Forodebate: Tocar la cultura en tiempos de pandemia

La Asociación Hermanos Saíz los invita a participar en el forodebate Tocar la cultura en tiempos de pandemia el próximo 16 de junio a las 10:00 A.M, que tendrá como invitados al escritor, periodista y crítico Pedro de la Hoz, vicepresidente de la UNEAC; al periodista y jefe de la sección cultural de Juventud Rebelde José Luis Estrada; a Yanetsy León González, reportera del periódico Adelante, de Camagüey, coordinadora del Coloquio Nacional sobre Periodismo Cultural en Cuba y Máster en Cultura Latinoamericana; y a Gloria Kreiman, periodista cultural, coordinadora de Comunicación Digital de Gobierno de Córdoba en agencia de publicidad JPG Grupo de Comunicación y miembro de la comisión directiva del Cineclub Municipal Hugo del Carril.

¡Esperamos sus preguntas y opiniones!

 


Sobra farandulismo y falta análisis

Por Pedro de la Hoz*

Una crisis sanitaria como la que estamos viviendo es también, ya se sabe, una crisis económica, social y cultural. La vida cultural en Cuba y el mundo se ha alterado. ¿Alternativas? Han surgido. Si no puedes ir a un concierto, lo recibes en casa. Si no puedes ir a un museo, lo visitas desde casa. Si no puedes ir a un teatro, el teatro lo tienes en casa. Unas opciones son libres de pago, otras no. Unas cuantas plataformas digitales cobran. Unos cuantos servicios de streaming se hallan fuera del alcance si no cuentas con una tarjeta de crédito.

Por otra parte, muchos artistas se han sentido estimulados a crear y compartir lo que tienen. Aplausos. Aunque sucede que no todo lo que crean y comparten por sí mismo vale. Sin ir muy lejos, entre nosotros he escuchado canciones loables y execrables, a poetas y poetacos. No bastan buenas intenciones. La creación y la difusión de la creación exigen rigor. El periodismo cultural en Cuba también exige rigor y no siempre ha sabido cribar entre lo esencial y lo accesorio, entre el grano y la paja. Sobra farandulerismo y falta análisis.

*Escritor, crítico de arte y periodista, Vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba

Premio Nacional de Periodismo Cultural José Martí

Poseedor de la Distinción Por la Cultura Nacional y fundador del suplemento Huella

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¿Por dónde andamos?

Por José Luis Estrada Betancourt*

El mundo cambió, ya no es el mismo. La COVID-19 nos ha obligado a reinventarnos, a buscar alterativas. También a que no seamos tan arrogantes, enfermos de poder, tan explotadores sin piedad del planeta. Por estos días nos vemos más solidarios, más dispuestos a cooperar, a propiciar la unión.

Los efectos de la pandemia y sus repercusiones sanitarias, humanas y económicas, ha sido enormes. Y no obstante, desde el inicio de la pandemia, no ha habido un día en que no haya habido un concierto, una pintura, una representación teatral, un libro que nos invita a leer… Pero a veces pareciera que buena parte del periodismo cultural que se realiza bajo estas complejas circunstancias, no se ha enterado de por dónde andamos. Sigue aferrada, por ejemplo, a las notas informativas que poco aportan, que se quedan en el lead, como si no existieran otros géneros. Las entrevistas son apenas frases entrecomilladas que no permiten llegar al protagonista, descubrirlo, saber cómo piensa, cómo vive, cómo crea; sentir su respiración.

Este es un momento que se hubiera prestado perfectamente para darle un buen impulso el periodismo hipermedia, para explotar al máximo sus posibilidades, para establecer nuevas rutinas productivas. Para internar parecernos más a esos intelectuales y artistas, a sus procesos creativos, que constituyen nuestra razón de ser.

Que poco a poco la sociedad cubana se haya ido informatizando ha posibilitado que nuestros creadores no se hayan dejado dominar por la inactividad, por la angustia. Hace unos días, Ulises Rodríguez Febles, el destacado dramaturgo, investigador y guionista matancero, nos llamaba la atención: «si revisamos la labor de los músicos cubanos en tiempo de pandemia, encontraremos en las páginas digitales la creación inquieta de quienes no cesan en la reclusión, sino que se han reactivado ante la pausa. (…) Creo que si algo positivo ha tenido la etapa pandémica, es el espacio de reflexión, la activación creativa, la lucha psicológica y estética de nuestros artistas, utilizando los códigos y lenguajes del audiovisual, algunos con mayor eficacia que otros; pero siempre en lucha contra el silencio y la inercia». Al periodismo cultural cubano le toca jerarquizar y acompañar mucho más esos y otros tantos procesos que han ayudado a salvarnos.

 

*Periodista, crítico de arte, editor. Jefe de la Redacción Cultural del Periódico Juventud Rebelde

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Memoria de nuestro tiempo

Por Yanetsy León González*

Parecía que tendríamos un año sin desdichas, a pesar del signo de año bisiesto. En marzo varios jóvenes recibíamos las buenas energías del segundo Taller de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena. Estábamos en La Habana, entusiasmados con el programa del evento, cuando se diagnosticó el primer caso positivo a la COVID-19 en Cuba.

Generar contenidos desde la casa no ha sido un reto difícil, gracias a la creatividad y a la astucia de los artistas, actores de una zona de la cultura que sigue siendo la mayor privilegiada por el periodismo cultural. Claro, la vida online ha condicionado la jerarquía de la agenda mediática, y por ende, la desventaja para quienes no asoman como quisieran en el ecosistema digital. Eso agudiza el problema contemporáneo de valer según la hiperconectividad.

Pero más allá del hecho artístico, la pandemia ha subvertido en nuestras narices asuntos que no hemos abordado lo suficiente como la fragilidad como individuos en las sociedades telemáticas. Si antes señalábamos como desarraigo afectivo la búsqueda por la web del contacto humano, ahora esa relación adquiere otros matices.

Un planteamiento reiterado en las ediciones del Coloquio Nacional sobre Periodismo Cultural ha sido el ejercicio de la crítica. En pleno aislamiento social pudiera enfocarse en la programación televisiva y en las llamadas ofertas de las redes sociales. He ahí otro terreno por aprovechar pues circulan imágenes falsas y superficiales que refuerzan la llamada era del vacío.

La urgencia de ahondar en los procesos de significación de la realidad sigue siendo un cometido del periodista cultural, reafirma la importancia de la formación y de la investigación. En ese sentido, me alienta mucho este espacio de discusión impulsado por la Asociación Hermanos Saíz y la Unión de Periodistas de Cuba para no perder las coordenadas de la brújula profesional.

Olvidé contar que de La Habana regresé a mi casa muerta de miedo el sábado 14 de marzo, Día de la Prensa Cubana. Recuerdo como ayer el lunes inmediato cuando la directora de mi periódico nos citó para las precisiones de la nueva etapa. Hoy se cumplen tres meses que no veo la redacción del Adelante, pero no he dejado de salir en el impreso ni de alimentar su versión digital porque desde entonces teletrabajo. El periodismo sigue siendo para mí una clave de felicidad y un puente para ser memoria cultural de nuestro tiempo.

*Periodista en el periódico Adelante, de Camagüey. Coordinadora del Coloquio Nacional sobre Periodismo Cultural. Máster en Cultura Latinoamericana.


Dificultad y aprendizaje

Las particularidades en la cultura y su comunicación durante la pandemia de Coronavirus en Córdoba, Argentina.

Por Gloria Kreiman*

La pandemia de Coronavirus ha afectado todos los aspectos de nuestras vidas en casi todos los lugares del mundo, incluyendo inevitablemente a la cultura, su producción, su consumo y su comunicación.

Córdoba, la segunda ciudad más grande de Argentina, no es una excepción en esto y sus expresiones culturales (que son muchas, variadas y muy valiosas) se han visto profundamente perjudicadas de diferentes maneras: desde el 19 de marzo estamos en aislamiento social obligatorio, con algunas actividades ya flexibilizadas, pero todavía con nuestros cines, teatros, museos y espacios artísticos cerrados.

Trabajo vinculada a la comunicación de la cultura en tres espacios diferentes de mi ciudad y quiero compartir algunas de las experiencias que se han despertado a partir de esta nueva realidad.

Mi principal ocupación es la coordinación de la comunicación digital del Gobierno de la Provincia de Córdoba, desde una agencia de publicidad. La pandemia, por supuesto, ha atravesado la estructura estatal en todos sus niveles, incluyendo a la cultura que en cualquier contexto es importante y trascendental pero en este lo es aún más: es uno de los sectores más perjudicados y a la vez más necesarios para mitigar, con entretenimiento y contenidos de calidad, los efectos psicológicos y emocionales del encierro y la incertidumbre.

Con este foco, el área de Cultura del Gobierno de Córdoba creó una serie de propuestas virtuales alternativas para ver desde casa durante el aislamiento: recitales, obras de teatro, lecturas, conferencias y charlas, recorridos de museos. Esto plantea dos grandes desafíos para nuestro trabajo de comunicación:

Por un lado, la virtualidad no resulta tan atractiva como disfrutar de estas cosas en persona, por lo que estamos multiplicando los esfuerzos por comunicarlas a través de contenidos creativos, impactantes, atractivos, claros, precisos y bien dirigidos a cada público.

Por otro lado, una cuestión práctica: estamos, por primera vez, trabajando a distancia, cada uno desde su casa. Somos un equipo grande de diseñadores gráficos, editores audiovisuales, programadores, productores, redactores, creativos, analistas políticos, analistas digitales, planificadores de medios y pautas, directores de arte, coordinadoras.

Discutir, definir, coordinar, producir contenidos, chequearlos, aprobarlos, sin compartir el espacio físico, comunicándonos virtualmente, nos obliga a tener más paciencia, más flexibilidad horaria, más atención, más y más activos grupos de WhatsApp. Pero también nos ha llevado a reforzar nuestra solidaridad laboral y personal, nuestra empatía y nuestra predisposición al buen humor.

En segundo lugar, trabajo en el Cineclub Municipal Hugo del Carril. Fui responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales durante varios años y hoy soy miembro de su comisión directiva.

Abierto en el año 2001, el Cineclub ofrece desde ese entonces programación de cine de calidad y alternativa a la comercial, cursos y talleres y una biblioteca/videoteca muy completa.

Funciona de manera mixta: es un espacio perteneciente a la municipalidad de la ciudad de Córdoba, pero es sostenido casi en su totalidad de manera independiente, por el trabajo de su Asociación de Amigos.

Al estar sin actividades, no hay recaudación alguna; por lo que está en peligro el sostenimiento del espacio, los sueldos de los trabajadores, el mantenimiento de los equipos y el edificio.

Para tratar de evitar que el espacio se cierre, pusimos en marcha la modalidad virtual de los cursos y talleres y lanzamos un bono anticipado con el cual la gente compra un “paquete” de entradas de cine, descuentos para los cursos y acceso a la biblioteca/videoteca, y puede usarlo a partir del momento que quiera, cuando reabra el Cineclub.

