Tal parece como si conociera a Alisa Peláez Zhunda desde siempre. Pero cuando recuerdo, cuando pongo en retroceso la máquina de la memoria, es que descubro la verdad: las aulas del ISA nos unieron, además de una vocación semejante y apasionada por la creación, por la belleza del arte y su buen hacer sobre la naturaleza humana. No disfrazo la realidad con otras palabras: Alisa es una de las jóvenes artistas que más he llegado a admirar por su capacidad de adaptación y su rigor investigativo. Su obra ronda mi cabeza. Por eso viajo en sus imágenes hasta llegar a la primera de estas preguntas.
¿Cuándo y cómo nace tu interés por el Diseño Escénico? ¿Sientes que fue un llamado de la vocación?
No creo que haya surgido en un momento especÃfico que pueda definir. Mi madre en su juventud fue actriz de teatro, crecà rodeada de libros que guardaban contenidos diversos, teatrales, de cine, Historia de Arte, Artes Plásticas, libros del Hermitage… Luego de pasar la secundaria ingresé en la Academia de Artes Plásticas. Siempre dibujé y ahà fue que empezó a fluir todo.
En la Academia descubrà que, desde mi visión plástica de la vida, todo tenÃa que ver con el espacio. Indagué en el universo de los happenings, el performance, los environments, sobre instalaciones, intervenciones, acciones que tenÃan en su estética y expresión la intención de invadir, provocar y transformar. Poco a poco sentà a modo lógico que tenÃa más sentido estudiar Artes Escénicas, especÃficamente Diseño Escénico, que seguir la carrera de Artes Plásticas en el Nivel Superior. Fue una transgresión a la plataforma donde me sentÃa más yo a la hora de expresarme.
Ahà comprendà mejor qué es el espacio, cómo veÃa la vida a través de la escena y la relación con la gente, con el público, los actores, etc… todo lo que tuviera que ver con esa interacción, con ese encuentro. Asà descubrà todo un universo que circunda esas poéticas.
Sà considero que fue un llamado de la vocación, lo siento de esa manera. Creo que si bien no se nace conociendo o sabiendo, aun asà hay cosas a niveles energéticos que luego se materializan a través de lo que hacemos. Para mÃ, eso tiene que ver con la vocación.
En tu discurso artÃstico, ¿cómo se mezclan las identidades europea y caribeña? ¿De qué manera entiendes que el contexto geográfico marca o define las formas de entender y producir el arte?Â
Jamás me he definido como una mezcla aunque pude haber llegado a decirlo alguna vez. Soy algo homogéneo, no me veo como un contenedor de agua y aceite. Aunque no puedo negar que se encuentran en mà muchas preguntas alrededor de eso a la hora de crear. Creo que ayuda a ser abierto en muchas maneras, a ser flexible, a entender criterios y gustos diversos.
El hombre piensa como vive; por lo tanto, el artista crea a partir de lo que piensa y de lo que tiene a mano, lo que ofrece el contexto, las posibilidades factibles. Por mucho que la imaginación vuele, a veces hay que aterrizar con lo que tienes en tu poder para crear (asà es en mi experiencia) sin que ello signifique que limites tu mente.
Puede uno volar mucho con la mente, más aún un artista, no existen lÃmites para pensar; pero a la hora de llevar tu pensamiento a una forma fÃsica, a la hora de materializarlo, sà puedes encontrarte ante la limitante de un recurso, de un material condicionado por tu realidad, por un contexto, y entonces estás obligado a limitar tu creatividad y, por tanto, el resultado es limitado.
Has tenido la oportunidad de trabajar como diseñadora para cine, teatro y danza, ¿cuáles son las mayores complejidades a la hora de enfrentarse a una nueva concepción escénica y/o visual?
Cuando me enfrento a un proyecto nuevo de carácter escénico o de otra Ãndole, quizás lo más complejo sea la preocupación de llegar a un resultado fÃsico material que se asemeje a la idea que uno genera en la mente. Creo que eso es una constante que tienen los artistas, no importa cuál sea su especialidad. Siempre lograr un resultado fiel a la idea inicial es la meta.
Entonces, ¿qué metas particulares te trazas? ¿Cómo transcurre tu proceso creativo?
