“En esencia soy un artista que no se especializa en manifestaciones técnicas o estilos”, confiesa Fredy Hernández Martínez; arquitecto devenido diseñador, productor y director de audiovisuales. También fotógrafo y decorador de interiores, lo cual le ha merecido el premio a “Ideas Conceptuales para Centro de Interpretación” en la categoría de Diseño Arquitectónico en el Salón Nacional de Jóvenes Arquitectos 2015, y el Premio del Concurso Mural: Preservación del Agua, convocado por la AHS y ARCI Toscana en 2016.
Estos figuran entre los más recientes lauros a una trayectoria de trabajo incansable.
Suma de espíritu inquieto, alta sensibilidad y vocación social. Al menos así pudo palparse durante la realización en conjunto con Raúl E. Gutiérrez (el yuka) del corto audiovisual Brigada, que se enmarca en la etapa posterior al paso del huracán Irma por la costa villaclareña.
La obra de Freddy hace un guiño al mágico mundo del teatro, con el diseño gráfico y escenográfico de la puesta Las bebidas son por Pearl, que este año el grupo Teatro sobre el camino llevó con éxito a diversos públicos dentro y fuera de Cuba. También corre a su cargo la nueva imagen de los eventos Ciudad Metal, Longina, y del Salón de Pequeño Formato de Artes Plásticas en la ciudad de Santa Clara, durante la actual etapa como vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz en la provincia villaclareña.
Diversas manifestaciones se nutren de su talento para el diseño gráfico, por ejemplo, corrió a su cargo la portada de los discos para Revolver de los cantautores Yaima Orozco y Migue de la Rosa; Plantar los Pies por Karel Fleites, y del Demo de la intérprete Roxana Sánchez. También diseñó la revista digital de literatura Cómo. Además de escenografías de set para Telecubanacán.
El interés de Freddy por el arte mural se renovó con dos propuestas de murales urbanos a solicitud del proyecto de intervención de la ciudad de Santa Clara. Ambas obras se encuentran en espera de ejecución.
En 2017 este joven artista aportó la instalación “Legado” a la muestra “No pasa nada”, del proyecto colectivo de Artes Plásticas “Dentro del Juego”. Y por si pareciera poco, nos entregó la exposición fotográfica “Mareas”, una retrospectiva de dos puntos de vista de un mismo lugar, Isabela de Sagua. Realizada a dos manos con la artista Amelia Beatriz Delgado.
Así se diversifica la vocación de Freddy Hernández, quien dice de sí mismo: “Si jugara pelota fuera un utility”. Acto seguido se recoge el cabello con ambas manos y regala una sonrisa amplia a su querida abuela, antes de retomar la pose de entrevistado y argumentar semejante afirmación.
- “Voy pasando de una a otra de las artes visuales o audiovisuales, a veces siento que es un atrevimiento, pero la realidad es que me enamoro de proyectos específicos, que pueden variar en manifestación y complejidad. Como arquitecto de formación me gusta crear sobre todos estos ámbitos, desde el diseño gráfico (identidad, cartelería, diseño editorial, escenográfico…), la creación audiovisual, la fotografía, la escultura, la instalación, la intervención urbana, el diseño de mobiliario, lámparas y decoraciones y, por supuesto, la arquitectura.”
En medio de tales ajetreos encontramos algunas veces a un ser ¡tan inquieto!, y otras, ¡tan ensimismado! Atrapado en alguna meta inmediata, sucumbiendo al ejercicio de imaginar la realidad desde perspectivas artísticas; y al mismo tiempo materializando los sueños de otros asociados.
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Funges como vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz en Villa Clara…
En estos años he tratado de llevar mi labor creativa a la par con la vicepresidencia de la AHS en Villa Clara, y todo lo que esto conlleva a la organización de los eventos de nuestra filial. El encuentro de trovadores Longina, el A Tempo con Caturla, el Ciudad Metal, el Encuentro Hispanoamericano de Escritores, entre otros.
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De las diversas aristas del diseño que abordas, ¿cuál prefieres?
Es difícil, porque no creo tener una preferida, lo que me enamora son las ideas de un proyecto en sí. Independientemente de la arista creativa, si la idea me gusta es suficiente para querer hacerlo como niño chiquito que se come un helado. Por esto he ido incursionando en distintos terrenos, muchas veces de forma atrevida porque no espero a dominar herramientas.
Acepto el reto y comienzo a estudiar para lograr lo que quiero. Supongo que esto me suceda por lo multidimensional que es la arquitectura, especialidad que estudié y no he dejado de practicar.
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El diseño gráfico, ¿qué retos supone y por qué te atrae tanto?