Por supuesto que para todo esto, la comunicación es fundamental y un gran desafío considerando el contexto: las redes sociales son el principal soporte de difusión (por su bajo costo y porque resultan efectivas), hay mucho público en las redes ya que la gente está en general con más tiempo libre y en sus casas; pero a la vez hay más invisibilidad, porque la virtualidad obligada hace que haya más publicaciones.

La ventaja es que el Cineclub es un lugar muy querido por los cordobeses, muy valorado por los cinéfilos y uno de los espacios culturales con más trayectoria en la provincia, por lo que la respuesta de los públicos en general y la prensa cultural ha sido buena y afectuosa. Sin dudas que también en esto la comunicación ha sido fundamental: el trabajo de identidad y visibilización que realiza el Cineclub desde sus inicios muestra sus frutos.

Finalmente, hago colaboraciones periodísticas para una de las radios de la Universidad Nacional de Córdoba y para algunos medios gráficos locales. Principalmente, recomiendo y comento películas y series. En este contexto en el que no se puede ir al cine, no he tenido más opción que enfocarme en los contenidos que ofrecen las plataformas pagas (como Netflix) y, si bien tienen algunas propuestas interesantes, el contenido novedoso y de calidad es limitado, lo cual ha dificultado mi trabajo.

Pero al mismo tiempo, con el aislamiento, se han abierto nuevos canales, se han liberado algunos contenidos artísticos a los que antes era más difícil o imposible acceder y se generan eventos con alcance global. Es el caso, por ejemplo, del festival de cine online We Are One, iniciativa del festival de Tribeca y del que participaron más de 20 festivales prestigiosos de todo el mundo: Berlín, Locarno, Londres, Rotterdam, Cannes, Nueva York, San Sebastián, Toronto y Venecia, entre otros. Cosas como esta dan a los públicos y a los periodistas alternativas novedosas.

El punto en común que encuentro en cada una de estas labores en cuanto a las particularidades que implica en ellas la pandemia y el aislamiento social es que, como en cualquier crisis, hay obstáculos y problemas pero también hay aprendizajes y desafíos.

La cultura y la comunicación son siempre tareas complejas, aún más en tiempos de dificultades sanitarias, económicas y sociales. Esto es una responsabilidad que implica esfuerzos pero que también nos está dando crecimiento y alegrías profesionales y humanas.

Además, la satisfacción por el trabajo bien hecho es, en momentos como este, también mayor porque nuestra labor cobra más importancia.

Licenciada en Comunicación Social.

Diplomada en Políticas Culturales para el Desarrollo Local.

Coordinadora de Comunicación Digital de Gobierno de Córdoba en agencia de publicidad JPG Grupo de Comunicación.

Miembro de la comisión directiva del Cineclub Municipal Hugo del Carril.

Periodista cultural.

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  • Gracias a los coordinadores de este encuentro para seguir pensando el periodismo y la cultura. Comunicar y conectar con los públicos es un reto. En Cuba hay qu agradecer a la que Covid, pues con ella desafortunadamente se aceptaron términos y prácticas del mundo digital. La resistencia al.mundo digital era grande y la Covid la borró de un plumazo. Entonces nos fuimos al otro extremo. En muchos casos a ponerlo todo virtual… hay retos… brechas… y sí… felizmente muchas personas aceptaron que hay Internet!!!

    1. Buenos días, Yunier, gracias por acompañarnos. Pues sí, lamentablemente tuvo que aparecer esta terrible pandemia, cobrar miles de vidas por el mundo, obligarnos al confinamiento para que en Cuba (el caso que nos ocupa) el universo digital tomara el protagonismo que exigen estos tiempos. Lo vivido nos ha permitido constatar que esa informatización por la cual aboga el pais nos ha servido para mucho más que chatear y comunicarnos con familiares y amigos, mandarnos postalitas kitsch y desearnos «bendiciones»: hemos tenido al alcance buenos libros para leer digitalmente y descargar, películas extraordinarias para apreciar, museos que han abierto sus puertas para que muchos nos sorprendamos por primera vez con sus magníficas colecciones, conciertos online de todos los géneros musicales, representaciones teatrales… Nuestros artistas han comenzado a probar prácticas que no son nuevas, que ya en muchos otros lugares han funcionado, pero, como dice el sabio refrán, nunca es tarde. Lo importante es que la sociedad toda entienda que esas herramientas con las que ahora contamos (cada día son más en Cuba lo que tienen acceso a Internet) nos pueden resultar de mucha utilidad si pretendemos vivir mejor, que pueden ser un medio que contribuya a alimentar nuestra espiritualidad.

      1. Querido hermano, es real lo que dices de que lejos de la nota informativa, que a veces, incluso no informa correctamente, tenemos la colmena de los géneros castrada en el ejercicio diario del periodismo cultural.
        Solo te voy a enmendar la plana en un término que discuto en cuanto foro participativo jjjj. ME NIEGO A HABLAR DE «RUTINAS» PRODUCTIVAS, he propuesto sustituirlo por PROCESOS CREATIVOS, porque es «rutina» acentúa en nuestra mente, aún más, lo rutinario que aún somos en el periodismo cubano. Un abrazote criollo en la distancia

  • Yanetsy, los que hemos seguido tu intenso laboreo, en esta etapa de tantas ocupaciones y preocupaciones, ¿consideras que como profesional te servirá de punto de partida para el periodismo que se necesita en el escenario actual?
    En Cuba varias generaciones han añorado haber sido parte o protagonistas de gestas y acontecimientos importantes de nuestra historia. A mí modo de ver esta pandemia que ha azotado al mundo, y ha permitido que médicos, científicos y otros hayan dedicado jornadas intensas para buscar soluciones a favor de la humanidad.
    Pregunto: ¿Los profesionales de la Comunicación y en especial del periodismo cultural, han podido dejar páginas para la historia, es decir, una obra que refleje el papel que desempeña la cultura en momentos de grandes crisis?

    1. Estimada Olga, el periodismo a lo largo de su historia ha tenido frente a sí mismo los desafíos del momento. Más que un punto de partida, considero que las condicionantes de aislamiento social nos han hecho atender otras vías que antes no veímos entre las prioridades. Claro, este ejercicio nos lleva a repensar cuestiones del lenguaje según los medios y pone al desnudo nuestras carencias para saber comunicar y llegar al público del ecosistema digital. Mucho de los que publicamos nos delata como seres analógicos. Agradezco su opinión.

    2. Hola, Olga, buenos días. Voy a pedirle permiso para dar mi opinión sobre tu comentario a la admirada y querida colega Yanetsy León, a quien le envío desde la distancia un abrazo virtual, pero bien caluroso, al igual que al resto de los compañeros que participan en este interesante forodebate. ¿Verdad que sí me dejas, Yanetsy? (sonrisas). Considero que los profesionales de la comunicación, y en especial del periodismo cultural, deberíamos asomarnos al sitio digital de Adelante para ver una de las tantas maneras como deberíamos actuar en tiempos de la COVID-19: las informaciones y entrevistas están acompañadas de numerosas imágenes, videos, hipervínculos… Buscan las aristas más atractivas a la hora de dar lo noticioso, hacen todo lo posible por seducir. Y esa, SEDUCIR, es una palabra clave en tiempos en que lo que abunda en cantidades «industriales» son publicaciones, informaciones, entretenimiento mejor o peor. ¿Cómo hacer entonces para que esos cibernautas se interesen por lo que les proponemos? Creo que hay muchas páginas para la historia, nuestros medios están llenas de ellas: notas frías que hablan de tal evento que se suspendió o que anuncian una nueva convocatoria de algún concurso o premio. También cuentan con desgano sobre las acciones de algunas artistas, aunque no siempre sean los más representativos del arte de vanguardia, del de verdad. Si dentro de un siglo alguien se preocupa por conocer lo que ocurrió en esta época de agonía, espero que se pueda llevar alguna idea vaga si ninguna de estas publicaciones de hoy se ha borrado para entonces. Pero siento que es terrible que nuestros contenporáneos anden medio perdidos y que ni se enteren. Abrazos

  • ANTE PANDEMIAS, UN PERIODISMO DIFERENTE
    El periodismo es de esas profesiones que encanta. Que encanta por las oportunidades de conocer gente diversa, de interactuar con situaciones variadas, de ir rompiendo a diario la estabilidad, la quietud, la calma de la vida.
    Es una labor que precisa de mucho, pero que en medio de situaciones complejas y de pandemias se puede trastocar en una especie de oasis, de guía. Durante estos meses en los que Cuba se ha enfrentado a la Covid-19, hacia los medios de comunicación se giraron todas las miradas.
    Pero había un reto: los periodistas también debíamos protegernos, cuidarnos la vida y trabajar. Fue así que las maneras de ejercer la profesión cambiaron y en estos tres meses las redacciones se trasladaron para las viviendas, las entrevistas han sido por teléfono, a través de las redes sociales. Las fuentes de información han ido más allá y han, incluso, facilitado el ejercicio periodístico al convertirse hasta en fotógrafos.
    Casi era una misión imposible porque mientras una gran parte de la Isla se paralizaba los periódicos debían seguir circulando y las páginas web actualizándose.
    Entonces ¿cómo hacer periodismo cultural si los teatros, las galerías, las librerías estaban cerradas, si los artistas estaban en casa sin “crear”? Esta pudiera ser una pregunta que muchos se harían, pero es sabido que esta especialización trasciende – y debe hacerlo completamente de una vez- la mera divulgación de sucesos culturales.
    Desde esta variante periodística se pueden mostrar las dinámicas que están más allá de la creación, un desafío que siempre ha existido, y ofrecer conocimientos y herramientas a los públicos, para que se acerquen a las obras artísticas, pero con un gusto estético superior. En estos meses de aislamiento se constató que era posible cumplir con estos objetivos.
    Aunque es cierto que quedaron opciones por explotar. El empleo de las redes sociales, por ejemplo, pudiera decirse que fue efectivo, pero no todos los públicos tienen acceso a ellas ni en todos los momentos fueron atractivos. La crítica, ese tema tan analizado en otras ediciones del Coloquio Nacional de Periodismo Cultural, tampoco fue predominante. Aunque es válido reconocer que la formación profesional del periodista, como es conocido, no incluye las herramientas para el ejercicio de la misma, aún cuando una parte de la formación para ello corre desde el aspecto personal.
    Pero en estos días, en que muchos permanecen en casa, la contraposición de ideas, la generación de debate sobre temas de nuestra cultura que no tienen momento fijo bien pudieran haberse explotado más.
    La pandemia de la Covid-19 ha permitido superar miedos, cambiar dinámicas a la hora de hacer periodismo. Ahora toca aprender de esta experiencia y crecer en esa misión de mostrar la realidad cultural más allá del suceso.

    1. Hola Gretel, coincido contigo en la necesidad de explotar más el debate cultural en esta situación de aislamiento, y creo que hay que celebrar las muchas iniciativas que ha tenido la AHS en este sentido desde que comenzó la crisis del coronavirus. Por mi cuenta este vendría siendo el 6to forodebate realizado en este Portal, todos de temas muy relevantes para la cultura. Ojalá sirva de estímulo para otras plataformas e instituciones del país.