Mis metas son alcanzar un producto artÃstico de buena calidad, coherente y relacionado con un interés propio, con una búsqueda personal de perfeccionamiento en ascenso.
Mi respuesta a la pregunta anterior también se relaciona con esto: el llegar a plasmar una idea en fÃsico, lo más acertadamente, posible es una meta. Los procesos de trabajo difieren en dependencia del proyecto, pero sà existe una constante: surge una idea, se desarrolla, se materializa, con el fin de entregarlo a alguien, al público, al espectador, al receptor.
En tu proceso de trabajo, ¿cuánta importancia tiene la investigación y la búsqueda de referencias?
En mi caso, la investigación y búsqueda de referencias es fundamental. Los artistas que tenemos una formación académica comenzamos por esa caracterÃstica y tendemos a incluir en nuestro proceso la investigación por default. A veces ni me lo planteo, solo lo hago de manera automática. La academia te induce a ello y eso te acompaña siempre: el artista se alimenta de lo que le rodea, de los sucesos, de la historia, del ambiente, todo influye en nuestras creaciones. Uno se retroalimenta.
Los artistas deberÃan hacerlo, es una necesidad, pero creo que ser académico influye mucho en esta elección, en mi experiencia al menos.
Mi profesión en especÃfico lo amerita. Nosotros trabajamos en colectivo, formamos parte de un todo. Tenemos especialidad en una categorÃa dentro de una gran parte. Respondes a un colectivo al que siempre le debes una explicación, al que debes convencer de tu idea, de tu visión, de tu punto de vista; y la búsqueda de información y referentes es una herramienta que no solo te ayuda a llegar a tu resultado artÃstico individual, sino que lleva a alguien más a comprender la raÃz de esa idea y hacia dónde vas con ella a través de la comprensión y conocimiento de lo que ha existido y lo que ya se ha hecho.
¿Sientes que cada uno de tus trabajos creativos tiene una identidad y un lenguaje propio, o que forman parte de una lÃnea de sentido consuetudinaria a la que podrÃamos llamar poética?
Cada obra/trabajo que realizo surge de manera diferente. Nunca pienso en una lÃnea poética a mantener o conservar, pero cuando reviso cada cosa, luego de transcurrido un tiempo, sà he notado que existen constantes, relaciones, incluso una estética reconocible que suele reflejar mi manera de ver las cosas.
El trabajo con materiales reciclables, ¿ha sido una decisión utilitaria de producción o la necesidad de resignificar y/o dotar de nuevos sentidos a la visualidad de tu creación?
Por una parte, usar estos reciclables tuvo que ver con un momento de mi vida en que era estudiante, aprendÃa, experimentaba en la creación todos los recursos existentes que tenÃa a mano. Los querÃa usar o transformar. En la escuela, en el ISA, aprendà cómo todos los creadores recurren al reciclaje casi de manera obligatoria, buscando renovar o crear a partir de lo existente. Incluso cuando pensamos que creamos desde cero no lo hacemos, siempre partimos de algo que simplemente se transforma, algo que existe, asà sea un material… Por lo tanto, el término reciclar no lo veo solo como el hecho de tomar una lata y transformarla en un sombrero, es algo mucho más complejo. Incluso algo inmaterial como una idea también se puede reciclar.
Más que una decisión utilitaria de producción es también un recurso inevitable usado por cada artista. A veces empleo un material porque lo tengo delante, solo por eso, no porque considere que tenga que ver con la idea: ahà lo estoy resignificando. PodrÃa decirse incluso que es un recurso forzado.
Has trabajado en la asistencia de vestuario de largometrajes, series y cortos tanto de factura nacional como internacional. A una escala personal creativa, ¿qué conocimientos pusieron a tu alcance estas experiencias?
Mis experiencias en el audiovisual me han hecho crecer mucho. Conocer personas disimiles con múltiples visiones artÃsticas, multiculturales, me ha ayudado a ver, desde otras perspectivas, proyectos de creación y realización. He aprendido a lidiar con diferentes maneras de crear, más allá del contexto, de ahà la importancia de interactuar con artistas de otras naciones. Ello reafirma que la creatividad y las maneras de llevarla a cabo son ilimitadas. Un artista encerrado en una burbuja se limita porque no ve ni conoce otra forma de pensar o crear, y puede pecar en el desconocimiento. Conociendo a otros creadores aprendes de ellos, y ellos de ti, se retroalimentan y esto favorece incluso tu resultado artÃstico. Aportar/aporta.
