A la larga, la historia del arte cubano tendrá que reconocer que en los tiempos de la COVID-19 los artistas avileños se han crecido y mostrado el mejor de sus artes.
No haré la enumeración de cada ejemplo. Solo quiero detenerme en el video clip “Cuando tú me mirasâ€, de la canción del cantautor Yoan Zamora. Audiovisual estrenado por el cantautor quien fuera miembro de la AHS y su vicepresidente en la célula provincial avileña.
Este es un trabajo casero, hecho desde la hegemonÃa familiar, que se llevarÃa una ovación a voz de encuesta. Y es que en su concepción, tiene una visualidad que atrapa y seduce. Continúa en la lÃnea de la estética de vanguardia casi impuesta por los jóvenes realizadores de la Asociación, aunque sin muchos malabarismos ni efectos especiales.
También es una obra que se inscribe en el homenaje personal del artista, al aniversario 34 de la organización vanguardia de jóvenes artistas, a cumplirse el 18 de octubre de este año.
Si bien la canción no se me presenta entre las mejores composiciones del joven cantor, por tener una estructura predecible y un estribillo con caracterÃsticas demasiado “pegajosasâ€, se deja escuchar y hasta se queda impregnada en la memoria del oyente.
Pero permite que sea visualizada con dignidad, decoro, y ciertas metáforas que conviven con la genialidad.
Partamos de que el trabajo está montado, en casi su totalidad, sobre los tonos grises, y algunos sepias. Esto crea no solo una atmósfera como histórica (una ciudad, el clima, una calle) o por momentos onÃrica (la lluvia, bosque, neblina, paraguas), sino que, además, permite que la fotografÃa asuma el papel protagónico que merece. Y asà refuerce la carga semántica que ya tiene (una mujer acostada sobre un fondo blanco).
El espectador no se distrae con otros elementos dentro de cada composición, sino que se su limita a descodificar cada uno de los fragmentos de pelÃculas que conforman la obra (miradas, esperanza, desconsuelo, expectativas).
Además de las escenas en las que el Yoan cantautor interpreta el tema. Cámara muy bien realizada por su hija Lya Adriana.
Porque un video clip no solo nos regala un correlato paralelo a la historia que cuenta la canción, sino que, además, podrÃa solo ofrecernos una ilustración de dicha letra. Y, en este caso, es lo que ocurre aquÃ.
No lo hace de manera pasiva. Sus ilustraciones nos mueven el intelecto, nos lleva a comparar, a buscar en nuestros archivos vivenciales. Porque todo lo que vemos se parece a lo ya vivido y queremos descifrar cuánto.
Sin embargo, las imágenes de una margarita que es deshojada por unas manos, una vista cenital de un paso de peatones abarrotado, la lluvia que cae sobre diferentes superficies, un semáforo que pasa siempre a verde, una mano que acerca la aguja de un tocadiscos al vinilo, entre algunas otras, conformarÃan una de las tantas historias que se podrÃa leer y que es la que sigue: la vida pasa para todos a consecuencia de nuestros actos y decisiones.
Mirar es un acto que se decide llevar a cabo o que no. Se hace para un determinado propósito y, casi siempre, le precede a las ansias cognitivas de un sujeto.
La mirada es también comunicación no verbal.
En ese sentido, la atmósfera intimista que consigue este audiovisual nos llena de cierta melancolÃa y como que nos deja hacer un viaje introspectivo hacia el centro de nosotros mismos. ¿Añoramos el pasado? ¿Nos asusta el presente?
Con una mirada podrÃamos salvar al prójimo. Por una mirada, muchos estarÃan dispuestos a darlo todo.
La edición, a cargo del propio Yoan Zamora, está basada generalmente, en el corte directo. Aunque, en varios momentos, sigue la pauta de los cortes musicales para puntualizar algunos acentos de la canción y dinamizar el tempo ritmo de la misma.
Los cortes son precisos. Y, salvo en el minuto 1:26, donde la tomas donde el cantante se ve como detrás de un filtro oscuro que le antecede a otro de tono sepia y pareciera un error de revisión, el resto del material está elaborado con gracia y buena técnica.
Muy bien me parece el no pocas veces utilizado recurso del final circular. Recuérdese que en la primera escena del clip aparece una muchacha acostada sobre un demasiado blanco y se ve una sombra que huye de su cuerpo hacia la esquina inferior derecha. Me atreverÃa asegurar que un intercambio de la escena final, donde se ve la mano jugando a tocar a la muchacha, por esta inicial, serÃa más efectista y sugerente.
Y creo que para cerrar, la misma escena, pero en el plano donde la mano ya se retira. Principio y final de un suceso. Abre y cierra con una acción que pareciera detenida durante el tiempo que dura la canción.
Por lo pronto, este video clip de factura casera, a manos de la familia de Yoan Zamora, el cantautor avileño, sirve como muestra de que el arte en tiempos de COVID-19, cura y enaltece.
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