      1. Luis Emilio somos dos los que deseamos lo mismo. Existen tantos temas por abordar, tantas cuestiones que requieren múltiples miradas. Ojalá la Covid-19 no enseñe mucho a todos sobre la comunicación y el diálogo desde otras plataformas

  • El nuevo contexto provocado por la COVID-19 indudablemente ha originado cambios en el ejercicio periodístico de manera general, incluido el relacionado con el arte, la literatura…, ese que denominamos cultural, pero muchos de sus retos se mantienen.
    Han variado las rutinas productivas y surgido iniciativas que deben mantenerse siempre.
    Como mencionan nuestros invitados, los teatros, las peñas literarias, los escenarios, las coreografías… se trasladaron a los espacios digitales y también han tenido una presencia más frecuente de lo habitual en medios tradicionales, incluidas algunas propuestas en horarios o espacios estelares, pero desfavorablemente no todo ha tenido un alto valor.
    En medio de la variedad ha sido escasa la crítica periodística, capaz de alertar, orientar y contribuir a una jerarquización cada vez más coherente. Hay aspectos esenciales que no dependerán únicamente de cambios de contextos o readaptaciones en las maneras de hacer.
    Quienes aspiramos a verdaderamente cultivar el periodismo cultural debemos mantener siempre la superación como prioridad indispensable, para analizar las obras desde la profesionalidad y la voluntad de contribuir verdaderamente al crecimiento de sus autores y a una apreciación más acertada en los públicos.
    En todo esto influyen muchos factores, incluida la formación en las universidades y ciertas realidades al interior de algunos medios.
    Tampoco se trata de lanzarse solamente con voluntad a ese propósito que puede ser peligroso, si no poseemos las herramientas y conocimientos necesarios.
    Sería favorable que existan cada vez más alianzas entre periodistas y otros profesionales como musicólogos, teatrólogos, críticos literarios…
    Con total sinceridad, reconocemos que desde la Asociación Hermanos Saíz, a pesar de tener secciones como la de Crítica e investigación y otras con presencia de periodistas, tampoco hemos logrado fomentar todo lo deseado ese ejercicio analítico, más allá de algunos pasos.
    Debemos construir una mayor articulación entre todos nuestros eventos, especialmente los relacionados con el periodismo y la labor desde los medios de comunicación, incluidos el Taller y Concurso Rubén Martínez Villena y este mismo Coloquio, el encuentro nacional y concurso para jóvenes radialistas La Vuelta Abajo en Pinar del Río, el Antonio Lloga In Memoriam en Santiago de Cuba y el Voces Cruzadas en Sancti Spíritus.
    Resulta esencial seguir potenciando la superación y también premiar y contribuir a la divulgación de las mejores obras. Tenemos que ser cada vez más un equipo o familia creativa con una hermandad creciente, en la cual la crítica constructiva siga siendo esencial para mejorar siempre.
    Es fundamental el trabajo armónico entre jóvenes y profesionales de más experiencia, en el que todos aprendan y desarrollen competencias tanto para el análisis y la redacción como para el dominio de nuevos códigos y particularidades, por ejemplo, del mundo digital.
    La AHS, la UPEC, la UNEAC y otras organizaciones podemos lograr mucho más de manera conjunta, aunque ya existen experiencias muy favorables.
    Más allá del periodismo en este tiempo de pandemia, resulta justo aplaudir la aptitud de muchos creadores que desde las casas brindan su arte, y también la colaboración en proyectos conjuntos de diversas instituciones, incluidas el Instituto Cubano de la Radio y la Televisión, el Instituto de la Música, el Ministerio de Cultura, la propia AHS y la Uneac, que han favorecido las transmisiones en vivo de conciertos, eventos on-line de gran alcance y otras iniciativas.

    1. Estimado Yasel, buenos días. Dices: «En medio de la variedad ha sido escasa la crítica periodística, capaz de alertar, orientar y contribuir a una jerarquización cada vez más coherente. Hay aspectos esenciales que no dependerán únicamente de cambios de contextos o readaptaciones en las maneras de hacer», y te doy la razón. En eso y en que hay que cambiar las rutinas productivas, «acoplarse» a estos tiempos. Quienes llevamos algunos pocos años trabajando en los medios tradicionales, nos cuesta acabar de entender que los periódicos, por ejemplo, van más allá de las páginas impresas. Si solo nos atenemos a ellas tenemos que decir que son insuficientes para un país que arte de arriba abajo, que no deja de producir creaciones artísticas (además de que hay mucha verdad en aquello de que «la cultura no tiene momento fijo», desaparecen con tremenda facilidad cuando las circunstancias aprietan). ¿Cómo se las arregla un semanario para repartir una página entre tantos artistas e intelectuales concentrados en una provincia? Hay que migrar hacia el ámbito digital definitivamente sin olvidar que los lenguajes son distintos, que no se trata de volcar uno en otro. Y buscar la manera que ese universo enorme de cibernautas que andan desandando por las redes se viren para nuestros medios y encuentren allí lo que los motiva y atrapa. Tarea superdifícil, la verdad. Hay que dedicarle tiempo a pensar, a estudiar, a «armar» nuestro producto comunicativo. ¿Por qué si supuestamente a los jóvenes no les interesa leer van a ir a buscarnos justo a nosotros, que, además, no tenemos muy buena fama (todos hablamos y escribimos igual y de lo mismo)?
      Señalas: «la crítica periodística, capaz de alertar, orientar y contribuir a una jerarquización cada vez más coherente», y nuevamente te respaldo. Te dice fácil, pero no lo es. Hay que aprender a ejercer la crítica. La carrera de periodismo no te da esas herramientas. Te prepara para que domines los géneros con los cuales tienes que encontrar la manera de comunicarte, que es esencial, lo primero: que te entiendan, que te disfruten, que quieran leerte, escucharte, verte más. Pero el periodismo cultural se las trae. Hay que estar bien preparado para, como dice el amigo Ihordan en un comentario, no quedar expuesto, máxime en un país donde criticar es casi un delito, una invitación a la ofensa y los puños. Perdimos esa costumbre. Y no es que sea cobarte, intento ser responsable. Lleva mucho de autoprepación, de leer hasta el cansancio, pero también es vital que quienes conocen de estética, Historia del arte, Semiótica, símbolos…, enseñen; que se organicen cursos, posgrados…
      Como bien propones: «Debemos construir una mayor articulación entre todos nuestros eventos, especialmente los relacionados con el periodismo y la labor desde los medios de comunicación, incluidos el Taller y Concurso Rubén Martínez Villena y este mismo Coloquio, el encuentro nacional y concurso para jóvenes radialistas La Vuelta Abajo en Pinar del Río, el Antonio Lloga In Memoriam en Santiago de Cuba y el Voces Cruzadas en Sancti Spíritus». Abrazos

    1. Tiene toda razón. Granma, por ejemplo, cuen ta con nuna sección quincenal a cargo de Omar Valiño, sucesor del siempre recordado Amadeo del Pino. Juventud Rebelde perdió sistematicidad, desde que Osvaldo Cano no continuó, y solo a veces Frank Padrón y alguno más aparece. Pensé que Lázaro Castillo, que llegó a publicar dos notas el año pasado, iba a recoger el batón. Pero hay que insistir. Cubaescena, en la esfera digital, es la que más amplitud posee y hay críticos muy bien acreditados. Seería cuestión de visibilizar mucho más ese espacio y buscar la manera de que sus aportes permanezcan. Eso en cuanto a cantidades.

    2. Hola, María Caridad, saludos. Yo tengo la sensación de que las artes escénicas, y el teatro en particular, es una de las manifestaciones más privilegiadas en cuanto a la crítica en nuestros medios, y en eso discrepo un poco con el maestro Pedro de la Hoz. Granma, por ejemplo, tiene en Omar Valiño y en Toni Piñera a dos fuertes pilares, en la actualidad, aunque no lo hagan con la sistematicidad del recordado Amado del Pino; Yuris Nórido se las arregla para repartirse y hacerlo con una maestría tremenda, con un encanto que atrapa, en Trabajadores, Cubasi y el Noticiero Cultural, donde Ismael Albelo tiene también su tribuna cuando de danza se trata; Juventud Rebelde publica casi semanalmente un texto del superproductivo Frank Padrón, quien se especializa en el análisis de las obras que se representan en casi todo el país, mientras que Lourdes M, Benítez se adentra en los procesos creativos. En Cubaescena (www.cubaescena.cult.cu) convergen muchas, diversas, poderosas voces, para referirnos al ámbito netamente digital. Sitio del arte convoca a especialistas y críticos para el debate. Miguel Moret no permanece impasible en Tribuna de la Habana, como tampoco este mismo sitio pensado para promover el arte joven. La crítica, no obstante, nunca estará de más. Eso sí: debería ser más profunda, ser resultado del estudio, del conocimiento, de la cultura; ser aún más abarcadora, y, por supuesto, más sistemática. Abrazos

    1. No hay recetas pero me atrevería, desde mi experiencia, proponer un decálogo:
      1. Búsqueda y dominio de información general
      2. Investigación y dominio de infdomación especializada.
      3. Búsqueda de referentes
      4. TRansitar continuamente del texto al contexto y viceversa.
      5. Evitar juicios impresionistas, aunque la subjetividad es inevitable e imprescindible.
      6. Confrontar fuentes diversas
      7. No dejarse arrastrar por la moda ni lo último en onda.
      8. Escribir bien sin efectismo ni rebuscamientos
      9. Altura ética
      10. Saber quoén eres, de dónde vienes y hacia dónde vas

      1. Clarísimo y súper útil decálogo con el que coincido plenamente.
        Agregaría que, para mí, el periodismo cultural es un vaivén constante entre la sensibilidad y la búsqueda de cierta objetividad, de «enamorarse» y a la vez no idealizar, o criticar sin demonizar las cosas sobre las que estamos informando u opinando. Es creo, la parte más difícil, pero en la que se encuentran también muchas satisfacciones y que permite agudizar y complejizar nuestras visiones y por ende las de quienes nos leen o escuchan.

    2. Es verdad, el periodismo no es una cuestión de fórmula, pero sí entraña, como la vida misma, garantes de calidad. Coincido con Pedro de la Hoz y su magistral ejercicio de la síntesis. Tener cultura (y preocuparse por gestionar sus saberes) es vital. En ese sentido, resultan clave para mí la investigación, la interpretación y la humildad.

    3. Soy partidario de que los periodistas no tienen porque suplir el déficit de la crítica especializada si bien su trabajo tiene q estar siempre bien fundamentado bajo una buena investigación no puede ser su criterio el único expuesto.