El principal reto del diseño es el de lograr soluciones que comuniquen bien su mensaje, de la forma más simple posible. La capacidad de síntesis, de abstraer una idea y hacerla digerible al espectador. Estar en constante adaptación para llegarle a las nuevas generaciones sin perder los códigos pasados. Y precisamente esto es lo que me atrae del diseño gráfico, que tienes que saber jugar con muchas variables para lograr los resultados esperados.
Con la arquitectura me sucede exactamente lo mismo; solo que un proyecto arquitectónico consume mucho más tiempo y es mucho menos solicitado. Es muy difícil tener tiempo para hacer arquitectura como ejercicio cuando no existe la necesidad objetiva, por lo que practico mucho más el diseño gráfico.
¿Consideras la publicidad como un arte menor o subestimado?
Hoy en día, los grupos creativos son tan o más importantes que el producto final para el cual existe una empresa determinada.
En Cuba se ha utilizado en menor manera porque el mercado no ha sido el principal objetivo de la Revolución, pero esto no lo convierte en un arte menor. Para mí es un arte como todos, con procesos creativos muy parecidos y con un plus adicional; el hecho de tener que cumplir objetivos específicos, de tener variables que no puedes manejar y con las que hay que trabajar. Otras artes son libres, el artista decide si hace su obra para sí o para un público y este puede percibir y entender lo que desee.
La publicidad tiene una función inviolable, la de comunicar al sector del mercado para el que fue creada y como tal tiene que ajustarse a presupuestos, formatos, tecnologías, muchas veces responde a productos que ya tienen estéticas prestablecidas y como diseñador tienes que asumir esa identidad. Pero ahí es donde viene la magia, al proponer algo nuevo sin romper el balance entre ambas cosas.
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¿Cuán necesario es hoy abrirnos más al diseño creativo?
El mundo está cada vez más globalizado y Cuba más conectada con este puesto que aumentan los flujos de información y los jóvenes son quienes más la consumen. Los referentes creativos y estéticos de la población, por ende, se adaptan a los cánones globales y muchas veces estos procesos ocurren sin que el consumidor sea consciente; por lo que para competir con esos gustos estéticos en constante evolución hay que utilizar las mismas herramientas al mismo nivel que el resto del mundo, pero enfocado a nuestros propios objetivos. Esto va a posibilitar que lo que hagamos llegue de forma efectiva al receptor. El diseño creativo va en todo lo que conocemos y es creado por el hombre. Es parte indisoluble del desarrollo.
Brigada documentó la convivencia de un grupo de jóvenes artistas con los pobladores de la comunidad Isabela de Sagua cuando quedó casi devastada por el huracán Irma. ¿Cómo recuerdas aquellos momentos?
En esos días una compañera que estuvo censando los daños en el municipio Sagua la Grande nos compartió su preocupación por las personas de Isabela. Esa noche resurgió el tema durante una cena entre amigos. ¡Nos parecía mal en verdad quedarnos con los brazos cruzados! Así que al otro día amanecimos en la Casa del Joven Creador haciendo las coordinaciones necesarias con diferentes organismos, con las instituciones políticas y la Dirección Provincial de Cultura, aquí en Villa Clara.
Arribamos allí con dos casas de campañas, algo de comida, ropa, agua, y toda nuestra juventud y nuestro talento al servicio de aquellas personas. El plan era trabajar de día en la reconstrucción del pueblo, y de noche realizar diversos espectáculos y actividades culturales.
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¿Qué sucedió entonces en Isabela de Sagua?
La brigada estuvo conformada por 34 artistas. Apenas llegamos comenzamos a tocar puerta por puerta a los afectados, ofreciendo nuestra ayuda en la reparación de sus viviendas.
Al principio encontramos mucha gente escéptica, pero otros nos dijeron que sí. En total levantamos dos casas prácticamente completas, reparamos cuatro techos, hicimos instalaciones eléctricas y dejamos limpios de fango y escombros el cine y la Casa de Cultura de la localidad.
Por la noche ofrecíamos teatro para niños, descargas de trova y poesía. El trípode de la cámara se usó como pie de micrófono. Además, nos acompañó una periodista que estuvo enviando cables de noticias diariamente a través del correo nauta de mi teléfono celular.
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¿La idea de un audiovisual fue concebida antes del viaje o se les ocurrió sobre la marcha?
En aquel momento pensé en el Yuka[1] para recoger memoria gráfica del hecho, que era algo distinto, tratar de archivar en imágenes lo que sucedió allí. Tan solo lo llamé y con la disponibilidad que lo caracteriza me dijo: “¡Ya to’ está listo! ¿Cuándo nos vamos?”
Después del primer día nos dimos cuenta de que teníamos material suficiente para realizar un documental. Entonces nos propusimos captar la mayor cantidad de imágenes; pero tampoco queríamos dejar de trabajar en la reconstrucción de las viviendas que estaban en tres puntos alejados dentro de Isabela.