¿Sientes que el talento joven es reconocido? ¿Existe un discurso de conformidad con la promoción que se realiza a las nuevas generaciones de artistas?, ¿o acaso hay una evolución en los lenguajes y en las formas de comunicar/mostrar al público quiénes son los jóvenes creadores de punta?
Quizás en algunas esferas el talento joven se conoce; en otras, no tanto. Es relativo. El (talento) joven de cierta manera se añeja y en el momento en que muchos llegan a ser conocidos, el término joven está bastante sazonado.
Aquà somos considerados jóvenes con 35 años que es cuando supuestamente uno alcanza un status en el ámbito cultural, pero creo que en nuestro contexto esto cojea: hay muchÃsimos artistas a nivel mundial que a sus 20-25 años tienen reconocimiento. El concepto juventud en Cuba está algo disparatado en mi opinión.
Hablemos de cine. Un artista joven que se cree o sueña ser director de cine, en Cuba fácilmente puede hacer su primer largometraje, si es que le toca, a los 40 años. Entonces ahà el termino juventud está pasadito.
Mi respuesta a la conformidad respecto a ese tema es un no. Si bien existen artistas que se promueven, de diez será solo uno, ya sea algún músico que firmó con una de las tres disqueras nacionales, que probablemente no sea muy joven, o un actor que salga en la novela, no importa lo mal hecha que esté. Fuera de eso, la promoción es débil. Empecemos con que el término promoción va de la mano del término publicidad, el cual se ha tergiversado en nuestro paÃs, en algún momento hasta censurado, anulado prácticamente, lo cual constituye una limitante a la hora de ayudar a los jóvenes a darse a conocer.
Si no hay promoción o publicidad, la inmediatez se pierde. No creo que una entrevista en un programa de 27 minutos sea una buena promoción, y eso solo para el que logró colarse en la TV.
Los jóvenes si bien se alimentan escalando, pierden tiempo para lograr llegar arriba. Hay escaleras muy largas, y muchas hasta en peligro de derrumbe y con unos peldaños en mal estado. Eso no ayuda. Ya no vivimos en un mundo donde entregar un dossier impreso se considere promoción ni es algo que te ayude a impulsar tu carrera.
Es un mundo que exige tener resultados prontos, inmediatos. No puedes tener un proyecto donde pasas un año o dos buscando realizarlo. Obtener reconocimiento, ¿cuándo? Al tercer año es que muchas veces logras llevarlo a término, digamos un corto de 5 minutos, mientras que el mundo entero produce cientos de pelÃculas en el periodo de tiempo que te tomó hacer ese corto. Entonces ya no estás haciendo cine joven, sigues haciendo intentos y ejercicios.
Como diseñadora, ¿hasta qué punto sientes que te condiciona un texto, más allá de una provocación o una invocación a determinada pauta escénica? ¿Cómo te relacionas con las ideas creativas de otros artistas?
El texto siempre condiciona mientras trabajes sobre su base. No estás creando a partir de ti mismo, sino de la idea de otro autor (ahora vuelvo a recordar lo del reciclaje de ideas del que hablé anteriormente); estás siendo provocado, inducido, guiado dentro de tu propia creatividad.
En lo personal se me ha dado bien crear junto a otros artistas. Mi profesión lo condiciona y crea las bases para que asà sea. El mundo de la escena —ya sea danza, teatro, el cine— es un trabajo colectivo. Tu obra no existe si no es completada por otro, y viceversa.
De uno y del otro depende un resultado. Es un ciclo constante, dar y recibir.
En el espacio creativo de tu mente, donde no hay lÃmites económicos, ni fronteras de ningún tipo, ¿cuál serÃa tu búsqueda primera y última?
Mi primera búsqueda se pudiera decir que es siempre lograr llegar a alguien a través de lo que hago, y que esto tenga sentido. Se trata de crear un significado. ¿La última?… no puedo responder a eso aún. Mi última búsqueda no me la he planteado. Si un artista —o al menos yo— se plantea algo relacionado a ultimar, entonces eso serÃa una limitante a la creación. Asà que no, no puedo imaginármelo.
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