      1. Hola, Ihordan, abrazos. Bienvenido a este forodebate. Considero que no se trata de suplir, sino de complementar. No podemos perder de vista que son los periódicos, la televisión, la radio, los medios que en Cuba tienen mayor alcance dentro de la población, lo que están en todas partes. Por tanto, esa es una oportunidad que no se puede desaprovechar si queremos formar un público que posea la capacidad de discernir, de elegir, a conciencia, qué quiere apreciar para su pleno disfrute dentro de esa abalancha de propuestas en las que abunda no poca basofia, que, claro está, tambien puede gozarla, si así lo decide. El periodista no debe preocuparse de que su criterio quede expuesto, si está avalado por la responsabilidad, la investigación, el conocimiento, la «objetividad», el equilibrio… Saludos reiterados

      2. Completamente de acuerdo con Ihordan, con una variedad de criterios, no propios sino de especialistas también se pueden hacer buenos trabajos.

  • Gracias por sus opiniones. Yasel coincido totalmente contigo en que sería muy bueno que los medios incrementen las alianzas con musicólogos, teatrólogos, especialistas en danza, críticos literarios…, que podrían contribuir a publicaciones con más análisis en nuestros espacios para el periodismo cultural.

    1. Nadie se sienta ofendido, pero para que musicólogos, teatrólogos y especialistas en danza escriba, debe haber una muy seria formación comunicacional. Escribir para comunicar ideas, redactar para que se entiendan los mensajes, hablar para que se comprenda lo que dicen… eso no abunda, las excepciones de notabilísimos críticos confirman la regla. Hace más de una década propusimos a la Universidad de las Artes introducir un taller opcional de periodismo y comunicación en la formación musicológica, como parte del curriculum de pregrado. Propuesta muerta

      1. Tienes razón Pedro, el hecho de que seas especialista en una materia artística no te hace crítico de arte y cuando no conocen los secretos del periodismo y escriben, si es que escriben, no logran desprenderse de la academia y, por ende, no logran comunicar con el público lector que, lejos de tecnicismos, espera que lo ayuden a comprender el arte desde una perspectiva simple y clara.
        En el periódico Invasor, de Ciego de Ávila, no recuerdo cuántas veces desde la página cultural invitamos a los especialistas de Cultura a colaborar y, por temor al compromiso que implica este ejercicio, en cuanto escenario existía exigían espacios de expresión que luego no aprovechaban para dar su punto de vista aunque fuera diferente al del periodista. Por suerte, creamos una sección que se llamaba MIRARSE AL ESPEJO, en el cual, durante muchos años, propiciamos el debate cultural entre la crítica del periodista, los especialistas y el público que también tenía derecho a ejercer su opinión.

    2. Asumiendo como posible esa facilidad de diálogo desde la escritura, entra otro asunto al ruedo: la voluntad de esos especialistas de querer publicar en los medios donde no siempre se dispone del pago de un derecho de autor decoroso. No todos están dispuestos a publicar gratis. Claro, es su derecho de autor, y ese ejercicio intelectual ha de ser correspondido desde la remuneración. Llegado este punto me pregunto: ¿están verdaderamente dispuestos a orientar con su mirada crítica? Siempre será más fácil señalar al periodista cultural.

      1. Coincido contigo, Yanetsy. Y lástima que la Universidad de las Artes no implementara la propuesta de la que habla Pedro de la Hoz, que me parece útil no solo para la formación musicológica, sino también para otras artes.

  • LA OTRA PANDEMIA
    He intentado que amigos que están “en la mata” del fenómeno informativo sobre la pandemia hagan una nota curiosa en torno al origen de esa “sintonía” que acompaña, en Cuba, los espacios informativos sobre la Covid.19, término que se refiere a los fragmentos musicales escogidos para que el televidente, aunque no esté mirando a la pequeña pantalla, identifique, de manera sonora, que un espacio específico o una sección que va a comenzar.
    Nadie me ha hecho caso. Quizás piensen que es chochera de periodista jubilado, pero creo que esos breves compases que acompañan cada información, por su alto y acertado sentido de dramatismo, han marcado para siempre nuestra memoria musical, de manera que, al paso de los años, siempre que lo escuchemos, vamos a pensar en esta fatal época de nuestras vidas y de esta experiencia humana.
    Se acaba casi el encapsulamiento social que hemos sufrido y me quedaré con el deseo de saber a qué obra musical pertenece ese fragmento o si fue encargado a algún artista específico para que sirviera de retablo sonoro a todo este aluvión informativo que también nos ha traído otra pandemia; la de tanta mala música ocasional que, como gesto solidario de acompañamiento al fenómeno se agradece en algunos casos, pero que, a mi manera de ver, será lo que llamamos arte efímero por letras altamente “tequeras”, por su marcado didactismo aleccionador; líneas musicales variopintas que van desde lo excelso a lo flácido; e imágenes tomadas, en su mayoría, de televisoras foráneas y de los artistas en los estudios de grabación, a lo “We are the world”, para montar unos clips de pésima factura.
    Gestos estos que no dudo, han estado vacunados por las buenas intenciones de lo que como se sabe también está empedrado el infierno según el gracejo popular, pero que nos deja el amargo sabor de una especie de virulenta “farándula”, como acota Pedro de la Hoz en su breve reseña del tema que nos convoca, en que los famosos quieren ratificar, públicamente, su compromiso social y los desconocidos televisivamente hablando, sea porque son de géneros que nuestros espacios musicales no promueven por ese desequilibrio existente o, así de simple, por vivir en provincia y casi nadie los conozca. De manera que, por una causa u otra, todo el mundo ha querido vivir su minuto de fama y “robar vidrio” como se le dice en el argot callejero a aparecer en la televisión.
    Creo que la premura de querer aportar solidariamente y/o visualizarse, nos deja un resultado loable en lo social, mas no artísticamente hablando, cosas que debemos saber deslindar para no ser injustos ni extremistas. De un lado, la pandemia nos ha llevado a reinventarnos al conseguir unirnos, incluso abrazarnos sin tocarnos, salvando cualquier distancia física o geográfica a través de lo virtual, permitiéndonos interactuar entre creadores y públicos, como terapia para que también la cultura se salvara, y nos salvara, en medio de esta crisis total de las emociones. Pero también nos ha llevado a olvidar el lirismo, en su totalidad de texto y melodía, que conlleva, en equilibrio cualquier buena obra.
    Así, por solo citar unos pocos ejemplos, nos hemos “expuesto”, sonoramente hablando y sin el filtro necesario de los medios por esa emoción solidaria que a veces nos sofoca, a piezas como la ya antológica “Valientes” (https://www.youtube.com/watch?v=lmIkb2B6tcg), de Buena Fe, donde la metáfora sonora y textual nos abrazan en una excelente factura, junto a otras como “Evita el coronavirus” (https://www.youtube.com/watch?v=dTLYgaejIO8), de NG la Banda, en la cual una impensada letra nos lleva a un estribillo, en la parte del mambo, de visos racistas que expresa: “A él lo cogió el coronavirus/ y no lo salvó ni el médico chino…” y, encima de ello, su director, José Luis Cortés, El Tosco, muestra un gesto con los dedos, estirándose la piel para intentar hacer sus ojos oblicuos, acción que si bien pudiera resultarnos un chiste a los cubanos, para los asiáticos resulta un gesto insultante.
    Encontrarnos en YouTube a un joven de música urbana, casi desconocido o al menos desconocido para mí, como Javier Columbié con “Aprovechemos el tiempo” (https://www.youtube.com/watch?v=QzyPPHfMV8o), un hermoso tema que quizás, amén de creo anda tratando de hacer su música por España, aborda el drama mundial desde la llamada “fusión” con un acertado concepto de lo emocional y de lo visual como clip de autor.
    Dos ejemplos más de una interminable lista sería el simpático y criollo “Dale candela” (https://www.youtube.com/watch?v=MN9UexPvv-g&t=16s), de Virulo con el Septeto de Ignacio Piñeiro (que penosamente casi no aparece en nuestra televisión), en un buen animado fruto de los Estudios de Animación del ICAIC, aunque el segmento donde echan al pobre murciélago en una sopa caliente, a mi entender, resulta, como imagen, algo agónica para un público infantil que debemos conducir al amor y cuidado de la naturaleza, llámese murciélago o jaguar, mariposa o colibrí.
    El otro, un loable esfuerzo de un grupo de artistas holguineros con el título de “El rostro de mi gente” (https://www.youtube.com/watch?v=6Fx0iG_Gntc), de la autoría de Nano Baxter (Kofradía), donde el exceso de imágenes dantescas, tomadas en su mayoría de la Internet, nos llevan a las peores películas hollywoodenses de violencia dejándonos un sentimiento, más que de esperanza, de pavor.
    Finalmente, quiero dejar claro que más que querer satanizar la desmedida iniciativa de nuestros artistas ante el fenómeno de la Covid, la intención primaria de estos apuntes es la de convocar a un ejercicio crítico serio sobre la relación amor-odio entre arte-pandemia, en medio de nuestra exitosa lucha contra la cura del virus porque si, como se afirma, la cultura es espada y escudo de nuestra Nación, tenemos que defender que, incluso, ante los momentos más difíciles y agónicos de nuestro país y bajo el asedio mediático a que somos sometidos por querer defender nuestra soberanía, la expresión creativa también ha de sobrevivir con la altura y la hidalguía de nuestras palmas y bajo el sagrado precepto martiano que pudiera atemperar nuestros entusiastas excesos, cuando dijo una metáfora tan genial como que “el vaso no sea más que la flor”.
    José Aurelio Paz, periodista

