda juvenil fue bastante buena y no solo en el grupo de WhatsApp que lo seguÃa. Es el tipo de programa que yo quisiera que se escuchara en las emisoras nacionales por el tipo de música que se ponÃa. Era un espacio que difundÃa la música de vanguardia que hacen muchos jóvenes, música alternativa que no está en las emisoras nacionales y muchas veces se desconoce y tarda mucho en darse a conocer.
“Hago mucho trabajo de campo, indago mucho sobre las creaciones de los jóvenes artistas, que muchos provienen de nuestras escuelas de música y otros que se forman en la calle, y siempre estoy buscando esa música que me sorprenda. Y eso era mucho de lo que reflejaba también Onda Juvenil.â€
Cuando le preguntamos del futuro de Onda Juvenil a Carlos Fornés nos comentó: “No depende de mÃ, depende de muchos factores, incluyendo los de la pandemia que, como puedes ver, es muy impredecible. Y depende también de cómo queda la radio, que ha sufrido una gran transformación en Cuba. Onda juvenil respondió a un momento de la radio que no sé si vaya a continuar en un futuroâ€.
Pero mucho necesita la música joven actual de espacios que caminen a su ritmo, que empleen sus mismos métodos y artilugios; y para nada se trata de negar lo clásico, sino de darle el espacio que la buena música necesita, no importa si es la radio, las redes sociales o la televisión, la interacción obra musical-audiencia es lo que se necesita siempre.
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