¡El Yuka parecía un loco! Andaba con su cámara al hombro por todo el pueblo, porque yo estaba faja’o con un techo y aunque había otra cámara, con esa se hicieron pocas tomas. En algún momento me dijo: “¡Yo quiero ayudar a esta gente, asere!”, “¡Pero esta es tu ayuda!”, le decía yo. “¡No sé, poner tablas, clavar puntillas, trabajar de verdad!”, insistía él. Entre todos lo convencimos para que no dejara de filmar porque su aporte también fue extremadamente valioso para esa comunidad; y grabamos todo lo que pudimos. Aunque tuvimos que buscar alternativas para cargar las baterías pues sin servicio eléctrico dependíamos del funcionamiento de una planta local.
Por mi parte, dirigí las entrevistas que hicimos en momentos de descanso o en la noche, para no interrumpir las otras actividades. Como es un documental que no se planifica de una punta a otra, sino que tienes que concebirlo a partir de lo que tienes en ese momento específico, nos basamos en dos puntos importantes: ¿Qué estábamos haciendo y qué significaba? Después vino el proceso de visionaje y selección de la información, muy nostálgico y conmovedor.
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¿Qué significó para ti toda la experiencia?
Demostramos en algún modo que esas afirmaciones de que la juventud está perdida o va por mal camino no tienen que ser del todo ciertas, porque nosotros fuimos allí a trabajar duro y a participar de los esfuerzos de estas personas por recuperarse de una catástrofe, no a hacer un espectáculo, y regresar sin más.
Respecto a Brigada, fue mi primer corto, nacido de las circunstancias, y no creo que me vaya a dedicar de lleno a la realización de documentales. Simplemente creo que cuando tenga la necesidad de decir algo y sienta que esta es la mejor forma de hacerlo, pues no dudaré en asumir nuevamente el reto.
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¿Me equivoco si digo que eres un joven apasionado con la creación con el sentido estético de la vida en general? ¿Podrías comentarme cómo se relaciona tu vocación artística con tu cotidianidad?
No te equivocas, me apasiona la creación, ya es inevitable para mí observar constantemente todo lo que sucede a mi alrededor, ver cómo funcionan las cosas, cómo se adaptan a las necesidades, cómo algo puede ser incómodo. Asumo muchas tareas de mi día a día que me sirven directa o indirectamente en los procesos creativos. Busco constantemente nuevas experiencias y disfruto los procesos; tanto a mis amigos músicos haciendo un tema como a dos desconocidos jugando pelota en plena calle.
Disfruto absorber de los contrastes de la ciudad, la naturaleza, los pequeños pueblos y su saber propio. Viajar, conocer, intercambiar, son combustible para crear. Mis estados de ánimo importan también, soy más eficaz cuando hay buena motivación. Trabajo mucho mejor bajo presión, prefiero las noches, por la tranquilidad, ya que me cuesta mucho trabajo concentrarme, pero las ideas pueden venir en cualquier lugar o momento. He tenido que aprender a no hacer muchas cosas al mismo tiempo, pero se me hace difícil.
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¿Actualmente cómo se divide tu tiempo y cómo se las arreglaron las diversas musas que te habitan para cohabitar con un Freddy, digamos, en cuarentena?
En enero como parte del encuentro de trovadores Longina, dirigí al grupo de realización que grabó un grupo de EPK, Electronic Press Kit, como se conoce en inglés, a jóvenes trovadores para aportar a la promoción de su trabajo. Cápsulas en las cuales seguí trabajando durante la pandemia, para tenerlas listas y poder hacer su lanzamiento oficial cuando las condiciones vuelvan completamente a la normalidad.
Estoy diseñando en paralelo cápsulas audiovisuales del grupo de poetas La estrella en germen, trabajo que ido adelantando también. Además, estoy inmerso en la realización del spot para la televisión de la cruzada artística literaria que realiza la AHS de Cienfuegos en El Escambray, además del diseño gráfico de la portada de un DVD grabado por La Trovuntivitis.
He aprovechado el tiempo de aislamiento social para estudiar fotografía, cine, el desarrollo de herramientas y técnicas de trabajo. Poco a poco escribo el guion de un corto de animación que debo desarrollar en el futuro.
Para cuando el país vuelva a la completa normalidad debo terminar la realización de los audiovisuales de los poetas y grabar un DVD del cantautor Yatsel Rodríguez, también perteneciente al proyecto La Trovuntivitis.
Los artistas somos médicos del alma, y como medicina debemos ver lo que hacemos para llevarla a todos los que podamos; estos son tiempos de mitigar, de adaptarnos, replantearnos, de encontrar la forma de llegar y recibir de nuestros públicos.
No debemos olvidarnos de las comunidades más vulnerables. Muchas no tienen redes ni posibilidad de costeárselas y, según mi experiencia, son las que más agradecen nuestro trabajo.
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