  • LA OTRA PANDEMIA
    He intentado que amigos que están “en la mata” del fenómeno informativo sobre la pandemia hagan una nota curiosa en torno al origen de esa “sintonía” que acompaña, en Cuba, los espacios informativos sobre la Covid-19, término que se refiere a los fragmentos musicales escogidos para que el televidente, aunque no esté mirando a la pequeña pantalla, identifique, de manera sonora, que un espacio específico o una sección que va a comenzar.
    Nadie me ha hecho caso. Quizás piensen que es chochera de periodista jubilado, pero creo que esos breves compases que acompañan cada información, por su alto y acertado sentido de dramatismo, han marcado para siempre nuestra memoria musical, de manera que, al paso de los años, siempre que lo escuchemos, vamos a pensar en esta fatal época de nuestras vidas y de esta experiencia humana.
    Se acaba casi el encapsulamiento social que hemos sufrido y me quedaré con el deseo de saber a qué obra musical pertenece esa fragmento o si fue encargado a algún artista específico para que sirviera de retablo sonoro a todo este aluvión informativo que también nos ha traído otra pandemia; la de tanta mala música ocasional que, como gesto solidario de acompañamiento al fenómeno se agradece en algunos casos, pero que, a mi manera de ver, será lo que llamamos arte efímero por letras altamente “tequeras”, por su marcado didactismo aleccionador; líneas musicales variopintas que van desde lo excelso a lo flácido; e imágenes tomadas, en su mayoría, de televisoras foráneas y de los artistas en los estudios de grabación, a lo “We are the world”, para montar unos clips de pésima factura.
    Gestos estos que no dudo, han estado vacunados por las buenas intenciones de lo que, como se sabe también está empedrado el infierno según el gracejo popular, pero que nos deja el amargo sabor de una especie de virulenta “farándula”, como acota Pedro de la Hoz en su breve reseña del tema que nos convoca, en que los famosos quieren ratificar, públicamente, su compromiso social y los desconocidos televisivamente hablando, sea porque son de géneros que nuestros espacios musicales no promueven por ese desequilibrio existente o, así de simple, por vivir en provincia y casi nadie los conozca. De manera que, por una causa u otra, todo el mundo ha querido vivir su minuto de fama y “robar vidrio” como se le dice en el argot callejero a aparecer en la televisión.
    Creo que la premura de querer aportar solidariamente y/o visualizarse, nos deja un resultado loable en lo social, mas no artísticamente hablando, cosas que debemos saber deslindar para no ser injustos ni extremistas. De un lado, la pandemia nos ha llevado a reinventarnos al conseguir unirnos, incluso abrazarnos sin tocarnos, salvando cualquier distancia física o geográfica a través de lo virtual, permitiéndonos interactuar entre creadores y públicos, como terapia para que también la cultura se salvara, y nos salvara, en medio de esta crisis total de las emociones. Pero también nos ha llevado a olvidar el lirismo, en su totalidad de texto y melodía, que conlleva, en equilibrio cualquier buena obra.
    Así, por solo citar unos pocos ejemplos, nos hemos “expuesto”, sonoramente hablando y sin el filtro necesario de los medios por esa emoción solidaria que a veces nos sofoca, a piezas como la ya antológica “Valientes” (https://www.youtube.com/watch?v=lmIkb2B6tcg), de Buena Fe, donde la metáfora sonora y textual nos abrazan en una excelente factura, junto a otras como “Evita el coronavirus” (https://www.youtube.com/watch?v=dTLYgaejIO8), de NG la Banda, en la cual una impensada letra nos lleva a un estribillo, en la parte del mambo, de visos racistas que expresa: “A él lo cogió el coronavirus/ y no lo salvó ni el médico chino…” y, encima de ello, su director, José Luis Cortés, El Tosco, muestra un gesto con los dedos, estirándose la piel para intentar hacer sus ojos oblicuos, acción que si bien pudiera resultarnos un chiste a los cubanos, para los asiáticos resulta un gesto insultante.
    Encontrarnos en YouTube a un joven de música urbana, casi desconocido o al menos desconocido para mí, como Javier Columbié con “Aprovechemos el tiempo” (https://www.youtube.com/watch?v=QzyPPHfMV8o), un hermoso tema que quizás, amén de creo anda tratando de hacer su música por España, aborda el drama mundial desde la llamada “fusión” con un acertado concepto de lo emocional y de lo visual como clip de autor.
    Dos ejemplos más de una interminable lista sería el simpático y criollo “Dale candela” (https://www.youtube.com/watch?v=MN9UexPvv-g&t=16s), de Virulo con el Septeto de Ignacio Piñeiro (que penosamente casi no aparece en nuestra televisión), en un buen animado fruto de los Estudios de Animación del ICAIC, aunque el segmento donde echan al pobre murciélago en una sopa caliente, a mi entender, resulta, como imagen, algo agónica para un público infantil que debemos conducir al amor y cuidado de la naturaleza, llámese murciélago o jaguar, mariposa o colibrí.
    El otro, un loable esfuerzo de un grupo de artistas holguineros con el título de “El rostro de mi gente” (https://www.youtube.com/watch?v=6Fx0iG_Gntc), de la autoría de Nano Baxter (Kofradía), donde el exceso de imágenes dantescas, tomadas en su mayoría de la Internet, nos llevan a las peores películas hollywoodenses de violencia dejándonos un sentimiento, más que de esperanza, de pavor.
    Finalmente, quiero dejar claro que más que querer satanizar la desmedida iniciativa de nuestros artistas ante el fenómeno de la Covid, la intención primaria de estos apuntes es la de convocar a un ejercicio crítico serio sobre la relación amor-odio entre arte-pandemia, en medio de nuestra exitosa lucha contra la cura del virus porque si, como se afirma, la cultura es espada y escudo de nuestra Nación, tenemos que defender que, incluso, ante los momentos más difíciles y agónicos de nuestro país y bajo el asedio mediático a que somos sometidos por querer defender nuestra soberanía, la expresión creativa también ha de sobrevivir con la altura y la hidalguía de nuestras palmas y bajo el sagrado precepto martiano que pudiera atemperar nuestros entusiastas excesos, cuando dijo una metáfora tan genial como que “el vaso no sea más que la flor”.

    1. 80% de acuerdo. 20% no. Lo de El Tosco no fue lo peor, lo que pasa que se transmitió primero. Lo del médico chino es ambiguo, pues a fin de cuentas forma parte del imaginario popular. No falló El Tosco, sino la asesoría, los filtros, la selección de la TV. Pero amigo José Aurelio, desde el pop. la llamada fusión y otras banalidades se cometen crímenes parecidos. Te aplaudo con lo deu la gente que quiere robar un minuto de fama. Un abrazo

      1. Querido Pedro, en alguna manera tienes razón porque, evidentemente, esos pocos ejemplos son solo un elemento provocativo, la punta del iceberg de un fenómeno que merece un análisis profundo. Pero, a veces, eludimos un ejercicio crítico responsable y desde la honestidad, para no decir la más de las veces, porque una simple visión, que parte por supuesto de la subjetividad individual y discutible, se mira con ojeriza, penosamente, considerándose una postura políticamente no correcta, cuando la crítica cultural, como casi toda la crítica, ha perdido su impronta de ser un elemento movilizador de las ideas en nuestra sociedad y tenemos que ir, definitivamente, a su rescate.

    2. Gracias por seguir queriéndonos con razón y con pasión. Sí, porque José Aurelio Paz Jiménez es fundador del Coloquio Nacional sobre Periodismo Cultural. Fue nuestro primer Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro invitado al evento. Desde el 2018 no se ha perdido una edición.
      José Aurelio, nos honras con tus ideas y con tu entusiasmo. Tomo nota de cada sugerencia. La dinámica de trabajar desde casa también nos acomoda. Nos falta atrevernos más en ese ejercicio de inmersión, como lo cataloga el entrañable colega Reinaldo Cedeño.

  • Buenos días a todos!
    Esta crisis mundial ha obligado a muchos artistas a rediseñar sus propuestas culturales, y a adentrarse en un contexto virtual que para la mayoría les era ajeno.
    En el caso de los músicos las propuestas musicales en su mayoría son impulsadas por la emoción del momento y las temáticas se basan sobretodo en el canto a la pandemia, los médicos o sentimientos que brotan a partir del encerramiento o sucesos que ven en las redes.
    Otro grupo de músicos no tiene acceso a las redes o escasa conectividad y quedará silenciado en esta etapa para los demás, como si no existiera. Como pasará con los intérpretes de orquestas de formatos grandes como sinfónicas, de música popular bailable o grupos de portadores de tradiciones que desde casa no pueden trabajar.
    Pienso que en estos tiempos a los periodistas culturales se les ha reducido un poco el objeto de estudio a lo que sale en las redes o pueden encontrar de forma personal. Pero como dice Pedro de la Oz el periodista debe tener cuidado entre lo accesorio y el farandulerismo, y buscar esas historias de los artistas que valen la pena reseñar, criticar para un crecimiento de nuestra cultura.
    Sabemos que el acceso es más difícil, pues entonces el esfuerzo debe concentrarse en esas figuras de nuestra cultura, que desde sus casas tienen algo que contarnos!

    1. Hola, Heidy y hola a todos y todas.
      Sí, coincido con que se ha reducido mucho el objeto de trabajo de los periodistas culturales en este contexto. No solamente por los nuevos soportes en los que están realizándose las manifestaciones culturales sino porque las manifestaciones culturales cambian en sí mismas. Creo que una de las cosas que sucede, al menos en mi país, es que para «llenar» o justificar espacios se informa y opina sobre cosas que quizás no tienen tanta relevancia o trascendencia cultural y de ese modo, de alguna forma, se baja la vara de la calidad y la capacidad crítica de periodistas, públicos y artistas.

      1. Gracias por su comentario Gloria! Desde su experiencia en estos tiempos nos podría compartir cuáles han sido las expresiones artísticas y las temáticas más trabajadas por los periodistas culturales en Argentina?

      2. Heidy, por supuesto que depende de cada medio y de cada periodista, pero en términos generales creo que han sido principalmente: los shows en vivo a través de redes sociales o plataformas digitales, las series o películas de plataformas tipo Netflix y entrevistas a artistas sobre su labor vinculada o no al contexto de pandemia.

    2. Hola, queridísma Heidy, abrazos. Tengo fe de que nuestros creadores no solo estén concentrados en la urgencia, en «cantarle» al momento, en convidarnos a que nos quedemos en casa (un mensaje que ha sido primordial transmitir), sino que este tiempo de necesario aislamiento lo hayan dedicado a estudiar, investigar, componer, a crear, pero a crear de verdad, con todos los sentidos, con todas las emociones, para cuando llegue el momento de que todos podamos acudir a los teatros, a las peñas, a las plazas… A las agrupaciones de conjunto les tomará un poquito volver a ensamblar, ajustarse, pero lo que bien se aprende… Ojalá que nuestros artistas e intelectuales reaparezcan con una propuesta tan atractiva, fresca, sólida, de calidad, que nos conquiste y nos haga ignorar toda esa seudocultura que sigue saliendo vencedora en todos los rounds.
      Y los periodistas culturales debemos hacer un esfuerzo por no irnos con la de trapo: ahora que lamentablemente la COVID-19 todavía no nos ha abandonado, y después, cuando ya este peligro mayor pase y nos aceche eso otro de la vulgaridad, lo feo y hueco, lo intrascendente. ¿Reducir los objeto de estudios, dices? ¿Y por qué razón? Ahí están las redes sociales, los correos electrónicos, los teléfonos… Para eso contamos con las fuentes, empezando por las institucionales… Mucho se puede hacer para acompañar lo más sobresaliente y válido de nuestra cultura. Besos.

  • Este espacio de discusión estimulado por la Asociación Hermanos Saiz y la Unión de Periodistas de Cuba reclama las urgencias de la crítica periodística, a partir, sin dudas, de una adecuada formación institucional o autodidacta y ahí la importancia de la realización de estos coloquios –originarios en la llamada cuna de la cultura cubana– con el consecuente intercambio en la promoción del pensamiento y los valores culturales de los cubanos.

    1. Coincido con esa apreciación. Solo quiero precisar algo. El periodismo cultural necesariamente no implica el ejercicio de la crítica. La informaciòn cultural -la nota informativa, por ejemplo- es un primer e indispensable eslabón comunicativo. Pero hay una difeerencia entre la agceitila burda e irrepsosnmable, farandulera y banal y la infomaciòn seria, fundamentada, argumentada, objetiva aunque «intencionada» (qué palabrita pero no encuentro otra para hacerme entender), que lleve al lector, el oyente, televidente o receptor en las plataformas digitales y redes sociales a contar vcon elementos de juicio. Perdonen la descarga.

