Palabras de Lázaro Sarmiento Sánchez tomadas de su perfil de Facebook
Un dÃa Sigfredo Ariel me dijo que La primera canción de AgustÃn Lara, de José Emilio Pacheco, era uno de sus textos preferidos y que este autor estaba entre sus querencias en la poesÃa. “La noche engendra música. A su imán/acuden las canciones memoriosas, el pianoâ€.
Y ninguna frase estaba tan bien colocada como “canciones memoriosas†que Robert MartÃn, Gladys Roque o MarÃa Gregoria pronunciaban en aquellos programas de Radio Ciudad, “desde el quinto piso del Edificio Eneâ€, donde la directora de esa época Edelsa Palacios reinaba como un hada madrina de poetas y narradores (Edelsa decÃa que Sigfredo convertÃa en oro todo lo que tocaba ). Entonces, el fonógrafo imaginario de Sigfredo hacÃa sonar en el aire de La Habana las canciones de Lara y parecÃa que no habÃa distancias entre el momento en que esas melodÃas se escucharon por primera vez y la audición radiofónica.
LA PRIMERA CANCION DE AGUSTIN LARA
La noche engendra música. A su imán
acuden las canciones memoriosas, el piano
desafinado, la guitara ya casi polvo, el violÃn
comido por los años, las maracas
que suenan como huesos. Y los ancianos
vamos a congregarnos en este cÃrculo mágico.
Nos verá la espalda
el presente que nos asfixia, el agobio
de estar vivos aquà y ahora.
Sonará como entonces la blanda música.
Nos recubre esa vida que fue la nuestra
y mantiene a raya el sepulcro abierto.
Muchacha que hoy serás como fue mi abuela,
en esta noche tiene veinte años todavÃa.
Cómo impedir una lágrima cursi o dar las gracias
pues me quedé con tu rostro del 29.
Ahora, de pronto, casi en mi tumba, vuelves
en la canción tristÃsima. Por un momento
somos de nuevo los hermosos amantes.
(José Emilio Pacheco)
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