Cada historia simula un hallazgo en su camino, ese donde el aprendizaje es una escalera sin fin que lo ha llevado a escalar altos peldaños en materia de Periodismo, a pesar de haberse graduado hace pocos calendarios en la Universidad de Camagüey.
Con sensibilidad y pericia ha vencido, desde los pasillos de TunasVisión, en las más importantes lides del sector en Cuba. Pero no hay secreto detrás de ello, sino un “vicio” necesario que lo lleva a descubrir rostros e historias, lo mismo durante las coberturas que en cualquier otro lugar. Luego se esfuerza para transmitir a la teleaudiencia, con ingeniosidad y belleza, lo mejor de cada ser humano.
Este hijo adoptivo de Las Tunas (nació en Guáimaro, Camagüey) es, a pesar de su corta edad, el corresponsal nacional del Sistema Informativo de la Televisión Cubana y en innumerables ocasiones el galardón del Festival del medio ha terminado en sus manos, gracias al dominio de géneros como el reportaje, la entrevista y el testimonio.
Gianny López Brito, con solo ocho años de quehacer, ha obtenido lauros como el Premio Caracol de la Uneac, el de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena, así como los también nacionales “26 de Julio”, “Miguel Ángel de la Torre” (de crónica) y “Juan Gualberto Gómez” (de Periodismo).
A propósito de su excelente desempeño y las múltiples guirnaldas que avalan ese camino, decidimos conversar con este joven, devenido también realizador, mientras desentrañamos las vivencias y significados acumulados desde su llegada al canal territorial del Balcón de Oriente.
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¿Qué significado ha tenido en tu vida el telecentro TunasVisión?
Desde el tercer año de la carrera de Periodismo tuve claro que quería trabajar en la televisión. Así llegué aquí y enseguida me enamoró la unidad y el amor con que se labora. Gracias al telecentro he tocado el corazón de la gente al contar historias como la de Marina, la sepulturera; u Orestes, anciano de 80 años que trepaba palmas para cortar el palmiche. He realizado crítica social, acercándome a problemas latentes.
Pero mis premios siempre están unidos a otros colegas, no me canso de repetirlo. Desde que era estudiante y hacía las prácticas en TunasVisión fui eligiendo el personal con que trabajaría a menudo, porque considero que cuando las personas se conocen bien, a la hora de laborar todo fluye mejor.
Además, tuve suerte desde que llegué, pues me pusieron por tutora a Anybis Labarta, que me dio libertad para realizar los trabajos que quería y pude ir perfilando un equipo de trabajo que hoy es prácticamente inseparable. Aun así, a veces me impresiono de lo que he logrado en poco tiempo.
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Cuando descubres una historia, ¿qué elementos te vienen a la mente? ¿Cómo organizas el trabajo para lograr tus objetivos?
Siempre trato primero de conversar con todos, contarles lo que quiero narrar, cómo quiero narrarlo, qué sensaciones deseo trasmitir…, para que el camarógrafo y el editor capten esa esencia y la puedan materializar. Busco que se enamoren de ese sueño como yo.
Si importante es tener la historia, también lo es narrarla de manera atractiva y en ello la fotografía es vital. Después que tienes esos elementos de tu lado, otro paso fundamental es la edición y el montaje, luego llega la música y los efectos.
Me interesan mucho las historias de la gente común, de las mismas personas que comparten conmigo su tiempo cada día en las guaguas, en las calles. Siempre estoy atento a los individuos que tengo a mi alrededor porque en su transitar quizás habita una anécdota interesante para llevar a la pantalla. Las mejores vivencias que he contado llegaron por accidente, precisamente de seres humanos maravillosos que se han cruzado en mi camino
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Posees un apego especial por la temática cultural, ¿por qué?
Sí, siempre he sentido mucha atracción por el periodismo cultural, y aunque oficialmente no ha sido de los sectores que he atendido, me he mantenido cercano a él. Como estamos llamados a hacer un periodismo diferente, que vaya más a la esencia de lo humano para contar historias que conmuevan, llamen la atención y obliguen al espectador a sentarse y disfrutar del material, busco inspiración en esta vertiente aunque esté tratando un tema totalmente distinto. Esa atracción me ha ayudado a encontrar el lado humano y bello de otros aspectos de la vida.
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¿Qué recomiendas al panorama cultural tunero?