      1. Señor Pedro, pero es que en nuestros medios oficiales ya no tenemos siquiera esa gacetilla burda e irresponsable, farandulera y banal que, al menos, movía al debate. Recordemos lo útil que fue, en ayudar a los lectores a pensar, la sección Por el ojo de la aguja de Soledad Cruz, en el Juventud Rebelde o en este mismo medio los análisis de Joaquín Borges Triana en Los que sueñan por la oreja, ambos espacios perdidos. Mis saludos para usted

    2. Con Jorge una coincidencia: extraño a Joaquín y Soledad en JR. Con Jorge una discrepancia: Ellos no cedieron JAMAS AL FARANDULERISMO. Y lo que llama «medios oficiales», tanto como los «no oficiales» SÍ ESTÁN PLAGADOS DE BANALIDADES Y LENTEJUELAS. Y vamos, no me gustan los términos de oficial o no para los medios, pues no se ajusta a la verdad. Granma, por ejemplo, es el órgano oicial de una organziación política, pero cuando Rolando Pérez Betancourt escribe sus sustanciosas críticas de cine, no lo hace desde una cabeza «oficialista»

      1. No, disculpa, no me expresé bien o no me entendiste, por supuesto que para nada esas secciones respondían a las gacetillas, puse esos nombres y esos espacios como elementos importantess en el desarrollo de una critica cultural. Mis saludos otra vez

  • Muchas piensan que hacer periodismo cultural es fácil. Lo asocian muchas veces a una labor más de promoción que de verdadero periodismo. Me gustaría saber que acciones de superación se impulsan sobre todo desde la AHS, la UNEAC y la UPEC, para contribuir a la superación de los profesionales de la prensa que se dedican a la cultura. Saludos

    1. Le comentaré de lo que hemos logrado en Camagüey a partir del impulso que ha significado este Coloquio. En la primera edición, desarrollada a finales de mayo del 2018, quedaron como propuestas de acciones mantener el evento, gestionar y diseñar posgrados a nivel nacional para la especialización del periodista cultural (pues participó Liudmila Peña, una periodista holguinera que logró una propuesta como resultado de su tesis de maestría), y continuar abordando los temas de formación e investigación en el periodismo cultural.
      Nos propusimos un proyecto con las siguientes vías de irradiación del proyecto:
      1. Curso de formación
      Los cursos durarán varios meses para profundizar en temáticas específicas: investigación para periodistas culturales, semiótica de la cultura, teoría y práctica de la crítica, historia de la cultura cubana, apreciación de cine, apreciación de artes plástica, apreciación de música, teoría del arte.
      2. Mesas redondas sistemáticas
      Funcionará a través de encuentros sobre temas especializados, que pueden tener una frecuencia mensual o mayor, de conjunto con la Cátedra Alejo Carpentier, de la Universidad de las Artes.
      3. Coloquio
      El evento será el colofón de las acciones desarrolladas durante el año, como espacio de autoexamen y sugerencia a partir de las nuevas demandas que se generen.
      De la alianza AHS-Upec logramos:
      2018, segundo semestre: Curso de posgrado El patrimonio arquitectónico como memoria histórica, a cargo del Dr. Henry Mazorra Acosta, acreditado por la Universidad de las Artes Filial Camagüey.
      2019, enero-junio: Curso de Semiótica General, a cargo de la Cátedra Alejo Carpentier de la Universidad de las Artes Isa Filial Camagüey.
      2019: mayo-noviembre: Diplomado en Edición de Textos, a través del Departamento de Estudios Socioculturales. Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad “Ignacio Agramonte y Loynaz” de Camagüey.
      Falta mayor articulación para lograr acciones no solo durante el Coloquio y además que nos permitan influir durante el año más allá de Camagüey.

  • ¿En opinión de ustedes, cuál es el género más difícil en el periodismo cultural? En lo personal cuáles han sido para ustedes los mayores retos en estos tiempos de pandemia?

    1. No en el periodismo cultural, siuno en el periodismo en general: la entrevista. Es mi caso, no el de otros. ¿Retos? Tratar de estar al día de lo qeu sucede en Cuba y el mundo; saber encontrar y discriminar

    2. También el género más desafiante para mí es la entrevista. Entrar al mundo de ese ser humano requiere preparación culturalmente hablando, pero sigue siendo mi género preferido por el ejercicio del criterio que demanda ese diálogo. La pandemia ha limitado la posibilidad de la cercanía, de mirar a los ojos sin tener otra que preocupación que la de tocar lo profundo del entrevistado. Extraño eso.

      1. En el caso del ejercicio durante la pandemia, Yane, en la entrevista se pierde la magia del entorno, es decir ese ojo que ha de tener el entrevistador para percibir subjetividades que no se dicen al responder un cuestionario y que a larga distancia no se pueden percibir. Cariños y gracias por su generosidad de elogios conque nos acunas siempre.

      2. Saludos, primero. Me gustaría agradecer la existencia de este forodebate que a mí entender es una extensión de ese coloquio tan prestigioso que han sabido crear con tan buen tino la asociación en Camagüey y especialmente yanetsy. Creo que hay muchos temas que abordar en este foro, dado que el periodismo cultural es un área de especialización con importantes sub áreas que requieren de estudio y profundización para un abordaje coherente de la realidad cultural cubana en toda su diversidad. Concuerdo con la idea de que no se debe menospreciar el valor de la información, es fundamental su uso para garantizar el acceso a las producciones de bienes y servicios culturales, sin embargo creo que la necesidad manifiesta actualmente es la de la existencia de otros géneros que permitan una inmersión en nuestra realidad. Creo que la pandemia ha sido una excelente oportunidad para dar rienda suelta a la búsqueda, a la investigación creo que se han visto buenos trabajos en todos los medios. Sin embargo creo que una de las grandes carencias ha sido la asistencia de estrategias editoriales, creo que una de las grandes necesidades de nuestro periodismo es l pensamiento estratégico creo que una estrategia coherente y pensada da espacio también a la flexibilidad, a la crítica es una oportunidad también para la evaluación del trabajo y sobre todo permite que se identifiquen avances y retrocesos en la práctica del periodismo cultural. Poco a poco ya rato que ir aprendiendo a manejar de mejor manera estas situaciones y garantizar que la reflexión sea un elemento distintivo en nuestras publicaciones

      3. Muy oportuno que se haya traido a colación este género, pues de veras deviene todo un reto para quien la realiza. Desde mi experiencia como periodista la entrevista requiere de una prepararción previa de quien la vaya a realizar, más que nada intentar dominar un poco de conocimiento sobre quién es el entrevistado, a qué se deica, su precedente, sus éxitos… pues de no ser así se corre el peligro de no estar a la altura de esa persona que nos ofrece su tiempo.
        Una pregunta superficial, mil veces ya hecha , no aportará nada, o casi nada a ese trabajo que se desea realizar. Las reguntas «comunes» , de clichés, siempre son de relativo mal gusto para un entrevistado, más aún si se trata de un artista de renombre con una larga trayectoria.
        ¿Cuántos matices se pueden descubrir de eso que el periodista busca con su entrevista si logra hacer un pregunta bien sedimentada, estructurada, pero a la vez simple, directa, sincera?
        SE gana el total respeto de su entrevistado si es así, pues logra despertar en él la curiosidad si se establece empatía. Incluso depende del periodista poder lograr que esa persona se sienta cómoda y se abra a la conversación.

    3. A mi la entrevista me encanta y a la vez es el género más complejo, pero permite como ninguno adentrarse en la vida de otra persona, conocer detalles únicos que luego uno cuenta. Y en medio de esta pandemia ha sido la entrevista también lo más complejo, ya que las distancias impiden cosas tan simple como la posibilidad de mirar bien cada gesto que hace el entrevistado durante la entrevista.

    4. Coincido con Yanetsy y Pedro en que el género más difícil es la entrevista, por la preparación que requiere y porque se dialoga en simultáneo con la subjetividad y el contexto del otro. Es absolutamente diferente a la labor periodística sobre una obra. Pero es, a la vez, uno de los géneros que más disfruto porque se ingresa sin filtros en el mundo de los artistas y porque interpela los propios juicios y subjetividades.
      El principal reto en el contexto de pandemia ha sido para mí, por un lado, encontrar el objeto periodístico, sobre qué hablar cuando la oferta cultural disminuye o cambia de soportes y formas. Y, por otro, agudizar la creatividad a la hora de comunicar las manifestaciones culturales de los espacios para los que trabajo; porque la sobre virtualidad crea invisibilidad y a la vez la cultura a través de soportes virtuales puede ser menos atractiva, y esto obliga a comunicaciones más creativas.

  • Hola! Sólo quería señalar que, en tiempos donde la cantidad de eventos artísticos y literarios se reduce por la situación de aislamiento social, se vuelve todavía más importante que el periodismo cultural amplíe su mirada hacia otras manifestaciones de la cultura como el humor popular (acrecentadísimo y creativo en esta coyuntura) y las luchas sociales, dentro de ellas con mucha fuerza las luchas identitarias, que han continuado, se han reactivado en algunos casos, y han adoptado nuevas formas como proceso cultural

    1. No hace falta pandemia para prestar mayor atención a la cultura popular. En el último Consejo Nacional de la UNEAC hubo quienes reclamaron más espacio en galerías para los humoristas gráficos y yo repliqué: parece que no estamos entendiendo los camabios de canales y modos de hacer. ¿Dónde está entre nosotros el análisis crítico de los memes y de su proliferación en las redes sociales?

      1. Tienes razón, Pedro, no ha existido un ejercicio crítico en torno a los llamados «memes» como elemento de síntesis comunacional en el manejo de la ironía y la burla, sería interesante trabajar sobre este aspecto que ahora, en el mundo de la virtualidad, no se puede desconocer ni verlo como un elemento menor o un flashazo.

      2. Creo que respecto a los memes y su proliferación cómo lenguaje creativo resultado de la evolución de la web 2.0, hay mucho que decir y al mismo tiempo creo que la velocidad con que crece la penetración de internet en Cuba es perceptible la ausencia del análisis de este y toda su producción cultural y simbólica como un fenómeno consustancial a nuestra realidad. Primero es bueno decir que en la.medida que se sigan viendo las redes como algo externo y ajeno a nuestras vidas va a haber siempre en nuestros medios una visión reactiva y pasiva frente a lo que sucede en las redes, creo que es hora de desterrar prejuicios sobre lo que sucede en las redes sociales, porque también somos parte de ellas y una pertenece de nuestras vidas en la actualidad transcurren ahí. Por eso es vital que el periodismo cultural sirva también para ayudar a discernir contenido y sobre todo sea también una fuente de producción que genere interés por lo nacional

      3. Muy buena observación Pedro de la Hoz. La proliferación de memes, sticker, challenges y avatares en las redes sociales a partir de determinados sucesos, no sólo culturales, pues también demuestra las apropiaciones y decodificaciones que hacen nuestros internautas de lo que sucede a su alrededor. El traspaso de un móvil a otro a través de grupos o chats personales de estas «creaciones» son las formas en las que hoy se da «chucho», se critica, se piensa como país y se analiza la complejidad de un determinado hecho, y hay en algunos de esos diálogos, verdaderos debates y maneras de interpretar la cultura cubana y sus protagonistas.

