Aneli Pupo retrata la verdad de su memoria y también la de aquellos cuerpos que sufren, a su alrededor, tiranÃas de la tradición. Frente a su vista no pasan desapercibidas las escenas más corrientes —las comunes del dÃa a dÃa—, pero también aquellas extraordinarias, que marcan su sello en nuestros recuerdos. Estas RomerÃas de Mayo nos trajeron —entre sus muchas propuestas— la exposición online de esta joven artista guantanamera; ese fue mi pretexto para entrar en contacto con sus procesos de creación y los asuntos que ocupan y preocupan a esta creadora.
¿Es la fotografÃa un lenguaje para retratar la realidad?
Es mi propio punto de vista. Además de poder crear —valiéndome de los recursos que brinda, los escenarios que modifico y/o construyo— se podrÃa decir que me sirve para plasmar mi propia realidad, la de mi psiquis.
¿Cuáles son tus principales referentes en el mundo de las artes visuales, en general, y de la fotografÃa en particular?
Mis referentes los he ido asumiendo con independencia de sus manifestaciones, por su modo de expresar y su impacto social. Entre ellos no puedo dejar de mencionar al fotógrafo español Chema Madoz, la artista conceptual francesa Sophie Calle, la fotógrafa y directora de cine estadounidense Cindy Sherman, el fotógrafo estadounidense Robert Mapplethorpe, el artista modernista estadounidense Man Ray. No son menos importantes los fotógrafos cubanos que desde mi punto de vista marcan un hito en las artes visuales por la conceptualidad de sus propuestas: Martha MarÃa Pérez, Cirenaica Moreira y René Peña.
¿Cuáles son los principales retos en la fotografÃa joven hoy en dÃa? ¿Cómo encontrar nuevos temas y cómo transformar/adaptar estos para que resulten novedosos?
Es todo un reto destacar en un medio tan popular como la fotografÃa. Cualquier tema que se aborde ya ha sido tocado de un modo u otro por miles de artistas, y vale recalcar lo difÃcil de ser original y único bajo estas circunstancias. El hecho de conocer profundamente la propia psiquis ayuda mucho a sumergirse en las experiencias vitales afectadas por el imaginario social circundante, lo cual puede explotarse de manera eficaz, sin descartar la investigación sobre los temas en cuestión. En pocas palabras, desarrollar un proyecto original implica hacer toda una tesis a partir de las inquietudes que tenemos.
¿Cómo transcurre tu proceso creativo? ¿Eres de las que planifica una foto o apuestas por la espontaneidad, porque una buena imagen te sorprenda en el camino?
Ser fotógrafa —esa sola idea— significa que frente a mi vista no pasan desapercibidas escenas sorprendentes; no obstante, en el desarrollo de series que pretendo exponer, hago mayor uso de la semiótica, transformando asà las escenas a mi conveniencia con el fin de establecer diálogos entre el público y mis obras, pues otro reto es conectar entre lo que quiero expresar y lo que se interpreta, algo que para nada es una ciencia exacta.
¿Cómo construyes una serie de fotos? ¿Cómo articulas el discurso entre una imagen u otra en busca de una organicidad o unidad?
Parto de una idea central, alrededor de la cual voy construyendo escenas relacionadas pero con algo diferente que decir en cada una, que asà cobran forma en mi mente. Lleno cuadernos de conceptos y de dibujos de objetos que en ocasiones ni siquiera salen a la luz. Tengo que admitir que me cuesta trabajo y mucho estudio sobre la temática que me propongo en una serie, para lograr un nexo entre las imágenes. Conjugar elementos formales como color, formato, proporciones, encuadre, planos, luz; puede llegar a ser todo un reto, en el que adquiere gran importancia el trabajo curatorial.
En tu última exposición personal TiranÃa de la tradición dialogas con temas tales como el cuerpo femenino intervenido, la inequidad y la violencia de género, ¿estos asuntos atraviesan verticalmente tu obra o han aparecido de manera momentánea?
Las temáticas inequidad y violencia de género las tengo presentes desde que tengo uso de razón; están indisolublemente ligadas a mi obra, se vuelven un motivo para alzar la voz. En mis primeras muestras fueron expresiones espontáneas, pero con el paso del tiempo se ha vuelto una responsabilidad en mi conciencia hablar por aquellas que han elegido callar.
Ser mujer, ¿influye en tu forma de elegir imágenes? Lo femenino y lo feminista, ¿forman parte de tu discurso visual?
Lo que soy indudablemente condiciona lo que digo, una larga cadena de causa y efecto que no voy a explicar ahora. No obstante, creo firmemente que la forma de exteriorizar transita por etapas en mi obra, asà que no descarto la posibilidad de un punto de giro en próximas propuestas. En cuanto a lo feminista, es un término complejo por sus contemporáneas corrientes, lo que me provoca mantenerme al margen de sus discursos polÃticos. Prefiero catalogarme como una persona a favor de la equidad y del equilibrio entre géneros, fundamentalmente como respeto al ser humano en general.