Por la cultura en Las Tunas se puede hacer mucho más. A pesar de que tenemos eventos importantes, todavía no se les da la connotación que merecen. En ocasiones, por factores externos, como el Sistema Informativo, donde apartan un poco los materiales enviados desde acá, por ejemplo, los de la Jornada Cucalambeana, cuando debería ser todo lo contrario, porque en este caso hablamos de una de las citas más defensoras de la cubanía.
Pero no son solo cuestiones desde afuera, sino también desde dentro. Se aprecian con frecuencia problemas organizativos, que tienen relación con el trabajo de las personas y el apoyo institucional.
Y como periodistas debemos aportar más. Aunque no resolvemos problemas, sí podemos ponerlos en la realidad, denunciarlos de cierta manera y hacerles comprender a los responsables de esos eventos que la cultura, como sostén de la nación, merece cualquier esfuerzo.
–Los géneros testimonio, entrevista, reportaje y comentario evidentemente te atrapan, con qué palabra los definirías…
Testimonio: Sentimientos
Entrevista: Vida
Reportaje: Esencias
Comentario: Reflexión
–Entre tus más recientes guirnaldas se encuentran los premios nacionales “Juan Gualberto Gómez” (Periodismo) y “Rubén Martínez Villena” (Periodismo Cultural). Coméntame un poco de la muestra con que participaste en ambos certámenes.
En el “Juan Gualberto Gómez” presenté materiales de diferentes géneros; documentales, testimonios, informaciones, historias de vidas… Entre ellos estuvo la crónica Acompañarte, la cual se acerca a la humanidad del cubano que, a pesar de las circunstancias, acompaña a los familiares hospitalizados hasta el último momento, y un reportaje sobre el tiburón ballena aparecido en la costa norte de Las Tunas. También participé con Encajo, un audiovisual sobre el bullying, realizado junto a la realizadora Waldina Almaguer Medina.
En el caso del “Rubén Martínez Villena” competí con un conjunto de obras consumadas junto a Waldina. Por un lado, el reportaje Petit Dancé, que refleja elementos de la cultura haitiana que permanecen vivos y enriquecen el patrimonio de la nación. Por otro, el documental Raíz, inspirado en el grupo portador de tradiciones Raíces Soneras, del municipio de Majibacoa; y Espírita Sesión, un testimonio sobre la dirección en un centro espiritual que funciona en la carretera que lleva hacia el municipio de Jobabo.
-¿Más allá de los premios, qué gratificaciones te ha ofrecido el Periodismo?
A los tres años de desempeño en el canal me llegó la responsabilidad de ser el corresponsal del Sistema Informativo y ha sido un reto hermoso. Pero confieso que al principio sentí mucho miedo, pues Robiel Proenza realizó antes una faena brillante. Sin embargo, me ha ayudado a crecerme y ahí están los resultados.
Me satisface, además, cuando realizo un reportaje crítico, con el que se denuncia una problemática y este contribuye de cierta manera a su solución. También al sentir que mis reportes han alegrado o sobrecogido corazones. Ese es el mejor de los premios: la emoción del televidente.
Y es que al final, más relevante que cualquier lauro, es que cuando vas apretado en la guagua o caminando muy temprano por la calle, un niño, un adolescente o un adulto te diga: “Oiga periodista, cómo me gustó su trabajo”, o “Yo estaba esperando que trataran ese asunto así, que se acercaran a ese tema”. He vivido eso, he tenido tal suerte y es, sin dudas, el premio más importante.
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Si tuvieras que resumir las lecciones que has adquirido con esta profesión, ¿cuáles serían?
Que tienes que superar los miedos, enfrentar los comentarios negativos, tomar siempre lo positivo, lo que consideres útil y constructivo, y seguir adelante. En mi caso, he aprendido a ser cada día más sensible y a entender que no importan los obstáculos; si perseveras puedes lograr las metas y ser feliz.
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Entonces, ¿cuáles consideras que son los ingredientes primordiales para ser un buen periodista?
Ser honrado ante todo, siempre apostar por la verdad y superarse constantemente, pues el reportero que crea saberlo todo y pierda su humildad, también torcerá sus esencias.
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Así es él, todo entregado y profundo, por eso no extraña nada que sea hoy uno de los periodistas cubanos con más aplausos ganados en tan poco tiempo. Gianny López Brito es, sin dudas, un nombre para recordar.
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