  • Hola Gloria. Muy interesante las experiencias que compartes. En Cuba disfrutamos mucho del cine argentino. Es uno de los cines nacionales más seguidos en los festivales de cine y también ha tenido espacio en nuestra televisión. Tengo entendido que, a pesar de la pandemia homogeneizadora del cine hegemónico, en Argentina hay un circuito poblacional que consume el cine del país. Mi pregunta sería qué papel crees que ha jugado y puede jugar el periodismo para sostener y ampliar esta práctica cultural que es tan importante para la soberanía, identidad y enriquecimiento estético del pueblo argentino

    1. Hola, Luis. Interesante tu pregunta y me alegra que el cine argentino sea disfrutado y valorado en Cuba, como en otros países porque, sí, hay películas argentinas excelentes, desde siempre.
      Creo que la legitimación de las películas, y del cine de un país en general, es un fenómeno complejo que depende de la programación de los festivales prestigiosos, de los cines locales, de los consumos masivos pero en el que sin dudas el periodismo es una variable fundamental. Es difícil que el público quiera ver algo de lo que los medios no estén hablando, necesita referencias y el periodismo sigue siendo una fuerte (no la única, pero sí una fuerte).
      En Argentina, por suerte, contamos con periodistas que dan muchísimo lugar a las producciones nacionales y que han sabido ayudar a posicionarlas, a difundirlas y a disminuir prejuicios sobre el cine argentino que antes eran más marcados o generalizados (que el cine argentino es lento, aburrido o costumbrista, por ejemplo; cosa que claramente no es así pero mucha gente piensa).

  • Que bueno, amiga, contar con su visión personal desde la perspectiva de su ciudad enriquece el debate porque le da una dimensión más amplia al fenómeno. Saludos desde Cuba. Una pregunta: ¿Cómo se visualiza la crítica cultural en su entorno, la considera en crisis o desarrollo, existe una crítica responsable al margen del amarillismo y la fatua farándula?

    1. Argentina es un país grande, con muchos medios de comunicación muy diferentes, por lo que hay de todo. Hay mucho amarillismo y farándula, mucho contenido vacío y contraproducente. Pero también hay una crítica responsable e interesante, periodistas serios y apasionados hablando sobre manifestaciones culturales valiosas.
      Creo que el desafío es lograr llevar a los públicos de un lado para el otro y eso implica, entre otras cosas y en la medida de lo posible, hablar un lenguaje que todos puedan entender y brindar argumentos y retórica que hagan que tanto el objeto periodístico como el mensaje sean atractivos.

  • Gracias por compartir esos ejemplos. Al final en cierta medida han cambiado para bien las prácticas comunicativas, ¿han podido dialogar con el público y conocer qué les interesa o hasta qué punto gusta lo que hacen?

    1. Ahora se dialoga mucho por las redes sociales, lo que hay que escoger y echar a un lado mucha hojarasca. Los que me conocen, saben que una de mis áreas de atención es la música de concierto. Pues bien, en estos tiempos he descubiero nuevas posibilidades de supearción y retroalimentación almunierme aal grupo en FB Música Clásica Cubana, que modera desde Los Ángeles, CA, el compositor y amigo Yalil Guerra. Esto es solo un botón de muestra

  • El forodebate me motivó la busqueda de un artículo hecho hace un par de años, acerca de los antecedentes en la cultura cubana: «El criollo multicultural y transcultural es un sujeto que toma conciencia de sí mismo y muchos se reconocen como alguien diferente al “español” en tanto prevalece el amor por la naturaleza de la Isla. Este criollo va manifestando sus ideales a través del arte, la literatura y la historia.
    La Villa de Santa María del Puerto del Príncipe es el depósito de una joya cultural de aquellos tiempos: Espejo de Paciencia. Es ese un poema épico histórico escrito por Silvestre de Balboa en 1609, basado en un hecho real ocurrido cuatro años antes en el que se utiliza por primera vez la palabra criollo. En el texto se aprecian un fuerte sincretismo religioso y cultural: ritos africanos, aborígenes. Expresa la debilidad del indio y la fortaleza física del negro.
    Lo interesante consiste que esta obra literaria, junto a otros sonetos del propio autor, no surge de la nada, sino que revela para los historiadores la presencia de bien dotadas bibliotecas privadas en la Villa Principeña, producto de la adquisición y encargos a España, además de las provisiones traídas por viajeros y jóvenes residentes que iban a cursar estudios superiores en importantes ciudades europeas.»

    1. Caridad, agradezco tu interés en mi opinión sobre el tema, pero la verdad es que no lo conozco tanto como para opinar. Sin dudas este encuentro me ha servido para conocerlo más en profundidad y me ha disparado curiosidades con las que, seguramente, más adelante podría contestar tu pregunta.
      Lo que sí puedo decirte, en base a este encuentro, es que veo debates interesantes, elevados, serios y honestos y periodistas culturales apasionados y trabajadores en tu país. Algo, sin dudas, de lo cual pueden estar orgullosos.

  • Considero que el tema a tratar es de suma importancia en tiempos en los que los asuntos de la cultura deben ser mirados desde otra perspectiva. Y en todos los ámbitos periodísticos o no, ha existido una apertura al mundo digital.

  • Hola amigos: Me alegra participar en este forodebate y leer tan interesantes y sustanciosos comentarios que ha motivado el mismo. En lo particular, tendría que ir uno a uno para ir compartiendo mis ideas sobre estos temas, que tanto me interesan y al mismo tiempo preocupan, pues nuestro periodismo cultural, el realizado a último minuto en la redacción o mayormente informativo, y el más analítico, crítico y especializado, propio de ciertos espacios en la prensa o en medios a fines, tiene muchas puertas aún que abrir, sitios a donde llegar, espacios que ocupar, donde los jóvenes ocupamos (ocuparemos) un sitio importante. En estos días se ha visto de todo, artistas que se aprovechan del momento, en provincia se ve más, con obras con poquísima calidad, realizadores que estimulan esto para cobrar por estos materiales, triunfalismo… Y por otra parte, los medios intentando llegar la noticia cultural, a falta de programación, las crónicas, los artículos a propósito de fechas, aniversarios… Y el Ministerio de Cultura, por otra parte, ha hecho un trabajo meritorio, con todas sus instituciones, organismos… para promover estas fechas y aniversarios importantes… Es importante, lo hemos comentado en otros espacios, rescatar un ejercicio crítico hacia la obra de arte, el proceso artístico… y llevarlo a los medios, pero debe partir de un interés personal, de conocimiento y superación constante. No es lo mismo especialización en un sector, por llevar tiempo en él y por costumbre, sectorizacion, que crítica de arte, dominio de un tema.

    1. La situación por la que atraviesa el mundo ha complejiza el desarrollo armónico de todos los procesos culturales y artísticos. Quedará entonces a los artistas e intelectuales, la misión de regenerar aquellos elementos que se han visto afectados desde una nueva perspectiva creativa. La espiritualidad debe ser revitalizada en la zonas donde se resquebraja su vitalidad, esa es la única forma de preservarnos como especie sensible y autoconsiente de la transformación positiva del entorno. No existirá cambio positivo si lo que se genere desde la cultura carece de la fuerza y el valor ético que corresponda en cada caso. El compromiso de los creadores con la realidad debe ser sustentado en la crítica y el debate oportuno, buscando la columna vertebral de la génesis de los conflictos artísticamente mostrados. La retórica tiene que convertirse en accionar concreto que restituya la verdad ausente y que devuelva la fe en lo mejor de la humanidad.

  • Alternativas para la crítica
    El ejercicio de la crítica es tema constante en cada Coloquio de Periodismo Cultural. Somos capaces de detectar las deficiencias que existen y replantearnos nuevas estrategias que resultan de cualquier modo insuficientes. Con esta situación atípica el sector de la cultura fue uno a los que le correspondió tomar medidas inmediatas y cerrar de manera casi instantánea todos sus centros de recreación. Con esta disposición también se cerraba el periodismo cultural destinado a las crónicas de eventos. Las redes se volvieron la alternativa idónea para que los acontecimientos culturales no quedaran en el olvido ante tantos partes médicos y falsas noticias en la web. Pero quizás este tiempo de reclusión sería justo una buena oportunidad para autoanalizarnos y potenciar la crítica. El estar en casa nos ha dado tiempo a todos para buscar opciones en las cuales emplear el tiempo. Ver películas, leer libros han sido muchas de las opciones que a menudo veo compartida en las redes. Mas a veces no nos damos cuenta de que desaprovechamos espacios como esos para generar un buen debate. No basta con poner la ficha técnica de una película y su póster o la cubierta de un libro, el ejercicio de la opinión también es necesario. Sé que hay categorías en las que no nos sentimos lo suficientemente seguros como para dar un juicio de valor. Pero la capacidad de pensar es inherente al ser humano. No se necesita un criterio especializado, a veces con propiciar un buen debate es suficiente. Generar contenido de forma crítica en nuestras redes puede ser esa alternativa.

    1. Coincido absolutamente: la crítica, la opinión, el juicio es algo que genera debates, agudiza visiones y fuentes y no solamente por parte de periodistas o críticos especializados. Es válido desde cualquier espacio.

  • Estoy de acuerdo con Pedro! Ojalá hubiera existido ese taller en mis años de estudios. En la carrera de Musicología se dan algunas pinceladas de herramientas periodísticas e imagino que en las otras especialidades igual, pero es sólo en la práctica profesional donde realmente se adquieren esos conocimientos.
    Es cierto que el éxito de hacer buen periodismo lo da el ejercicio y perfeccionamiento diario, pero sin dudas tener una base desde la Universidad sería de mucha ayuda!
    Argeliers León decía que : «no es hacer a los periodistas músicos, sino a músicos que hagan periodismo».
    Sí pienso que pueden exitir trabajos periodísticos sobre música muy buenos, si hay un conocimiento real de esa manifestación: como usted mismo. Y también los periodistas que se dediquen a trabajar la música debería en el fondo tener algún conocimiento mínimo, o si no se queda en el nivel descriptivo y superficial porque no es capaz de decodificar las obras.
    Debemos de lograr alianzas entre musicólogos y periodistas, porque cada uno tiene conocimientos particulares, unos el conocimiento musical y otros, los de la comunicación, para lograr trabajos de calidad. Lo digo desde mi trabajo con periodistas como Yanetsy y Yahily con las que he aprendido mucho.

    1. Estimadísima Heidy. De esos músicos que hicieron periodismo aprendí y aprendo mucho: Natalio Galán, Edgardo Martín, Harold Gramatges, Teté Linares, Ñola Sahig, Hilario González y, por supuesto, Alejo Carpentier

  • Ten mi abrazo, José Luis Estrada. Eres el autor intelectual del Coloquio aunque no has podido llegar a Camagüey durante el evento, pero has estado presente siempre. Recordando el taller Villena y tus reflexiones acerca de la presencia de las provincias en tu página de Juventud Rebelde, ¿qué opciones has tenido de los corresponsables para la versión impresa de un periódico que es bien recibido en toda Cuba?