¿Eliges trabajar con determinados tipos de modelos o de cuerpos para componer tus imágenes?
No tengo ningún tipo de preferencia con respecto a la apariencia fÃsica de ningún modelo. A la hora de elegirlos me enfoco en su psicologÃa y capacidad para exteriorizar. Prefiero trabajar con personas que conectan con lo que quiero expresar, generalmente busco alta inteligencia emocional y sensibilidad. En el caso de los temas femeninos, las muchachas obviamente establecen un punto de encuentro de inmediato.
De alguna manera, la fotografÃa —como todo el arte— es un intento del hombre de fijar los instantes en el tiempo y en la brevedad de la memoria, ¿hasta qué punto te sucede esto?
A menudo respondo en forma de broma que elegà la fotografÃa como compensación de mi mala memoria. Parece una ironÃa, pero es real que se me dificulta recordar, asà que tengo que admitir que en mis piezas están plasmadas subjetivamente muchas de mis vivencias. Como respondà a Yasel Toledo Garnache para Cubadebate en la entrevista: ‘‘El arte como una vÃa de sanación’’: (…) Hacer fotografÃa ha sido una vÃa de sanación mediante la cual sublimo (como mecanismo de defensa), miedos y traumas que han marcado mi vida…
Siendo una artista autodidacta, ¿de qué manera valoras la formación académica? ¿Cómo construiste a la fotógrafa que eres o deseas ser? ¿Qué es indispensable, a tus ojos, para la formación de un artista visual?
La formación académica que no tengo la he encontrado en mis referentes y me ha sido muy útil como retroalimentación. Nunca estuve presente en la enseñanza artÃstica de manera formal, y eso ha significado que autogestione conocimientos de diferentes materias, además de la fotografÃa. La persona que soy es resultado de la diversidad de información que consumo ligada a mis propias experiencias vitales; si lo sumo al uso de cuanta herramienta tengo a mano le dan sentido a la constante búsqueda que experimento dentro de la visualidad de mi obra.
Considero que el desarrollo del pensamiento es indispensable para la formación de cualquier artista que pretenda llegar a un público heterogéneo. Lo demás se alcanza con la práctica, el estudio y la disciplina. Me gusta pensar que ser autodidacta me proporciona muchas libertades; si bien respeto los cánones que se han establecido a lo largo de la historia de la fotografÃa, me preocupa más la conceptualidad implÃcita en mis piezas y la originalidad de cada una. Cuestionamientos nunca faltarán y son más que necesarios para la evolución. Lo difÃcil del camino es lo que me ha hecho crecer como ser humano: tolerancia y paciencia me han proporcionado las herramientas emocionales necesarias para mantener metas y propósito en la vida.
Encontrar un lugar, un espacio dentro del vasto mundo de las artes visuales en Cuba es un difÃcil ejercicio de talento y persistencia, ¿puedes contarme tu experiencia?
Cuando emprendà este camino no esperaba nada de lo que me ha acontecido. Sin embargo, me propuse ‘‘vivir de lo que me gustaba’’. Significó tocar muchas puertas como las de la Asociación Hermanos SaÃz, Ediciones La Luz, Editorial El Mar y La Montaña, Consejos de Artes Plásticas, Centro de Arte, Fondo de Bienes Culturales y otros. No todas se abrieron al mismo tiempo. La constancia, el sacrificio, la voluntad, y una extremada responsabilidad y sentido de pertenencia con mi obra y Guantánamo, junto al apoyo de la AHS, me han dado la oportunidad de ser visible más allá de las fronteras provinciales. Pero sin dudas han valido el esfuerzo y mi empeño de colocar mi obra entre los referentes de las artes visuales.
Y ya que hablamos de Guantánamo, ¿de qué manera influye tu espacio de origen, tu provincia, en la recepción o creación de tu obra? ¿De qué maneras buscas insertarte en un mercado nacional o, incluso, internacional?
El contexto en el que vivo me proporciona material de estudio constantemente y funciona como zona de creación. Dadas las limitaciones geográficas y económicas me ha sido muy útil el acceso a redes sociales, a través de las cuales mantengo un flujo de información en lo referente a las artes visuales. A pesar de la gran distancia fÃsica que me separa de un mercado más amplio en el mundo del arte, el hecho de tratar temas vigentes más allá de las fronteras nacionales influye en la recepción que ha tenido mi trabajo como fotógrafa.
¿De qué manera lo cubano, lo nacional impregna el espÃritu de tu creación?
En nuestro paÃs se fomenta y se promueve la igualdad entre ciudadanos, pero referente a la violencia de género considero que hay mucho camino por andar y apuesto por ser positiva a la hora de tomar parte en el asunto. Siempre en mis series está contenido lo nacional, tal vez no de forma obvia, pero de manera general es posible encontrarlo. El hecho de ser cubana innegablemente interviene en mis ideales con respecto a la equidad, el respeto al ser humano y la evolución.
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