  • Quiero destacar que en los momentos en que los periodistas especializados en temas culturales, intercambian sobre sus experiencias, el pueblo cubano, desde las 10 :30 am despide a un ejemplo de consagración a la cultura Rosita Fornés. Según publica Granma, en el teatro Martí, de la capital del pais «se hace un orden que permite cumplir las instrucciones para la protección sanitaria de nuestros compatriotas, preservando las distancias, usando los medios de protección establecidos y respetando las indicaciones de los organizadores del funeral.(…) El cortejo fúnebre partirá del Teatro Martí alrededor de las 3.00 pm y transitará por Prado, Malecón y 23 hasta 12. El pueblo podrá despedirse de la artista que honró y honra durante ese trayecto. La ceremonia en el Cementerio de Colón será privada.»

    1. Sí, José Gilberto Valdés, aquí estamos en el foro, cumpliendo con los compromisos habíamos contraido con el coloquio, con la AHS, pero desde aquí le rendimos homenaje a nuestra Rosita Fornés, la gran Vedette de Cuba. Sobre nosotros los periodistas recae parte de la responsabilidad de no dejar que su legado, su obra grandiosa, no caiga en el olvido. Sería una desvergüenza para el gremio. Abrazos

  • Nuestros periodistas culturales, o de Cultura, o especializados, he ahí la fortaleza de los medios para seguir tocando la cultura en tiempos de pandemia. Porque de nada valdría que los artistas, los intelectuales, los investigadores, los promotores, los trabajadores todos de los diversos sectores que protagonizan los hechos asociados a las amplias temáticas que «encerramos» en Cultura, siguieran produciendo, aportando, hurgando, sugiriendo, si no tuviéramos las personas con la sensibilidad de contar sus historias desde su grandeza real; con la profesionalidad de reinventarse las maneras de indagar, de preguntar, de observar, de cuestionar aun desde lejos, aun en condiciones distintas (que bien valdría la pena sostener cuando fuera preciso), supongo que desde la inspiración martiana que tiene en común la mayoría; con el convencimiento pleno de lo que tanto ha defendido el Coloquio sobre Periodismo Cultural desde Camagüey para Cuba: ellos, los sensibles y los profesionales se saben aprendices, reveladores y hacedores de mucho más que el espectáculo o la farándula, ellos sí conocen de la hondura de esa palabra que define sus páginas impresas, y por eso desde el periodismo también la defienden.
    PD: En el periódico Adelante (de Camagüey) arrinconamos su página a la mitad de la 7 con sus colegas de Deportes (en parte, para dar cuerpo a un suplemento «aparte» y «solo» de enfrentamiento a la COVID-19, y en parte por el susto de no tener con qué llenarla. El resultado nos ha confirmado certezas: tenemos una Cultura infinita sin amarres a eventos, funciones o presentaciones; siempre hay temas y personas por descubrir; los asuntos culturales han estado en el suplemento y la página 7 no nos alcanza.

    1. Daicar, te agradezco tu presencia desde el primer Coloquio, por devolvernos la esperanza ante un señalamiento reiterado en cada edición, referido a la poca presencia en nuestros debates de directivos de los medios y de decisores de Cultura. Como directora de Adelante, mi periódico, nos has acompañado y eso vale mucho.

  • Felicitaciones a los coordinadores de este foro y a los «dialogantes» especiales a los que convocó: Si algo demuestra la grave situación de fragilidad a la que está expuesta la humanidad frente a la pandemia del coronavirus es que, como tantas veces se repite, la cultura es salvadora. No solo la cultura artística y literaria, que tantas demostraciones de sensibilidad y humanismo ofrece por estos días, sino además esa cultura que, durante la no siempre bien recordada etapa de la «Batalla de ideas, se rebautizó como cultura general e integral. Un pueblo como el cubano, forjado en una hermosa cultura de la solidaridad —fronteras adentro y fronteras afuera—, cuya semilla primigenia está en la bondad y el sentido del bien del alma cubana, tiene todas las posibilidades de salir exitoso de esta «crisis total» a la que nos somete la covid 19. En Cuba ocurrió el curioso fenómeno de que el sentido del bien común, del desprendimiento por el prójimo —cuyo más extraordinario símbolo es el cubanísimo Che Guevara— alcanzó, con la Revolución, la categoría de política de Estado. Solo esa combinación miliagrosa entre el alma de un pueblo y el sentido profundo de sus instituciones hace posible que numerosas brigadas médicas rompan con el cerco de mezquindad al que la derecha más rancia y recalcitrante de Estados Unidos, liderada por Doanld Trump, no pudiera impedir que el amor y todo lo bueno del cubano siga convertida en luz en medio de esta hora de tragedia, en la que no fueron pocos quienes se encerraron en sus fronteras de egoísmo.
    Pero los valores de la cultura no terminan en la solidaridad, sus ángeles salvadores se extienden a otros ámbitos. La cultura formada en estos años en el enfrentamiento a desastres y grandes epidemias, que cristalizó en un sólido y especialmente extructurado sistema de instituciones, en cuyo centro está la Defensa Civil cubana, y que privilegia la coordinación e integración de todos los factores sociales, es otra diferencia cuando nos comparamos con la respuesta a la pandemia.
    Agréguese la cultura científica. Pese a los problemas que arrastran los modelos socialistas, en la relación entre desarrollo científico y bienestar de las sociedades, entre las causas de los derrumbes del llamado «socialismo real», en Cuba, sobre todo en los ámbitos médicos y biotecnológico, se formó un sistema de valores e instituciones que pusieron al ser humano en el centro de sus propósitos. Esa es otra virtud cubana muchas veces silenciada: el ser humano como centro de todos los empeños. No por cusualidad grandes de nuestra cultura afirman que la más dura contienda de la contemporareidad se escenifica entre la tecnocracía y el humanismo. Por ello las bases del nuevo modelo de desarrollo socialista al que aspiramos y ya convenidas entre la mayoría de los cubanos deben tener como fin último la construcción de la nueva plataforma humanista de la Revolución, la única que garantizaría la salvación de nuestro pueblo y su destino histórico en estas y otras pandémicas circusntancias. Abrazos desde la sede Nacional de la Upec, éxitos en este foro.

    1. Estimado Ronquillo recibimos de corazón sus abrazos, y compartimos sus deseos de éxito para los colegas, los participantes en general de este foro, y las organizaciones e instituciones culturales que han de acompañar el ejercicio periodístico. Desde hoy lo invitamos al próximo Coloquio, un espacio de crecimiento profesional que se afianza desde su cuna, nuestra querida provincia de Camagüey.

  • Agradecemos a todos por su participación en el forodebate. Ha sido un interesante intercambio. Los invitamos a seguir disfrutando en el Tercer Coloquio de Periodismo Cultural. Hoy a las tres de la tarde se realizará la presentación de la publicación Sendas, a cargo de la periodista y escritora Lourdes María Mazorra en la página de Facebook de la AHS. A las 5 pm tendremos el concierto de clausura en el canal de youtube de la Asociación. Un abrazo

  • Desde el norte camagüeyano, en Sierra de Cubitas, la cultura ha desempeñado un rol decisivo en tiempos de pandemia, apoyando cada una de las disciplinas del arte desde el hogar y en intercambio en la comunidades y desde el distanciamiento físico.
    La participación de los Instructores de Arte en el proyecto Cultural Con Otra Mirada en la zona Costera de Puerto Piloto,con la realización de un muelle cultural en el que se integran otros proyectos que llevan por nombre Nariz de Payaso,Voluntad de Corazones, Alegría Activo, entre otros, destacan entre las iniciativas de mayor impacto.
    Los trabajadores del sector de la Cultura se insertan a otras tareas como la producción de alimentos en jornadas de domingo, además del servicio de mensajería en la atención a los adultos de la tercera edad.El apoyo a los estudiantes de la enseñanza artística con las tareas de creación y la entrega de instrumentos que facilitan el aprendizaje y el fomento de la historia local, a propósito del próximo aniversario del centenario de Sola garantizan la vitalidad del sector en tiempos de Coronavirus.

  • Un vital espacio para hacer llegar la cultura a los cubanos

    He recibido la invitación de la periodista de Adelante, Yanetsy León, a participar en este necesario foro, acerca de la cultura en tiempos de pandemia. Trabajo desde hace 12 años como Especialista de Contenido en el Área de Informática de la Dirección Provincial de Cultura en Camagüey.
    Poseemos un sitio web, actualmente en rediseño y actualización, aunque también disponemos de cuentas en conocidas redes sociales como Facebook, Twitter y Youtube.
    En esta época de pandemia hemos proseguido con nuestro principal objetivo: promover diferenciadamente el acontecer cultural de la provincia de Camagüey, en pos de la defensa, preservación y enriquecimiento del patrimonio cultural de la nación cubana.
    Para ello, nos basamos en la facilitación de recursos de información digitales sobre cultura a las diversas comunidades de usuarios del Sistema de la Cultura, y de otras áreas del saber.
    Seguimos con la visión de acometer una promoción efectiva de los valores de la Cultura, además de lograr la óptima utilización de los recursos de información digitales en el área de Cultura, y cubrir eficazmente las necesidades y requerimientos de los usuarios potenciales de nuestros servicios web, ofreciendo siempre información atractiva, novedosa y confiable.
    Entre los objetivos específicos que hemos venido trabajando se encuentra: promover un amplio movimiento sociocultural en la provincia, impulsado por la vanguardia artística y las instituciones culturales y con la participación de organismos y organizaciones sociales, a favor del desarrollo de una cultura general integral en nuestro pueblo.
    También constituye objetivo el favorecer la creación de valores estéticos en la sociedad, con énfasis en niños, adolescentes y jóvenes; contribuyendo a la creación de la ética social, y también promover los valores de la Cultura universal y nacional mediante la gestión de recursos de información digitales relacionados con la Cultura.
    Normalmente siempre tengo mucho trabajo, localizando información, redactándola y disponiéndola en la web. Y en estos tiempos de coronavirus se ha redoblado toda mi labor, debido al cúmulo de información existente.
    Las instituciones que más información han tributado son el Consejo Provincial de Artes Plásticas, el Consejo Provincial de Artes Escénicas, el Centro Provincial de Patrimonio, el Centro Provincial del Libro, la Biblioteca Provincial y la Dirección Municipal de Cultura, que ha laborado especialmente en todo lo relacionado con el San Juan virtual, desarrollado en la provincia agramontina.
    Realmente todos estos sucesos han constituido para mí, como especialista, una enriquecedora experiencia, ya que ha demostrado la importancia de la cultura y los creadores en épocas de pandemia, para enriquecer espiritualmente a la población, cuando tanto se necesita llegar a la espiritualidad de las personas, reitero, con contenidos atractivos, novedosos y confiables.

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